7 de abril de 2013

El Capitán masón Juan Rodríguez Lozano

 El abuelo del Presidente 

Juan Rodríguez Lozano (Alange, Badajoz, 28 de julio de 1893 - campo de tiro de Puente Castro, en las afueras de León, 18 de agosto de 1936) fue un militar español, que llegó al grado de capitán y fue fusilado en 1936 por los sublevados en la Guerra Civil. Seguir leyendo… WIKIPEDIA. Foto: Las piedras del río. Cuaderno de bitácora de José María Lama.

El 16 de octubre de 2006, seis meses antes de las elecciones autonómicas y municipales, nos sorprendía una esquela a cinco columnas publicada en un diario madrileño en la que se recordaba a «Carlos González Álvarez, socialista y minero del concejo de Mieres, muerto a los 19 años, en octubre de 1934 junto con numerosos compañeros también socialistas y mineros en los enfrentamientos con una columna enviada desde León por el general Franco y al mando del capitán Rodríguez Lozano y otros oficiales»
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
En el texto también se añadían referencias a los casi 1.200 caídos y asesinados en aquel episodio «víctimas del odio irracional y del clima de guerra civil creados consciente y deliberadamente por los líderes socialistas Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto, que ordenaron la insurrección armada contra el Gobierno legítimo de la República» y se incluía una última consideración sobre los «miserables que pretenden desterrar y reinventar la Guerra Civil, olvidando y ultrajando a las víctimas». Lo primero que llamó nuestra atención fue que el recordatorio, tasado en 3.000 euros, lo pagase tantos años después un sobrino del finado, y lo segundo, que citase expresamente a uno de los oficiales (un simple capitán) como responsable de aquellas muertes en los combates. 

Mieres, violento incendio en la C/ Camposagrado en 1909

La casa en llamas
Calle Camposagrado de Mieres a principios del siglo XX. Hoy  Calle/ Manuel Llaneza. (Foto Archivo)
Don Luis Álvarez Close, nombrado alcalde de la villa del Caudal en 1909, no pudo tener peor estreno. Había tomado posesión el día 23 de mayo y, cuando no habían transcurrido 48 horas, ya tuvo que asistir a un siniestro que llegó hasta las páginas de sucesos de los diarios nacionales
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
Muchos coincidieron en los titulares: «En Mieres un violento incendio ha destruido el mejor edificio del pueblo. Afortunadamente no hubo desgracias personales». A fuerza de revisar papeles viejos para rescatar las pequeñas historias que traigo a estos artículos, tenía que toparme tarde o temprano con la noticia y, cuando esto ocurrió, como comprenderán, ya no tuve más remedio que investigar qué es lo que había pasado aquella tarde. Se lo cuento a continuación, porque además del interés que pueda tener el hecho en sí mismo, las informaciones que se proporcionaron en aquel momento y el tono empleado por los informadores constituyen un magnífico documento para ejemplificar cómo funcionaba aquella sociedad en la que las diferencias entre ricos y pobres y el papel secundario que desempeñaban las mujeres en la vida cotidiana quedaban en evidencia cuando ocurrían estas cosas. La casa pertenecía a Vicente Menéndez y se levantaba en la arteria principal de la población, la calle de Camposagrado; seguramente no erraban mucho quienes escribieron entonces que era su mejor edificio. 

«Pepe el del Popular»

Historia de Pepe, el cautivador 
José Pérez Díaz, 'Pepe el del popular' antes de su fuga. El Cierre Digital
José Pérez recorrió Asturias en un Seat 600 vendiendo ceniceros antes de hacerse conocido como comercial de banca en Tineo y Cangas
José Pérez Díaz, «Pepe el del Popular». LNE
La Nueva España
El presunto estafador tiene clavada la espina de no haber estado junto a su madre cuando ésta murió, dos años después de su huida. La gran espina clavada de José Pérez Díaz, «Pepe el del Popular», es no haber estado junto a su madre cuando ella falleció en 1993, dos años después de haber emprendido la huida tras cometer presuntamente un desfalco de 6.050 millones de pesetas en la sucursal del Banco Popular que dirigía en Puertochico, Santander. La biografía de Pepe el del Popular (Linares, en el concejo de Allande, 1951), fue detenido el miércoles 25 de marzo del año 2009 en México tras 18 años de escapada, es la de un cautivador.

José Manuel Fuente Lavandera

«El Tarangu», la pesadilla del Caníbal
José Manuel Fuente Lavandera. Dicho así muchas personas estarán perdidas, pero si citamos su apodo “El Tarangu”, todo cambia. El Tarangu, mote que heredó y por el que también conocían a su abuelo y a su padre, empezó a correr en Club Ciclista la Tenderina de Oviedo, pasó a profesionales en 1970 con 24 años en el equipo Karpy. Cobraba 4.000 pesetas al mes y 7 pesetas por cada kilómetro que hacía; se dio a conocer tras ese mismo año, terminar como primer neoprofesional de la Vuelta a España. Ese hecho no pasó desapercibido para los equipos y uno de los grandes conjuntos del pelotón, el KAS, se hizo con este prometedor ciclista. 1971 se presentaba un año lleno de ilusión para el joven ciclista asturiano, pero las cosas no empezaron todo lo bien que esperaba. Termina la Vuelta a España en una discreta 54º posición, pasando sin pena ni gloria por la ronda española. Pero El Tarangu desembarcaba en Italia ante un bonito reto. Era su primer Giro de Italia y no se podía ni imaginar que sería el año en que empezaría a escribir la leyenda de El Tarangu con la corsa rosa. Sin opciones en la general se dedicó a buscar su etapa. Le llegó en la décima etapa con llegada a Pian del Falco di Sestola. Desde ese momento se puso a puntuar en todos los puertos de montaña posibles, para enfundarse su primer Gran Premio de la Montaña.