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Recreación de
la Construcción de la Vía Carisa (fuente: CIVICA). LA VÍA CARISA. Esta
carretera de alta montaña es unas de las construidas a mayor altitud en todo el
Imperio Romano. Llegando a alcanzar los 1.800 m. de altitud, durante más de 20
km. discurre por encima de los 1.500 m. Atraviesa la Cordillera Cantábrica de
sur a norte, a través de la sierra de Carraceo, entre los municipios de
Villamanín (León) y Aller y Lena (Asturias). Se conserva el recorrido original
entre las poblaciones de Tonín de Arbás, en Villamanín, y Carabanzo, en Lena.
La Vía Carisa estuvo en uso al menos durante 700 años, estando protegida por la
legislación visigoda y utilizada por los musulmanes. (...). Saber más... VIATOR IMPERI. |
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Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
La Nueva España
Hoy vamos a hacer un recorrido por las vías que ellos abrieron y que durante siglos y casi hasta el momento actual, si exceptuamos el ferrocarril de Pajares y la autopista del Huerna, constituyeron el único modo de entrar en nuestra región por la cordillera Cantábrica. Para las legiones imperiales la articulación de una red eficaz de comunicaciones era una tarea primordial, necesaria para el control militar del territorio y para el desarrollo del comercio. Los mismos soldados se encargaban del trazado, la conservación y la vigilancia de las vías a través de un sistema de torres que las protegían y de las que nos ocuparemos en otra ocasión. Prácticamente todos los pasos de montaña que hoy seguimos empleando para el tráfico rodado salieron de sus proyectos, entre ellos los más conocidos son el que luego se llamó «Camín Real», en La Mesa, y la vía de La Carisa, pero junto a esta última, en nuestro ámbito geográfico también tuvieron importancia la vía del Nalón, que entraba por el puerto de Tarna, y la que seguía el curso del río Aller. Vamos a empezar por esta última.
Hoy vamos a hacer un recorrido por las vías que ellos abrieron y que durante siglos y casi hasta el momento actual, si exceptuamos el ferrocarril de Pajares y la autopista del Huerna, constituyeron el único modo de entrar en nuestra región por la cordillera Cantábrica. Para las legiones imperiales la articulación de una red eficaz de comunicaciones era una tarea primordial, necesaria para el control militar del territorio y para el desarrollo del comercio. Los mismos soldados se encargaban del trazado, la conservación y la vigilancia de las vías a través de un sistema de torres que las protegían y de las que nos ocuparemos en otra ocasión. Prácticamente todos los pasos de montaña que hoy seguimos empleando para el tráfico rodado salieron de sus proyectos, entre ellos los más conocidos son el que luego se llamó «Camín Real», en La Mesa, y la vía de La Carisa, pero junto a esta última, en nuestro ámbito geográfico también tuvieron importancia la vía del Nalón, que entraba por el puerto de Tarna, y la que seguía el curso del río Aller. Vamos a empezar por esta última.