La segunda oportunidad de los ríos mineros
Pescadores en el río Caudal a su paso por Mieres. (Lne) |
El Nalón y el Caudal, durante
décadas moribundos por la contaminación del carbón, han resurgido tras
recuperar la limpieza de sus aguas
El río Nalón, a su paso por Sama. (Lne) |
Año 1983. Suena en la radio "Por el camino de Mieres". Canta
Víctor Manuel: "(...) río muerto, ¡cuánto diera / por clarear tus negras
aguas! (...)". No es la primera vez que el mierense alude a los cursos fluviales
de las Cuencas (Nalón y Caudal) teñidos de negro, arruinados por el carbón de
las minas (por ejemplo, en "Carta de un minero a Manuel Llaneza", de
1976), pero esa canción es referencial. Corresponde a un punto (una época) de
inflexión en el tratamiento de la contaminación ambiental. Desde entonces, la
minería que marcó el carácter, el paisaje y la prosperidad de esa comarca se ha
hundido en un pozo sin fondo. Los ríos mineros, en cambio, han resurgido. Sus
aguas bajan claras ahora, gracias a las depuradoras puestas en marcha a partir
de 1995 (también por el cierre de los pozos), y en ellas prolifera la vida
salvaje. Los cursos fluviales sí han tenido la "reconversión" que le
ha faltado a la industria del carbón.