18 de enero de 2021

Espantosa catástrofe en el Musel (Gijón), en 1913

Cuando Gijón y Figaredo se vistieron de luto

Inocencio Fernández Martínez de Vega. (…). Don Inocencio fue durante muchos años la misma representación del progreso en el municipio ya que dispuso antes que nadie de una línea telefónica siendo el primero, asimismo, que atravesó las calles de Mieres del Camino al volante de un automóvil (…). Saber más.

El empresario turonés Inocencio Fernández salvó su vida en la explosión de El Musel de 1913, en la que fallecieron su chófer y 21 personas

El martes 25 de febrero de 1913 fue un día aciago para Gijón. Una explosión controlada en una ladera de El Musel para extraer relleno con el que construir la Estación Marítima del puerto ocasionó la muerte de 22 personas. Saber más.

La Nueva España
Cuando se cumplían 30 años de la realización del primer anteproyecto de puerto en El Musel de Gijón, en agosto de 1891, el ingeniero Francisco Lafarga presentaría un nuevo proyecto portuario, que sería aprobado ese mismo año. Se trataba de construir un gran dique de abrigo (dique Norte), más o menos perpendicular a la línea de costa, y un muelle de costa o ribera (muelle de Ribera). La construcción de este dique Norte sería adjudicada a Lázaro Ballesteros en abril de 1892. La construcción del muelle de Ribera salió a concurso y se adjudicó en 1895 a Antonio Arango.
Cuando Octavio Bellmunt fotografía El Musel poco después, en 1895, las obras se encuentran todavía en sus inicios (empezaron el 1892). Saber más
Las obras deberían comenzar el 6 de Agosto de 1892, sin embargo las dificultades que ofrecían las escarpadas laderas de Torres impidieron efectuar las operaciones de replanteo, no firmándose la correspondiente acta hasta el 9 de octubre de 1893, iniciándose la construcción del cimiento de escollera del dique el 13 de enero de 1894. Ante el retraso en la ejecución del proyecto de Lafarga, junto a la descoordinación en los trabajos de los dos contratistas, los industriales mineros se erigieron en promotores y ejecutores de la nueva infraestructura portuaria. Este retraso no favorecía al muelle gijonés, en cambio esto beneficiaba a los muelles de San Esteban de Pravia y Avilés, que fueron durante años los puertos de embarque del carbón asturiano, que les llegaba a través del Vasco-asturiano, ferrocarril de Langreo y Norte. Por ello, el 11 agosto de 1900 se constituye como filial del Crédito Industrial Gijonés, el Sindicato Asturiano del Puerto del Musel, siendo presidido por Luis Adaro y Magro. Años más tarde se fusionaría con el sindicato de Veriña-Aboño-Puerto del Musel. El Sindicato Asturiano asumiría todas las obras adjudicadas a los dos contratistas el mismo año de su fundación y nombraría al ingeniero Alejandro Olano de la Torre para la dirección técnica de las mismas. Las repercusiones no se harían esperar y desde 1907 se empezaría a explotar el puerto del Musel. Aún con ello, el puerto se ampliaría. 

Construcción de un dique en El Musel, 1895. Saber más.

En los años que duró la construcción del dique Norte, se sucedieron numerosos percances, y accidentes, unos debidos a los temporales invernales y otros como consecuencia de la explotación de la cantera de Torres para obtener materiales para las obras. De estos accidentes relacionados con el temporal el más grave sería el ocurrido el 12 de octubre de 1912, en el que perdieron la vida Alejandro Olano y cuatro trabajadores cuando intentaban poner a resguardo del temporal la grúa Titán que era la que colocaba los bloques de hormigón de 80 toneladas para hacer los muros del Dique Norte. Pero la mayor tragedia de estas obras sucedería el martes 25 de febrero de 1913, siendo unos de los días más aciagos de la vida Gijón. Aquel día se realizaba una explosión de las llamadas "controlada" en una ladera de El Musel. Dada la importancia de la obra y en especial la voladura que se iba a efectuar. La empresa y las autoridades decidieron invitar a gran cantidad de personas relacionadas con estas obras. Por eso, y pese al mal tiempo de aquel día, unas 300 personas acudirían al puerto a presenciar lo que tenía que haber sido un espectáculo de la ingeniería, ideado por el contratista de la obra Antonio Alvargonzález. Pero esto no sería así, pues al colocar el explosivo, ante la duda de que no alcanzase la fuerza suficiente, debido a las condiciones del terreno, se instalo más explosivo del calculado. Según algunos estudios posteriores se habría doblado la cantidad prevista de dinamita.

Detalle de los destrozos causados por la explosión en el material de las obras del puerto del Musel (Gijón). Todocolección

Aquel día, a la hora que se había anunciado, se disparó el barreno en la montaña conocida por "El Tangón". Los tres mil kilos de dinamita hicieron explosión; pero la carga saldría por la boca del barreno, cubriendo con su llamarada inmensa a la multitud de espectadores allí presentes. La persona que oprimió el botón eléctrico para producir la voladura estaba rodeada de numerosos invitados, entre ellos el contratista Alvargonzález y el ingeniero Castro. Unos morirían y otros serian heridos, menos el encargado de efectuar la detonación, que resultaría ileso. Incluso algunas de las casetas, en las que se guardaban materiales de las obras, serian destruidas por la fuerza de la explosión. El resultado fue que los presentes recibieron "un violento chorro de tierras que nubló el lugar ". Hubo escenas espeluznantes. Muchas personas saldrían despedidas a gran distancia por la fuerza de la explosión. Según parece en aquella montaña había ocultas entre la piedra grandes vetas de arcilla que no resistieron la fuerza de la explosión. Por ello se produjo una impresionante lluvia de piedras y rocas. El estampido se oyó en todo Gijón, pero nadie pudo figurarse que el suceso fuese tan espantoso. Poco a poco, se pudo comprobar que lo sucedido había producido una gran tragedia.

Obreros rebuscando cadáveres entre las rocas desprendidas por la explosión del barreno en los momentos siguientes a la catástrofe que ha sembrado el luto en la población gijonesa del Musel. Saber más.

El panorama sería terrible. En el lugar se verían cuerpos desmembrados y numerosos heridos. En los primeros momentos algunas personas se dirigieron al teléfono del puerto para pedir auxilios urgentes y comunicar la catástrofe; pero el teléfono había sufrido también los efectos del siniestro y esta línea junto con la telegráfica resultaría completamente destrozada. Ante esto, el personal de los barquitos a vapor de las obras del puerto y el de algunos barcos fondeados en la bahía se aproximaron a tierra para comenzar las labores de rescate además de la recogida de los muertos para trasladarlos a la villa de Gijón. Estos barcos serían los que llevaron a la ciudad las primeras noticias de la catástrofe y los primeros heridos. Tanto médicos y sanitarios acudirían con camillas de la Cruz Roja, Paz y Caridad, y la Casa de Socorro al puerto para socorrer a las víctimas. Estos heridos serian trasladados en barca hasta el Muelle y luego al Hospital de Caridad, ubicado en lo que hoy es El Náutico. Uno de los primeros muertos en ser reconocidos seria el contratista de la obra, Victoriano Alvargonzález, junto con varios trabajadores y personas que estaban contemplando la voladura. 
Victoriano Alvargonzalez. Saber más
El número de heridos seria desproporcionado y entre ellos estaban algunos personajes ilustres de la ciudad, como el exalcalde Francisco Prendes Pando. Otro de los heridos seria el ingeniero Eduardo Castro. Según lo publicado por el diario "El eco de Santiago" y algunos periódicos, uno de los que peor suerte tendría seria el conductor del automóvil de Inocencio Fernández "Figaredo", llamado Miguel Fernández y que estaba dentro del coche presenciando la voladura, siendo alcanzado por una piedra, que le separó la cabeza del tronco. Junto a este conductor estaba un hijo de Inocencio Fernández y parte de su familia. El empresario turones había acudido a este acto en triple condición, una como dueño de Minas Figaredo, como accionista de las obras del puerto y otra como diputado a Cortes. Este empresario, en el momento de la explosión, no estaba en el coche familiar debido a que estaba con las autoridades. El lugar de la catástrofe ofrecería un aspecto dantesco y desolador. Todo quedaría sembrado de gorras, alpargatas, trozos de madreñas y jirones de ropa. La conmoción en Gijón seria tal que muchísimos vecinos se echaron a la calle y corriendo acudieron al puerto para ayudar y algunos para recibir noticias de sus conocidos. Nada más saberse lo sucedido en los teatros Jovellanos y Dindurra suspendieron los espectáculos.

El ministro de Fomento, Sr. Villanueva y las autoridades de Gijón en el sitio de la catástrofe. Todocolección

El ministro de Fomento, apellidado Villanueva, seria quien acudirá a Gijón a interesarse por lo sucedido por orden de Romanones. Siendo recibido por el alcalde en funciones, Joaquín Menchaca. En un primer momento se registraron 19 fallecidos, pero otros dos de los heridos más graves acabarían falleciendo días después. Días más tarde, fallecería otra persona más, siendo la víctima 22. Antes del cortejo fúnebre las calles de Jovellanos, Cabrales y Pidal eran hormigueros pese a la inclemencia del tiempo, pues a la hora crítica cayó un chaparrón, que no fue capaz de menguar la apretada multitud, que impasible soportó el aguacero. Según las crónicas a este acto asistieron más de 30.000 personas. La comitiva sería encabezada por una sección de municipales y otra de guardias de seguridad. A continuación, la Banda Infantil de Música, la cruz parroquial de San Pedro y los 19 féretros serian llevados a hombros por obreros municipales, siendo el último el de Victoriano Alvargonzález. Aquel día, Gijón se paralizó en señal de luto y se cerrarían las fábricas y los comercios de la ciudad. Seis de estos serian enterrados en el cementerio de Jove y el resto en el de Ceares. De la Cuenca numerosos vecinos llegarían en el tren a las tres de la tarde a Gijón, para asistir al entierro de su compañero de empresa. A partir de ese día las siguientes voladuras que fueron necesarias para obtener material para las obras se efectuarían de madrugada para evitar la presencia de curiosos.

Gijón, 01/03/1913. Catástrofe del Puerto del Musel. Aspecto que presentaban las calles de Gijón al paso de la comitiva del entierro de las víctimas. Saber más

FUENTE: JOSÉ ANTONIO VEGA. Publicado por la Nueva España el 17-02-2020. Enlace.
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AUTORES.

José Antonio Vega Álvarez nació en el conocido barrio de Requejo en Mieres, en el seno de una familia oriunda de la Hueria San Tirso (en asturiano, L’Agüeria San Tiso), valle perteneciente a los concejos asturianos de Mieres y Langreo. Es hijo, nieto y bisnieto de mineros y campesinos. En su familia hubo mineros tanto de carbón como de mercurio siendo su padre el único que practicó los dos tipos de minería de forma activa. Tras hacer sus estudios en Mieres, se incorpora de forma temprana al mundo de la minería privada, trabajando en diferentes lugares de las Cuencas Mineras. Unos años después cambia de profesión. Esta relación del investigador con su primera profesión en la minería del carbón, ha hecho de él, un apasionado practicante de todas las formas de recuperar el pasado de esta, así como de sus gentes y su entorno. Por esto durante años, se dedicó y realizó largas sesiones de búsqueda, sumergido en los archivos de toda la región y consultando papeles que acumulan incluso polvo de décadas y algún siglo. José Antonio Vega tiene varios libros publicados con una editorial nacional, donde es, autor y coautor de libros relacionados con la formación profesional de diferentes técnicos y especialistas. FUENTE: EL SASTRE DE LOS LIBROS
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