29 de abril de 2019

La epidemia que diezmó pueblos

El cólera en Asturias
R. Corrido 'El Colera'. José Guadalupe Posada. Col. Particular Ramón Aureliano. El Magazín de Merlo.
Todo investigador centrado en la historia de Asturias, así como, en general, cualquiera que investigue
El Cólera en Asturias. Foto Archivo.
Antoxana.Amargolles. (Web desparecida de internet). El Blog de Acebedo
Europa en el siglo XIX, habrá conocido no pocos casos de muertes por cólera. La epidemia diezmó pueblos y regiones enteras por oleadas de infección. Hace unos años fue publicada la obra de José María Moro Las epidemias de cólera en la Asturias del siglo XIX, que puede sernos de muchísima ayuda a la hora de profundizar más en la historia de la enfermedad en el territorio asturiano. Sirva esta entrada como pequeña introducción para orientarnos un poco.
El Cólera en el siglo XIX. La humanidad ha padecido muchas pandemias de cólera, las más recientes de las cuales han sido bien estudiadas por los historiadores. En España, durante el siglo XIX, se declararon al menos las de 1833-34, 1853-56 (especialmente en 1855), 1865 y 1885. Se ha calculado que entre las cuatro murieron casi 800.000 personas (...). Saber más... Historia de Ubrique.

Cólera: cómo se manifiesta y transmite.
La enfermedad de cólera se manifestaba, en un primer momento, de forma brusca e inesperada, con fuertes diarreas acuosas (que reciben el nombre, por su forma, de agua de arroz) con olor fétido y gran dolor abdominal. Aparecían también vómitos y entumecimiento de piernas, produciéndose la muerte no por la enfermedad en sí, sino por la deshidratación que el enfermo padece al cabo de pocos días después de enfermar y que, si no era tratada convenientemente, tenía un final fatal. No se transmitía, tal cual, de una persona a otra. La bacteria que la causa, Vibrio cholerae, entra en el cuerpo por la ingestión de agua o alimentos contaminados, y también por el contacto con las heces infectadas del enfermo de cólera. 
El cólera, también conocido como "cólera morbo" o "cólera morbo asiático". La Historia de Mira.
Es fácil entender, así, que la elevada insalubridad existente en el siglo XIX ayudase a propagar el cólera. Así lo apreciaron las autoridades de la época, que alertaron, por ejemplo, de las escasísimas condiciones higiénicas en el matadero de Gijón. Aún en 1875, Julio Somoza apuntaba a que allí, de seiscientas vacas que se mataban, doscientas estaban tísicas. También ayudó a su propagación el hambre, siendo la epidemia más mortífera, en 1854, la que coincidió con la hambruna generalizada que se había producido a partir de las malas cosechas de 1853 en Asturias. Las intensas lluvias que tuvieron lugar aquel verano impidieron la plantación de maíz, principal sustento de la población; y el alza de precios de los alimentos básicos en los meses siguientes llevó al hambre y a la miseria a las clases más bajas.
El rey consolando a un enfermo de cólera en un hospital de Aranjuez. (...). El rey actuó impulsado por un sentimiento generoso irresistible. Así describió la Ilustración española y americana, en su edición de 8 de julio de 1885, el gesto de don Alfonso XII de ir a visitar a los enfermos de cólera de Aranjuez en plena epidemia (...). Saber más... Biblioteca Nacional de España.

Las oleadas del cólera en Asturias.
1.- Primera epidemia: 1834. El cólera, presente en el subcontinente indio desde hacía siglos, comenzó a ser una amenaza para Europa en 1817 cuando, a través de las rutas comerciales , penetró en Rusia. A partir de entonces se temió la aparición de la enfermedad en Europa, algo que ocurriría en los años 30. De 1830 a 1834 Asturias estuvo preparándose intensivamente para la llegada de la epidemia, elaborando ordenanzas higiénicas no siempre cumplidas a la perfección a pesar del terror que producía la inminencia de la epidemia. Toda precaución fue poca cuando la enfermedad penetró en Asturias en 1834. Noreña fue el primer territorio afectado, habiéndose registrado el cólera el día 19 de agosto. A pesar de las medidas de precaución y el relativo cerco impuesto a los noreñenses para evitar la transmisión de la enfermedad, ésta llegó el 17 de septiembre a Oviedo. En definitiva, el cólera de 1834 produjo miles de muertos de agosto a noviembre, mes en el que parece empezar a remitir.
Escena de la desinfección contra el cólera, en 1885. ABC-Cultural.

2.- Segunda epidemia: 1854. En noviembre de 1854 el cólera volvió a penetrar en Asturias por varios focos, entre ellos, Teverga. Ese mismo mes murió el primer colérico en Oviedo, concretamente en la parroquia de San Julián de los Prados. A pesar de que la enfermedad pareció remitir en enero de 1855, en marzo hizo su reaparición en Figueras y Castropol. Llanes, Gijón, Cudillero y Avilés serán otros focos epidémicos más, si bien toda Asturias se vio afectada muy virulentamente. En estos dos primeros envites fallecieron miles de personas, convirtiéndose este azote de cólera en el peor que jamás conoció Asturias, ayudado muy probablemente -como indica José María Moro- por una crisis agraria generalizada en toda la provincia que había extendido la pobreza y el hambre por todos sus habitantes. Aún volvió a aparecer el cólera en 1856, si bien de forma tímida y casi anecdótica. Fue el último coletazo de esta epidemia.
El cólera en toledo-1833-1834. Historias de Ubrique.
3.- Tercera epidemia: 1865. El aviso de haber llegado el cólera a Madrid y al puerto de Valencia puso en situación de alerta a las autoridades asturianas, que prohibieron el comercio de trapos por medio de los cuales se creía viajaba el cólera, ordenaron inspecciones en todas las casas y una mayor limpieza de las calles. La desesperación ante la inminencia de la epidemia debió ser tremenda: los vecinos de Somió, en Gijón, llegaron a solicitar un aumento del terreno del cementerio puesto que, decían, sería necesario cuando llegase el cólera. Finalmente, este apareció en el mes de septiembre y perduraría hasta diciembre, si bien con una intensidad mucho menor que las veces anteriores.
Vacunación contra el cólera en España, según la portada de 1855 de L'Illustration. Historia de Villapalacios.

4.- Cuarta epidemia: 1885. Tuvo lugar en los últimos meses del año y su duración fue escasísima. El cólera no volvería a aparecer en Asturias, aunque su relevo lo tomó la difteria, de la que hablaremos otro día.
El Colera. Historias de Ubrique.
Estudiando el cólera en genealogía.
A la hora de aproximarnos al estudio de las epidemias de cólera en base a las fuentes tradicionales de la genealogía, o indagar acerca de la incidencia del mismo en nuestra historia familiar, habremos de tener en cuenta que los registros parroquiales no siempre son fiables. Aún cuando ya nos movemos en una época en la que la causa de la muerte consta en las partidas de defunción, es probable que una muerte por cólera no sea inscrita como tal, bien por desconocimiento del párroco y las autoridades sanitarias de la parroquia, bien porque el elevado número de muertes que se estaban sucediendo en aquellos días impidiesen una gran concreción. Así mismo, la presencia de la epidemia en una parroquia puede hacer que bailen las fechas de defunción, que no se sepa exactamente el día en el que se ha producido el óbito o que incluso llegue a no inscribirse el mismo.
Voluntarias de la Caridad, socorriendo a los enfermos de cólera en 1885. El cólera, la gran pandemia del siglo XIX. Henares al día.

"No podrán extenderse con exactitud y orden de fechas las partidas de defunción que ocasione este azote, porque la confusión que causa en las familias no permite a éstas presentarse a dar las noticias debidas". Otras muchas veces, y especialmente en la primera epidemia, una muerte por cólera no será catalogada como tal, sino por alguna causa que por ser coincidente con alguno de los síntomas de la enfermedad (por ejemplo, diarrea o vómito) y por repetirse muchas veces en las mismas fechas en las que sabemos ocurrió alguno de los brotes podremos interpretar como cólera. Podemos refutar este dato consultando los libros de difuntos de las parroquias cercanas y comprobando si en esos mismos días están inscribiéndose defunciones por estos mismos síntomas tan concretos o por cólera.
Leyenda Xilografía coloreada según un dibujo del artista francés Honoré Daumier (1808-1879), parte de una serie que realizó sobre la vida cotidiana en París. Representa una escena callejera durante la epidemia de cólera de 1832 en París. Esto duró seis meses y acabó matando a 19.000 ciudadanos. La gente podía morir a los dos días de infectarse y no había remedios. Aquí, sobre un fondo de coches fúnebres, una víctima de cólera desplomada en primer plano. © Science Photo Library's.

FUENTES: ARANTXA MARGOLLES BERAN. ANTOXANA.AMARGOLLES. (Web desaparecida de Internet) – EL BLOG DE ACEBEDO.
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AUTORES.

Arantza Margolles Beran nació en Gijón, 1982. Licenciada en Historia por la Universidad de Oviedo y Máster en Arqueología y Patrimonio por la Universidad Autónoma de Madrid. Cursando actualmente estudios de Lengua y Literatura Españolas e Historia del Arte en la UNED. Especializada en genealogía, hemerografía y divulgación. Coautora de "Villafría 1934: Luz en la memoria" y "El crimen de ayer", ambos publicados en 2012. Colaboradora semanal en El Comercio y Noche tras Noche, (RTPA) y guionista del programa 'Historias y Misterios'. Fuente: El Comercio.


Antoxana Amargolles. Página desaparecida de Internet. Ver enlace.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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Esta página se editó por última vez el 29 de abril de 2024 a las 08:30 horas.

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