Rosario de Acuña. (Pinterest) |
La
Asociación de Viudas de Guerra de la República "Rosario Acuña" nació
en diciembre de 1977, en una época convulsa marcada por los cambios de eso que
se ha llamado sin mucho rigor "transición política", cuando un grupo
de mujeres asturianas unidas por la misma circunstancia decidieron luchar
juntas para conseguir una pensión que las ayudase a vivir con dignidad el último
tramo de su existencia. En marzo de 1976 los mutilados del bando republicano ya
habían empezado a cobrar una pequeña paga y esto las animó para presentar sus
estatutos en enero de 1978.
Ilustración de Alfonso Zapico |
Pero la
presidenta de la Asociación, María de las Alas Pumariño, no se calló y dio un paso
al frente colocando por primera vez a las viudas asturianas como un referente
en la defensa de los derechos de la mujer. María fue
una mujer incómoda para muchos porque siempre se mantuvo firme en sus
posiciones y en aquel momento no quiso soportar la acusación de estar
coqueteando con el centro-derecha: una semana más tarde también hizo pública
una carta contando que mientras la habían recibido sin problemas Felipe
González, Santiago Carrillo, el Arzobispo de Oviedo, el Cardenal Tarancón, los
ayudantes del general Gutiérrez Mellado y el propio Adolfo Suárez, el senador
socialista asturiano Rafael Fernández, la había rechazado en más diez ocasiones
y Jesús Sanjurjo se había negado a verla "porque tenía muchas cosas que
hacer". La
indignación de María la llevó a hacer pública una anécdota que refleja
perfectamente la confusión que se vivía en aquel momento, relatando que
"en una ocasión al decirles a unos afiliados del PSOE que eran unos
machistas, estos se ofendieron porque creyeron que se les llamaba marxistas".
El senador socialista asturiano Rafael Fernández. (LNE) |
El 20 de
mayo de 1978 las viudas de guerra se dirigieron a Juan Carlos I pidiendo
"que por quien corresponda se provean los medios necesarios para que se dé
fin a esta situación que va en contra de la Justicia Social que perjudica el
proceso de la democracia y sobre todo hace imposible una reconciliación tan
cara a los deseos de S. M. el Rey", acompañando la campaña con una lluvia
de telegramas individualizados, así por fin obtuvieron su primer logro con el
Decreto Ley 35/1978 de 16 de noviembre, derogado por la Ley 5/1979 de 18 de
septiembre. En esta
Ley se estableció una pensión mensual de 8.172 pesetas con efectos retroactivos
desde el 1 de mayo de 1976 para ellas, sus hijos incapacitados, hijas solteras
o viudas y los padres de los fallecidos o desaparecidos en acción bélica o como
consecuencia de la misma en el plazo de dos años, fuesen o no combatientes.
También se incluyeron entre los beneficiarios quienes estuviesen en la misma
situación como consecuencia de acción violenta o condena después de la guerra
por sus opiniones políticas o sindicales, y se restableció el derecho de
quienes ya lo cobraban con anterioridad a 1936 y habían visto interrumpido su
percepción.
Jesús Sanjurjo. (Pinterest) |
El 11 de
abril de 1980 llegó a Mieres el primer dinero tramitado con carácter de
urgencia para hacerlo coincidir con el día en que cumplía 100 años su
beneficiaria: Felipa García Rojo, de Ribono, quien había perdido tres hijos en
la guerra. La segunda favorecida fue otra mujer de Bárcena de Quirós, que
contaba 98 años. Poco después, el primer boletín de información de la
Asociación anunciaba que con fecha de 1 de mayo de aquel año, el número de
viudas que estaban cobrando en Asturias ya era de 431, repartidas entre las dos
delegaciones de Hacienda de Oviedo (321) y Gijón (110).
En ese momento
las direcciones a las que podían acudir las interesadas en cada zona se
encontraban en los domicilios particulares de las mujeres que formaban la
directiva, que para las cuencas mineras estaban en la calle La Villa 68, del
Polígono de Riaño; la calle San José 62 de Barredos; y Las Casas de Molina, en
Mieres. Esta
última era la dirección de Felipa del Río, ante cuya vivienda llegaron a
formarse colas en las primeras semanas de aplicación de la ley, dada la
afluencia de viudas que requirieron su ayuda para cumplimentar los requisitos
exigidos.
Felipa fue una mujer excepcional que suplió la falta de formación
cultural que no había podido adquirir en su juventud con un arrojo que la llevó
a cartearse con autoridades de todo tipo, ayudando a cerrar rápidamente unos
trámites complejos que por otras vías habrían tardado mucho más en resolverse. En muchos
casos gracias a su labor y la de sus compañeras pudo conseguirse que en el mes
de julio de aquel 1980 las pensiones notificadas en Asturias ya alcanzasen el
número de 1.118 que percibían entre las 14.000 y las 18.000 pesetas. Pero una
nueva Ley promulgada al mes siguiente, la 8/80 sobre incompatibilidades obligó
a las viudas que tenían más de una pensión de un mismo causante a optar
entre la laboral o
la de guerra, con lo que muchas tuvieron que volver a la situación anterior. Además
estos ingresos pagaban impuestos, al contrario de lo que sucedía con las viudas
de guerra en la Comunidad Europea, donde España estaba a punto de entrar; por
otro lado las compañeras de los fallecidos en el monte, considerados como
"maquis" seguían excluidas y las residentes en el extranjero tenían enormes
dificultades para poder cobrar.
Felipa del Río falleció a los 95 años el 23 de marzo de 2013 en Mieres |
Ilustración de Alfonso Zapico |
En unos
casos porque muchas mujeres se desvincularon de la Asociación en cuanto
consiguieron su objetivo, y también por la propia ley del tiempo que
inexorablemente fue matando a las de más edad, el número de afiliadas
descendió, y en 1985, cuando se calculaba que el treinta por ciento de las
fundadoras ya habían fallecido, de las tres mil asociadas de los inicios, solo
quedaban 800.
Luego la
Ley de Revalorización de 1987 supuso otro retroceso que obligó a acentuar las
movilizaciones. En 1990 Felipa del Río en una carta dirigida al Director
Provincial del Instituto de la Seguridad Social de Asturias exponía su
situación personal como ejemplo de lo que ocurría en otros muchos casos:
"La pensión de clases pasivas son unos derechos de viudedad a consecuencia
de la guerra. Es como una herencia de mi marido, que por desgracia fue lo único
que después de 40 años hemos conseguido; en estos 40 años para poder sobrevivir
y criar los hijos hemos tenido que trabajar, sufrir lo indecible, pagar con la
mayor dificultad para poder tener una jubilación y nos pasa esto, tener que
suplicar como si nos siguiera gobernando el enemigo". La
indignación de Felipa se resumía en una frase valiente: "En mi poco
conocimiento veo que se reparte muy mal el dinero de los españoles, y como
siempre los que menos tenemos somos los más perjudicados: si tienes poco, menos
mereces".
Ilustración de Alfonso Zapico |
En 1992,
la Asociación "Rosario Acuña", siguiendo la opinión de María de las
Alas "cansada de luchar contra marea" había cambiado su estrategia
pasando el relevo a las huérfanas y volvía a representar a 2.500 asturianas. La
penúltima batalla se libró para conseguir una subida lineal de 6.000 pesetas
sobre las 33.000 que se habían conseguido cobrar, y equiparar así la pensión a la
que estaba establecida por ley para todas las viudas mayores de 65 años.
María de
las Alas Pumariño Fernández falleció a los 86 años el 9 de marzo de 2002. Unos
meses antes, el Consejo de Gobierno del Principado con mayoría socialista la
había impuesto la medalla de Asturias en su categoría de plata. En Gijón una
calle y la escuela del Foro de Mujeres de El Llano llevan actualmente su
nombre. Felipa
del Río falleció a los 95 años el 23 de marzo de 2013. Fue Mierense del Año
2006, peleó hasta el último momento por hacer extensivos los derechos al puñado
de viudas supervivientes de la Revolución del 34 y sus cenizas reposan en la
Fosa Común de Oviedo. Quienes la conocimos, guardamos su recuerdo.
Felipa del Río. (Interviú) |
FUENTE:
ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR
Ernesto
Burgos Fernández nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957.
Licenciado
en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de
Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas
mineras del sur de Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha
trabajado en los institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra»
(Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde
2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador
mierense fue distinguido con el reconocido galardón anual de “Mierense del año”.
Alfonso
Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance.
Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del
Principado de Asturias (Aula Didáctica de
los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de
Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza ilustraciones, diseños y campañas
para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es
ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).
Se estrena en 2006 con un álbum de corte
histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo
publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción
determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto
palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James
Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011),
que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno
de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).
Vive en la localidad francesa de
Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri,
2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se
encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que
constará finalmente de tres tomos.
Esta magnífica obra es un autentico
tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros
de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador
de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos
y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a
la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte". Sus libros han sido traducidos al
inglés, francés, alemán o polaco. (…) http://alfonsozapico.com
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La foto que se supone que es de María de las Alas Pumariño no es ella, sino Nieves de las Alas Pumariño, pariente suya pero mucho mayor, fallecida en 1936 a avanzada edad.
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