La cabaña de Adenso
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El Pozu Funeres, en el concejo asturiano de Laviana. Fuente Imagen: Atlántica XXII (Revista y Página desaparecidas). Foto Archivo. |
El Pozo Funeres es el capítulo negro de la historia de las organizaciones socialistas de Asturias
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El mismo
Pepe MATA me había comentado en reiteradas ocasiones que, aunque el informe
elaborado para la ONU hablaba de 22 personas, el número exacto era muy difícil
de precisar, debido a las “desapariciones” tan frecuentes por aquellas fechas (…) Saber más... El Blog de Antón Saavedra.
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La cabaña de Adenso se encontraba en Peñamayor, en la ladera que da
al muy cerca del tenebroso Pozo Funeres, el
capítulo negro de la historia de las organizaciones socialistas en
Asturias. Historia terrible, poco conocida y divulgada. La primera vez
que oí nombrar el Pozo Funeres ya estaba yo en el Partido Socialista.
Una noche que tomaba unos vinos en San Bernabé con Faustino, el
desgraciado primer tesorero del comité local de Oviedo, se le acercó un
individuo de mediana edad a quien identificó como guardia civil
jubilado, que le dijo:
-¿Así que tú también te volviste «rojo»? Pues te vamos a tirar al Pozo Funeres.
En aquellos días, cuando estaba todavía la pelota en el tejado,
más para la parte de allá que para la de acá, los que no querían
perdonar ni olvidar eran los que habían ganado la guerra; ahora, treinta
años más tarde, siguen dispuestos a revolver en la charca los hijos de
los que la perdieron. Este país no tiene remedio, y no lo tendrá
mientras no se considere la guerra civil de 1936-39 como un hecho del
pasado absolutamente liquidado ya, como lo están las guerras púnicas y
la guerra de los Treinta Años. La «memoria histórica» revolotea como un
ave carroñera de siniestros augurios, y lo peor del caso es que antes
acaparaban la «memoria histórica» los azules y ahora la acaparan los
rojos. Triste sino. El Pozo Funeres es conocido desde la Edad Media como lugar de
gafuras. Se solía echar a sus profundidades reses muertas, y quién sabe
si a personas víctimas de oscuras venganzas. Se relaciona con él una
leyenda sombría, parecida a la de la fundación del monasterio de San
Antolín de Bedón, en realidad muy extendida durante el Medievo, ya que
se encuentra también en viejas leyendas alemanas, y en Asturias se
personifica en el turbulento conde Munio Can. Un caballero sale de caza
persiguiendo una pieza de caza mayor, habitualmente un ciervo. El
ciervo, en su huida por el bosque, lo conduce a una cabaña en cuyo
interior se encuentra la dulce dama esposa del armado caballero en los
brazos de un pastor o un trovador. El cazador los traspasa a ambos con
su jabalina. Esta leyenda, por lo general, va unida a la fundación de
alguna capilla salvática o establecimiento piadoso. Pero no en el Pozo
Funeres, que siempre presentó un aspecto tenebroso.
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Ilustración de Alfonso Zapico.
Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista
e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con
el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa
obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
Visto el abismo que
se abre en él, no es para menos. Podría ser una de las puertas del
infierno, la principal de las cuales, por estos rumbos, se encuentra en
Santiago de Galicia. Nadie reparó en que podría dársele ese sentido a su
terrible boca. Mas acercarse al pozo y mirar hacia abajo sobrecoge. En
lo alto de una montaña, un agujero se abre en dirección al centro de la
Tierra. Según se decía, si se arrojaba una piedra al pozo se escuchaba
su caída interminable, rebotando en las paredes rocosas y, después, se
oía un chapoteo de aguas. Esta leyenda pretendía señalar que el Pozo
Funeres llega hasta el mar. En realidad es una sima natural que, cuando yo estuve allí, en
marzo de 1977, tenía unos veinte metros de profundidad, situada en la
ladera oeste de Peña Mayor. Por el valle del Nalón se entra desde
Barredos por la carretera de Tiraña hasta Carbajal. Gamonal es la última
aldea antes de internarnos en la montaña. La carretera, en muy malas
condiciones, continuaba unos doscientos metros, y a partir de su final
en la hierba, se llegaba al pozo siguiendo dos sendas de montaña, por la
majada de Funeres o por la Campa Gües. La única vegetación eran espinos
y acebos, y en los ralos herbazales de alta montaña pacían caballos y
se escuchaban cencerros de vacas. Sobre el pozo, negro y estrecho, como
cortado a pico, hay un tejo con las raíces al aire, y de las raíces del
tejo colgaba una placa metálica roja con la inscripción, en letras
blancas, desvaídas por la lluvia y la nieve: «¡A los asesinados por el
fascismo. Vivan la libertad y el socialismo! PSOE, UGT, FJSE». Y sobre
la hierba estaban labradas las inquietantes siglas de ETA. Entonces la
izquierda todavía no consideraba a ETA como banda criminal; supongo que
ahora las habrán quitado. De todos modos, Paulino García desaprobaba
aquellas siglas en aquel lugar.
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La fama del
Pozo Funeres, al pie de Peñamayor, viene de los años posteriores a la guerra
civil. El 13 de abril de 1948, 22 personas (18 según otras versiones) de varios
pueblos de Bimenes, Infiesto, Laviana y San Martín del Rey Aurelio fueron
sacados de sus casas, torturados y arrojados vivos a sus profundidades de esta
sima; los detalles de este terrible asesinato ponen los pelos de punta y
permanecen muy vivos en el recuerdo de los paisanos de la zona. (…). Saber más... La memoria del bosque
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En las cercanías de Funeres está la cueva del Nozalín, en la que
murieron varios guerrilleros hacia 1940, y otros en la cueva de la
Corralina. Casi debajo del Pozo Funeres se encuentra la Peña del
Cucurruchu, deformación de «coruxa», en la que fueron abatidos otros
tres guerrilleros. Uno de ellos se reservó la última bala para él.
Mariano el Marqués me contó que la Guardia Civil le obligó, junto con
otros jóvenes de Barredos, a recoger los cadáveres de la cueva del
Nozalín, y Mariano encontró una pistola escondida debajo de una
colchoneta. La guardó sin decir nada a nadie, pero a los pocos días,
después de haberlo pensado mejor, la arrojó al Nalón, por la noche. Al Pozo Funeres fueron arrojados veintidós socialistas el 23 de
abril de 1948. Durante cuatro días algunos miembros de la brigadilla de
la Guardia Civil, auxiliados por somatenes de la zona, fueron
recorriendo la montaña; descendiendo por la noche al valle. Apresaban a
ugetistas o simpatizantes y los conducían al monte, donde los encerraban
en cabañas de pastores. A algunos los sacaban de sus casas; a otro lo
detuvieron a la puerta de la suya, cuando salía para ir a la mina: su
mujer le escuchó maldecir, y no volvió a saber de él. Así se fue
formando una lúgubre cuerda de presos, desde Carbayín hasta Funeres. Por
la noche, los somatenes bajaban a la Hueria, El Entrego, Sotrondio y
Barredos y regresaban con sus presas. Durante el día, los mantenían
encerrados en las cabañas y por la noche caminaban en dirección a
Funeres. Por fin, ante la boca del pozo, los veintidós fueron asesinados
a tiros, y arrojados a su interior. Algunos no estaban muertos, por lo
que sus voces se escucharon durante varios días llenando de espanto las
campas. Un pastor que escuchó los gritos, cada vez más débiles,
convertidos finalmente en gemidos, se volvió loco. Enterados de las
voces, los de la brigadilla volvieron al pozo, arrojaron a su interior
gasolina, arbustos encendidos y dinamita, y regresaron a sus casas
suponiendo que aquel asunto había quedado zanjado.
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No obstante, el comandante Mata redactó un informe de aquel
crimen que hizo llegar a Indalecio Prieto, el cual lo denunció ante las
Naciones Unidas. Probablemente fue después de la matanza del Pozo
Funeres cuando Prieto consideró que había llegado el momento de evacuar a
la guerrilla socialista de Asturias. Poco más de un mes después de la matanza de Funeres, el 9 de
mayo, fue muerto a tiros un conocido somatén, Juan Felechosa, en el
barrio de Santa Ana de El Entrego, delante de la casa de Antonio el del
Estanco: los dos que dispararon sobre él, según me contó un testigo,
iban bien vestidos y salieron andando, en dirección a La Hueria. Días
más tarde fueron a buscar a su casa de Las Revengas, en El Entrego, al
falangista Fueyo, que murió empuñando dos pistolas. La primera vez que subí a Funeres me acompañaban el minero
Sergio García, de San Vicente; Paulino García, el zapatero de Barredos y
figura histórica del socialismo del Nalón, y Victorín, un muchacho de
15 años, muy simpático y alegre, que aspiraba a estudiar Económicas. Yo
quedé en presentarle a José Luis García Delgado, que era el decano de la
Facultad de Económicas, y estuvimos esperándole una mañana, pero no fue
a la cita.
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El Pozo
Funeres, reconocido como la puerta del infierno desde hace más de un milenio. Ver enlace...
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Luego, Paulino me explicó que había decidido no iniciar los
estudios universitarios. Espero que la haya ido bien en la vida. Se lo
merece. Paulino, a pesar de que es cojo, se movía por el monte con la
agilidad de un corzo. Se debía a que cerca del Pozo Funeres se
encontraba la cabaña de Adenso, en la que se guardaba todo el aparato
del partido en la clandestinidad y allí se hacía el «Avance». Para dar
cobertura a esta cabaña se había creado el Grupo de Montaña de Barredos,
que presidía Paulino García, lo mismo que la peña de bolos. Todas las
actividades políticas (dentro de las organizaciones socialistas),
culturales y deportivas de la comarca tenían como centro la minúscula
zapatería de zapatero remendón de Paulino en Barredos, en la carretera
de Tiraña. Esta cabaña es la más alta de cuantas se ven desde la Bahuga,
donde termina la carretera. El lugar se llama la Riega Gües. La cabaña
se recostaba en el monte, sobre un prado en declive y ante ella estaban
plantados unos fresnos: a cien metros había una fuente de buena agua. Pasé una semana en esta cabaña, a finales del invierno de 1977.
Sólo se veía monte y, por la noche, estrellas, y al Norte y a los lejos,
las luces de un faro: tres cortas. A nuestra derecha, al fondo de una
foz, surgían de la niebla los tejados de la aldea de Melendreros. Allí
surgió uno de mis espacios literarios, Los Grandes Grises. Aquello era
impresionantemente bello, sobre masas de nubes y bajo un cielo de Luna
llena en el que se distinguían con toda nitidez las constelaciones y
abajo, muy dispersas, las luces de las aldeas desparramadas por los
hondos valles. Un día subieron los compañeros de Barredos a comer una
fabada: Paulino, Sergio, Amor, Marino el Marqués, Victorín... Pero el
agua de la fuente era demasiado caliza, por lo que hubo que bajar, en el
Mil Quinientos de Sergio, a buscar una olla exprés. Aun así, las fabes
seguían duras. Pero el aire de la montaña abre el apetito, y comimos
descuidadamente, y muy a gusto.
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Ilustración de Pablo García
Suárez (Gijón, 1964). Como ilustrador publicó su primer dibujo
en LA NUEVA ESPAÑA en 1982. Es un caricaturista elegante y preciso y un
ilustrador certero e ingenioso en su interpretación de los textos que acompaña.
En su larga trayectoria tiene varios premios. Fuente: La Nueva España.
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FUENTE: LA NUEVA ESPAÑA. Publicado por este diario el 12-04-2010. Ver enlace.__________________________________________________________________________
AUTORES.
La
Nueva España ha sido
testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la
calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder
indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria
en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de
Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas
las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder
indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los
principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número
de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General,
Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las
redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una
amplia red de corresponsales. FUENTE.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su deseo,
porque es justo reconocer a los autores
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última vez el 29 de febrero de 2024 a las 08:30 horas.
Excelente.
ResponderEliminarUn saludo.
Es impresionante el relato. Muy interesante.
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