La sala de pinturas de Enrique Segura en la Laboral, nuestra Capilla
Sixtina
Panel septentrional, al término de los trabajos en 1953, que recoge una alegoría de la lucha entre el bien y el mal. La Nueva España. |
El retratista sevillano se
inspiró en Miguel Ángel y en Luca Signorelli, que colaboró con el primero en la
famosa estancia del Vaticano
La Universidad Laboral de Gijón. La Nueva España. |
Después de finalizar el fresco en el histórico frontal del gran teatro
de la Laboral -actualmente tapado sin justificación artística alguna y en
lamentable deterioro por las humedades que padece al no poder respirar- en el
que emuló la "Escuela de Atenas" de Rafael, con su visión idílica del
proletariado instruido tal como siempre defendió Jovellanos, el genial
retratista Enrique Segura afrontó los murales de la "Sala de
Recepciones". Este lugar estratégico que habitualmente ha sido ignorado
durante las últimas décadas se encuentra al nivel del anfiteatro con cinco
balcones hacia la plaza central. El arquitecto Luis Moya le entregó los diseños
que Salvador Dalí le había remitido desde Nueva York, aunque el pintor
sevillano buscó más bien su inspiración en Miguel Ángel y en Luca Signorelli
-discípulo de Piero della Francesca, de quien aprendió el tratamiento de la
perspectiva, por lo que este pintor de la afamada Escuela de Umbría colaboró en
la realización de los frescos sobre el Testamento y la muerte de Moisés de la
Capilla Sixtina en el Vaticano- para la realización de este homenaje a la
génesis de la Universidad Laboral.