Basílica de
Covadonga en construcción en (1894). (…). Saber más... La Nueva España. |
MODESTO MONTOTO
(Infiesto, 1875 - Oviedo, 1950). "Covadonga: Vista general", h. 1915.
Col. Muséu del Pueblu d’Asturies Muséu del Pueblu d'Asturies. La Nueva España. |
La Nueva España
Covadonga fue escenario a comienzos del siglo VIII de una batalla entre los astures liderados por Pelayo y las tropas musulmanas que dirigía Alkama, encuentro que se saldó con la victoria de los primeros. Es discutible la fijación exacta de la fecha en la que se produjo el enfrentamiento y, lo mismo, su magnitud y la cuantía de las tropas que participaron en el choque, pero lo que resulta indudable es que Covadonga marcó un punto de inflexión tras la invasión musulmana de España en 711 y la consiguiente caída del reino visigodo de Toledo. Con Covadonga surgió el «reino de los astures», como se dice en la «Crónica Albeldense», redactada en el año 883, que con el tiempo fue extendiendo su área de dominio y trasladando hacia el Sur sus fronteras y capitalidad, al tiempo que cambiaba su titularidad, hasta terminar ocho siglos después con la total recuperación del territorio peninsular ocupado por los musulmanes tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492. Este proceso, que no fue uniforme ni constante en tan dilatado período de tiempo, es conocido con el nombre de «reconquista», palabra que nunca fue utilizada durante los ocho siglos que duró.
Covadonga fue escenario a comienzos del siglo VIII de una batalla entre los astures liderados por Pelayo y las tropas musulmanas que dirigía Alkama, encuentro que se saldó con la victoria de los primeros. Es discutible la fijación exacta de la fecha en la que se produjo el enfrentamiento y, lo mismo, su magnitud y la cuantía de las tropas que participaron en el choque, pero lo que resulta indudable es que Covadonga marcó un punto de inflexión tras la invasión musulmana de España en 711 y la consiguiente caída del reino visigodo de Toledo. Con Covadonga surgió el «reino de los astures», como se dice en la «Crónica Albeldense», redactada en el año 883, que con el tiempo fue extendiendo su área de dominio y trasladando hacia el Sur sus fronteras y capitalidad, al tiempo que cambiaba su titularidad, hasta terminar ocho siglos después con la total recuperación del territorio peninsular ocupado por los musulmanes tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492. Este proceso, que no fue uniforme ni constante en tan dilatado período de tiempo, es conocido con el nombre de «reconquista», palabra que nunca fue utilizada durante los ocho siglos que duró.