21 de enero de 2014

La leyenda de «Johnny pistolas», Pergentino Bernardo García

Johnny el sheriff de Ablaña  
Johnny en el Parque Jovellanos de Mieres. Imagen   
Aunque Pergentino Bernardo García no era natural de Mieres, merece esta mención especial en "El blog de Acebedo"
Johnny  en una calle de Mieres. El Blog del Mierense 
Se llamaba Pergentino.que es nombre como Sacado de una mala novela del denominado realismo mágico; Pero en su caso era de verdad. Pergentino Bernardo García había nacido en Galicia lo delata ese Bernardo de apellido, pero se marchó a Mieres, Asturias siendo un niño para buscar lo más evidente, algo que comer y un lugar donde trabajar, no había otro que la mina y allá entró de lo más bajo y de lo más joven, de “guaje”.

19 de enero de 2014

El azote morboso o fiebre pestosa en el concejo langreano en 1831

La epidemia de Langreo
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
El concejo langreanos sufrió en mayo de 1831 la propagación de una terrible enfermedad que se propagó por el valle y causó numerosos muertos, que no pudieron ser cuantificados
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
En mayo de 1831 la muerte decidió quedarse unos días en Langreo para emplearse a fondo con su guadaña. No sabemos que fue lo que sacó de su talega de horrores pero sí que llenó los camposantos de víctimas. Una epidemia terrible, seguramente la peor que hubo en el valle del Nalón a lo largo de todo el siglo XIX partió desde Sama, para extender el contagio en poco tiempo llenando de luto los concejos vecinos. La información que nos ha llegado no permite ponerle el nombre médico al mal; en su momento se lo llamó azote morboso o fiebre pestosa, pero esas denominaciones habituales en la época pueden referirse a cualquiera de las enfermedades que producía la miseria extrema en una tierra especialmente castigada por el abandono de los Gobiernos centrales del absolutismo, de manera que lo que realmente mató a los langreanos fue su condición social, la falta de higiene y la mala alimentación que forzaba a muchas familias a vivir de la caridad, dormir entre la mierda y las humedades y comer cualquier cosa que se pudiese masticar.

18 de enero de 2014

El trágico desenlace junto al cementerio de Mieres el 1 de noviembre de 1911

La fantasma del zapato rojo
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La muerte de Eugenia Ríos a manos de Anisia Álvarez, "La Antroxina", en el cementerio de Mieres, un suceso real que acabó convirtiéndose en leyenda
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
Uno, al que como saben los más cercanos, le gustan las historias de fantasmas, guarda en su memoria el reparo a acercarse al cementerio civil de Mieres en las vísperas de la festividad de Todos los Santos, porque allí -según se contaba hace ya demasiados años- al llegar esa fecha había quien podía oír entre los susurros del viento los lamentos de una mujer pidiendo socorro. Hasta aquí la cosa no parece nada original ya que seguramente esta combinación de voces misteriosas, cementerios y fechas señaladas se repite por otros lugares, pero el asunto ya toma otro matiz si les digo que los más audaces sabían explicar que las quejas procedían del espíritu de una mujer a la que habían matado en la vía de Baltasara y que desde entonces buscaba a su asesina siguiendo los raíles con un zapato rojo en la mano. Es una escena terrible, pero hay que reconocer que cumple con todos los requisitos que se buscan en este tipo de historias que nos acercan al mundo de los espíritus.

Costumbres y feudalismo en la edad media Asturiana

Costumbres de la alta edad media
 Ilustración de Manuel Adolfo García Fernández. Adolfo García, es un historietista español, nacido en Oviedo el 12 de junio de 1945. Adolfo García trabajó como ilustrador publicando historietas en la prensa regional y otros medios asturianos(El blog de Acebedo cuenta con la autorización expresa del dibujante ovetense Adolfo García para utilizar sus dibujos en sus artículos). (...). Saber más…. Fuente WIKIPEDIA
En el reino de Asturias, en el siglo IX aún hubo problemas religiosos y en zonas rurales (prácticamente todas) de Euskalherría y Pirineos no llegó el cristianismo hasta el siglo X
Edad Media Hispánica. Ver fuente
Los árabes llamaban a los vascos «adoradores del fuego», porque cuando trabaron contacto con ellos aún eran paganos. Se trataba de restos de paganismo popular romano mezclado con el paganismo indígena. Por ejemplo, en su obra De correctione rusticorum escrita a mediados del siglo VI, San Martín de Braga dice que en Galicia muchos campesinos no trabajaban los jueves, en honor al dios Júpiter ya que es el día consagrado a él, y sí lo hacían los domingos. También recoge la práctica popular de tirar piedras en los cruces de caminos en honor a Mercurio, y colocar imágenes del dios en dichos cruces. También recoge costumbres festivas como la de disfrazarse con máscaras de animales en las calendas de enero, cuando se celebraba el comienzo del año.

14 de enero de 2014

El primer «récord» de velocidad en atravesar el Atlántico

La travesía del capitán Ochoa en el favorita
En 1869 el bergantín "Favorita" - capitán Son Rafael Ochoa, construido en nuestro astilleros de Llera y tripulado por luarqueses- vino de Filadelfia a Luarca en 17 días. Fue la más rápida travesía del Atlántico, no superada por ningún otro velero de cualquier época o país. Imagen.
El capitán Ochoa, al mando del bergantín «Favorita», cruzó en 1869 el océano en un tiempo récord, al partir un 21 de agosto de Filadelfia, en Estados Unidos, y arribar el 7 de septiembre al puerto de Luarca
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La nueva España
Antes de que un asturiano fuera campeón del mundo de velocidad automovilística (paradójicamente en una época en la que el Gobierno, tan bondadoso como intervencionista, pretendiendo hacernos a todos virtuosos, aspira, entre diferentes afanes, a suprimir la velocidad) otro asturiano batió un récord de velocidad al atravesar el océano Atlántico en un tiempo extraordinariamente corto, entre el 21 de agosto al amanecer, que zarpó del puerto de Filadelfia, en los Estados Unidos de Norteamérica, y el día 7 de septiembre de 1869, que dio vista al puerto de Luarca, a la atardecida.  No podemos insinuar que se tratara de una hazaña deportiva, ya que el bergantín «Favorita», que la realizó, hacía un viaje regular de barco mixto de carga y pasaje, y además, en aquella época, las personas serias no perdían el tiempo en competiciones deportivas. Si algo se hacía era porque había que hacerlo, no para hacerlo antes o más rápido que otros, que es el principio que anima el reto deportivo y por el que, sin alejarnos de nuestros límites geográficos, don Pedro Pidal escaló el Naranjo de Bulnes, un picacho al que no subía nadie, porque como le explicó antes de acometer la escalada su guía Gregorio El Cainejo, a nadie se le había perdido nada allí. Todavía, si se tratara de ir a buscar una res o a cazar un rebeco...

12 de enero de 2014

El tenebroso Pozo Funeres, en Peñamayor, concejo de Laviana

La cabaña de Adenso
El Pozu Funeres, en el concejo asturiano de Laviana. Fuente Imagen: Atlántica XXII (Revista y Página desaparecidas). Foto Archivo.
El Pozo Funeres es el capítulo negro de la historia de las organizaciones socialistas de Asturias
El mismo Pepe MATA me había comentado en reiteradas ocasiones que, aunque el informe elaborado para la ONU hablaba de 22 personas, el número exacto era muy difícil de precisar, debido a las “desapariciones” tan frecuentes por aquellas fechas (…) Saber más... El Blog de Antón Saavedra.
La cabaña de Adenso se encontraba en Peñamayor, en la ladera que da al  muy cerca del tenebroso Pozo Funeres, el capítulo negro de la historia de las organizaciones socialistas en Asturias. Historia terrible, poco conocida y divulgada. La primera vez que oí nombrar el Pozo Funeres ya estaba yo en el Partido Socialista. Una noche que tomaba unos vinos en San Bernabé con Faustino, el desgraciado primer tesorero del comité local de Oviedo, se le acercó un individuo de mediana edad a quien identificó como guardia civil jubilado, que le dijo:
-¿Así que tú también te volviste «rojo»? Pues te vamos a tirar al Pozo Funeres.

El crimen que conmovió la ciudad de Gijón y nunca llego a resolverse

El asesinato "Rambal", asignatura pendiente
El asesinato de Alberto Alonso Blanco “Rambal” conmocionó a la ciudad el 19 de abril de 1976. Saber más... Facebook: GIJÓN En Retrovisor.

Un suceso que conmovió a la ciudad de Gijón en 1976. El crimen de "Rambal", un personaje de la época y que nunca llegó a resolverse
Con Araceli, la del Bar Ronchel: Rambal, en una foto inédita que forma parte del archivo de la Asociación de Vecinos Gigia de Cimadevilla. En ella aparece abrazando a Araceli, “la de Ronchel”, ya fallecida y muy conocida en el barrio por regentar un bar, el Ronchel, al que el transformista acudía a diario con el desparpajo y socarronería que le caracterizaban. (…). Saber más... El Comercio.

La Nueva España
Lo que iba a ser el mero tránsito entre una jornada festiva y las tediosas obligaciones laborales de cualquier lunes terminó convertido en una noche para la historia. Si hay una fecha que los gijoneses tienen grabada a fuego en el imaginario colectivo, ésa es la madrugada del 19 de abril de 1976. Hay quien dice que ese día marcó un punto de inflexión en el devenir de la ciudad, que lo acaecido en aquellas horas de penumbra propició, de algún modo, que nada volviera a ser como era antes, quien afirma que en el corazón de Gijón se aliaron hierro y sangre para bruñir uno de esos episodios con los que una sociedad alcanza, a su pesar, a explicarse a sí misma. Lo único cierto es que esa noche se cometió un crimen que, casi cuatro décadas después, continúa sin respuesta. Por eso la pregunta que surgió en aquella velada, "¿quién mató a "Rambal"?", se prolongó en un eco interminable que, lejos de extinguirse, aún resuena con cierta periodicidad en el subconsciente de un vecindario que no ha perdido la esperanza de digerir algún día, y de una vez por todas, lo que se ha convertido en uno de sus traumas más recurrentes.

La pelagra (el mal del maiz), fue diagnosticada por primera vez por Gaspar Casal (1680-1759) en 1735

El mal de la dieta del maíz
La pelagra, diagnosticada por vez primera por un médico que trabajaba para el cabildo de Oviedo, apareció en Europa tras la llegada del nuevo cereal procedente de América
Imagen - La Nueva España
La Nueva España
Esta "especie morbosa" que conocemos como pelagra fue diagnosticada por primera vez por Gaspar Casal (1680-1759) en 1735, médico gerundense que trabajaba para el cabildo y el Ayuntamiento de Oviedo, y que la entendía como lepra escorbútica, una de tantas afecciones endémicas de esta región. En su opinión, imbuido por el espíritu de Hipócrates, la achacaba a las alteraciones del clima y a una dieta anómala. Aspecto que dejó reflejado en la monografía titulada "Historia natural y médica del Principado de Asturias". La gente popular la conocía como "mal de la rosa".