Retrato de Máximo de la Vega. https://www.lne.es/servicios/multimedia/imagenes.jsp?pRef=2009060100_76_762398__Siglo-XXI-Maximo-Vega-visitante-misterioso |
Un libro pone en valor
el trabajo del canónigo fabriquero de la basílica de Covadonga y recupera el
texto anónimo que en 1870 traza las líneas maestras de la recuperación del real
sitio
La basílica de Covadonga en plena construcción. https://www.lne.es/servicios/multimedia/imagenes.jsp?pRef=2009060100_76_762398__Siglo-XXI-Maximo-Vega-visitante-misterioso |
El 24 de julio de 1870 un
visitante anónimo al santuario de Covadonga se acercó al libro de visitas de la
real colegiata y se puso a escribir. Lo suyo no fue un mero recordatorio de su
paso por el lugar, sino todo un compendio táctico de lo que había que hacer en
un recinto abandonado y casi en ruinas. El texto, de varias páginas, con letra
menuda y bien legible, escrito a pluma de la época, marca las directrices a
seguir para la recuperación del santuario, que acumulaba un largo proceso de
deterioro desde el incendio de 1777. No lleva, obviamente, firma, ni siquiera
una rúbrica, pero su autor (parece grafía masculina) demuestra un conocimiento
muy exhaustivo de la situación de Covadonga, de sus problemas y de sus
proyectos pendientes.
El obispo Sanz y Forés, personaje clave en aquellos años decisivos del santuario. https://www.lne.es/servicios/multimedia/imagenes.jsp?pRef=2009060100_76_762398__Siglo-XXI-Maximo-Vega-visitante-misterioso |
¿Quién era aquel
visitante? Nadie lo sabe, pero su escrito ha cobrado de nuevo actualidad tras
la publicación de la obra «Máximo de la Vega, El Soberano. El gran impulsor de
la basílica de Covadonga», una aproximación biográfica al que fue canónigo de
Covadonga durante los años de construcción de la basílica. Máximo de la Vega
nació en Nueva de Llanes en 1841 y llega a la canonjía del real sitio con tan
sólo 25 años, probablemente apadrinado por el entonces ministro de la
Gobernación, el asturiano Posada Herrera. En aquellos momentos,
cuentan los autores de la publicación, Luis Aurelio González Prieto y Javier
Remis, «Covadonga no era un importante centro de devoción mariana, ni siquiera
en Asturias». La «decadencia material y el letargo espiritual» del santuario
queda más que probado por el hecho de que la Virgen de Covadonga no era la
patrona de la diócesis, sino Santa Eulalia de Mérida.
«La situación material
del santuario era penosa desde que el 17 de octubre de 1777 un fortuito
incendio hubiera destruido el viejo templo de madera que se encontraba
espectacularmente ubicado en la gruta». Suspendido en el aire sobre una
viguería volada, había fieles que atribuían su equilibrio a un milagro, en el
sentido literal de la palabra. El texto del visitante
anónimo lo encontramos en la página 177 del libro de visitas de la colegiata.
Es muy probable que se trate de alguien que viviera fuera de Asturias, a tenor
de sus primeras palabras: «Muchos años ha que tenía el proyecto de un viaje al
Oriente de Asturias, deseoso de conocer y admirar la grandiosidad de esos
sitios». Hay lugar después para unos documentados apuntes históricos y pronto
entra en materia: «Nada sin embargo más triste y desolador que el estado del
santuario en nuestros días. Llénase de pena el alma al ver que siendo tantas
las personas que aquí llegamos en religiosa peregrinación o en busca de
recuerdos históricos, dejemos pasar un año tras otro sin más que condolernos
del abandono en que hoy se encuentra pero sin promover los medios de evitar su
completa ruina».
Puntual diseño del devoto santuario de María Santísima de Covadonga (Jerónimo Antonio Gil, 1732-1798, sobre dibujo de Antonio Miranda Cuervo, ? - c.1792). Grabado: cobre, aguafuerte y talla dulce. Papel coloreado con témperas, 32,2 x 41,3 cm (huella); 33,5 x 42,5 cm (papel). https://www.jgpa.es/pinacoteca |
En la fotografía grande, las primeras páginas del anónimo en el libro de visitas de la colegiata en 1870. https://www.lne.es/servicios/multimedia/imagenes.jsp?pRef=2009060100_76_762398__Siglo-XXI-Maximo-Vega-visitante-misterioso |
Y comienza a explicar la
estrategia, en muchos aspectos seguida casi al pie de la letra pocos años más
tarde: convocatoria de reuniones, campaña de provisión de dinero, decisión de
proyectos, política de implicaciones a nivel nacional... El organizador anónimo
aconseja focalizar esfuerzos en dos grandes proyectos, la reparación de la
primitiva capilla de la cueva y la construcción de la iglesia colegiata. Este último proyecto
había sido encomendado unas décadas atrás al famoso arquitecto Ventura
Rodríguez. Era tan grandioso como descontextualizado, pero lo cierto es que las
obras comenzaron en 1781 bajo la dirección del asturiano Manuel Reguera.
Ventura Rodríguez muere cuatro años más tarde, cuando las primeras obras se
habían llevado por delante buena parte de los presupuestos tan sólo en los
trabajos de cimentación. «Era una época de cambios políticos, las obras tapaban
el entorno de la cueva y los canónigos no estaban convencidos», recuerda el
actual abad de Covadonga, Juan Tuñón. El proyecto de Ventura Rodríguez acabó en
el olvido. Carpetazo definitivo en el año 1796.
Primera escolanía. Los canónigos de Covadonga, para quienes rendirle honores a la Santina era una preocupación constante, sabían que con la creación de un coro en el real sitio darían un mayor realce a las celebraciones litúrgicas durante todo el año y no sólo en días de fiesta como se venía realizando hasta entonces. http://covadongacultural.blogspot.com/2010/ |
El proyecto del templo elaborado por Ventura Rodríguez para el santuario de Covadonga, que no llegó a realizarse y fue sustituido por la actual basílica. https://www.lne.es/sociedad-cultura/2012/06/20/covadonga-siglo-xviii/1230992.html |
«A los diputados y
senadores -sigue escribiendo- les toca gestionar y alcanzar del Gobierno o de
las Cortes una pequeña subvención de cinco mil duros en el presupuesto general
del Estado por espacio de tres años consecutivos». El hombre tenía fe en sus
representantes políticos, porque añade: «Basta para conseguirlo un poco de
habilidad y el brillante discurso que puede pronunciarse en su apoyo, y las
Cortes lo aprobarán por unanimidad». Sugería, además, que la Diputación
Provincial aportara otros mil duros anuales. Pero el gran reto estaba en la
suscripción popular, abierta por la propia Junta General del Principado «en
España, América y Filipinas... Hay que utilizar sin tregua ni descanso las
relaciones personales de todos». Cuando estas frases eran
escritas, Máximo de la Vega llevaba en Covadonga unos cuatro años. Señalan
Remis y González Prieto que dos años antes, cuando el desconocido redacta sus
ideas en el libro de visitas, «posiblemente don Máximo, de acuerdo con otros
canónigos del Cabildo, ya hubiese preconcebido un plan que con posterioridad,
con algunas leves modificaciones, sería el que se llevará a cabo. La mano de un
anónimo visitante, con una excelente caligrafía, se hacía eco de él, plan que
seguramente le habría sido comunicado por el propio don Máximo o algún otro
canónigo que estuviese al corriente, ya que de otra forma sería imposible que
un simple peregrino estuviese enterado de todos los pormenores que relata». La imaginación también
traiciona al autor del escrito, sobre todo cuando sugiere como posibilidad
levantar la colegiata «bajo forma de un pequeño castillo almenado, cual
imaginamos que debía de ser el palacio de Don Pelayo». El obispo Sanz y Forés
llega a Covadonga en visita pastoral en 1872 y queda desolado. «¿Esto es
Covadonga? ¿A esto ha quedado reducida la cuna de la restauración de España?»,
llega a escribir. Máximo de la Vega aprovecha el shock del obispo, le presenta
dibujos de Roberto Frassinelli para la restauración de la cueva.
La cueva de Covadonga. Genaro Pérez Villaamil (El Ferrol,
1807-Madrid, 1854). http://www.museobbaa.com/obra/la-cueva-de-covadonga/
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Ignacio Gracia Noriega (Llanes, 17 agosto 1945 - Oviedo, 6 septiembre
2016), escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. Foto de Ricardo Solís. https://ocio.lne.es/agenda/noticias/nws-214507-ignacio-gracia-noriega-repasara-figura-prim-literatura.html
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Artículo publicado por La Nueva España el 31-05-2009. Ver enlace: https://www.lne.es/siglo-xxi/2009/06/01/maximo-vega-visitante-misterioso/762398.html
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