Las marcas del silencio
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Iglesia de Santa Eulalia de Ujo (Mieres) en 1920. (Archivo del blog) |
Los signos en la
construcción de la iglesia de Santa Eulalia de Ujo, monumento histórico
nacional, ofrecen visiones sobre su origen
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Ilustración de Alfonso Zapico |
La Nueva España
En el siglo XII Ujo era uno de esos poblachones que se
repartían por Asturias. Lo habitaban siervos, que aunque pagaban sus impuestos
se diferenciaban en poco de los esclavos, ya que podían ser vendidos o donados
junto a las heredades que trabajaban; también colonos, con la misma vida
miserable, pero mayor libertad, y campesinos que cultivaban para otros por
contratos estipulados. Sobre ellos dominaba la Iglesia ejerciendo el poder
económico y social; determinando desde el calendario a cualquier aspecto de la
vida cotidiana y las relaciones personales, ceñidas a las creencias que
guardaban el orden con un pensamiento sencillo: el mundo estaba lleno de maldad
porque así lo disponía la bondad divina y el mayor pecado -el pecado original-
era intentar comprender esta contradicción.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
Para los vecinos de un lugar la mayor honra estaba en
levantar la casa de Dios y a esta labor dedicaban sus brazos y sus pobres
caudales, cuando los había. El proceso seguía siempre las mismas pautas: una
vez decidido el lugar se hacía venir a un arquitecto que elaboraba los planos y
presentaba un presupuesto aproximado, luego se contrataban peones, albañiles,
carpinteros, pintores, herreros, tejeros y el resto de los oficios que
trabajaban respetando siempre una rígida estructura gremial que todavía se
mantiene en la Masonería: maestros, oficiales y aprendices. Cada cual conocía
sus obligaciones y cobraba en función de su grado y de la obra hecha. Este esquema se repitió en Ujo, la localidad con más
historia de toda la Montaña Central. Se debe a su situación, en la confluencia
de los ríos Aller y Lena, que a la vez fue desde siempre el punto donde
convergían las antiguas vías de paso que recorrían el territorio que hoy ocupan
estos dos concejos. Aquí se encontró el mejor conjunto de inscripciones romanas
de nuestra región, prueba de la importancia que debió tener este asentamiento
para los conquistadores del siglo I y desde entonces, y hasta que la minería
empezó a agonizar, de una manera u otra nunca perdió el papel de puerta de
Asturias, como se ha repetido mil veces.
Cuando cayó el Imperio, Ujo lo hizo con él. La civilización
se oscureció, la vida se llenó de temor y viajar se hizo difícil por toda
Europa e imposible en los pasos de la cordillera Cantábrica por culpa de los
salteadores que saqueaban a quienes intentaban este tránsito. Y así se entró en
un periodo roto por una luz inesperada: el descubrimiento milagroso de la tumba
del apóstol Santiago, la mejor invención que ha tenido nunca el ingenio
español. A finales del siglo IX miles de cristianos de otros países
empezaron a recorrer esta ruta iniciática. Desde León, la mayoría seguían su
ruta por El Bierzo, pero los más devotos se desviaban hasta Oviedo para visitar
las reliquias que se guardaban en la Cámara Santa. Con ellos, Ujo volvió a
recobrar la importancia perdida y se hizo indispensable la construcción de un
templo donde los peregrinos pudiesen hacer la parada que demandaban sus almas,
tan maltrechas como los cuerpos que las albergaban.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
Sabemos que entonces ya existía una iglesia dedicada a santa
Eulalia -o Santolaya si lo prefieren-, una de las mártires más queridas por los
primeros cristianos desde que fue sacrificada a finales del siglo III cuando
ella sólo contaba doce años: "Al único Dios del cielo adoro; a Él
solamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más",
les dijo a sus verdugos antes que la machacaran a golpes con varillas de hierro
y colocaran sobre sus heridas antorchas que prendieron en su pelo haciendo que
muriese quemada. Lo que no conocemos es la antigüedad de este edificio,
aunque ya existía en el 860 cuando el rey Ordoño I la donó al obispo Fruminio
de la catedral de León, y con ella su cementerio, del que aún se conserva una
lápida expuesta en el interior de la parroquia actual y que ustedes no deben
dejar de ver. Está dedicada a un niño llamado Velasco y fechada en el 871 o el
921, según las diferentes interpretaciones de dos respetables expertos,
separados eternamente por cuatro décadas de discrepancia.
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Iglesia de Santa Eulalia, o Santa
Olaya, en Ujo, Mieres (Asturias). En primer plano, el ábside original románico
del primitivo templo, hoy empotrado en la nave del Evangelio de la nueva
fábrica neorrománica, a modo de capilla lateral. Autor: Zarateman. Saber más…WIKIPEDIA. |
Pero esta iglesia era demasiado modesta y se quedó pequeña
para acoger a los peregrinos con la dignidad debida; entonces se hizo otra
según el estilo románico que imperaba en la Europa occidental. El historiador mierense Maximino Pando Macías, autor del
libro "El románico en Llena y Mieres" es partidario de datar este
momento en 1207 porque un documento cita en ese año un templo que según su
opinión puede ser este. Para basar su tesis afirma entre otras razones que
"aquí se situaba un templo relacionado con edificios de Villaviciosa,
ubicados en territorio de este cenobio? No sería raro que Valdediós construyera
un templo en Ujo como lo hizo en varias de sus tierras, puesto que era un
territorio estratégico y en él tenían presencia importantes dominios
eclesiásticos". Nosotros, sin atrevernos a apoyar esta fecha concreta,
tampoco podemos contradecirla ya que todos sus elementos arquitectónicos y
decorativos apuntan a la misma época, pero teniendo siempre en cuenta la
circunstancia de que estas obras tardaban en concluirse muchos años e incluso
podían ocupar a varias generaciones de trabajadores.
Santa Eulalia de Ujo es monumento histórico nacional desde
1923 con una pequeña trampa, ya que la declaración llegó después de que la
Sociedad Hullera Española hubiese derribado la mayor parte de su construcción
porque estorbaba al trazado de la vía férrea que necesitaba la empresa. La
operación se produjo en medio de la polémica, con los vecinos y las autoridades
divididas ante la posibilidad de arrasarlo todo, como ocurrió años más tarde
con San Xuan de Mieres para levantar en su lugar un nuevo templo, moderno y con
mayor capacidad, pero finalmente la venerable construcción románica sobrevivió
con graves mutilaciones, que aún así justifican su categoría monumental. De aquel desastre solo se salvó en su posición original el
ábside; también pudieron conservarse en otras partes de la obra el arco de
triunfo, recrecido para que se adecuase a la mayor altura del nuevo templo; los
canecillos, que como seguramente recuerdan son piezas decoradas con diferentes
motivos que se colocaban en la parte superior del muro para servir de base al
alero del tejado; la pila bautismal; el altar y la portada, aunque
desgraciadamente se situó mirando al norte, donde recibe de frente los malos
aires que la están echando a perder, en combinación con los balonazos de la mocedad
que a veces la utiliza de portería, como un martirio para don Luis, el sufrido
cura párroco, quien cuida de estas piedras como si fuesen el más necesitado de
sus feligreses.
Seguramente la mayor parte de los peones empleados en Santa
Eulalia de Ujo eran de la zona y de aquí obtuvieron también la piedra del
edificio; no así los maestros, que estaban obligados a tener unos conocimientos
especializados y una técnica depurada. Desconocemos sus nombres, como casi
siempre en el arte románico, porque hasta nosotros no ha llegado ningún
contrato con sus firmas, pero hay una prueba de que se trataba de expertos que
también trabajaron en otros lugares de Asturias: las marcas de cantero. Se llaman de esta forma, o más académicamente signos
lapidarios, los pequeños grabados aislados que aparecen sobre algunas piedras
repartidas por los muros sin un orden aparente. Su estudio siempre ha sido muy
difícil cuando se ha hecho siempre se limita a elaborar el listado de las que
se encuentran en un edificio o una zona determinada para poder comparar luego
con otras, pero a la hora de sacar conclusiones que las expliquen, las teorías
difieren.
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En 1956 se encontró una lápida
perteneciente al primitivo templo prerrománico. Se cree que pertenecía a una
familia navarra que llegó a Asturias acompañando a doña Jimena, esposa de
Alfonso III. Saber más… Asturgeografic. |
Cuando se trata de símbolos astrológicos, químicos,
numéricos o cristianos pueden interpretarse incluso como una forma de conjuro
contra las fuerzas del mal y hasta hay quien ve en ellas un lenguaje mágico y
esotérico heredado de los caldeos; también de manera más racional se habla de
marcas que señalaban la ubicación exacta que debía ocupar cada bloque a partir
de un dibujo que manejaban los constructores. Otros autores las ven como signos
que señalaban ante la comunidad la contribución de algún particular que había
pagado ese sillar concreto. En Santa Eulalia de Ujo no hay trazos extraños; solo se
encuentran letras mayúsculas: N, M, C, A y D, que además se repiten en otros
templos asturianos, lo que hace pensar en contraseñas para determinar la tarea
realizada por canteros concretos que cobraban el precio estipulado por pieza
concluida o -según mi opinión- en el visto bueno que daban los maestros a cada
lote que salía de su taller poniendo su inicial como contraseña a una de las
piedras antes de su traslado. A falta de conclusiones definitivas, yo defiendo esta última
posibilidad. Acérquense ustedes hasta Ujo a ver qué piensan, les aseguro que de
cualquier manera la visita merece la pena.
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La portada consta de 3 arquivoltas
circulares protegidas por guardapolvo, que descansan en 4 columnas. Por encima
de las arquivoltas se sitúa el tejaroz, que reposa sobre 8 canecillos, entre
los cuales se colocaron metopas. Saber más… Asturgeografic. |
FUENTE: ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR. Publicado por La Nueva España el 24-11-2015. Ver enlace._________________________________________________________________________
AUTORES.
Ernesto
Burgos Fernández (historiador). Nació
en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Historiador, columnista y biógrafo,
éstas son algunas de las facetas de un Ernesto Burgos que rescata con talento
personajes y anécdotas de nuestra historia. Un notorio investigador y gran
divulgador. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo
(1979). Diploma de Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La
romanización en las cuencas mineras del sur de Asturias» 2006). Profesor de
Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos «Juan de Herrera»
(Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia),
«Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año
2016 el reconocido historiador mierense fue distinguido con el reconocido
galardón anual de “Mierense del año”. Secretario General de Izquierda
Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III
República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de
Asturias. Coautor de los libros de texto «Entre amigos» (Conocimiento del
Medio) para Asturias y Cantabria (2002); coordinador de la revista de Ciencias
Sociales «Cuadernos de Mieres» (2001-2002); experto en la cultura y la historia
de las cuencas mineras asturianas. Ha impartido varios cursos sobre el
patrimonio arqueológico de Aller, Lena y Mieres y defendido ponencias sobre su
temática en jornadas y congresos. Desde los años 70 escribe desinteresadamente
artículos para numerosas publicaciones, álbumes y periódicos locales (Esquisa,
Mieres 30 días, La Voz de Ujo, Camín de Mieres, Mieres, El Carbón, Por tierras
del Caudal, Aula de Paz…). Ha sido pregonero en las fiestas de Santa Bárbara
(2002); La Teyerona (2006); San Xuan de Mieres (2007) y Santa Cruz (2011).
Histórico militante republicano. Secretario General de Izquierda Republicana en
Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III República (P3R) y
actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias. Biógrafo de los
revolucionarios mierenses Manuel Grossi Mier («Cartas de Grossi». 2009) y Jesús
Ibáñez («Y el verbo se hizo furia». Semana Negra 2010), también ha prologado a
varios autores asturianos. Colaborador del diario asturiano La Nueva España,
donde ha firmado las series: «El patrimonio de Las Cuencas» (1998-2000); «100
años de historias y andanzas» (2000-2002) y «Los personajes de nuestra
historia» (2003-2004). Desde febrero de 2005 mantiene ininterrumpidamente la
página semanal «Historias heterodoxas». FUENTE:
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”
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NOTA: Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
autores.
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