El devenir histórico de la parroquia por excelencia de Gijón, ha sido trágico en muchos momentos. (LNE) |
IGLESIA DE SAN PEDRO - DIBUJO-(al norte webnode) |
Tras
aquellos años tenebrosos de hambre, terror y mercado negro surgió el negocio
del estraperlo que, tal como sucedió durante la Ley Seca en Estados Unidos
propició la creación de grandes fortunas al socaire del poder. En ese ambiente
se inició la reconstrucción de nuestra ciudad. Hacía falta dinero para afrontar
las cuantiosas obras de todo lo destruido, por lo que hasta el Sporting cedió
sus trofeos al Tesoro Nacional y se publicaban anuncios que animaban a la gente
afirmando que: "No por ser de oro tu reloj te da la hora mejor. Entrégalo
al Tesoro Nacional y sustitúyelo por otro más modesto y quizás más
eficaz". Ante aquel desalentador panorama gastronómico se empezaron a
organizar comidas benéficas con el título "Día del Plato Único y sin
Postre" en comedores sociales, casas cuna, gotas de leche y orfelinatos.
En los periódicos se aconsejaba que después de las comidas había que hacer
patria usando el dentífrico español "La Toja".
1910, balneario Las Carolinas, playa de San Lorenzo, San Pedro, foto Laurenao Vinck |
Prioridad a
la reconstrucción de la iglesia de San Pedro y del Club de Regatas. A finales
de 1939, la Comisión Provincial de Monumentos acordó que la iglesia parroquial
de San Pedro que había sido la primera iglesia desde el año 1833 totalmente
destruida y era considerada como la catedral de Gijón fuese reconstruida en el
mismo lugar en el Campo Valdés, adjudicando el proyecto a los arquitectos
Federico y Francisco Somolinos, a quienes también se les había encargado el
pabellón de verano del Club Astur de Regatas que había recuperado su
denominación originaria de Real. La gran
polémica sobre el nuevo emplazamiento de la iglesia. El diario "El
Comercio" publicó el día de Nochebuena de 1939 la decisión de la Comisión
Provincial de Monumentos de que el templo debía de ser reconstruido en el mismo
lugar, ya que "se consideró que respetando la historia, la tradición y aún
el sentimiento, la Iglesia Mayor no puede tener otro emplazamiento que el que
ocupó siempre. El Gijón antiguo se agrupa frente al mar. Allí la iglesia era
una divina guía para los hombres que se lanzan en embarcaciones a arrancar la
pitanza del Cantábrico.
IGLESIA DE SAN PEDRO DESDE LA PLAYA. (Todocolección) |
Tumba de jovellanos en Gijón. (verpueblos.com) |
En 1940, los
restos de Jovellanos fueron trasladados desde el desván de la Escuela de
Comercio -donde los había preservado de la destrucción "Pachín de
Melás"- a la capilla de Los Remedios, colindante con su casa natal y desde
donde en vida asistía a los oficios religiosos desde el balcón familiar. En
contra de lo que mantenía el alcalde Avelino González Mallada, Jovellanos iba a
misa.
"El
Manantial" fue el primer restaurante que recurrió a la publicidad. En
1941, Celestino Manzano abrió "El Manantial" en el número 54 de la
calle del Marqués de San Esteban. Fue uno de los primeros restaurantes que
recurrió a la publicidad para atraerse la clientela y ofrecía en los anuncios:
sopa de mariscos y gallina, pollo asado con patatines, merluza frita en con
salsa verde, cordero asado, cordero frito con guisantes, chuletas de cerdo con
pimientos, huevos a elegir y almejas a la marinera. En la posguerra, tras la
liberación de la venta y circulación de las patatas y de las alubias en 1944,
el personal se iba animando y, aunque apretándose el cinturón, la fiesta volvía
a las cocinas gijonesas tras tantas tragedias familiares. Los
carnavales fueron erradicados por la represión política. No obstante, la
represión contra las libertades proseguía de forma implacable, por lo que
también erradicaron el tradicional carnaval -solamente Cimadevilla hizo caso
omiso- con una circular por la que se suspendieron todos los festejos desde el
domingo de la sexagésima hasta el primero de Cuaresma en la que se prohibía
"el uso de cualquier clase de caretas y disfraces en calles, cafés,
casinos y círculos extendiéndose la prohibición a toda clase de lugares y
edificios públicos y privados".
POSTAL ANTIGUA DE GIJÓN. LLEGADA DEL PESCADO AL MUELLE DE LEQUERIQUE. ((Todocolección) |
Implacable
fue la crítica de "El Comercio" -al posicionarse al lado de las
fuerzas vencedoras de la contienda haciendo caso omiso a nuestras tradiciones-
a unos festejos que gozaban de un alto nivel de participación popular, pero los
tiempos eran diferentes: "Ha pasado el carnaval. ¿Algunos de vosotros ha
tenido la necesidad de enterarse de ello? Seguramente no. Queda muerto y bien
enterrado ese fantasmón o, mejor dicho, ese mascarón que en la mayoría de los
casos no era más que la representación viva y lamentable del mal gusto. Se fue
sin que dejara otra cosa que una huella lejana de recuerdos molestos. El
Carnaval era, ante todo, el imperio de los guiñapos, de los sucios disfraces,
del abuso y la desfachatez, del soltarse los fueros del libertinaje. Cantera de
aburrimientos, la gente se echaba a la calle para aguantar con paciencia las
más estúpidas bromas, impertinentes, tontas, del más descarado mal gusto. Y no
hablamos de aquellos grupos que sólo salían con el ánimo de explotar el
bolsillo de cuatro papanatas. Por razones de educación pública había que
ponerle fin. Y ya vemos que la gente no lo echa de menos.El, miércoles de
ceniza, día para los arrepentimientos, seguramente muchos y muchas -¡ojo al
dato del feminismo en aquellos tiempos dictatoriales!- de los que tomaron parte
en la organización de tan poco edificante festival piensen contritos en el gran
mal social que cometieron". Pero, como
es sabido, la historia siempre la escriben los vencedores, aunque no siempre
con rigor y exactitud, sino en función de sus intereses. Todo lo anterior era,
por tanto, deleznable y había que erradicarlo.
Calle Corrida, Gijón. (www.asturiasinformacion.com) |
FUENTE: MANUEL DE CIMADEVILLA
Manuel Fernández y González (Gijón, 1951) -
Periodista
Diario
“El Comercio” de Gijón. Redactor desde 1973 a 1987. Desarrolló una amplia
actividad como crítico de espectáculos, crónicas de viajes, entrevistador y
responsable de la sección de información municipal. Asociación de la Prensa de Gijón. Fue elegido presidente en 1977 cargo para que
el que fuera posteriormente reelegido y que ostentó hasta 1992. “La Hoja del Lunes” de Gijón. Director-gerente desde 1982 a 1991,
responsabilidad que compartió durante el último año con la dirección y la
gerencia del diario “La Prensa”. “La Nueva España” de Oviedo. Columnista y entrevistador desde 1994 a 1996. Tras
su regreso a Asturias, colaborador habitual desde 2003. A través de su empresa de Comunicación, “El Cantadero del Urogallo SL” asesora
al Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales del Principado de
Asturias. En la actualidad, ante los profundos cambios tecnológicos habidos en los medios
de comunicación tradicionales trabaja en la creación de una plataforma
multimedia digital de comunicación desde el Principado de Asturias con todos
los asturianos que hay por el mundo. Es miembro de la Asociación de la Prensa de Oviedo.
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