La reconstrucción se puso en marcha
con obras de gran calado para Gijón
Mercado antiguo en el Palacio de Revillagigedo, Gijón |
Se
inaugura la estación de autobuses, así como los teatros de Jovellanos y de
María Cristina y nace el concurso hípico en Las Mestas, que se mantiene hasta
la actualidad
El antiguo Banco de Gijón. (El Comercio) |
Los alimentos escaseaban por lo que se
puso en funcionamiento la cartilla individual de racionamiento establecida por
la Dirección General de Abastecimientos y Transportes, departamento oficial que
premió a los comerciantes cuyo número terminase en uno con una provisión de
patatas para que las vendiesen a ochenta y cinco céntimos de peseta el
kilogramo.
También por entonces comenzaron los
"Rosarios de la Aurora" para que las sirvientas de las casas salieran
a la alborada para rezar el rosario pidiendo a Dios lluvia para el campo y pan
para los hogares. Dos importantes personalidades de la vida gijonesa
fallecerían a principio de la década de los cuarenta: el Cronista Oficial de la
Villa, Julio Somoza de Montsoriú y García Sala; y el excepcional fotógrafo
Julio Peinado, quien también fue uno de los pioneros del cine asturiano. Desde
La Habana llegó la noticia de que al exiliado profesor gijonés Antonio Ortega
le acababa de conceder la Dirección de Propaganda de Guerra del Ministerio de
Defensa Nacional un premio por su ensayo "Alrededor de la tragedia".
Así es la vida.
La estación de autobuses, al lado del edificio de la Gota de Leche |
Gijón sigue siendo una de las pocas
grandes ciudades de España que carece de una estación central de autobuses
conectada con los servicios ferroviarios para mejorar las comunicaciones
interurbanas, lo que a todos causa sonrojo al tener los ciudadanos que ir a
coger los autobuses a calles estrechas en las llamadas paradas discrecionales
que da la sensación de que llevan camino de ser eternas por la ceguera de
nuestros gobernantes. Y de eso, desde luego, no hay que culpar al Ayuntamiento
de Gijón, sino a la falta de entendimiento con las demás administraciones
públicas que nunca han tenido tiempo para lograr dar una solución a un problema
ya endémico y verdaderamente vergonzoso, cuando tantos millones se han
invertido en infraestructuras de segunda necesidad.
Vista del muro de Gijón. (Calle Ezcurdia) |
Soy testigo como cronista municipal de
las numerosas negociaciones realizadas por ese gran empresario José Cosmen
Adelaida para tratar de encontrar una solución satisfactoria para todos, a fin
de construir la estación intermodal con un amplio aparcamiento subterráneo en
la zona del antiguo humedal, pero nunca logró los interlocutores idóneos en los
diferentes gobiernos, que hicieron caso omiso a sus racionales planteamientos
para que en el centro del casco urbano se diese una solución con gran visión
futuro para organizar las comunicaciones de Gijón hacia toda Asturias.
Las Mestas, una cita veraniega
inolvidable. Aquel año de 1941 se puso en marcha la iniciativa de crear un
concurso hípico gracias a las gestiones del alcalde Paulino Vigón, quien
trataba de buscar diversas alternativas para atraer el turismo hacia Gijón, en
unos tiempos de gran depresión económica. Sus buenas relaciones con el Ejército
motivaron que al frente del proyecto se pusiese, con gran entusiasmo, el
general Fernando Arroyo, quien entonces era el director de la Escuela de
Aplicación de Caballería. Así lograron que la primera edición de un concurso
-que iba a convertirse en una cita ineludible del veraneo gijonés desde nuestra
infancia- se celebrase entre el 20 y 24 de agosto de 1942. Tal como en su
momento planificó el gran visionario Romualdo Alvargonzález Lanquine -con la
organización de las primeras ferias de muestras- lo que se traba era de dar
continuidad a las tradicionales fiestas del estío gijonés, después de nuestra
Semana Grande.
Fue en agosto de 1962 cuando Las Mestas acogió el primer concurso internacional |
La puesta en marcha de la Universidad de
Cimadevilla. Dado que a Gijón se le negaban los centros universitarios, durante
el curso académico de 1942, por iniciativa del profesor de la Universidad de
Oviedo, Benjamín Ortiz, el eminente profesor Fermín García-Bernardo y de la
Sala -quien acababa de aprobar unas oposiciones en el Instituto Nacional de
Previsión- inició su ejemplar docencia dando clases, en su casa natal al lado
de la colegiata de San Juan Bautista, de Derecho y preparación para
oposiciones. Más de dos mil alumnos pasaron por sus clases, entre ellos: Pedro
de Silva y Cienfuegos-Jovellanos, César Díaz-Telenti, Celestino de Nicolás
Prieto, Sergio Marqués Fernández, Javier Fernández Costales, Juan González
Posada y Minervino de la Rasilla y de la Losa. A fin de que no se perdiese su
espíritu, el Colegio de Abogados de Gijón la adquirió décadas después como sede
de la Escuela de Práctica Jurídica.
El hipódromo de Las Mestas, antes de las urbanizaciones |
El teatro Dindurra tomó el nombre de
Jovellanos. El 3 de agosto de 1942 también fue reinaugurado el Teatro
Jovellanos tratando de recuperar la historia del famoso Dindurra, que había
sido destruido por los bombardeos. El entusiasmo fue general y en la gacetilla
informativa se aseveraba que "su suntuosidad es tal que en muchas cosas
supera a los mejores de España. Quizá lo más espectacular y asombroso, con
serlo todo mucho, es la instalación del alumbrado, maravilloso y modernísimo.
Cuando el espectador menos se lo espera, una suave y deleitosa luz de amanecer
o de anochecer, encanto de los ojos, traslada a cielos de aurora y ocasos de
ensueño. Luz de amanecer es todo este empeño, encendido amor al arte, a la
cultura y a Gijón, que supone el nuevo teatro convertido por esfuerzo
nobilísimo en realidad portentosa y en ansias de servir a la Nueva España,
rica, floreciente e imperial".
El bar nautico en 1950 |
El tenor Miguel Barrosa (Candás, 1904-
Madrid, 1996) fue uno de los primeros en pisar aquel escenario cantando
"Madame Butterfly". Décadas después, tras la nueva reinauguración del
Teatro Jovellanos no logré -a pesar de una entrañable entrevista con él en su
casa de Madrid que fue publicada en LA NUEVA ESPAÑA donde reivindicaba su deseo
de estar presente en dicha efeméride- que el Ayuntamiento de Gijón lo invitase
para rememorar aquellos tiempos. Lástima.
Un año después sería aprobada la
reconstrucción del edificio del Banco de España en Gijón, en el solar donde
anteriormente había estado el primer Teatro Jovellanos, con un presupuesto de
tres millones y medio de pesetas.
Gijón. La Iglesiona (Iglesia del Sagrado Corazón) |
Un hecho destacable también sería la
inauguración del Teatro María Cristina -el 29 de octubre de 1943- obra de los
afamados arquitectos Del Busto llevando el beneplácito de los comentaristas
locales, quienes aseveraron que "el decorado responde al estilo barroco,
pero lo prodigioso es que no pesa, ni se hace frondoso, ni produce algarabía;
por el contrario consideramos su elegante sobriedad un singularísimo
acierto". Lamentablemente, todo aquello ya pasó a la historia.
Y en el teatro de los "Campos
Elíseos" se estrenó la famosa película patriótica "Raza", del
director José Luis Sáenz de Heredia, con guión de Jaime de Andrade, seudónimo
tras el cual estaba la figura de Francisco Franco. Al final de la proyección,
con el público con los brazos en alto, tras escuchar de pie los himnos de
España y del Movimiento, se gritó: "¡Arriba España!".
Plaza del Parchís de Gijón, 1946 |
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