Los años
difíciles de la enseñanza rural
La figura del maestro de
pueblo marcó a muchas generaciones hasta que el Estado asumió la gestión de las
escuelas
La Nueva España
Antes de
la enseñanza reglada obligatoria cada pueblo o aldea se las tenía que ingeniar
para dar educación a los niños y niñas residentes. La
existencia de escuelas rurales en los siglos XVII, XVIII y XIX en la montaña
central y por regla general en Asturias era escasa. Se solía utilizar los
cabildos de las iglesias como improvisadas aulas, hasta que la voluntad de los
vecinos, muchas veces en sextaferias, u otras veces, con cesiones de algún
local en las inmediaciones del pueblo por parte de algún vecino o vecina,
habilitaban un local como escuela. La mayoría de las veces era el propio cura
quien impartía los conocimientos básicos, naturalmente sin olvidarse de la
doctrina cristiana.
A
principios del siglo XX la enseñanza era obligatoria, aunque existía un elevado
índice de absentismo escolar debido a que los alumnos alternaban su aprendizaje
con el trabajo casi siempre en el campo y en el caso de nuestros territorios
también como pinches en las industrias o el sector servicios, de ahí que en la
Asturias rural el calendario escolar se viese marcado por el ritmo de las
cosechas. Aproximadamente
entre el 50 y 60% de la sociedad asturiana era analfabeta, razón por la que los
padres no valoraban en su justa medida los estudios de sus hijos, reteniéndolos
en casa para que ayudasen en las tareas del hogar o echándoles a trabajar como
mano de obra barata, muy jóvenes. De esa manera ayudaban a la economía familiar.En
aquellos difíciles años al maestro rural se le proporcionaba alojamiento y
manutención mientras durasen las clases, normalmente entre los meses de
octubre-noviembre a abril-mayo, cuando el trabajo en las caserías y el campo
era más liviano y permitía a los niños una asistencia más regular. Se daban
casos en el que el maestro iba rotando por las casas donde había escolares,
quedándose en cada una determinado número de días, en proporción al número de
niños que había en la casa en edad de recibir enseñanza. La
dificultad para organizar la enseñanza en los pueblos era una tarea ardua. Incluso cuando se empezaron a implantar las escuelas públicas, las lejanías de
estas y la inaccesibilidad en los meses invernales obligaba a continuar con la
costumbre de contratar maestros o maestras y darles casa para el alojamiento.A
finales del siglo XIX, los maestros habían iniciado un proceso de construcción
de un cuerpo profesional homologable a otros funcionarios del Estado. En 1902
el Estado asume el pago de sus salarios, encargándose de su formación y
selección, por lo que los maestros se independizan de los pueblos y
ayuntamientos en cuestión de sueldo. La figura
del maestro era la más pobre de las denominadas "fuerzas vivas" de
una localidad, formadas por el cura, el farmacéutico o el médico. En la primera
década del siglo XX, el trabajo de maestro estaba mal retribuido y poco
considerado socialmente, rondando las 1.000 pesetas anuales su sueldo, inferior
incluso al sueldo de un peón de albañil. De ahí la frase que se oía mucho por
aquellos años: "pasas más hambre que un maestro de escuela". En el
mundo rural, sin embargo, el maestro era recompensado por su esfuerzo y
dedicación a la enseñanza a través del agradecimiento de los padres de sus
alumnos, quienes, en lo que podían, les ofrecían productos de casa procedentes
de sus huertos y granjas.Los estudiantes nunca cuestionaban las explicaciones o decisiones de su tutor, temiéndoles a la vez que les veneraban. Únicamente su presencia y su forma de actuar bastaban para imponer disciplina y orden entre sus alumnos, apoyados por los padres en todo momento que no dudaban en ponerse de su parte incluso cuando se excedía en sus castigos, ya que consideraban que todo era por el bien de sus hijos. Los castigos estaban a la orden del día y algunos incluso podían llegar a ser humillantes y crueles para los niños. De entre las sanciones que se imponía al alumno castigado, las que más se aplicaban consistían en colocarlos de rodillas en un rincón de cara a la pared con pesados libros en las manos, darles con la regla en las manos o (más doloroso si cabe) en los dedos, "coscorrones" en la cabeza, etc. |
Escuela de niñas de Murias a principios de los años 70 del pasado siglo XX. Foto Archivo. |
Otras veces se les hacía copiar quinientas o mil veces una frase al estilo de: "no hablaré más en clase" o "no contestaré nunca más a mi maestro". Para los alumnos más rebeldes lo de copiar se multiplicaba por dos. La llegada y proclamación de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, supuso un período crucial en la enseñanza, no sólo en el orden político, social y económico, sino también en el cultural. Las leyes del Estado acogieron las viejas aspiraciones de libertad y renovación de las corrientes pedagógicas reformistas que propugnaron una escuela única, activa, pública y laica, añadiendo nuevos valores como la justicia social y la solidaridad humana. La llegada del centro-derecha (Partido Republicano Radical encabezado por Alejandro Lerroux -aliado con la derecha católica de la CEDA (Confederación Española de Derechas) y del Partido Agrario)- al gobierno durante los años 1934 y 1935 supuso un freno a este avance educativo, sobre todo por la falta de presupuesto, por lo que no retomó su rumbo inicial hasta el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936. Después de finalizar el dramático conflicto que fue la guerra civil, los vencedores implantaron su ley, lo que ocasionó que en 1939 un contingente muy numeroso de intelectuales, profesores, artistas, maestros y republicanos de todas las tendencias se vieran obligados a abandonar Asturias y España.
La mayor parte de
ellos cruzaron la frontera francesa para nunca más volver. El
adoctrinamiento ideológico de la sociedad fue una de las principales
consecuencias que provocó la victoria del franquismo. Introducir los nuevos
valores morales fue una de las tareas de las que se encargo el Ministerio de
Educación Nacional y el Gobierno, siendo la Ley de Reforma de la Segunda
Enseñanza de 1938 la primera de las leyes a aplicar. Junto a
la iglesia, la escuela de aquellos años fue el instrumento de adoctrinamiento
rural y urbano que se servía de cantos, rezos, símbolos, celebraciones, y de
otros rituales escolares.
El principal objetivo de la política educativa fue el
desmantelamiento de todo lo que recordase la República. De esta forma, caen en
el olvido aquellas personas o cosas que destacaron durante el anterior período:
políticos, escritores, maestros, libros, bibliotecas, etc. Durante
20 años (el período 1939-1951) apenas se crearon escuelas públicas, había que
arreglarse con las que había o volcar la educación a los centros privados (la
mayoría de la iglesia), donde continuaba con más fuerza el adoctrinamiento de
las futuras generaciones. Pero eso ya es otra historia. "Como cambian las
cosas y que frágil es la memoria".FUENTE: JUAN JOSÉ MENÉNDEZ FERNÁNDEZ. Publicado por La Nueva España el 22-01-2018. Ver enlace. ________________________________________________________________________
AUTORES.
Juan José Menéndez Fernández
(Juanjo), nació en Murias, L’Agüeria San Xuan de Mieres en 1960, en el seno de una familia de padre
mierense, de Laipata (La Depata, de L’Agüeria San Xuan) y madre salense
(Ardesaldo - Salas). Es hijo, nieto y bisnieto de mineros (del carbón). Tras
realizar sus estudios en Pola de Lena (Colegio El Pilar) y Mieres (Hermanos de
la Salle- Santiago Apóstol). Con 22 años se incorpora al mundo de la minería
pública, trabajando (junto a su padre), en el Pozo Tres Amigos (HUNOSA). Desde
siempre le ha fascinado la historia y dedica mucho tiempo a leer y trabajar
sobre ella. Es un apasionado practicante de la recuperación y antología
(recopilación) del pasado histórico mierense y asturiano. Como es lógico, el
pasado no puede repetirse, por ese motivo, todas las personas que hacen
antología (recopilan) historia, tienen su marca propia y personal, en este
caso, su compromiso es hacer una página bonita (ahí nació El Blog de Acebedo), y hacerlo lo mejor posible.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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___________________________________________________________________________________NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su
deseo, porque es justo reconocer a los autores
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última vez el 14 de julio de 2023 a las 08:46 horas.
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