17 de febrero de 2018

La reina consorte de Castilla y león

Catalina de Lancaster, la primera gran princesa de Asturias
Catalina de Lancaster (1373 – 1418). Genealogías, Linaje Ordóñez en Navarra y muchos más...

Nunca se sabrá si fue la herencia genética materna o la paterna (tal vez las dos) la que llevó a Catalina de Lancaster a estar siempre convencida de haber nacido para recuperar la Corona de Castilla que había sido arrebatada a la familia de su madre
(...). Nieta del asesinado Rey Pedro I de Castilla, Catalina fue educada como heredera al trono. Su padre, Juan de Gante, reclamó el trono en nombre de su esposa Constanza y de su hija, organizando una expedición con la ayuda del Rey Ricardo II de Inglaterra, que desembarcó en La Coruña en 1386. (...). Saber más... Casa Real de España.
Crónica, un suplemento de "El Mundo".
Lo cierto es que desde muy niña fue consciente de que un día habría de desempeñar tan importante misión. Nació en 1373. Sus padres eran Constanza —hija de Pedro I, rey de Castilla— y Juan de Gante —duque de Lancaster, hijo del rey Eduardo III de Inglaterra—. Así pues, Catalina, pertenecía a las dinastías de Borgoña y Plantagenet. Desde muy pequeña, supo de la tragedia vivida por su familia materna. De cómo su abuelo, Pedro I, moría asesinado por su hermanastro, Enrique de Trastámara, que se había hecho con el trono castellano, su madre, Constanza, se vio obligada a exiliarse en Inglaterra. Catalina asumió el odio de su familia a los Trastámaras y esperó confiada, presintiendo que en ella se personificaría la solución al problema dinástico que aún enfrentaba a muchos castellanos.
Constanza de Castilla, madre de Catalina de LancasterConstanza de Castilla, duquesa de Lancaster (Castrojeriz, Burgos, julio de 1354-Castillo de Leicester, 24 de marzo de 1394). Infanta de Castilla y segunda hija de Pedro I el Cruel, rey de Castilla, y de María de Padilla. (...). Saber más...WIKIPEDIA. Imagen: Liber genealogiae regum Hispanie [Manuscrito]. Biblioteca Nacional de España.

El momento llegó en 1386. No era aquel un buen año para Castilla. Su rey, Juan I, hijo de Enrique de Trastámara, había sido derrotado y humillado contundentemente por los portugueses en Aljubarrota. Juan I hubo de hacer frente, además, al ataque del duque de Lancaster que, desde Portugal, había penetrado en Galicia con ánimos de arrebatarle el trono. La contienda finalizó con el Tratado de Bayona, en julio de 1388. En él los duques de Lancaster renuncian a todos sus derechos a la Corona castellana a cambio de que su hija Catalina se casara con el heredero al trono castellano, Enrique, el hijo de Juan I. De esta forma se unían las dos ramas, la legítima y la bastarda, descendientes ambas de Alfonso XI. También en este acuerdo se decidió la creación de un nuevo título para los herederos al trono de Castilla.
Enrique de Trastámara y Juan I de Castilla. (...). El Principado de Asturias surge a principios del siglo XIV, cuando se constituyó para el conde de Gijón y Noreña el primer señorío nobiliario de lo que por aquel entonces se llamaban las Asturias de Oviedo. (...). Saber más... El Correo.

NOMBRAMIENTO.
Catalina y Enrique, tras su boda en la iglesia catedral de san Antolín de Palencia, en septiembre de 1388, fueron jurados como Príncipes de Asturias, los primeros, título que desde entonces llevarían los destinados a reinar en Castilla. Ambos eran Príncipes de Asturias por derecho propio. La suerte de ambos quedaba sellada de manera indisoluble: Enrique no podría acceder al trono si no le acompañaba Catalina y ésta no podría ser considerada heredera en solitario. No fue fácil la vida de la primera Princesa de Asturias. Seis años mayor que su marido, tuvo que esperar varios años para consumar el matrimonio. La muerte de su suegro Juan I, en 1390, cuando su marido Enrique contaba 11 años, sumió al reino en el caos. Catalina tuvo oportunidad entonces de ser testigo de las disputas, de los graves enfrentamientos entre los nobles y personajes con representación en el reino que peleaban por ampliar sus parcelas de poder, no respetando las últimas disposiciones del difunto monarca, respecto a quienes tendrían que asesorar al futuro rey durante su minoría de edad. Fueron tres años terribles en los que se produjeron graves acontecimientos, como el horrible progrom (sucesión de actos vandálicos y de violencia antijudía), que en Sevilla destruyó la judería llevando a la muerte a cientos de judíos.
Catedral de San Antolín, Palencia, España. Autor: Carlos Delgado. WIKIMEDIA.

Catalina tendría también que soportar la animadversión de muchos parientes de su marido que no deseaban verla en el trono. Y llevar con paciencia los comentarios y leyendas malintencionadas que pretendían justificar el asesinato de su abuelo, el rey Pedro I. Por suerte, su matrimonio fue armonioso. Enrique siempre confió en ella, como lo demuestra el hecho de que Catalina actuara a veces en nombre de él, algo insólito en la corte castellana. Y cuando fue proclamado rey, al alcanzar la mayoría de edad, Enrique decidió asociar al trono a Catalina en calidad de reina consorte. El amor no fue inexistente entre ellos como lo prueba esta carta: «Reyna: yo el Rey vos enbio mucho saludar como aquella que amo como a mi corazón. Fao vos saber que yo, considerando el estado en que vos agora estades, et por que tengades ay con vos quien vos faga todo placer e vos quite de algunos enojos, he acordado enviiar por donna Teresa, priora del monasterio de Santo Domingo el real de Toledo para la enviar a vos que este conbusco, porque es tal persona con la que vos abredes mucho placer más que con otra persona alguna, et que vos fara todavía quantos servicios e placeres ella pudiere».
Pedro I de Castilla, padre de Catalina de Lancaster. Retrato imaginario del rey Pedro I de Castilla (1334-1369). Fue hijo del rey Alfonso XI de Castilla y de la reina María de Portugal. Fue conocido como "Pedro I el Cruel" debido a las numerosas personas que mandó matar, entre las que se contaban varios de sus propios hermanastros. Fue asesinado en 1369, cuando contaba 34 años de edad, por su hermanastro Enrique II de Castilla, que le sucedió en el trono. Y los restos de Pedro I descansan en la capilla real de la catedral de Sevilla. Autor: José María Rodríguez de Losada  (1826–1896). De Arvizu y Galarraga, Fernando (1998) La colección de retratos de reyes del Ayuntamiento de León, Ayuntamiento de León ISBN:84-87490-33-6. (...). Saber más... WIKIMEDIA.

EMBARAZADA.
«...El estado en que vos agora estades...». Catalina, por fin estaba embarazada. Deseosa como estaba de tener hijos, por lo que ello significaba en todos los sentidos, tardó más de siete años en concebir. Desde el momento en que nace el ansiado varón ya no existe para ella más que un objetivo en la vida: "conseguir que nadie arrebate el trono a su hijo". Oportunidad tuvo de demostrarlo, porque Catalina hubo de afrontar, junto con su cuñado, el infante Fernando, la regencia del reino, ya que su marido, el rey Enrique III, falleció el día de Navidad de 1406. Tenía 27 años, su hijo y heredero aún no había cumplido los dos. Fue una regencia complicada en la que Catalina ganó la primera baza, consiguiendo que todos aceptaran su decisión de permanecer al lado de su hijo hasta que éste cumpliera cinco años. Sin duda, la presencia de Catalina en Castilla favoreció las relaciones con Inglaterra y también con Portugal. Era una situación lógica pues dos hermanastros suyos reinaban en ambos países. En Portugal, Felipa de Lacanster; en Inglaterra, Enrique IV. Los franceses ya no eran aliados excluyentes e incondicionales de Castilla. Catalina influyó para que, sin romper con Francia —que siempre había sido la aliada de los Trastámaras—, se introdujesen algunas modificaciones en el tratado habitual con los franceses. La innovación, que se plasmó en el nuevo acuerdo, era la posibilidad de que Castilla pudiera concertar treguas con Inglaterra para que los barcos castellanos consiguiesen navegar sin sobresaltos a Inglaterra y Flandes, libres del siempre acechante peligro de los piratas.
Retrato imaginario del rey Enrique III de Castilla (1379-1406), hijo y sucesor del rey Juan I de Castilla y marido de Catalina de Lancaster. Enrique III de Castilla, llamado «el Doliente» (Burgos, 4 de octubre de 1379-Toledo, 25 de diciembre de 1406), hijo de Juan I y de Leonor de Aragón, fue rey de Castilla entre 1390 y 1406. Le sucedió a su muerte su hijo, Juan II. (...). Saber más... WIKIMEDIA.

POR LA PAZ.
Catalina valoraba más la paz que la guerra. Supo perder y renunciar a muchos proyectos y afinidades cuando existía un interés político superior. Por ejemplo, apoyó a su cuñado para que consiguiera la corona de Aragón —cuando su hijo también podía aspirar a ella— y se puso bajo la obediencia del papa Martín V, que ponía fin al Cisma de la Iglesia, aun cuando su afecto era para el papa Luna, Benedicto XIII, encerrado en Peñíscola. Sus contemporáneos fueron muy críticos con ella. Catalina siguió determinadas pautas de comportamiento que hoy, sin duda, calificaríamos de interesantes, pero que los prohombres de la época llevaron terriblemente mal. El político y escritor Fernán Pérez de Guzmán escribía: «Confusión y vergüenza para Castilla, que los grandes, prelados y caballeros, cuyos antecesores pusieron freno con buena y justa osadía a sus desordenadas voluntades por provecho del Reino... se sometan ahora a la voluntad de una liviana y pobre mujer». En este texto, Pérez Guzmán se refiere a Leonor López de Córdoba, autora de la primera autobiografía que se conoce en lengua castellana y que ocupó un lugar importante al lado de la soberana. Y es que Catalina se atrevió a rodearse de algunas mujeres distinguiéndolas con su confianza y valorando sus opiniones sobre los temas de gobierno. Los últimos 15 años de su vida hubo de soportar una molesta y crónica enfermedad. Después del segundo parto, se vio afectada por la perlesía. Cuentan las crónicas, y en eso sí que son explícitas, que Catalina de Lancaster era muy dada a la comida y a la bebida y que engordó de forma exagerada. En Generaciones y semblanzas Pérez de Guzmán dice: «Fue esta reina alta de cuerpo e muy gruesa; blanca e colorada e ruvia. En el talle e meneo del cuerpo tanto parecía onbre como muger (...)»
Retrato imaginario de Juan II de Castilla, por Juan María Rodríguez de Losada (1892-1894); Ayuntamiento de León. Juan II de Castilla (Toro, 6 de marzo de 1405-Valladolid, 21 de julio de 1454)1​ fue rey de Castilla​ durante cuarenta y ocho años, casi la primera mitad del siglo XV, entre 1406 y 1454. Fue hijo del rey Enrique III «el Doliente» (1379-1406) y de la reina Catalina de Lancaster (1373-1418), y padre de los reyes Enrique IV de Castilla (de su primera esposa, María de Aragón), e Isabel la Católica y Alfonso el Inocente (de la segunda, Isabel de Portugal). No debe confundirse con su contemporáneo, el rey Juan II de Aragón (1398-1479). José María Rodríguez de Losada - De Arvizu y Galarraga, Fernando (1998) La colección de retratos de reyes del Ayuntamiento de León, Ayuntamiento de León ISBN: 84-87490-33-6. (...). Saber más... WIKIMEDIA.

EL HIJO VARÓN.
Catalina murió unos meses antes de que el heredero, el príncipe don Juan —quien reinaría con el nombre de Juan II—, alcanzara la mayoría de edad. Era su único hijo varón, en quien había puesto todas sus esperanzas, la culminación de su misión en la Historia. Juan II, quien reinó 25 años, no heredó de su madre el compromiso dinástico del que ella siempre hizo gala. En la Historia ha quedado una frase suya que refleja un poco sus sentimientos: «Naciera yo hijo de un labrador y fuera fraile del Abrojo, que no rey de Castilla». Sin embargo sí podemos afirmar que fueron las descendientes femeninas de Catalina de Lancaster quienes supieron dar buena cuenta de la genética recibida. Primero su hija, doña María, reina de Aragón, que durante 26 años estuvo al frente del Gobierno mientras su marido Alfonso V se ocupaba de las posesiones en Italia, dejó constancia del buen hacer de las mujeres en el trono. Años más tarde una nieta, Isabel, se convertiría en la reina por antonomasia de toda la historia de España, y una de las más conocidas de Europa. De ella diría cuatro siglos más tarde, Simone de Beauvoir: «No era ni hembra ni varón: era soberana».
María de Aragón (hija de Catalina de Lancaster), reina consorte de Portugal, infanta de Aragón y Castilla. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Existen muchos textos en la Historia en los que se alude a que en el aspecto físico de la reina Isabel la Católica se podían observar los rasgos de su ascendencia inglesa. Es cierto, pero habría que puntualizar que se parecía a su abuela, a la reina Catalina de Lancaster, la primera Princesa de Asturias, una desconocida y excelente reina regente. Confieso que escribí este libro movida por la curiosidad de conocer a quien había sido la primera Princesa de Asturias. Como asturiana siempre sentí cierto orgullo de que Asturias figurara en el título de los herederos a la Corona. Me halagaba por la dignidad que encierra la distinción, pero al conocer las circunstancias que rodearon las vidas de Catalina de Lancaster y Enrique de Trastámara me sentí orgullosa sobre todo porque ese título venía a cicatrizar una herida abierta en el corazón de los castellanos. De ahí mi satisfacción al ver el nombre de mi tierra en un título que más allá de su significación, simbolizaba la paz. A lo largo de estos seis siglos ninguno de los llamados a la sucesión de la Corona nació en Asturias. Pero quiso el destino que fuera en este siglo, el XXI, cuando por primera vez en la historia una joven y guapa asturiana, Doña Letizia Ortiz Rocasolano, se convirtiera en Princesa de Asturias.
Su Majestad la Reina, doña Letizia Ortiz Rocasolano, nació en Oviedo el 15 de septiembre de 1972 y es hija de don Jesús Ortiz Álvarez y doña Paloma Rocasolano Rodríguez. (...). Saber más... Casa Real.

FUENTE: MARÍA TERESA ÁLVAREZ. Publicado por Crónica, un suplemento de "El Mundo" el 12-10-2008. Ver enlace.
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AUTORES.

María Teresa Álvarez nació en Candás (Asturias) el 27 de octubre de 1945.
Licenciada en Ciencias de la Información, fue la primera mujer cronista deportiva en la radio asturiana y la primera presentadora del programa regional de TVE en Asturias. En 1987 se trasladó a Madrid para conducir la Subdirección de Cultura y Sociedad de los telediarios de TVE. Un año más tarde dejó la información diaria para realizar documentales histórico-divulgativos. En esta línea ha dirigido: "Viaje en el tiempo", dedicado a desvelar los enigmas e incógnitas sobre Cristóbal Colón; "La pequeña española", Viena 1791-1991, que recreaba la vinculación de Mozart con España; "Sefarad, la tierra más bella", sobre el pasado y el presente de los judíos sefarditas; y "Mujeres en la Historia", un tema que siempre le ha interesado y sobre el que, además de escribir, da cursos y conferencias. En 1999 publicó su primer libro, "La pasión última de Carlos V". A éste le han seguido: "Isabel II", "Melodía de un recuerdo", "El secreto de Maribárbola", "Madre Sacramento", "Ellas mismas". "Mujeres que han hecho historia contra viento y marea", "La comunera de Castilla" y "Catalina de Lancaster" han otros de sus libros que han consagrado su éxito como escritora. Fuente: Planeta de los Libros.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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Esta página se editó por última vez el 13 de julio de 2023 a las 08:46 horas.

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