15 de septiembre de 2017

La puesta en marcha de la instalación al pie de Las Ubiñas

La verdad sobre el refugio del Meicín
Luis Fernández Cabeza nació un 20 de junio de 1903 en Mieres del Camín. Profesor mercantil de profesión, en 1934 se casó con Pilar Bernaldo de Quirós, junto a la que abriría en 1935 la librería “La Cultura”, la más popular de la villa durante el siglo XX. Saber más… Ayuntamiento de Mieres
El relato de la puesta en marcha de las instalaciones ubicadas en el cordal de las Ubiñas
Ver artículo del blog:
El refugio del Meicín...
La vega del Meicín, con el refugio y el cordal de las Ubiñas al fondo. (LNE)
Todo aparece bajo el prisma de los positivo, bonito y aleccionador, por los servicios que actualmente presta este carismático refugio, por el estupendo comportamiento de sus promotores y unas cuantas cualidades más que lo convierten en un ejemplo a seguir, dejando atrás, ya hace tiempo, otra época anterior en la que, sea dicho a tiempo, hubo luces y sombras, pero también una realidad encomiable, de la que no se hace la menor mención en su susodicho reportaje. Y esta es una situación -nos referimos al silencio sobre la primera etapa del refugio del Meicín- que puede herir sensibilidades, sobre todo teniendo en cuenta que existió una actitud solidaria, de esfuerzo, trabajo y decisión, que, bien podría significar el punto de partida de la existencia de lo que hoy se levanta en la bien llamada y mejor recordada "Vega del Meicín". Vayamos pues a unos hechos que, pensamos, no tiene respuesta contestataria.

(…) El antiguo Refugio del Meicín, en construcción (Agosto de 1966) (…). Seguir leyendo… xuliocs.

En efecto, hoy hay una estupenda instalación al pie de Las Ubiñas. Pero también es una realidad tangible que tal hecho cuenta con unos antecedentes dignos de mención. La idea de ubicar un refugio de montaña en tan singular paisaje, partió del Centro Cultural y Deportivo Mierense y su impulsor principal fue precisamente su presidente y fundador Luis Fernández Cabeza, quién, recogiendo el sentir casi general de muchos de sus socios por la práctica del montañismo, concibió la idea bajo el prisma de un deseo colectivo que encontró todas las garantías. 
Claro que para ello era necesario, como primer paso, disponer del suelo necesario para emprender tal empresa. Como se daba la circunstancia de que esta hermosa zona montañosa pertenecía a la demarcación del concejo de Lena, hubo que negociar y la verdad que se encontraron bastantes disposiciones, a fin de lograr la parcela necesaria donde levantar el refugio. Creo entender que fue en torno a los primeros años de la década de los sesenta cuando se llegó a un acuerdo, de clara disposición por parte del consistorio lenense, a fin de disponer de un amplio espacio de superficie en la vega del Meicín, donde ubicar la instalación. Y lo más importante del acuerdo entre ambas partes señalaba la distancia de cincuenta años, para uso y disfrute del Centro Cultural, debiendo pasar, una vez concluido este dato, de nuevo a manos del concejo limítrofe, con toda la dotación que existiese en ese momento.
Personal y mulas con el refugio recién terminado. (LNE)
A partir de ahora viene la parte de mayor envergadura, puesto que, como se sabe, a la vega -por cierto, vamos a señalarla con su verdadera denominación- de Xeite y Meicín, no era posible acceder por carretera y menos con máquinas rodantes. Entonces se impuso la fórmula de trasladar el material necesario a través del viejo e histórico sistema del acarreo con mulas. Y de esa forma se puso en marcha el dispositivo. Claro que exigía el detalle más esencial, empezando por un boceto arquitectónico que se ajustase a las condiciones climatológicas de la zona. No le faltaron a Fernández Cabeza los peones, mejor el personal técnico, ni tampoco los operarios que, de una forma totalmente altruista se pusieron, como se suele decir, manos a la obra.
Un helicóptero acercándose al refugio. LNE
Ideal sería poder nombrar aquí la identidad de todos aquellos valientes que hace más de cincuenta años, materializaron la odisea de crear el refugio del Meicín, para comodidad y disfrute de tantos y tantos montañeros, no solo asturianos, sino de varias provincias y más tarde autonomías españolas. Por otra parte la instalación fue base de operaciones ante la desgracia de accidentes propios de la montaña, en su mayoría mortales. Pero, en fin, ni el espacio ni la memoria del cronista, ni tampoco documentos fehacientes a mano, permiten dejar constancia de esos datos.
El antiguo refugio del Meicin con sus privilegiadas vistas. (LNE)
Digamos que como inspirador principal estaba Luis Fernández Cabeza quién tuvo, como colaboradores esenciales e imprescindibles, al recientemente desaparecido Marino Fernández Canga, al también recordado Julio León Costales y alguno más que, lamentándolo, ahora no es posible recordar. Queda nombres que sin duda alguna jugaron un papel de primer orden. 
Durante cerca de treinta y cinco a los cuarenta años el refugio funcionó con bastante regularidad, no exenta de ciertas dificultades que era indispensable solventar sobre la marcha, como fue, en ocasiones, los desperfectos ocasionados por los temporales de nieve y viento, como también la reposición de material y sobre todo la exigencia ineludible de que existiese un control responsable sobre el funcionamiento de la instalación, en base a la prestación de servicios, responsabilidad que unas veces asumía, de forma altruista, personal del Centro y en otras se contrataban personas afines con determinado costo. El caso es que, a rasgos generales, el tiempo fue discurriendo con un hecho tangible. 
Luis F. Cabeza con Marino Canga y otros colaboradores. LNE
En las estribaciones del macizo de las Ubiñas existía un refugio a la atención de tantos deportistas que escogían esta zona para la práctica de su afición. Y no se trataba, por supuesto, de lo que hoy figura en la vega del Meicín, porque, ni los medios del Centro Cultural podían competir con los de ahora institucionales, ni tampoco la demanda era de unas exigencias tan aplastantes como los actuales. De todas formas los socios de la entidad mierense tenían sus ventajas tanto económicas como de servicio y el resto de los usuarios se encontraba con un lugar de cobijo y resguardo donde podían realizar las tareas más elementales de supervivencia. Y así, bajo esa tónica de acción conjuntada, habiendo dejado Fernández Cabeza la presidencia del Centro y asumiendo esta responsabilidad otros mierenses, se llegó a los años noventa del siglo pasado con una situación difícil, rozando el concepto de calamitosa. Precisamente creo entender que, entre otros, los dos últimos socios que cargaron con la responsabilidad del refugio, fueron el recordado Pepe de La Villa y la incansable Sabina.
El último día de vida del refugio, minipala durante el derribo. LNE
Pero, la realidad de un deterioro casi total de la estructura exigía un fuerte desembolso para poner al día de nuevo la viabilidad del refugio. Además resultaba difícil encontrar ya guardianes, aunque fuesen contratados, para estar al pie del cañón y prestar el servicio necesario. 
La situación comenzó a cambiar cuando, por una parte sonaron campanas institucionales a través de la Federación Asturiana de Montañismo, dispuesta a recibir la instalación y por otra en el seno del Centro Cultural y Deportivo Mierense, apareció el convencimiento de que la mejor salida era la oportuna cesión de las instalaciones, bajo el condicionantes de ciertas ventajas para los socios del Centro y el convencimiento de que se lograría un nuevo refugio con todas las de la ley. Y en asamblea extraordinaria se tomó el acuerdo de la cesión. Años más tarde, la gestión pasó a manos del Ayuntamiento de Lena. Hoy esa realidad aparece como palpable y así quedó plasmado en el reciente reportaje de LA NUEVA ESPAÑA. Faltaba la primera parte de todo el proceso que, creo, queda ahora un poco más aclarada.
El remodelado albergue del Meicín, junto al macizo de Las Ubiñas. (LNE)
FUENTE: AMADEO GANCEDO. Publicado por La Nueva España el 13-08-2017. Ver enlace.
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AUTORES.

Amadeo Gancedo (Tuña (Tineo) 1935 - Mieres del Camino 2019), ejerció de fedatario del ruidoso y contradictorio Mieres de finales de los setenta y toda la década de los ochenta, contando en sus crónicas el inicio del naufragio industrial del concejo y el surgimiento de un pálpito que insufló vida a la emancipación política y sociocultural. Como antes había hecho uno de sus maestros, el recordado Luis Fernández Cabeza, Amadeo Gancedo se convirtió en infinidad de ocasiones en consejero, orientador e incluso confesor de alcaldes, empresarios, sindicalistas y dirigentes vecinales. También de algunos artistas, como el propio Víctor Manuel. Al margen de su infatigable labor periodística y, más tarde, empresarial, Amadeo Gancedo fue una persona permanentemente implicada en la vida social y cultural de Mieres. “No sólo fue un observador, sino también un laborioso actor estrechamente ligado a la comunidad”. Fueron muchas las iniciativas en las que se embarcó, colaborando con entidades como el Caudal Deportivo o el Orfeón de Mieres, entre otras muchas. Durante dos etapas de su vida estuvo enfrascado en sendos proyectos que tuvieron una notable relevancia. Se trata del Concurso Artístico de Otoño del viejo Teatro Capítol y de los “Tribunales Populares” impulsados durante su etapa al frente del Centro Cultural y Deportivo. En ambos casos, compartió experiencias con otros muchos inquietos mierenses implicados, como él, en el progreso del concejo. Como en casi todo, su acusada sensibilidad social le hizo adelantarse a debates antes de que se pusieran de máxima actualidad. Un abanderado del entusiasmo. Así le recordaremos. Amadeo Gancedo Rodríguez falleció el 27/04/2019. Fuente: https://lne.es. (La Nueva España).

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”

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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con El Blog de Acebedo para hacerlo figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los autores.

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