El león, del que
recientemente se han encontrado nuevos restos, no reinó sólo en la Asturias del
Pleistoceno; rivalizó con hienas, cuones, leopardos, linces y grandes osos
La Nueva España
El reinado del león, hoy decadente en el África subsahariana
y apenas una sombra en sus dominios asiáticos, se extendió en la Prehistoria a
Europa y alcanzó Asturias durante buena parte de la última edad del hielo. Los
restos del león de Porrúa, en Llanes, de cuyo hallazgo dio noticia LA NUEVA
ESPAÑA en los últimos días, constituyen la huella más completa de la presencia
de este gran félido en Asturias. Pero no son los únicos. Ni es ésta la única fiera
que habitó en un pasado remoto en la región, donde hoy dominan dos carnívoros
que presenciaron el esplendor, el declive y la extinción del "rey
león": el lobo y el oso pardo. Aquí hubo también hiena manchada, leopardo,
cuón, osos etrusco y de las cavernas, linces boreal e ibérico, e incluso los
espectaculares dientes de sable, junto a una corte de medianos y pequeños
cazadores que prosperaron y les han sobrevivido: zorro, gato montés, nutria,
tejón, turón, armiño y comadreja.