Construcción de la plaza de toros, técnicos y obreros. La Nueva España. |
Parada y
apartadero de los tranvías de tracción animal en la Plaza de Toros. Facebook: Gijón De siempre. |
Aquel Gijón que se había puesto en el camino de la prosperidad gracias a la instrucción nada tenía que ver, sin embargo, con un oasis existencial, ya que padecía problemas cotidianos que no habían sabido ser afrontados desde el Ayuntamiento con la eficacia que demandaba la modernidad en una población que había superado los diez mil habitantes. No había bombas de agua que pudieran ser utilizadas en casos de incendios, por lo que había que recurrir a los baldes de los vecinos dado que no existía un servicio municipal organizado. Eso sí, la popular expresión de: "¡Agua va!" imperaba como aviso a los peatones que transitaban por unas oscuras, estrechas y malolientes vías, dado que tampoco el alcantarillado era un lujo del que pudiera disfrutar toda la ciudadanía.