El carro-correo de Manolín el Carteru |
El célebre mierense D. Luis
Navascués, administrador de correos, y los dos carteros que repartían en Mieres.
Colección Julio León Costales. Archivu del Centru d’Estudios de l'Asturianada.
Foto Archivo.
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Manuel Álvarez Solís se ganó el aprecio de los vecinos de la villa cumpliendo con su labor profesional. Cuando el duende observador se detiene en el reciente pasado de los pueblos, y lo hace con el termómetro de la templanza y el análisis, ¡hay que ver cuanta materia para la reflexión y la contemplación se encuentra uno! Todo un mundo de personajes, situaciones singulares y anécdotas aleccionadoras se descubrenLa Nueva España. Precisamente cada pueblo, lugar o rincón habitable, tiene su historia. Y esa pieza del discurrir humano nunca ha de quedar en el olvido, sino mantener viva la lógica lección vital, con vistas a una posible aplicación de sus conclusiones, en el diario discurrir de los acontecimientos del presente y futuro inmediato. Por supuesto que Mieres, denso en contenido social, humano, económico, cultural, laboral y en cualquiera de las facetas de la vida, guarda como oro en paño y en el baúl de cristal, todo un propio bagaje de elementos que han escrito su reciente historia. Dentro de cualquier rincón de una memoria bien pertrechada y en franquicia, puede surgir el acontecer de sus protagonistas. ¿Les dice algo eso del carro-correo de Manolín el Carteru? Cierto que, aparentemente al menos, ese servicio ciudadano que se encarga de traer y llevar a buen puerto las noticias, buenas o malas, eso es inevitable, que arriban o parten del pueblo a través del tradicional sistema de correos, no ha evolucionado mucho.