11 de junio de 2013

El republicanismo decimonónico en la región

Insurrecciones republicanas en Asturias
La Primera República propuso un proyecto alternativo para España, como pone de manifiesto el proyecto constitucional de 1873, pero también en la legislación aprobada en las Cortes y en los proyectos y proposiciones que no llegaron a ser aprobados, y que es una cuestión menos conocida. Saber más... Nueva Tribuna.
El historiador Sergio Sánchez Collantes (Investigador en el Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo) se adentra en el estudio del republicanismo decimonónico en la región, un campo historiográfico casi inédito hasta hace una década
El Gobierno Provisional en 1869. De izquierda a derecha: Laureano Figuerola, Hacienda; Práxedes Mateo Sagasta, Gobernación; Manuel Ruiz Zorrilla, Fomento; Juan Prim, Guerra; Francisco Serrano, presidente del gobierno provisional; Juan Bautista Topete, Marina; Adelardo López de Ayala, Ultramar; Antonio Romero Ortiz, Gracia y Justicia; y Juan Álvarez Lorenzana, Estado. Foto de J. Laurent. La Nueva España.

La Nueva España
El republicanismo toma cuerpo en España en el XIX, en la etapa liberal, y se define, frente a los regímenes oligárquicos moderado isabelino y conservador restauracionista, como una ideología que propugna una forma de Estado que se sustenta sobre unos principios democráticos, la reforma social y un sistema laico. Sus bases sociales de apoyo son sectores de las clases populares y la clase media. Dada la condición oligárquica y autoritaria de esos regímenes que pretendían derribar, el movimiento republicano español alternó la vía política con la insurreccional a lo largo del XIX. De modo que la represión que provocaron esas acciones violentas obligó a sus partidarios a moverse en la clandestinidad, esto es, en el mundo de las sociedades secretas, de las logias masónicas, de los círculos de sociabilidad privados y, consecuentemente, muchos de ellos sufrieron la prisión y el exilio por defender su avanzado ideario.

10 de junio de 2013

Plano Geométrico de Diego de Cayón en 1819

La historia cartográfica de Gijón
Plano geométrico del puerto y villa de Gijón elaborado por Diego de Cayón. El Ayuntamiento adquiere el primer plano en color de la ciudad, fechado en 1819. La obra, realizada por el alférez de fragata de la Real Armada Diego de Cayón. La Nueva España.

La compra por el Ayuntamiento del plano de Diego de Cayón, un trabajo de finalidad fiscal y excepcional calidad, ayuda a engrosar los menguados fondos originales del municipio
La representación gráfica de Gijón. La Nueva España.
La Nueva España
La representación gráfica de las ciudades españolas es relativamente escasa hasta la Edad Moderna, momento en el que las monarquías absolutas y los estados nacionales comienzan a configurarse y necesitan disponer de información cartográfica fiable para su organización territorial. No obstante, hay antecedentes, que en algunos casos se remontan a época medieval, como códices, sellos de plomo o tapices. El interés por el conocimiento en profundidad del territorio gobernado y la herencia cultural recibida de su padre Carlos I (amante de las ciencias y la naturaleza) impulsó al rey Felipe II a dar continuidad a una importante labor científica iniciada por su predecesor, la elaboración de una cartografía detallada de España, tarea encomendada a personajes tan relevantes como Pedro de Esquivel, Felipe de Guevara o Antón Van de Wyngaerde. 

El adiós a Ricardo Álvarez Lobo, sacerdote y antropólogo allerano

El 16 de mayo de 2013, falleció el dominico allerano Ricardo Álvarez Lobo tras 60 años como misionero en Perú
(…). Doctor en Antropología por la Universidad París VII (Francia), Licenciado en educación y Maestro en Sagrada Teología. Su trabajo misionero se complementó con otras actividades destacadas, como director del Colegio Padre Francisco Álvarez de Sepahua, fue también el primer alcalde del Distrito de Sepahua, profesor en la Universidad San Martín de Porres (Lima) y director del Centro de Estudios Sociales Sepahua (CESS). (…). Saber más... Víctor R. Nomberto, Doctor en Ciencias Sociales.

El religioso allerano era doctor en Antropología y fundó en la selva peruana la comunidad de Sepahua, en la que conviven diferentes tribus
El sacerdote allerano Ricardo Álvarez Lobo. La Nueva España.
La Nueva España
El sacerdote allerano Ricardo Álvarez Lobo ha fallecido a los 88 años de edad en su segunda tierra, en Perú. Y lo ha hecho tras más de medio siglo trabajando por una comunidad que transformó con numerosas mejoras y en la que siempre fue muy querido. Sus restos mortales reposarán en Perú. Ricardo Álvarez Lobo falleció el pasado 16 mayo en la capital peruana, Lima, tras complicaciones derivadas de una operación de próstata. Nació el 11 de enero de 1925 en la parroquia allerana de Nembra, en el seno de una familia profundamente religiosa. No en vano, su hermano José también es sacerdote dominico en La Felguera. Y otros dos hermanos, María del Rosario y Enrique, ya fallecidos, formaron parte de la congregación dominica.

9 de junio de 2013

La portada de la iglesia de San Xuan de Mieres ¿o Santa María de Copián?

Copián, donde volaron los pájaros Templarios... 
Mieres, templo de San Xuan de La Pasera, hacia 1920, poco antes de su derribo. (Foto Archivo)
El Camino Jacobeo que venía bordeando la costa cantábrica, a cuyos puertos arribaban numerosas naves cargadas de peregrinos, tenía su encrucijada en Oviedo
Antiguo templo parroquial de San Juan Bautista (Mieres), el 24 de junio de 1927, fecha en la que se celebro la última misa en la vieja iglesia. (Foto Archivo)
Picota y Cepo
El Camino Jacobeo que venía bordeando la costa cantábrica, a cuyos puertos arribaban numerosas naves cargadas de peregrinos, tenía su encrucijada en Oviedo. Desde aquí partía un ramal hacia León, atravesando el puerto de Pajares, para unirse allí con el Camino Francés. Era un camino de dos direcciones, muchos peregrinos regresaban de Compostela por esta ruta y otros se desviaban por ella para visitar la Catedral del Salvador en Oviedo. Tanto tránsito hizo que se abrieran numerosos albergues, hospitales, malterías y demás establecimientos destinados a la atención de los peregrinos. Uno de ellos estaba situado en la ladera sur del Picu Gúa, entre Mieres del Camín y el alto de El Padrún, en la aldea de Copián. Se tiene constancia que, en 1103, Alfonso VI donó una heredad en el Monte Copián al cabildo de San Salvador de Oviedo con el fin de edificar allí un hospital de peregrinos. En 1143 Gonzalo Bermúdez y su mujer Cristina Peláez, donan a la Catedral de Oviedo el templo de Santa María que habían levantado en Copián, para que sirviese de capilla a la hospedería y como parroquia vecinal.