9 de marzo de 2018

Ver el futuro desde el pasado

Utopía y distopía de una herencia medieval
Plano medieval de Oviedo. Año 1522. (Pinterest)
La ciudad del Medievo, palimpsesto de memoria e identidad, laboratorio de ideas y saberes, forjó otra, contemporánea, que destruyó sus orígenes y sigue despreciándolos


Grabado de Parcerisa de la torre de la Catedral (1855). (Todocolección)
Ver el futuro en el pasado es una clave de lectura que los medievalistas conocemos bien, especialmente quienes nos dedicamos al estudio de ciudades con más de mil años de historia. Así, formamos una idea atemporal de ciudad donde, en el mejor de los casos, lo viejo y lo nuevo conviven en perfecta armonía. Los estudiosos de la ciudad medieval tratamos de comprender sus dinámicas proyectándolas hacia nuestros días y viceversa, devolviéndonos esa dialéctica -exquisita conjunción de memoria histórica y cambio- las claves interpretativas más profundas de la identidad urbana. No hay mejor prueba de la verdadera utilidad de la historia: comprender el presente por el pasado y el pasado por el presente, en palabras del admirado M. Bloch.

8 de marzo de 2018

El cambio de trazado del ferrocarril de Pajares

Cuando Vetusta se alzó por el tren

Antigua postal (coloreada) del puerto de pajares (loma del asno). Estación con tren de vapor. (todocolección). Ver enlace de la imagen…

La ciudad vivió el 27 de marzo de 1881 una multitudinaria manifestación contra el cambio de trazado del ferrocarril de Pajares

Antigua estampa de Puente de los Fierros (Lena). A.P. LNE

La Nueva España
¡Esto no hay cuerpo que lo aguante! Cada dos por tres, cuando aún no se han cumplido ni quince meses desde mi último viaje a Oviedo, vuelta a empezar. Y menos mal que las cosas han mejorado. El siglo andaba por la década de los cincuenta. Con mis dieciocho añitos recién cumplidos fui contratado como corresponsal en el periódico "El Imparcial". No había transcurrido un año, mi forma de escribir y trabajar gustó al señor director y, ¡hala!, prepara la maleta, hay que hacer un trabajo sobre Asturias y te toca.

7 de marzo de 2018

El batallón «Mateotti» en la defensa de Bilbao

Los «gudaris» asturianos del Cinturón de Hierro

Milicianos del batallón Mateotti el día 10 de marzo de 1937, poco antes de partir hacia Bizkaia fondo Constantino Suárez, Archivo Municipal de Gijón, n.º 7011. Saber más… El Diario.es.

El pueblo vasco de Larrabetzu homenajeó a los milicianos del batallón Mateotti de Sama caídos en 1937 en la defensa de Bilbao, que costó la vida a cientos de soldados de la región

Milicianos asturianos en el frente vizcaíno. La Nueva España.

Un vecino del pueblo de Larrabetzu, en Vizcaya, sintiéndose morir en el año 2012, confesó a un sobrino suyo algo que le remordía desde hacía años: el emplazamiento de una fosa común en la que yacían de diez a catorce milicianos asturianos que cayeron durante la defensa de Bilbao, en junio de 1937. La fosa se encuentra en el pinar de Bolumburu, y ya en junio del año 2012 se celebró un homenaje en honor de estos caídos y los «gudaris» asturianos que dejaron la vida por defender el País Vasco, aunque se les pagó con cierta mala fama. Según explicaba el casín afincado en Vizcaya desde los 12 años Marcelo Álvarez, miembro de la asociación Ahaztuak 1936-1977, que organizó ese fin de semana otro homenaje, se cree que los asturianos de Bolumburu estaban encuadrados en el batallón 228, conocido también como el 28 o el batallón Mateotti, llamado así en honor del diputado socialista asesinado en 1924 por fascistas italianos. De adscripción socialista, este batallón se reclutó en Sama, y estaba al mando de José Torre Antuña, según indica el historiador Francisco Vargas en su trabajo «Las brigadas asturianas y santanderinas en el frente vasco».

5 de marzo de 2018

Pasión por la comida

Una de romanos
La Gastronomía en el Imperio romano. (ArtenCórdoba)
Gavio Apicio que escribió "De re coquinaria", el primer gran tratado culinario occidental que se conoce, y el garum, un condimento que vive un resurgir con nuevas fórmulas adoptadas por la alta cocina
El pescado más apreciado por los romanos fue el salmonete. (Paleorama en red)
En la historia de Roma hubo tres grandes Apicios, y todos ellos fueron famosos por su pasión por la comida. El primero vivió en la época de Sila, en la República, y era conocido por su apetito desbocado. El segundo, en los tiempos de Trajano, se hizo famoso por su técnica para conservar las ostras. Pero fue el último, Marco Gavio Apicio, el más reputado de los tres. A él le debemos el primer gran tratado de cocina, De re coquinaria.