7 de febrero de 2020

Incertidumbre en al país en 1977

El príncipe de una democracia por fraguar
Tarjeta con moneda oficial de Felipe de Borbon(principe de asturias 1 noviembre 1977).   https://www.todocoleccion.net/monedas-juan-carlos-I/tarjeta-moneda-felipe-borbon-principe-asturias~x35122259
"aquel día vimos que la corona era pieza clave en la estabilidad del país", cuentan los testigos del homenaje en 1977 a Felipe de Borbón en Covadonga
EL ENTONCES PRÍNCIPE DE ASTURIAS RECIBE DE MANOS DEL ARZOBISPO DE OVIEDO UN PRESENTE, JUNTO A LOS REYES Y LA INFANTA ELENA EN 1977 LA NUEVA ESPAÑA. https://mas.lne.es/aniversario-covadonga/visitas-reales/1977-la-casa-real-y-covadonga.html
https://www.lne.es  
El 1 de noviembre de 1977 hubo mucho más que una misa y un homenaje en Covadonga al Príncipe de Asturias. La incertidumbre que rodeaba al país, ni dos años habían pasado de la muerte Francisco Franco, alcanzó incluso a la primera visita oficial que Felipe de Borbón hacía a Asturias, la tierra del histórico Principado, arrinconado durante la dictadura. Mientras unos creían que asistían a una investidura o proclamación, influenciados por el texto de la invitación al acto en el real sitio, el mensaje de última hora era que se trataba de una entrega de atributos al niño príncipe, algo que cogió por sorpresa incluso al arzobispo Gabino Díaz Merchán en su homilía.
Gabino Díaz Merchán (Mora, Toledo, 26 de febrero de 1926) es un obispo católico español que fue arzobispo de Oviedo entre 1969 y 2002. Presidió la Conferencia Episcopal Española entre 1981 y 1987. De Conferencia Episcopal Española - Mons. Diaz Merchán, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53216622
Dudas surgidas, seguro, por la falta de costumbre. "Es que estaba todo por hacer", rememora Alfredo Prieto Valiente, cuarenta y un años después del acto. Prieto Valiente contaba entonces apenas 43 años y había salido diputado, por UCD, en las elecciones generales de 1977, las de las Cortes Constituyentes. Cuatro décadas después guarda más recuerdos de las sensaciones que de los detalles de aquella jornada, que amenazaba lluvia pero acabó dejando un cielo despejado como pocas veces sucede un 1 de noviembre en el entorno de Covadonga. "Me acuerdo perfectamente. Era pleno otoño, fui en mi coche desde Oviedo y no se me olvidan las tonalidades de los bosques de castaño que podía ver desde la carretera", comenta. También el Rey Juan Carlos llegó a Covadonga al volante de un Mercedes azul en el que viajaba el resto de la Familia Real, a eso de las doce y veinte del mediodía, para sorpresa de la gente que aguardaba en la explanada de la basílica.
El 1 de noviembre de 1977 la Familia Real al completo se desplazó hasta Covadonga. https://www.semana.es/casas-reales/familia-real-espanola/leonor-felipe-covadonga-20180908-002021206/
El incipiente diputado de 1977 repara ahora en una singularidad del primer reconocimiento público al Príncipe Felipe. En aquel acto de Covadonga cohabitaron las autoridades del anterior régimen y los nuevos diputados y senadores, elegidos en las urnas apenas cinco meses antes. "Estábamos los primeros en la fila. Éramos los políticos más cualificados del país, habíamos sido elegidos en unas elecciones democráticas, absolutamente limpias, libres y muy transparentes pero el resto de autoridades que estaban allí eran cargos a dedo del régimen anterior, del final del franquismo", detalla Alfredo Prieto Valiente, uno de los cinco diputados asturianos (cuatro de UCD y 1 del PP) testigos de aquel evento junto a Emilio García-Pumarino, Luis Vega Escandón, Ricardo León Herrero y Juan Luis de la Vallina, respectivamente.Asturias contaba entonces con diez parlamentarios en el Congreso pero la mitad no acudieron, señal de las dudas e incertidumbres que rodeaban un acto en el marco de Covadonga con protagonismo estelar para la Casa Real. Los cuatro diputados del PSOE y el secretario general de los socialistas asturianos, Rafael Fernández, no asistieron con la excusa de un comité regional del partido convocado para ese mismo 1 de noviembre en Oviedo y la parlamentaria del PCE por Asturias, Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", había salido la víspera de viaje a la URSS.
Rafael Fernández Álvarez, el primer presidente del Principado, falleció en la madrugada de 18 de diciembre de 2010 en su domicilio de Oviedo a los 97 años de edad, cerrando tras de sí el primer capítulo de la última historia democrática de Asturias. https://www.lne.es/asturias/2010/12/19/adios-presidente-reconciliacion/1009594.html
"La izquierda asturiana con disculpas un tanto absurdas no quiso asistir", resume Emilio García-Pumarino, entonces diputado novel con 29 años y ahora registrador de la propiedad a punto de jubilarse. "Fue el primer acto solemne al que asistí como parlamentario", explica al tiempo que aporta motivos sobre la espantada de los diputados asturianos de la izquierda en el primer homenaje público al Príncipe de Asturias. "No estaba consolidada la Constitución, que todavía tardaría un año más, ni la democracia. La organización corrió a cargo de la Diputación. Fue un acto preconstitucional pero con gran importancia simbólica y política". La época no era fácil. "Había crisis por los precios del petróleo, estaba el terrorismo de ETA y había ruido de sables", añade Pumarino. Los dos diputados testigos del primer acto en Covadonga y en Asturias del Príncipe, hoy Felipe VI, conservan más impresiones grabadas en su retina que detalles y pormenores. "Fue nada pomposo pero muy simbólico. Hicimos la clásica foto de familia debajo de la estatua del rey Pelayo con los Reyes y el niño, rodeados por los diputados y demás autoridades del viejo régimen", precisa Prieto Valiente de un evento que recuerda "bastante breve".
Emilio García Pumarino. Legislatura Constituyente ( 1977-1979). Diputado por Oviedo.
A García-Pumarino, en cambio, no se le olvida la larga espera. Los Reyes llegaron con retraso porque la niebla en Madrid impidió realizar en helicóptero el trayecto entre la Zarzuela y el aeropuerto de Barajas. "Era un día de invierno y por la mañana la niebla envolvía la explanada de la basílica donde nos formaron", relata el exdiputado al que, pese al paso del tiempo, "hay imágenes que no se le borran, como la seriedad y la tranquilidad con las que el Príncipe Felipe asumió el símbolo de la Cruz de la Victoria". No hubo investidura oficial acaso porque días antes un grupo de asturianos de distintas formaciones políticas hicieron llegar un telegrama a la Zarzuela para que el Rey Juan Carlos I conociera su malestar porque la Diputación Provincial, promotora del acto en Covadonga, no era representativa de la Junta General del Principado, institución encargada de recibir la proclamación oficial del Príncipe de Asturias. Entre los firmantes del telegrama dirigido a la Zarzuela había miembros del PSOE, del Partido Socialista Popular de Asturias, del Partido Comunista de España, de Conceyu Bable, de Unidad Nacionalista Asturias, de Unidad Regionalista, del Movimiento Comunista de Asturias y del Partido Comunista de los Trabajadores de España. Fuera por ese motivo o no, la investidura mutó en la víspera a entrega de atributos y el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, cuya asistencia estaba prevista, no acudió aunque el Gobierno estuvo representado por el ministro de Interior, Rodolfo Martín Villa, y el de la las Regiones, Manuel Clavero Arévalo.
Manuel Clavero Arévalo.   https://sites.google.com/site/fernandojromerob2/lademocraciaenespa%C3%B1a1978-2000?tmpl=%2Fsystem%2Fapp%2Ftemplates%2Fprint%2F&showPrintDialog=1
"Salió muy bien", recordaba Martín Villa, el ministro que en la Transición tuvo que pasar el duro trago de asistir a los funerales de las víctimas del terrorismo etarra. "Se estaba discutiendo la forma monárquica del Estado y que el heredero fuera a un acto en Covadonga tenía su sentido. Luego tras las elecciones de 1979 se pusieron en marcha los estatutos de autonomía y con naturalidad la comunidad se llamó Principado de Asturias" , concreta Martín Villa. El acto de Covadonga fue "uno de los muchos acontecimientos" que, para el exministro, han contribuido a consolidar la Monarquía, entre los que citó "la Constitución de 1978 y las actuaciones del hoy Rey emérito. Dios escribe derecho con renglones torcidos como pudo verse con su intervención en el golpe del 23-F"Los testigos lo recuerdan como un acto sencillo. Entre la llegada y la marcha de los Reyes, el Príncipe Felipe y sus hermanas, las Infantas Elena y Cristina, transcurrieron apenas dos horas y media, en los que hubo tiempo para rendir visita a la gruta y postrarse ante la imagen de la Santina, celebrar una misa en la basílica, presidida por Díaz Merchán y acto seguido el homenaje, que tuvo lugar en una tribuna levantada para la ocasión en la explanada, con discursos del presidente de la Diputación, Luis Sáenz de Santamaría, y del Rey Juan Carlos.
Luis Sáenz de Santa María entrega a Don Felipe, ante el Rey Juan Carlos, el pergamino que lo acredita como Príncipe de Asturias, el 1 de enero de 1977. https://www.lne.es/asturias/2017/01/07/muere-luis-saenz-santamaria-ultimo/2038018.html
Las palabras del Arzobispo en su homilía reflejan, hoy, el significado de aquel acto en la coyuntura histórica del momento. "Pidamos por España para que todos los ciudadanos acertemos a convivir como hermanos perfectamente reconciliados, a colaborar con esfuerzo responsable en la superación de nuestras dificultades económicas y sociales, a establecer las bases de una participación política de corresponsabilidad ciudadana, de justicia, de amor, de libertad, de paz". Extramuros de la basílica llegó el momento del homenaje y los discursos oficiales. El presidente de la Diputación hizo entrega de un pergamino, "el título de Príncipe de Asturias", según dijo Sáenz de Santamaría, y la venera, acreditativa, con la Cruz de la Victoria, que el Príncipe Felipe recibió en su pecho, además de cien duros con la efigie del Rey como atributo de mantillas. "Mi hijo queda vinculado real y solemnemente a esta noble región", pronunció el Rey en su discurso, ya desde la tribuna de la explanada. "Esta cruz significa también tu cruz", le dijo Juan Carlos I al niño príncipe. "Tu cruz de rey, la que debes llevar con honra y nobleza como exige la Corona: ni un minuto de descanso ni el temblor de un desfallecimiento, ni una duda en el servicio a los españoles y su destino". Luego llegaría el momento de los regalos: una moneda de oro con su efigie, una gaita y una lámpara de mina de oro para el Príncipe y sendas muñecas, ataviadas con el traje típico asturiano, para sus hermanas.
1-11-1977. Don Felipe saluda desde un coche descubierto, flanqueado por sus hermanas, en Covadonga, el día de su investidura como Príncipe de Asturias. / E. C.. https://www.elcomercio.es/gijon/20080127/politica/principe-ligado-asturias-20080127.html
Más tarde hubo comida en la finca de la Caja de Ahorros de Asturias en Villamayor, donde la Reina Sofía dejó claro que le gustaba, y mucho, la fabada. Uno de los más satisfechos con el transcurso de aquel acto fue Torcuato Fernández-Miranda, que en aquella fecha ya no era presidente de las Cortes pero había desempeñado un papel crucial para que "el país fuera a la ley por la ley", rememora Prieto Valiente, haciendo suya una expresión del influyente político asturiano. Torcuato Fernández-Miranda recibió en Covadonga la enhorabuena de Martín Villa por aquel acto en 1977; años más tarde su hijo Enrique, duque de Fernández-Miranda, seria testigo del primer acto público de la Princesa Leonor. "Mi padre estuvo muy presente en todo lo que suponía dar continuidad a la ley de la Reforma Política, el paso de la dictadura a la democracia", comentaba Enrique Fernández-Miranda, que acudía a Covadonga en su doble condición de "asturiano ejerciente" y como decano de la Diputación de la Grandeza de España. Para él, la presencia de la Princesa Leonor en Covadonga fue "un acto dentro del orden y de la normalidad constitucional. La monarquía, gracias a los dos reyes, está profundamente asentada"
Torcuato Fernández-Miranda, el guionista de la Transición. https://www.publico.es/culturas/ingeniero-esbozo-regimen-del-78.html
"Aquel contexto era difícil pero el discurso del Rey aquel día supuso una cierta reafirmación de que se estaba en el buen camino y de que la Corona era una pieza fundamental para la estabilidad aunque una parte de la izquierda no aceptaba a la monarquía", concluye Emilio García Pumarino de un acto que dejó alguna foto de lo más espontánea para la posteridad, como la del Príncipe Felipe, en pie y saludando desde el techo practicable del Mercedes azul junto a sus hermanas. 

Página del diario ABC del 1 de noviembre de 1977 anunciando la ceremonia. (ABC.es)

FUENTE: JUAN A. ARDURA (Redactor de La Nueva España)
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