Una mujer consuela a otra tras un
bombardeo en Oviedo en 1936. El País. |
Ovetenses
haciendo cola para conseguir agua. FOTOGRAFÍA DE FLORENTINO LÓPEZ, «FLORO».
COLECCIÓN BORDÍU. MUSEO DEL PUEBLO DE ASTURIAS. La Nueva España. |
La Guerra Civil alteró la vida ciudadana en todas partes, pero en ningún otro lugar como en Oviedo se vivió tan intensamente, a lo largo de quince meses y especialmente en el último mes y medio de los tres en los que la capital estuvo totalmente aislada. Tras la ruptura del cerco por las columnas de socorro enviadas por los sublevados desde Galicia, la situación continuó siendo mala, pero al menos pudieron salir algunas personas y mantener durante un año un mínimo cordón umbilical con el resto de la zona sublevada. La vida en Oviedo, además, fue difícil tanto para el sector de la población que apoyaba a los sublevados, como para otra importante parte de sus habitantes que comulgaban con los sitiadores. Entre estos últimos, a las penurias que el sitio impuso a todos los ovetenses, se sumó la represión iniciada por los sublevados tras hacerse con el control de la ciudad.