Mieres, semblanza de una centuria industrial y humana |
Tramo final de la vía en las cercanías
de la estación del norte hacía 1920. Fuentes: Fernando Fernández Menéndez /Javier Fernández López (Revista de historia ferroviaria). EPOCA II - Número 12 - diciembre de 2009 - Página 7 |
“El mundo antiguo, un mundo silencioso y patriarcal que había durado miles de años, iba a terminar, y otro mundo, un mundo nuevo, ruidoso, industrial y traficante, se posesionaría de aquellas verdes praderas y de aquellas altas montañas” |
Armando Palacio Valdés. (Entralgo,
1853 - Madrid, 1938) Escritor español. Tras pasar su infancia en Asturias, se
estableció en Madrid a partir de 1870. (...). Saber más… Biografías y Vidas. |
Mayte Zapico
Estas palabras
de las que ahora se cumplen 100 años, pertenecen a La aldea perdida de Armando
Palacio Valdés, y nos podrían remitir a lo que fue el comienzo de una época
para la historia de Mieres: una época de expansión económica, de luchas
sociales, de conflictos personales y públicos, de guerra y de paz; una historia
de claroscuros, donde la palabra pero también el silencio, la visión
progresista pero también la intolerancia, lo mejor pero también lo peor del ser
humano, escribieron páginas de letra muy apretada. El Concejo de
Mieres, a finales del siglo XIX, comenzaba a alejarse de sus orígenes de villa
itineraria y medieval. Como si de una metáfora se tratara, la capital, Mieres
del Camino, crecía a espaldas de la Casa Fuerte de los Quirós, de la Casa
Consistorial y del Camino Real o Carretera de Castilla; había tenido una
historia muy rica pero constreñida a dos núcleos –la Villa y Oñón-
intermediados por una vega feraz y ahora como una adolescente que pegara un
estirón, fruto de las vitaminas de la industrialización, crecería hacia la vega
arrancando terrenos al río, mirando de frente a las zonas donde se ubicaban
explotaciones hulleras y siderúrgicas, donde se abría la línea férrea que desde
Pola de Lena llegaba a Gijón; este tendido ferroviario se había inaugurado en
1874, sólo diez años antes de que se consiguiera salvar el Pajares, que abriría
el mercado del carbón al interior del país.