Los 47 años de historia del Club Junior
El antiguo «bar Bobela» (en la Avenida Sama-Requejo), con algunos clientes, actualmente este bar es la sede del club Junior. (Archivo del Blog) |
Una de las bodas entre socios del club Junior. El novio es el vicepresidente, José M. Iglesias. (LNE) |
Eran los últimos compases de la década de los sesenta,
concretamente el año 1969. Aunque la temperatura política de España había
bajado algunos grados con motivo de la incidencia de Europa y la influencia de
las corrientes que imprimían los tecnócratas inmersos en los últimos gobiernos
franquistas, todavía no existía, de facto, un pleno uso de la libertad de
reunión y de asociación. Eran muchas las trabas que se colocaban en la vía de
cualquier intento hasta convertirse, para algunos experimentos, en objetivo
imposible, pese al aperturismo de cierta ley establecida por el ministerio de
información y turismo que dirigía Manuel Fraga Iribarne. Y, sin embargo, la sangre corría por las venas de la
juventud, por lo menos a ochenta o noventa por hora, cargada de una buena dosis
de rebeldía hacia la posibilidad de establecer normas propias de diversión y de
actividades lógicas de la edad. ¿Se acuerdan ustedes de los guateques? ¿Saben
lo que era reunirse para desarrollar ideas en común bajo la amenaza de la
presencia del poder policial establecido y cargar con las consecuencias?