Derecho a no olvidarEl sufrimiento de Celsa Suárez para proteger a su marido, militante del
PSOE en San Martín del Rey Aurelio, en la Guerra Civil |
Mujeres rapadas durante la
posguerra. El castigo del franquismo sobre las mujeres fue doble. Por “rojas” y
por “liberadas”. Ellas no solo fueron fusiladas, encarceladas y torturadas
durante la dictadura, también sufrieron una represión de género con el objetivo
de imponer un modelo patriarcal y único de ser mujer. Muchas fueron humilladas
por haber transgredido los límites de la feminidad tradicional durante la
Segunda República. Marta Borraz. (...). Saber más... elDiario.es.
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Pese a que han transcurrido más de ochenta
años desde su fin, la guerra civil española mantiene abiertas heridas que no
acaban de cerrar. La ley de la Memoria Histórica no lo consiguió y aún siguen
cientos de muertos en cunetas, pozos, simas u otros espacios que nada tienen
que ver con un enterramiento mínimamente digno. Hechos bien recientes
demuestran que todavía es una asignatura pendiente en nuestra democracia. Como es sabido, los días 17 a 19 de
julio de 1936 un nutrido grupo de militares protagonizó un golpe de estadocontra la República Española que, al fracasar, desencadenó una guerra civil que
se prolongó a lo largo de casi tres años, ocasionando cientos de miles de
muertos.
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Documento original del último parte. El último parte de la guerra civil española fue firmado por el general Francisco Franco el 1 de abril de 1939 en un folio con el membrete del "Cuartel General del Generalísimo. Estado Mayor". (...). Saber más... WIKIPEDIA. |
La guerra acabó, según el parte
militar emitido por los vencedores, el 1 de abril de 1939, pero el estado
de guerra declarado por la Junta de Defensa Nacional en Burgos el 28 de julio
de 1936 siguió vigente hasta el 7 de abril de 1948. Como bien expresaba uno de
los protagonistas de "Las bicicletas son para el verano", de FernandoFernán Gómez, ese día no llegó la paz, sino la victoria. Todas las noches,
desde el 2 de abril de 1939, las radios españolas repetían: "¡Españoles,
alerta! La paz no es un reposo cómodo y cobarde frente a la Historia; la sangre
de los que cayeron por la Patria no consiente el olvido, la esterilidad, ni la
traición [?]. España sigue en pie de guerra contra todo enemigo del interior o
del exterior, perpetuamente fiel a sus caídos; España, con el favor de Dios,
sigue en marcha. Una, grande, libre, hacia su irrenunciable destino". Miles de las víctimas se produjeron
en los cruentos combates sostenidos en los frentes a lo largo de casi tres años
de guerra. Pero otras muchas miles perdieron la vida en la retaguardia, lejos
de los escenarios bélicos. Ramón Serrano
Suñer, cuñado de Franco y ministro de Gobernación y Exteriores en los
primeros gobiernos del dictador, lo reconocía en sus "Memorias"
publicadas en 1977: "el brutal encarnizamiento de las retaguardias causó
más muertes que la lucha abierta en los frente de combate". |
Ramón Serrano Suñer, fotografiado en Berlín en octubre de 1940. Ramón Serrano Suñern (Cartagena, 12 de septiembre de 1901-Madrid, 1 de septiembre de 2003) fue un político y abogado español de extrema derecha, conocido por su papel durante la Guerra civil y los primeros años de la Dictadura franquista. WIKIPEDIA. |
El 26 de abril de 1940 se abrió la
denominada "Causa general", un proceso que pretendía fijar la
magnitud de los crímenes cometidos por los republicanos. Pese a que se empleó
una metodología que inflaba e incluso duplicaba las cifras, se concluyó que el
número de muertes causadas por los republicanos había sido de 85.940, muy
inferior al manejado y difundido por Franco que llegó a hablar de 470.000
asesinatos. Las cifras más recientes y fiables sobre el
alcance de la represión por parte de ambos bandos se sitúan en torno a 49.272
víctimas atribuibles al bando republicano y 130.199 a los sublevados. Nadie puede negarlo, en ambos bandos
se cometieron crueles y viles atrocidades. Pero entre los sublevados contra la
República, desde el inicio, la exterminación "sin escrúpulos ni vacilación
a todos los que no piensen como nosotros" era una de las directrices
fijadas por el general Emilio Mola,
director de la conspiración contra la República. En una de sus Instrucciones
reservadas planteaba que a la par que se proclamaba el estado de guerra se
debería proceder a la "limpieza" y desarme del elemento civil,
"no dejando ningún enemigo de peligro libre y procediendo con la mayor
energía". |
Emilio Mola Vidal (Placetas, 9 de
julio de 1887-Alcocero, 3 de junio de 1937) fue un militar español que
desempeñó un papel relevante durante la dictadura de Primo de Rivera y la
Segunda República. General de brigada, fue llamado «el Director» del golpe de
Estado de 1936, que, tras su fracaso inicial, dio origen a la Guerra Civil.
(...). Saber más... WIKIPEDIA.
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Entre el personal civil que había que "limpiar" se
encontraban los líderes de los sindicatos y partidos, los masones, los intelectuales,
los maestros de escuela, los médicos y abogados liberales que habían
contribuido a difundir el credo liberal, y también los que habían recibido su
influencia: los votantes del Frente Popular, los afiliados o simpatizantes de
los partidos y sindicatos, los que no iban a misa, las mujeres que habían
obtenido el derecho al voto y el divorcio. Un amplio espectro de personas fue
objeto de la represión. Mola ordenaba además que el movimiento había de ser
"de una gran violencia. Las vacilaciones -decía- no conducen más que al
fracaso". La represión en el lado republicano
fue una respuesta impulsiva y visceral en el calor del momento. Tras el
levantamiento militar, en el lado republicano se desmoronaron de golpe buena
parte de las estructuras del Estado, no quedando otra organización que los
partidos y sindicatos. Ejército, fuerzas de orden público, instancias
judiciales desaparecieron y el vacío fue cubierto por los llamados comités de
Vigilancia, de Salud Pública, de Investigación o por cuadrillas de milicianos
sin disciplina de partidos o sindicatos que, en los primeros agitados y
revueltos días y semanas del inicio de la guerra, se arrogaron el poder de
administrar su "justicia popular". Cuando en la zona republicana se
pudieron reorganizar y afianzar unas estructuras de poder mínimamente
centralizadas, buena parte de los asesinatos que se habían producido en las
primeras semanas, cesaron radicalmente.
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El historiador británico Hugh Thomas (1931- 2017), uno de los hispanistas que mejor supo explicar la Guerra Civil y autor de un libro clásico de referencia sobre la contienda Su libro La guerra civil española, publicado por la editorial Ruedo Ibérico en París en 1961, cuando el escritor tenía apenas 30 años, fue un título clandestino en el franquismo que gozó de una enorme influencia en los años de la Transición. (Foto 2008). Fuente: El País. |
El hispanista británico Hugh Thomas escribió, en su obra clásica sobre la guerra civil española, considerada una de las más ecuánimes, que "la mayoría de las muertes en la España republicana fueron consecuencia de la anarquía, resultado de un colapso nacional, y no obra del estado, aunque algunos partidos políticos, en algunas ciudades, consintieron las enormidades, y aunque algunos de sus responsables últimos ascendieran a posiciones de autoridad". Sirva de ejemplo lo ocurrido en
Asturias. Cuando el Comité Provincial del Frente Popular, que integraba a los
partidos que habían constituido el Frente Popular y los sindicatos, se organizó
e instaló en Gijón, en septiembre de 1936, puso coto a los desmanes anteriores.
Un edicto del gobernador general y presidente del citado Comité, de 8 de
octubre de 1936, disolvió cuantos comités venían funcionando con los nombres de
Investigación, Vigilancia, Salud Pública y otros similares. La eficacia de tal medida la
confirman las fechas en las que fueron asesinados los 156 eclesiásticos que se
contabilizan en Asturias. Según el estudio que sobre la persecución religiosa
por parte republicana hiciera el párroco avilesino Ángel Garralda: "De 156
martirizados de 1936 a 1937, ignoro la fecha exacta de 25; 104 corresponden a
los meses de julio, agosto y septiembre del 36 y el resto se resuelve en cifras
de cuatro, tres, dos o uno en los restantes meses, salvo el mes de abril del 37
en que no consta de ningún martirio". Es decir, casi el 80 por cien de los
religiosos asesinados lo fueron en los tres primeros meses de desbordamiento e
indignación popular ante la sublevación militar, y antes de que los partidos y
sindicatos del Frente Popular consiguieran controlar la situación y crear un
órgano de justicia: el Tribunal Popular. De 576 casos instruidos por este
organismo entre la fecha de su creación en octubre de 1936 y el mes de marzo de
1937, sólo dictó 29 penas de muerte, de las que la mayoría no se ejecutaron. Además, desde las filas republicanas se hicieron oír varias voces muy significadas pidiendo que cesase cualquier acto de violencia en la retaguardia. Así lo pidió el dirigente socialista
Indalecio Prieto en una intervención radiada en agosto de 1936: "Ante la
crueldad ajena, la piedad nuestra; ante todos los excesos del enemigo, nuestra
benevolencia generosa? ¡No los imitéis! Superadlos en vuestra conducta moral;
superadlos en vuestra generosidad. Yo no os pido, conste, que perdáis vigor en
la lucha, ardor en la pelea. Pido pechos duros para el combate, duros de acero,
como se denominan algunas de las milicias valientes; pero corazones sensibles,
capaces de estremecerse ante el dolor humano y de ser albergue de la piedad,
tierno sentimiento, sin el cual parece que se pierde lo más esencial de la
grandeza humana". Esta intervención de Prieto fue
escuchada por Ramón Serrano Suñer en "Unión Radio" de Madrid, cuando
se encontraba refugiado junto con su mujer e hijos en una pensión de la calle
de Velázquez, que regentaban unas señoras de Oviedo amigas de su familia. De
ella escribió en sus "Memorias": "He recordado y repetido muchas
veces la emoción de aquel llamamiento suyo en el que pedía a la juventud pechos
acerados para el combate y piedad en la retaguardia". |
Primer desfile de la victoria.
Madrid, 19 de mayo de 1939. Franco saluda desde la tribuna. Le rodean generales
y jerarcas del régimen. EFE. (...). Saber más... El País.
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Piedad que no
tuvieron los suyos no sólo durante la guerra sino también en la posguerra.
Ninguna voz se alzó entre los sublevados pidiendo la más mínima clemencia o moderación. Franco entendía la represión no como
una manifestación primaria en un periodo convulso, sino como una empresa a
largo plazo. En su discurso del 19 de mayo de 1939, día en el que presidió el
llamado "Desfile de la Victoria" en Madrid, afirmaba: "No nos hagamos
ilusiones: el espíritu judaico que permitía la alianza del gran capital con el
marxismo, que sabe tanto de pactos con la revolución antiespañola, no se
extirpa en un día, y aletea en el fondo de muchas conciencias". El "estado de guerra"
declarado por los sublevados en julio de 1936 afectó a todo el territorio
español, tanto el controlado por los sublevados como el que permanecía fiel al
Gobierno republicano, el legítimamente constituido. En virtud de tal
declaración, cualquiera que por acción u omisión causare perjuicio a los fines
que persigue el que se denomina "Movimiento redentor de nuestra
Patria", será incurso en un delito de "rebelión militar" y
sometido a la justicia militar. Fue lo que Ramón Serrano Suñer denominó en sus
"Memorias" la "justicia al revés". Y aclara el concepto:
"Se estableció que los 'rebeldes' eran los frente-populistas, olvidando
que la rebeldía contra una situación que se estimaba injusta -rebeldía santa en
la idea de muchos- estaba jurídicamente en el Alzamiento Nacional. Razón por la
que resulta que los rebeldes contra el Gobierno del estado constituido
-republicano- eran, a tenor del Código de Justicia Militar, los que se alzaron
y todos los que les asistimos y colaboramos, y que no podían ser
'jurídicamente' tales quienes estaban con el Gobierno 'constituido', por mucho
que en nuestra conciencia ante los excesos y el proceso de disolución seguido
por el Gobierno del 'Frente Popular' se justificara la rebelión". Además de las muertes causadas por
los sublevados, el franquismo aplicó un régimen de violencia y terror sobre los
supervivientes que sufrieron especialmente las mujeres, un dolor y padecimiento
que no recogen los fríos números de la represión. Muchas pasaron por la cárcel,
y las que permanecieron libres, viudas o familiares de los represaliados,
fueron objeto de violencia física y sexual, del escarnio público y la
humillación, e incluso del robo, bajo la forma de requisa de lo que era
legalmente suyo. Fueron sometidas a palizas sistemáticas cuando algún pariente
se encontraba huido para que revelaran el paradero de los allegados, que en
muchos casos no conocían. Es imposible recoger y transmitir el
dolor y sufrimiento con el que vivieron esas mujeres.
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(...). La guerra que libran el corazón y la razón de las madres, esposas e hijas, que sin distinción de bandos —o con la mente o las entrañas en el bando equivocado, según los casos— se debaten entre callar o gritar, olvidar o seguir luchando… (...). Dialogos. |
Una de las que padeció
ese calvario fue Celsa Suárez García. Su marido, Florentino Posada Lastra,
militante del PSOE, en cuya agrupación de Santa Bárbara en San Martín del Rey
Aurelio había ingresado en 1926. Al caer el frente republicano en Asturias, el
21 de octubre de 1937, como otros muchos cientos de personas, se escondió en
los montes próximos a su vivienda familiar en Paniceres, casería de la
parroquia de Santa Bárbara (San Martín del Rey Aurelio), a esperar que pasase
el "calentón". Hasta su detención, en julio de 1938, su mujer Celsa
sufrió diariamente las brutales palizas que le propinaron miembros de Falange,
de la brigadilla y de la Guardia Civil, del ejército, y días hubo de recibir
más de una, siempre por la noche. Al oscurecer, más tarde o más temprano, las
culatas de los fusiles golpeaban el domicilio de Celsa y sus tres hijas, de
corta edad, y comenzaban los interrogatorios y palizas. Un día, incluso, la
colgaron de la tenobia -madero situado entre la escalera y la puerta- del
hórreo que había al lado de la casa, delante de sus hijas. Cuando al fin la
soltaron, cayó como un cuerpo muerto y tardó horas en poder articular palabra.
Otro día la llevaron al cementerio amenazando con matarla, y poniéndola contra
el muro, simularon que le disparaban. Nada dijo esta valerosa mujer durante
los nueve meses en los que fue torturada diariamente inquiriendo sobre el
paradero de su marido, pese a que en muchas ocasiones sabía donde se escondía.
Cuando al fin Florentino Posada fue detenido por la delación de los parientes
de dos compañeros de huida, no cesó al martirio de su mujer. Su casa,
construida por el propio Florentino en un terreno de su familia y cerca de la
vivienda de sus padres, fue ocupada primero por soldados de regulares y luego
por guardias civiles, debiendo recluirse Celsa y sus tres hijas en una única
habitación con un único colchón para las cuatro. El 25 de julio de 1938, Florentino
Posada ingresó en la cárcel de Oviedo, trasladado desde la de Laviana, y en
menos de un mes, el 23 de agosto de 1938, compareció ante el Consejo de Guerra
núm. 7 de Grado en la causa 287, acusado de "rebelión". Condenado a
muerte, la sentencia se ejecutó a las cinco de la mañana del día 21 de agosto
de 1939. Junto a Florentino, que contaba entonces 38 años, fueron asesinados el
mismo día:
- Arturo Cadrecha Díaz (camarero de Mieres, 42 años)
- Rogelio Martínez
Suárez (minero de Morcín, 30 años)
- José Álvarez González (aserradero de
Piñera, Lena, 34 años)
- Luis Casas Fanjul (panadero de La Carrera, Siero, 23
años)
- Baldomero Osorio Fernández (obrero de Cortes, 26 años)
- Manuel García García
(minero de Peñatejera, 33 años)
- Constantino Zapico Suárez (minero de La Cebal,
36 años)
- Cecilio Concejo Marcos (pintor de Valladolid)
- Jesús Fernández López
(peluquero de El Caleyo, Candamo, 25 años)
- José Silva Rodríguez (albañil de
Tudela Veguín, 48 años)
- Jesús Carballo Iglesias (jornalero de Cuérigo, 44
años)
- Manuel Prado González (carpintero de Viella, 33 años)
- Bernardo Montes
Suárez (minero de Ciaño, 40 años)
- Gerardo Fernández Salgado (minero de Mieres,
38 años)
- Gerardo Montes Muñiz (chofer de Mieres, 33 años).
Había pasado medio
año del fin de la guerra. |
Quiosco de Oviedo, en la plaza de
la Escandalera, con carteles de la propaganda franquista (1937). (...). Saber más... El Español.
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En una escueta nota inserta en la
página 2 de La Nueva España del 22 de agosto de 1939 se daba cuenta del
"cumplimiento de la sentencia" con la relación de ejecutados. Por
ella supo Celsa de la muerte de su marido en la mañana de ese día. Desde la
celebración del consejo de guerra, todos los días se acercaba ella o alguna de
sus hijas a casa de los padres de Celsa a informarse si la trágica noticia
aparecía en el periódico. Era la única forma de enterarse de la dolorosa
noticia, o yendo de madrugada, antes de la llegada de los enterradores, a las
tapias del cementerio de Oviedo. Ese día fue una de las hijas la que se llegó a
la casa de los abuelos y transmitió la dura nueva a su madre: "Sí, tá papá
nel periódicu". Con el luto perpetuo en su semblante, Celsa tuvo que sacar
a sus hijas adelante trabajando en lo que pudiera, de lo que recogían en la
huerta, rebuscando carbón en las escombreras, vareando colchones? Todo ello,
teniendo que soportar en su propia vivienda la desagradable presencia de los
que le habían arrebatado a su marido, lavar la ropa de los guardias e ir a
limpiar el "cuartón" de Sotrondio; o ver cómo le robaban las
gallinas, los colchones, ropa? Su rostro se mantuvo siempre serio,
reflejo del luto que sentía en su corazón, pero aún pudo votar en las
elecciones del 15 de junio de 1977. Ese día una ligera sonrisa volvió a su
cara. Al final, después de 41 años desde las anteriores elecciones
democráticas, los españoles podían volver a votar y decidir libremente. La guerra y el franquismo, ya lo había
escrito el poeta ovetense Ángel González en su poema "Elegido por
aclamación", fue una gran equivocación: "Sí, fue un
malentendido./ Gritaron: ¡A las urnas! / y él entendió: ¡A las armas! -dijo
luego./ Era pundonoroso y mató mucho. / Con pistolas, con rifles, con decretos.
/ Cuando envainó la espada dijo, dice:/ La democracia es lo perfecto. / El
público aplaudió. Sólo callaron,/ impasibles, los muertos. / El deseo popular
será cumplido. A partir de esta hora soy -silencio-/el Jefe, si queréis. Los
disconformes/ que levanten el dedo. / Inmóvil mayoría de cadáveres/ le dio el
mando total del cementerio". |
"Con ilusión por la
libertad", los españoles acudieron masivamente a votar a sus
representantes en las nuevas Cortes constituyentes el 15 de mayo de 1977. Atrás
quedaban 40 años de franquismo. El País.
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La transición hizo un pacto implícito
de no exigir responsabilidades por los crímenes cometidos durante el
franquismo, pero ello ni implica ni obliga a olvidar lo ocurrido. La ley
52/2007 de 26 de diciembre, conocida como de la Memoria Histórica, se propuso
"reparar a las víctimas" y proteger "el derecho a la memoria
personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática, fomentar
los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre
nuestro pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y
violación de derechos humanos como las entonces vividas". En memoria y
como homenaje a Florentino Posada Lastra y a los otros quince hombres que
cayeron con él en la madrugada del 21 de agosto de 1939 y que están enterrados
en la fosa común del cementerio de Oviedo, junto a otros 1.452 fusilados que
también tienen nombre e historias y familias que sufrieron con y por ellos, se
dedican estas líneas. Con el mayor de los respetos y admiración a su hija Ester
Posada Suárez, que cuando era una niña tuvo que ver, junto a sus dos hermanas,
como les arrebataban un padre y torturaban a su madre. De sus labios oí esta
historia. Para no continuar con el silencio cómplice y en defensa del legítimo
derecho a no olvidar, para que se sepa lo ocurrido a ella y a los suyos, y como
botón de muestra de muchas otras miles de vidas arrebatadas, lo cuento. |
Monumento en la Fosa común de
Oviedo. La Fosa común de Oviedo se encuentra en dicha ciudad asturiana y allí
reposan 1.316 personas asesinadas durante la represión en la zona franquista,
en la Guerra Civil Española. (...). Saber más... WIKIPEDIA.
|
FUENTE: JAVIER RODRÍGUEZ MUÑOZ. Artículo publicado por La Nueva España el 06-01-2020. Ver enlace. __________________________________________________________________________
LECTURA RECOMENDADA
INDALECIO PRIETO República y Socialismo (1930-1936).
Autor: Luis María Sala González
Sinopsis.
El libro es un estudio histórico del papel que jugó Indalecio Prieto, como líder político en las filas del Partido Socialista, en el advenimiento y conformación del régimen republicano que se instauró en España el 14 de abril de 1931. Es, por tanto, un libro de historia política, la biografía política de uno de los protagonistas de la Segunda República española.__________________________________________________________________________
AUTORES.
Javier Rodríguez Muñoz, historiador. Nació en
Mieres en septiembre de 1948. Licenciado en Historia por la
Universidad de Oviedo en 1973, ha dedicado toda su vida al estudio de la
historia y cultura asturiana, realizando su trabajo vinculado a las editoriales
Gran Enciclopedia Asturiana-Silverio Cañada y a La Nueva España, en los últimos
años. Ha participado muy directamente en obras como la Gran Enciclopedia
Asturiana y sus Apéndices; la Historia General de Asturias y la Enciclopedia
Temática de Asturias, además de otras obras y colecciones. Dirigió la librería
y sala de arte Artemón, en la calle Mon, de Oviedo (1977-1978) y entre
1980-1981, dirigió y puso en marcha el Centro Social y Cultural de Las Vegas,
dependiente del Ayuntamiento de Corvera de Asturias. En 1988 dirigió la
exposición 1388-1988. Seis siglos de historia, organizada por el Gobierno del
Principado de Asturias en conmemoración del sexto centenario de dicha
institución. Con tal ocasión coordinó la edición de la «Biblioteca Histórica Asturiana»,
colección de 26 títulos que cubrían toda la historia de Asturias, siendo autor
de algunos de ellos. Coordinó también la colección «Cruzar el Charco» editada
por el Archivo de Indianos, 16 títulos publicados entre 1992 y 1994. De
diciembre de 1993 a diciembre de 1996 trabajó en la puesta en marcha del Museo
de la Minería, en El Entrego, donde ha llevado el departamento de Difusión y
redactado los textos que ilustraron la exposición inicial. (…). Seguir
leyendo…. Fundación José Barreiro.
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Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
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haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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última vez el 08 de abril de 2023 a las 23:46 horas.
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