15 de junio de 2019

Lapidas romanas encontradas en Ujo (Mieres), en el siglo XIX

Cuando los romanos volvieron a Ujo
Ilustración de Alfonso Zapico
El Museo Arqueológico Provincial de Oviedo exhibe tres lápidas romanas encontradas en el siglo XIX en la localidad mierense; ésta es su historia
Ilustración de Alfonso Zapico
En el Museo Arqueológico Provincial de Oviedo se exhiben tres lápidas romanas encontradas en Ujo a finales del siglo XIX. También sabemos que, en aquellos años, en el hogar de la casa rectoral de la iglesia parroquial de Santa Eulalia se conservaba una cuarta con la palabra ROMA, que está hoy en paradero desconocido. De ésta no conocemos más datos, aunque es de suponer que hubiese aparecido en un lugar próximo a las otras, que son el hallazgo histórico más relevante de nuestro Concejo y constituyen además el conjunto epigráfico más importante de la romanización de Asturias. Sus textos se han estudiado ya en algunas publicaciones especializadas. En una está grabada una inscripción de carácter votivo que encargó la pareja formada por Lucio Corona Severo y Octavia Procula. En las otras dos aparece el mismo personaje, Gaio Sulpicio Africano, quien dedica la primera al dios indígena Nimmedo Aseddiago y presenta en la segunda un detallado historial de su antepasado Gaio Sulpicio Ursulo. Por cierto, que ésta contiene algunos anacronismos en su texto y hay quien sostiene que el romano mandó engordar el currículo de su pariente para resaltar así la importancia de su familia.
Foto: G.C.C.. Lapidas Romanas encontradas en Ujo. Museo Arqueológico de Asturias. (terraeantiqvae.com). Texto original: Lucius / Corona S/everus m/iles leg(ionis) VII / Gem(in)ae |(centuria) Ve/tti et Octa/via Procula / v(otum) s(olverunt) l(ibentes) m(erito)
Traducción: Lucio Corona Severo, soldado de la legión séptima gémina. Centuria Vettius (primer centurión) y Octavia Procula. Libremente y con agrado cumplieron su promesa.
Los tres varones que figuran en el conjunto fueron militares: Lucio Corona Severo, hizo su servicio en la Legión VII Gemina; Gaio Sulpicio Ursulo, si hacemos caso de lo que figura en su inscripción, fue nada menos que prefecto de los Symmachiarii Astures en la Guerra Dácica; centurión de la Legión I Minerva Pia Fidelis; centurión de la Cohorte XII urbana; centurión de la Cohorte IIII pretoriana; primer abanderado de la Legión XVIII y prefecto de la Legión III Augusta. Y su pariente Gaio Sulpicio Africano, que quiso honrar su memoria, se llamaba así seguramente por los méritos que había hecho como soldado en aquel cálido y exótico territorio imperial. Llama la atención la presencia de esta colección en la Montaña Central, una zona que se supone menos romanizada que el resto de Asturias y donde las piezas epigráficas son contadas. La explicación está en la ubicación de Ujo, punto de encuentro para los caminos que venían desde la Meseta y donde se tuvo que vivir el proceso de asimilación cultural entre romanos y astures con mucha intensidad. Esta posición geográfica convirtió a la localidad en la entrada histórica a este territorio, una circunstancia de la que se dieron cuenta quienes bautizaron al lugar como Ustium u Ostium, palabra latina que puede traducirse como puerta. Pero, lo que me gustaría contarles hoy es cómo se encontraron las tres lápidas y por qué dejaron Mieres para llegar hasta Oviedo.
Foto: G.C.C.. Lapidas Romanas encontradas en Ujo. Museo Arqueológico de Asturias. (terraeantiqvae.com).
Texto original: G(aio) Sulpicio Ursulo / praef(ecto) Symmachi/ariorum Asturum / belli Dacici ((centurioni)) leg(ionis) / I Minerviae P(iae) F(idelis) / ((centurioni)) coh(ortis) XII urba/nae ((centurioni)) coh(ortis) IIII / praetoriae p(rimo)p(ilo) / leg(ionis) XIIX praef(ecto) / leg(ionis) III Aug(ustae) / G(aius) Sulp(icius) Afr(icanus) pos(uit).
Traducción: A Gayo Sulpicio Ursulo, prefecto de los Simmachiarios astures en la Guerra Dácica, centurión de la legión primera Minervia Augusta, centurión de la cohorte duodécima urbana, centurión de la cohorte cuarta pretoriana, centurión primipilo de la legión decimoctava, prefecto de la legión tercera Augusta. Gayo Sulpicio Africano se lo dedicó.

La primera en aparecer fue la de Lucius Corona Severus, que volvió a la luz cuando se preparaban los terrenos para prolongar por Ujo la vía del ferrocarril del Norte hasta Pajares, en noviembre de 1870. Los obreros la hallaron casualmente al abrir el paso por unos terrenos que pertenecían al propietario Pedro Armada Valdés. Don Pedro era un rico aristócrata que llevaba el título de conde de Canalejas como regalo de su hermano Álvaro, al que le sobraba nobleza, al menos en una de las acepciones de esta palabra, ya que además de haber heredado esa dignidad era también el quinto marqués de San Esteban del Mar del Natahoyo, y conde de Revillagigedo, por su matrimonio con la condesa de éste título Doña Paciencia Fernández de Córdoba. En fin, no voy a contarles ahora la evolución de esta familia, pero deben saber que entre sus numerosas propiedades estaba el palacio de Figaredo, y si les digo además que Pedro Armada se casó con Lorenza de Heredia, y de los Heredia era el palacio de Villarejo, se harán una idea del poderío económico de este matrimonio.
Foto: G.C.C.. Lapidas Romanas encontradas en Ujo. Museo Arqueológico de Asturias. (terraeantiqvae.com).
Texto original: Nimmedo / Seddiago / G(aius!) Sulpicius / Africanus / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito)
Traducción: A Nimmedo Seddiago, Gayo Sulpicio Africano, libremente y con agrado cumplió su promesa.

La lápida de Lucius Corona Severus fue cedida al Museo Provincial de Oviedo por doña Lorenza después la muerte de su marido, y el 22 de septiembre de 1874 el erudito Eduardo Saavedra publicó por primera vez su transcripción (aunque con bastantes errores) en un artículo titulado "Recuerdos de un veterano" para el periódico ovetense El Eco de Asturias. Poco después, en 1887, Ciriaco Miguel Vigil en su Asturias, monumental, epigráfica y documental se refería a ella en estos términos: «Este cipo o mojón, que se resguarda en el Museo provincial de antigüedades, fue dedicado a la memoria de un soldado de la Legio VIIª Gémina y parece remontarse al siglo I del Cristianismo. Está cincelado el letrero en piedra de grano de color oscuro, y sus signos bastante deteriorados, especialmente en las tres últimas líneas. Fue descubierto con motivo de una excavación practicada en un castañedo propio de la casa del conde de Canalejas, cerca de la Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Ujo, en el Concejo de Mieres, y donado al Museo por la señora doña Lorenza de Heredia, viuda del señor don Pedro Armada Valdés».
Ilustración de Alfonso Zapico
Unos años más tarde, el 23 de julio de 1919, al hacer otra excavación en un lugar próximo para abrir la calle llamada la «Carreterona» o «Carretera de la Estación» se descubrieron las otras dos inscripciones romanas: la de Nimmedo Aseddiago y la de Gaio Sulpicio Ursulo, completando una colección que todavía aumentó con una última pieza funeraria alto-medieval; la única que puede verse actualmente en el Concejo, bien expuesta en el interior del templo de Ujo. Y aprovecho para recordarles que ésta construcción es Monumento Histórico Artístico desde 1923 y ningún mierense mínimamente interesado por estas cosas puede dejar de visitarla. Como dije antes, las dos lápidas se guardan también en el Museo Arqueológico Provincial, pero en este caso su salida de Mieres fue más polémica. En el archivo municipal se conservan dos documentos de 1920, que nos lo cuentan. El primero es una carta dirigida el 21 de mayo por el Consistorio a Aurelio del Llano, que era en aquel momento Delegado Regio de Bellas Artes. En ella se le aclara por qué no se ha contestado hasta ese momento a dos oficios que él había mandado a Mieres aquel otoño interesándose por la adquisición de las piezas. Al parecer, el motivo estaba en el error del famoso folclorista que dirigía sus misivas a un ciudadano llamado Manuel Fernández Llaneza, equivocando el nombre del alcalde Manuel Llaneza, con lo que iban a parar a una casa particular.
Ilustración de Alfonso Zapico
Una vez aclarado el entuerto, también se le dice que el Ayuntamiento iba a tratar en su próxima sesión este tema, y en una esquina de la misiva, escrita a mano, aparece una nota interesante: «Por las lápidas pide el contratista de las obras que las tiene 260 pesetas». En efecto, el Consistorio mierense decidió tomar parte en este asunto nombrando una Comisión encargada de practicar las diligencias necesarias para la adquisición de las piezas e hizo responsable de la misma al arquitecto municipal José Avelino Díaz y Fernández-Omaña. El otro documento del archivo es el informe que éste presentó el 16 de septiembre de aquel año dando cuenta del fracaso de su misión y que les resumo a continuación. En primer lugar, el comisionado fue hasta Ujo para saber donde se encontraban las lápidas y desde allí le dirigieron hasta Oviedo. Ya en la capital «después de larga peregrinación vino en conocimiento de que las piedras históricas estaban depositadas en una casa, cuyos moradores le manifestaron no podían enseñarlas, según orden que habían recibido del contratista de las obras del ferrocarril del Norte, en Ujo, que las había hallado».
Ilustración de Alfonso Zapico
Al ver el cariz que tomaba el asunto, don José Avelino se propuso localizar a dicho contratista y en la Estación del Norte le comunicaron que había trasladado su residencia a León. Tras conseguir su dirección, le escribió pidiéndole una cita para poder ver las piedras y, después de esperar casi un mes, recibió la contestación de que en aquel momento el único que podía disponer de ellas ya era Aurelio del Llano. Al día siguiente de recibir la noticia, el arquitecto municipal, volvió a Oviedo para entrevistarse con don Aurelio y éste le manifestó que «en vista de lo que el Ayuntamiento de Mieres había tardado en actuar, él, reuniendo dinero que facilitaron varios amantes del Arte, adquirió la propiedad de las mencionadas lápidas históricas y las donó al Museo Provincial Arqueológico, no pudiendo por lo tanto ser adquiridas por el Ayuntamiento». Seguramente, aunque se hubiese logrado en aquel momento que las inscripciones de Ujo se hubiesen quedado en el Concejo, a estas horas estarían de igual forma en el Museo de Oviedo, pero lo que no tiene un pase es que con la importancia que se le viene dando en estos últimos años a la vía y el campamento de La Carisa como dinamizador del turismo cultural en la Montaña Central, no tengamos aquí una buenas copias, con sus correspondientes paneles explicativos para poder entretener un rato a los visitantes.
Ilustración de Alfonso Zapico
FUENTE: ERNESTO BURGOS, HISTORIADOR. Publicado por La Nueva España el 13-03-2012. ver enlace. 

Ernesto Burgos Fernández (historiador). Nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Historiador, columnista y biógrafo, éstas son algunas de las facetas de un Ernesto Burgos que rescata con talento personajes y anécdotas de nuestra historia. Un notorio investigador y gran divulgador. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de Asturias» 2006). Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue distinguido con el reconocido galardón anual de “Mierense del año”. Secretario General de Izquierda Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias. Coautor de los libros de texto «Entre amigos» (Conocimiento del Medio) para Asturias y Cantabria (2002); coordinador de la revista de Ciencias Sociales «Cuadernos de Mieres» (2001-2002); experto en la cultura y la historia de las cuencas mineras asturianas. Ha impartido varios cursos sobre el patrimonio arqueológico de Aller, Lena y Mieres y defendido ponencias sobre su temática en jornadas y congresos. Desde los años 70 escribe desinteresadamente artículos para numerosas publicaciones, álbumes y periódicos locales (Esquisa, Mieres 30 días, La Voz de Ujo, Camín de Mieres, Mieres, El Carbón, Por tierras del Caudal, Aula de Paz…). Ha sido pregonero en las fiestas de Santa Bárbara (2002); La Teyerona (2006); San Xuan de Mieres (2007) y Santa Cruz (2011). Histórico militante republicano. Secretario General de Izquierda Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias. Biógrafo de los revolucionarios mierenses Manuel Grossi Mier («Cartas de Grossi». 2009) y Jesús Ibáñez («Y el verbo se hizo furia». Semana Negra 2010), también ha prologado a varios autores asturianos. Colaborador del diario asturiano La Nueva España, donde ha firmado las series: «El patrimonio de Las Cuencas» (1998-2000); «100 años de historias y andanzas» (2000-2002) y «Los personajes de nuestra historia» (2003-2004). Desde febrero de 2005 mantiene ininterrumpidamente la página semanal «Historias heterodoxas». FUENTE:

Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance. Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia).  Realiza ilustraciones, diseños y campañas para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).  Se estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).  Vive en la localidad francesa de Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de cuatro tomos.  Esta magnífica obra es un auténtico tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte". En un paréntesis, entre el segundo y tercer volumen de La balada del norte, Zapico completó Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018), para mostrar de nuevo su faceta como reportero gráfico al poner el micro al diálogo entre el político Eduardo Madina y el músico Fermín Muguruza. Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…). Foto Wikipedia - Twitter

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“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío nella”

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