Maximino Rodríguez Viejo, Monroe. (Archivo del blog)
En julio de 1963 llegó a Mieres el legendario circo Krone, su mayor atracción era un muchacho que estaba considerado como un fuera de serie con un número en el combinaba la habilidad con el riesgo y que ya había paseado con éxito por Portugal, Francia, Italia, Inglaterra y el norte de África
Ilustración de Alfonso Zapico
http://www.lne.es
En aquel momento ya era una figura conocida del público y
venía avalado por el Premio Nacional del Circo que le había concedido
tres años antes el Ministerio de Información y Turismo; pero en la
villa del Caudal su actuación contaba además con el aliciente de que se
presentaba ante los suyos. Efectivamente, quien se hacía llamar
Monroe y aparecía en los carteles como «el loco del rulo» no era otro
que Maximino Rodríguez Viejo, el hijo de Consuelo y Alfredo, el barbero
de Revallines, el pequeño pueblo donde él había llegado al mundo el 15
de agosto de 1935 para ser el primogénito entre los ocho hermanos de la
familia.
Algunos estaban sentados aquella tarde junto a sus
padres y un grupo de vecinos aplaudiendo desde las gradas las piruetas
de Maximino mientras le recordaban cuando era apenas un adolescente,
caminando en equilibrio sobre los cables que iban quedando inutilizados
cuando se abandonaba algún tendido minero o que él mismo sujetaba entre
los árboles a la vera del río Aller e incluso de orilla a orilla
causando la admiración de quienes asistían a aquellos espectáculos
gratuitos. Maximino Rodríguez había nacido para ser trabajador
de la Hullera Española, pero Monroe, su alter ego, quería ser artista, y
en la disputa entre las dos personalidades ganó la segunda. Cuando
todavía era menor, un día bajó a Moreda para ver la actuación del
equilibrista ambulante «Michelín», de mucha fama en aquel momento, y
cuando éste acabó, él le mostró sus habilidades.
Maximino
Rodríguez Viejo nació en Santa Cruz de Mieres (Asturias) el 15 de agosto de
1935. Conocido artísticamente como Monroe, fue quien elevó la disciplina menor
del rulo y la convirtió en gran atracción. Sus rutinas eran impecables, las
ejecutó sobre pedestal y fue el padre de los rulistas. (…) leer más en: http://www.infocirco.com/articulo.php?id=24Imagen: Foto de subook profesional. Alfredo.(circusfans.net).
El saltimbanqui quedó
tan impresionado que fue a hablar con su padre para que le dejase entrar
en su espectáculo; el barbero no quiso ceder en aquel momento, pero al
año siguiente no tuvo más remedio que aceptar que el destino de su hijo
no pasaba por la mina. Poco a poco, combinando las actuaciones
con el transporte de los materiales y el montaje de las carpas, Monroe
se fue haciendo un nombre y creó su propio estilo con el llamado rulo
americano que acabó llevándole a lo más alto del circo. Seguro que
conocen ustedes esta difícil disciplina que consiste en mantenerse sobre
una tabla que se coloca a su vez sobre un cilindro de madera mientras
se hacen piruetas. Pronto el artista de Mieres se convirtió en el mejor
rulista del mundo, mejorando los números que ya existían, introduciendo
combinaciones con lazos e incorporando momentos de gran riesgo físico.
Monroe, junto al tren del circo Ringling
Cuando
aquella tarde de julio se presentó en Mieres, estaba en su mejor
momento y le llovían las ofertas de las mejores empresas después de
haber pasado por los escenarios de los grandes circos del momento:
«Pompeya», «California», «Italia», «Atlas», entre otros, alternando las
carpas con las mejores salas de fiestas de Madrid y Barcelona. Maximino
triunfó entre los suyos y luego siguió su camino: en 1964 recorrió los
Estados Unidos con el prestigioso «Ringling Bros. and Barnum &
Bailey» y llegó a participar en espectáculos junto a personajes de la
talla de Frank Sinatra, lo que le llevó al famoso programa de
televisión de Ed Sullivan, que se transmitía desde Nueva York y por el
que durante más de dos décadas y hasta su cierre en 1971 fueron pasando
los mejores artistas y cantantes de la historia moderna, entre ellos
Elvis Presley, Los Beatles o los Rolling Stone. De nuevo en
Europa, sin perder la costumbre de no quedarse mucho tiempo ni en la
misma ciudad ni con la misma empresa, coleccionó en su pasaporte los
sellos de todos los países del mundo libre.
Sería tedioso enumerar la
relación de los lugares por los que pasó o su relación con
personalidades tan emblemáticas en el mundo del circo como la familia
Orfei en Italia o los hermanos Tonetti, que seguramente recuerdan
ustedes con cariño, aunque, si hay que señalar un escenario clave en su
vida, ese debe ser el Moulin Rouge de París donde fue varios años el
artista más esperado por los espectadores. Desgraciadamente, uno
de los atractivos que mantiene el interés en las pistas es el riesgo, y
Monroe siempre iba un paso por delante de los demás, hasta que una noche
desgraciada, justo cuando remataba su actuación con el habitual salto
mortal hacia atrás con el que ponía punto final a su espectáculo, el
aparato sobre el que se impulsaba tuvo un fallo y sufrió el peor de los
accidentes que se puede imaginar un equilibrista, dando con su cabeza
directamente contra el suelo. Fue en la sala Scala de Barcelona y Monroe
vio la muerte de cerca, estuvo en coma y hubo que colocarle una
prótesis en el cráneo para reparar el tremendo destrozo.Según
Francisco Martín Medrano, uno de sus biógrafos, cuando se recuperaba en
Barcelona en casa de su hermano Alfredo, inició su amistad con Eduardo
Cardenal, otro gran artista español que se iba a convertir en uno de sus
mayores apoyos, Eduardo había superado también una importante lesión
en el cuello gracias a la medicina natural y, de los consejos médicos
pronto pasaron a los profesionales.
Monroe durante una actuación
Monroe quedó para siempre con su
visión deteriorada y la rapidez de sus brazos afectada, por lo que ya no
pudo volver a realizar malabares, pero aún así, sus piernas mantuvieron
la agilidad y se consideró con fuerzas para triunfar de nuevo con el
rulo, de modo que su amigo se encargó de prepararle los nuevos
materiales cuidando sobre todo de su seguridad. Sin tenerlas
todas consigo, el empresario Ángel Cristo le volvió a abrir una senda
hacia el éxito que el mierense supo aprovechar y olvidando sus
limitaciones se vio otra vez encandilando al público de los cuatro
grandes continentes y consiguió retornar a su sala más querida, el
Moulin Rouge, donde firmó un contrato por tres años. Pero la vida
es inexorable y lo que no pudo la fatalidad lo pudo la edad; cuando
notó que los años iban pesando, el gran Monroe, hombre de circo por
encima de todo, decidió que había llegado el momento de guardar el rulo
para siempre y empezó a interesarse por las atracciones con animales. En
1985 trabajó en una sala de la Costa Brava con una cabra pequeña, hasta
que aquel número cómico se le quedó corto, así que decidió dedicarse
intensamente a una actividad que había visto a otros compañeros, pero
que en este país aún no tenía representantes: el adiestramiento de
osos? y él, con la colaboración de uno de sus hijos, fue el primer
español que dignificó este espectáculo consiguiendo una vez más la
admiración y los aplausos de niños y mayores. Adiestrador y no
domador, siempre insistió en este matiz porque en vez de usar el látigo
jugaba con los animales dándoles chocolatinas y golosinas y no los
obligaba por la fuerza.
Monroe durante la actuación con un oso en el circo
Durante estos años Monroe estableció su
residencia en el pueblecito de Arbós del Penedes, en Tarragona y hasta
allí llegó en octubre de 1988 su último gran reconocimiento: la Medalla
de Oro del Congreso, que se otorgó a las personas más relevantes en el
mundo del circo español; luego, cuentan que también intentó emplear su
táctica con los animales más difíciles de lucir ante un público: los
burros, algo que aún no se ha conseguido y que él estaba convencido de
poder lograr, pero ya no hubo tiempo. En junio de 2006, Nicole
Magdelen, la última mujer de su vida , comunicaba a sus antiguos
compañeros que Monroe estaba internado en el hospital Álvarez Buylla de
Mieres en un estado muy grave, la noticia corrió por el mundo del circo,
pero no tuvo ninguna repercusión entre sus vecinos, desconocedores -mea
culpa, también- de que entre nosotros se encontraba uno de los más
grandes, que había llevado el nombre de esta villa por el mundo y que
por ello era el candidato ideal para haber recibido el galardón de
«Mierense del Año», para el que no se le propuso. Maximino
falleció el 27 de septiembre de 2007, fiesta local de los Mártires de
Cuna. Dicen quienes lo trataron, que además de su valía como artista y
de su humildad -evidenciada en el gran desconocimiento que tenemos de su
figura-, fue un hombre generoso con sus amigos y solidario con todos.
Ya sé que estas cosas hay que hacerlas en vida, pero el caso de Monroe
resulta tan peculiar que creo que aún no es tarde para rendirle un
pequeño homenaje, por ejemplo reuniendo en una publicación el archivo
fotográfico que conservan sus allegados. Si corriesen mejores tiempos
también podríamos celebrar en su memoria un encuentro de rulistas y
equilibristas? pero eso ahora mismo es ciencia ficción.
Ernesto
Burgos Fernández (historiador). Nació
en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Historiador, columnista y biógrafo,
éstas son algunas de las facetas de un Ernesto Burgos que rescata con talento
personajes y anécdotas de nuestra historia. Un notorio investigador y gran
divulgador. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo
(1979). Diploma de Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La
romanización en las cuencas mineras del sur de Asturias» 2006). Profesor de
Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos «Juan de Herrera»
(Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia),
«Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año
2016 el reconocido historiador mierense fue distinguido con el reconocido
galardón anual de “Mierense del año”. Secretario General de Izquierda
Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III
República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de
Asturias. Coautor de los libros de texto «Entre amigos» (Conocimiento del
Medio) para Asturias y Cantabria (2002); coordinador de la revista de Ciencias
Sociales «Cuadernos de Mieres» (2001-2002); experto en la cultura y la historia
de las cuencas mineras asturianas. Ha impartido varios cursos sobre el
patrimonio arqueológico de Aller, Lena y Mieres y defendido ponencias sobre su
temática en jornadas y congresos. Desde los años 70 escribe desinteresadamente
artículos para numerosas publicaciones, álbumes y periódicos locales (Esquisa,
Mieres 30 días, La Voz de Ujo, Camín de Mieres, Mieres, El Carbón, Por tierras
del Caudal, Aula de Paz…). Ha sido pregonero en las fiestas de Santa Bárbara
(2002); La Teyerona (2006); San Xuan de Mieres (2007) y Santa Cruz (2011).
Histórico militante republicano. Secretario General de Izquierda Republicana en
Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III República (P3R) y
actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias. Biógrafo de los
revolucionarios mierenses Manuel Grossi Mier («Cartas de Grossi». 2009) y Jesús
Ibáñez («Y el verbo se hizo furia». Semana Negra 2010), también ha prologado a
varios autores asturianos. Colaborador del diario asturiano La Nueva España,
donde ha firmado las series: «El patrimonio de Las Cuencas» (1998-2000); «100
años de historias y andanzas» (2000-2002) y «Los personajes de nuestra
historia» (2003-2004). Desde febrero de 2005 mantiene ininterrumpidamente la
página semanal «Historias heterodoxas». FUENTE:
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
NOTA:Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
autores.
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dejar un comentario o escribir a mi dirección de “correo del blog” con la seguridad
de ser prontamente atendido.
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