Urogallos y pinos, ¿una alianza
viable?
Urogallo Macho. Gonzalo Gil Madrera |
Una
reciente propuesta vincula la supervivencia del ave más emblemática de la
cordillera Cantábrica a la plantación del árbol con el que llegó durante las
glaciaciones, que desapareció desplazado por el haya
Urogallo hembra. Gonzalo Gil Madrera |
El pino silvestre, albar o escocés y el
urogallo común tienen una larga y estrecha historia juntos. Una sociedad que se
mantiene en casi toda su área de distribución, salvo en la cordillera
Cantábrica, donde comenzó a debilitarse hace unos 3.000 años, conforme el haya
se fue extendiendo y desplazando a la conífera, apoyada en un clima favorable a
esa sucesión (también en la acción del hombre: talas, quemas y aclareos para
crear pastos), y que hoy solo subsiste en un bosque de la zona, el pinar de
Lillo, en el norte de León (al otro lado del puerto de Tarna), una de las
manchas vestigiales de la era de los pinos en la región atlántica ibérica,
junto con las de Velilla del Río Carrión, en Palencia, y las de la sierra de
Xurés, en la frontera luso-galaica.
Cartel de la campaña protección de los acebos. Dibujo de Mauricio Antón |
La operación tiene su lógica, pero no se
puede reducir la problemática del urogallo a un hábitat menos idóneo, ya que
hay muchos otros factores añadidos que están actuando en su contra, comenzando
por el golpe fatal que representó la caza legal de la especie hasta mediados de
la década de los setenta, cuya herencia ha sido una población muy mermada y
empobrecida genéticamente, y continuando por los desequilibrios en su hábitat
derivados del manejo de los bosques hasta llegar a los efectos del cambio
climático en curso.
De igual modo, tampoco se puede ignorar el hecho de que los
pinares de pino silvestre desaparecieron como consecuencia de una sucesión
natural, inducida por un cambio climático (aunque con cierta ayuda humana), por
lo que restituirlos "a la fuerza" a sus antiguos territorios -una
operación que seguramente sea factible, dados la plasticidad y la frugalidad de
esta conífera- puede tener consecuencias imprevisibles para la ecología de la
cordillera y sus otros habitantes.
Por lo demás, tal vez, al cabo de tres
milenios de vida en bosques de frondosas, el urogallo cantábrico no acepte de
buen grado ser devuelto al hábitat y las costumbres de sus ancestros (de hecho,
aunque hay muchos pinares de repoblación, solo el de Bedramón, en Allande, le
ha parecido "acogedor"), o no se acomode a ellos con suficiente
rapidez. Y dados su debilidad demográfica y sus dificultades de supervivencia,
no está para experimentos.
Tampoco hay que perder de vista que el urogallo está
en declive en toda su área de distribución; la población pirenaica, que vive en
pinares de pinos silvestre y negro como los que hubo en la cordillera
Cantábrica, no afronta una situación más halagüeña, y algunas poblaciones
europeas "de pinar" han desaparecido. Se parte, además, del
desconocimiento de algunos aspectos esenciales de la biología y la ecología del
urogallo cantábrico, que impide predecir su respuesta.
Urogallo pollo. Gonzalo Gil Madrera |
Urogallo en un monte asturiano |
Lámina de urogallos. Wildlife Art. aves. |
Urogallos en la nieve. Autor Fulvio Baldanza |
Y el pino silvestre, ¿sería capaz de
reconquistar sus antiguos dominios? La tendencia del clima a una mayor sequedad
lo favorece como potencial colonizador del norte ibérico, que en el escenario
previsto para 2050 se convertirá en su principal refugio (las cordilleras Pirenaica
y Cantábrica), mientras que desaparecerá de los montes Béticos y de la mayor
parte del Sistema Central. No obstante, según los mismos modelos
climatológicos, la gran beneficiada por el calentamiento será la carrasca, por
lo que favorecer los pinares no sería una buena estrategia adaptativa al nuevo
escenario. Un escenario, por cierto, muy inconveniente para el urogallo.
Dibujos de una pareja de urogallos |
FUENTE:
LUIS MARIO ARCE
Luis Mario Arce.
Nacido en Oviedo, trabaja como periodista
especializado en naturaleza y medio ambiente en el diario asturiano “La Nueva
España” y se dedica a la observación de aves desde hace 37 años. Es socio de
SEO/BirdLife desde 1982, coordinador del grupo local SEO-Asturias y colabora
como guía en los viajes internacionales que organiza el equipo de Educación
Ambiental y Voluntariado de SEO/BirdLife.
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Crear rodales de pino silvestre en la Cordillera está muy lejos de pretender restituir los antiguos dominios de este conífera. Posiblemente ya llegue tarde a estas alturas, pero sin duda será más útil que los programas que se han llevado a cabo en estos años que no han servido más que para achacar la extinción del urogallo a las vaguedades al uso: fragmentación, pistas, furtivos, etc. Millones de euros tirados en reflexiones bizantinas sin ninguna consecuencia práctica. Lo que hace falta es ejecutar programas piloto de alcance limitado que permitan constatar la repercusión de la toma de medidas sobre las especies. Esto es ciencia y no la verborrea metafísica.
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