La
verdad sobre el refugio del Meicín
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Luis Fernández Cabeza nació un 20
de junio de 1903 en Mieres del Camín. Profesor mercantil de profesión, en 1934
se casó con Pilar Bernaldo de Quirós, junto a la que abriría en 1935 la
librería “La Cultura”, la más popular de la villa durante el siglo XX. Saber más… Ayuntamiento de Mieres |
El relato de la puesta en marcha de las instalaciones ubicadas en el cordal de las Ubiñas
Ver artículo del blog: El refugio del Meicín... |
La vega del Meicín, con el refugio y el cordal de las Ubiñas al fondo. (LNE) |
Todo aparece
bajo el prisma de los positivo, bonito y aleccionador, por los servicios que
actualmente presta este carismático refugio, por el estupendo comportamiento de
sus promotores y unas cuantas cualidades más que lo convierten en un ejemplo a
seguir, dejando atrás, ya hace tiempo, otra época anterior en la que, sea dicho
a tiempo, hubo luces y sombras, pero también una realidad encomiable, de la que
no se hace la menor mención en su susodicho reportaje. Y esta es una situación
-nos referimos al silencio sobre la primera etapa del refugio del Meicín- que
puede herir sensibilidades, sobre todo teniendo en cuenta que existió una
actitud solidaria, de esfuerzo, trabajo y decisión, que, bien podría significar
el punto de partida de la existencia de lo que hoy se levanta en la bien
llamada y mejor recordada "Vega del Meicín". Vayamos pues a unos
hechos que, pensamos, no tiene respuesta contestataria.
En
efecto, hoy hay una estupenda instalación al pie de Las Ubiñas. Pero también es
una realidad tangible que tal hecho cuenta con unos antecedentes dignos de
mención. La idea de ubicar un refugio de montaña en tan singular paisaje,
partió del Centro Cultural y Deportivo Mierense y su impulsor principal fue
precisamente su presidente y fundador Luis Fernández Cabeza, quién, recogiendo
el sentir casi general de muchos de sus socios por la práctica del montañismo,
concibió la idea bajo el prisma de un deseo colectivo que encontró todas las
garantías. Claro que
para ello era necesario, como primer paso, disponer del suelo necesario para
emprender tal empresa. Como se daba la circunstancia de que esta hermosa zona
montañosa pertenecía a la demarcación del concejo de Lena, hubo que negociar y
la verdad que se encontraron bastantes disposiciones, a fin de lograr la
parcela necesaria donde levantar el refugio. Creo entender que fue en torno a
los primeros años de la década de los sesenta cuando se llegó a un acuerdo, de
clara disposición por parte del consistorio lenense, a fin de disponer de un
amplio espacio de superficie en la vega del Meicín, donde ubicar la
instalación. Y lo más importante del acuerdo entre ambas partes señalaba la
distancia de cincuenta años, para uso y disfrute del Centro Cultural, debiendo
pasar, una vez concluido este dato, de nuevo a manos del concejo limítrofe, con
toda la dotación que existiese en ese momento.
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Personal y mulas con el refugio recién terminado. (LNE) |
A partir
de ahora viene la parte de mayor envergadura, puesto que, como se sabe, a la
vega -por cierto, vamos a señalarla con su verdadera denominación- de Xeite y
Meicín, no era posible acceder por carretera y menos con máquinas rodantes.
Entonces se impuso la fórmula de trasladar el material necesario a través del
viejo e histórico sistema del acarreo con mulas. Y de esa forma se puso en
marcha el dispositivo. Claro que exigía el detalle más esencial, empezando por
un boceto arquitectónico que se ajustase a las condiciones climatológicas de la
zona. No le faltaron a Fernández Cabeza los peones, mejor el personal técnico,
ni tampoco los operarios que, de una forma totalmente altruista se pusieron, como
se suele decir, manos a la obra.
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Un helicóptero acercándose al refugio. LNE |
Ideal
sería poder nombrar aquí la identidad de todos aquellos valientes que hace más
de cincuenta años, materializaron la odisea de crear el refugio del Meicín,
para comodidad y disfrute de tantos y tantos montañeros, no solo asturianos,
sino de varias provincias y más tarde autonomías españolas. Por otra parte la
instalación fue base de operaciones ante la desgracia de accidentes propios de
la montaña, en su mayoría mortales. Pero, en fin, ni el espacio ni la memoria del
cronista, ni tampoco documentos fehacientes a mano, permiten dejar constancia
de esos datos.
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El antiguo refugio del Meicin con sus privilegiadas vistas. (LNE) |
Digamos que como inspirador principal estaba Luis Fernández
Cabeza quién tuvo, como colaboradores esenciales e imprescindibles, al
recientemente desaparecido Marino Fernández Canga, al también recordado Julio
León Costales y alguno más que, lamentándolo, ahora no es posible recordar.
Queda nombres que sin duda alguna jugaron un papel de primer orden. Durante
cerca de treinta y cinco a los cuarenta años el refugio funcionó con bastante
regularidad, no exenta de ciertas dificultades que era indispensable solventar
sobre la marcha, como fue, en ocasiones, los desperfectos ocasionados por los
temporales de nieve y viento, como también la reposición de material y sobre
todo la exigencia ineludible de que existiese un control responsable sobre el
funcionamiento de la instalación, en base a la prestación de servicios,
responsabilidad que unas veces asumía, de forma altruista, personal del Centro
y en otras se contrataban personas afines con determinado costo. El caso
es que, a rasgos generales, el tiempo fue discurriendo con un hecho tangible. |
Luis F. Cabeza con Marino Canga y otros colaboradores. LNE |
En las estribaciones del macizo de las Ubiñas existía un refugio a la atención
de tantos deportistas que escogían esta zona para la práctica de su afición. Y
no se trataba, por supuesto, de lo que hoy figura en la vega del Meicín,
porque, ni los medios del Centro Cultural podían competir con los de ahora
institucionales, ni tampoco la demanda era de unas exigencias tan aplastantes como
los actuales. De todas
formas los socios de la entidad mierense tenían sus ventajas tanto económicas
como de servicio y el resto de los usuarios se encontraba con un lugar de
cobijo y resguardo donde podían realizar las tareas más elementales de supervivencia.
Y así, bajo esa tónica de acción conjuntada, habiendo dejado Fernández Cabeza
la presidencia del Centro y asumiendo esta responsabilidad otros mierenses, se
llegó a los años noventa del siglo pasado con una situación difícil, rozando el
concepto de calamitosa. Precisamente creo entender que, entre otros, los dos
últimos socios que cargaron con la responsabilidad del refugio, fueron el
recordado Pepe de La Villa y la incansable Sabina.
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El último día de vida del refugio, minipala durante el derribo. LNE |
Pero, la realidad de un
deterioro casi total de la estructura exigía un fuerte desembolso para poner al
día de nuevo la viabilidad del refugio. Además resultaba difícil encontrar ya
guardianes, aunque fuesen contratados, para estar al pie del cañón y prestar el
servicio necesario. La
situación comenzó a cambiar cuando, por una parte sonaron campanas
institucionales a través de la Federación Asturiana de Montañismo, dispuesta a
recibir la instalación y por otra en el seno del Centro Cultural y Deportivo
Mierense, apareció el convencimiento de que la mejor salida era la oportuna
cesión de las instalaciones, bajo el condicionantes de ciertas ventajas para
los socios del Centro y el convencimiento de que se lograría un nuevo refugio
con todas las de la ley. Y en asamblea extraordinaria se tomó el acuerdo de la
cesión. Años más tarde, la gestión pasó a manos del Ayuntamiento de Lena. Hoy
esa realidad aparece como palpable y así quedó plasmado en el reciente
reportaje de LA NUEVA ESPAÑA. Faltaba la primera parte de todo el proceso que,
creo, queda ahora un poco más aclarada.
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El remodelado albergue del Meicín, junto al macizo de Las Ubiñas. (LNE) |
FUENTE:
AMADEO GANCEDO. Publicado por La Nueva España el 13-08-2017. Ver enlace._______________________________________________________________________
AUTORES.
Amadeo
Gancedo (Tuña (Tineo) 1935 - Mieres del Camino 2019), ejerció de fedatario del
ruidoso y contradictorio Mieres de finales de los setenta y toda la década de
los ochenta, contando en sus crónicas el inicio del naufragio industrial del
concejo y el surgimiento de un pálpito que insufló vida a la emancipación política
y sociocultural. Como antes había hecho uno de sus maestros, el recordado Luis
Fernández Cabeza, Amadeo Gancedo se convirtió en infinidad de ocasiones en
consejero, orientador e incluso confesor de alcaldes, empresarios,
sindicalistas y dirigentes vecinales. También de algunos artistas, como el
propio Víctor Manuel. Al margen de su infatigable labor periodística y, más
tarde, empresarial, Amadeo Gancedo fue una persona permanentemente implicada en
la vida social y cultural de Mieres. “No sólo fue un observador, sino también
un laborioso actor estrechamente ligado a la comunidad”. Fueron muchas las
iniciativas en las que se embarcó, colaborando con entidades como el Caudal
Deportivo o el Orfeón de Mieres, entre otras muchas. Durante dos etapas de su vida
estuvo enfrascado en sendos proyectos que tuvieron una notable relevancia. Se
trata del Concurso Artístico de Otoño del viejo Teatro Capítol y de los
“Tribunales Populares” impulsados durante su etapa al frente del Centro
Cultural y Deportivo. En ambos casos, compartió experiencias con otros muchos
inquietos mierenses implicados, como él, en el progreso del concejo. Como en
casi todo, su acusada sensibilidad social le hizo adelantarse a debates antes
de que se pusieran de máxima actualidad. Un abanderado del entusiasmo. Así le
recordaremos. Amadeo Gancedo Rodríguez
falleció el 27/04/2019. Fuente: https://lne.es. (La Nueva España).
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”
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NOTA: Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
autores.
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