"En la guerra se mata, se roba, se viola... En Rusia maté a
muchos, robé botas y gorros y nunca violé"
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Ubaldo Puche
Mulero con el uniforme alemán de la División Azul. Exfotógrafo de EL
COMERCIO-LA VOZ DE AVILÉS. El Comercio.
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"No me fui a la
División Azul por ideología; era joven, con poca cabeza, y pagaban cinco duros
diarios a la familia de cada combatiente en el frente ruso. Lo mío no fueron
actos de heroicidad, sino más bien de locura"
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Puche, sosteniendo una reproducción de la mítica foto del remate de volea de Quini, dedicado por el futbolista. La Nueva España. |
En el silencio de las noches, de todas y cada una de las
noches, Ubaldo Puche Mulero revive su guerra. Ocurrió hace más de 70 años, pero
el tiempo le demostró que la guerra no termina nunca en el fortín de la memoria
de quienes fueron sus protagonistas. El frío del campo abierto en Rusia, en algún lugar que los
recuerdos ya no sitúan en el mapa. II Guerra Mundial, el frente ruso, y aquel
joven de veinte años encuadrado en una negra aventura llamada oficialmente
250.ª División de Infantería. Para los alemanes, la 250.ª Infanterie-Division.
Para los españoles, resumiendo, la División Azul. "La guerra... no sé explicarte cómo es. En la guerra se
mata, se roba, se viola. Yo maté a mucha gente, robé lo que pude, pero violar
nunca, eso no. Matábamos a un ruso y nos tirábamos a quitarle el uniforme y las
botas de fieltro, que eran cojonudas. Y la cartera para conseguir rublos, que
después los alemanes, los muy cabrones, nos los cambiaban por marcos muy por
debajo de su valor. Cacheabas al cadáver, le encontrabas la cartera y allí
estaba su foto, sonriente, con su mujer y a veces su hijo pequeño en brazos.
Daba pena, supongo que aquel sentimiento era lo único que nos dignificaba un
poco, pero era sólo un momento porque por lo general estabas en medio de un
chorro de tiros". No había tiempo para sentimentalismos.
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Ubaldo Puche (Aguilas (Murcia) 1928 - Aviles Asturias 08-01-2019),
un hombre de vida trepidante que inmortalizó al mejor Quini. J. P. El Comercio. |
Ubaldo Puche nació en Águilas, Murcia, en agosto de 1922, en
una familia de seis hermanos. Son 93 años en los que dio muchas vueltas para
firmar una biografía intensa y cruda. Como buzo le tocó devolver a tierra a
decenas de cadáveres; como luchador de lucha libre recorrió España y
protagonizó portadas. Como fotógrafo deportivo ("yo soy del Sporting
cerrao") es el autor de la famosa imagen de Quini rematando de volea, esa
especie de foto icónica que simboliza la furia rojiblanca y al mejor rematador
del fútbol español. Fue guardia civil, participó en la lucha contra los
guerrilleros huidos tras la Guerra Civil, fue escolta de un ministro y vio
nacer Ensidesa, fábrica en la que trabajó hasta su jubilación. Vive con su
esposa, María Luisa, en Llaranes (Avilés) y se refugia en su pequeña
habitación, tocado con un gorro negro con la insignia dorada de la antigua
Unión Soviética. Un gorro que tiene su patética historia. "Era de un ruso al que maté. Abriga mucho esto. Mira la
insignia y este agujero que es de una bala. Entró por aquí y salió por este
otro lado. Pero es negro y ni se nota".
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Fragmento de la portada de 'División azul', de Fran Jaraba. RTVE. |
-¿Por qué se fue a la guerra?
-No por ideología. No me hables tú de ideologías. Me fui
porque pagaban cinco duros al día a la familia de cada combatiente y colocaban
a tu padre si no tenía trabajo. Un amigo de Águilas que se llamaba Miguel Muñoz
y que estaba haciendo la mili en Granada me llamó un día y me dijo: "Oye,
están buscando voluntarios para ayudar a los alemanes, pagan algo y dicen que
se comerá bien; apúntate". Y me fui. Era joven, con poca cabeza. Aquí
tengo la Cruz de Hierro alemana, la más alta condecoración militar, pero lo mío
no fueron actos de heroicidad, sino de locura. No me considero un valiente,
pero sí un tipo muy echado para adelante. Por cierto, mi amigo Miguel murió en
Rusia. "A nosotros nos pagaban los alemanes y vestíamos como
ellos. Nos daban un marco diario. Los alemanes nos decían que los españoles
estábamos locos por haber ido al frente ruso en una guerra que, bueno, no era
la nuestra. De la Guerra Civil yo me libré por meses, soy de la quinta del 42,
si aquello dura un poco más acabo en el frente".
La División Azul, aquella iniciativa del régimen franquista
que era como devolver visita a la Unión Soviética, se fraguó en los primeros
meses de 1941. En julio comenzó el llamamiento de los voluntarios, el día 17
llegaron a Alemania los primeros contingentes; en agosto, traslado al frente, y
el 12 de octubre tuvo lugar el bautismo de fuego. Quedaban por delante dos años
de sangría y atrocidades. "Cuando me hablaron de la guerra en Rusia, yo, que era
muy crío, pregunté: '¿Rusia?, ¿dónde está eso?' Me alisté y comencé mal; nos
dieron un plato de hojalata y a las primeras de cambio, un día a la hora de
comer solté: '¡Me cago en el obispo, qué mierda de comida!' Me oyó el
capitán... y tres días durmiendo con los caballos en la cuadra, como castigo.
Pasamos la frontera entre Alemania y la Unión Soviética andando, en una jornada
de 42 kilómetros y cargados hasta arriba. La gente no podía más, así que, salvo
las armas, íbamos tirando todo lo que nos estorbaba. Y los mandos, mirando para
otro lado". Ubaldo Puche fue uno de los casi 47.000 voluntarios que en
diferentes llamamientos acabaron en el frente ruso. Hubo unos 5.000 muertos en
la División Azul, y 9.000 heridos. Los prisioneros supervivientes no regresaron
a España hasta el año 1954.
En una ciudad alemana, cerca de la frontera, Puche hizo su particular instrucción. "Estuvimos un mes aprendiendo el manejo de las armas alemanas. Yo me distinguí por buena puntería y me pusieron delante una ametralladora". "
¿Tú sabes lo que es una posición intermedia? Pues es
una pequeña trinchera a medio camino entre las trincheras propias y las del
enemigo. A mí me tocó estar en alguna... Y, amigo, allí escuchabas las voces de
ambos bandos. La misión consistía en avisar del ataque de los rusos, que a
veces rodeaban esa posición y no quedaba otro remedio que arrastrarse por el
suelo, y así, poco a poco, retroceder y tirarse de cabeza al agujero para
salvar la vida. ¿Sabes lo que recuerdo? El ruido de los tanques rusos; un ruido
de asustar. Dejábamos bombas en el suelo y desde la distancia disparábamos
contra ellas para que explotaran al paso de aquellos bichos. Y yo allí, en
medio de los tiros, diciéndome: 'Ubaldo, estás loco, al final te van a quitar
del medio'.
Pero no, tuve mucha suerte, y mira que me metí en todos los
líos".
Puche recuerda un nombre: el capitán Timoteo Temprano de la
Prieta. "Era de La Coruña, un gran tipo". A Temprano de la Prieta lo
situamos al frente de la 5.ª Compañía del Regimiento 269. "El capitán
avanzaba con dos pistolas, una en cada mano, pegando tiros sin parar. Cuando se
quedaba sin munición, cogía las pistolas y las tiraba. Y yo detrás, para darle
otras dos armas cargadas, y a seguir disparando. El capitán nunca me llamaba
por el nombre. Me llamaba Guripa. Guripa, tal cosa; Guripa, tal otra... Guripa,
hay que matar a un prisionero. Y la guerra te vuelve así. En la guerra matas a
un tipo y te quedas más tranquilo que Lepe, porque acabas quitándole todo el
valor a la vida; a la tuya y a la de los demás. Yo viví la guerra y si hoy
tuviera que ir a otra, me hago prófugo, ni aparezco. Ni hablar de
guerras".
Ubaldo Puche se remanga la pernera derecha para enseñar su
herida de guerra. "Un machete ruso, por poco me quedo sin pierna. Me
mandaron para Alemania, dos meses a Berlín a recuperarme. Allí me encontré con
un médico de mi pueblo, lo que son las cosas". Y vuelta al frente y a la tensión de las trincheras, que
eran una especie de lotería. "Los rusos tenían unos francotiradores
increíbles. Contaban con un fusil de largo alcance y eran capaces de pegarte un
tiro en la cabeza a 800 metros. Disparaban desde los árboles, escuchabas un
ruido y de repente alguien que caía fulminado a dos pasos de ti. Un día los rusos
me echaron mano. Era de noche, los mandos me enviaron a llevar un parte y no sé
por qué, pero me perdí, una tontería por mi parte. Cuando me di cuenta, había
cruzado la línea enemiga y dos rusos me cayeron encima. Estuve preso tres meses
y diecisiete días, hasta que logré escaparme. Otro golpe de suerte". Los rusos jugaban en casa. Ubaldo Puche Mulero recuerda una
anécdota negra. "Llegamos a un pueblo. En la Unión Soviética todos los
pueblos tienen su pozo, y el comandante mandó a un compañero a por agua. Nunca
volvió. Desaparecido.
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Condecoraciones alemanas de Puche, entre ellas, la Cruz de Hierro. La Nueva España. |
Al cabo de unos días, me pregunta: '¿Guripa, esta agua no le sabe rara?' 'Oiga, pues no, a mí me sabe muy bien'. Pero el agua olía, claro, porque al compañero le habían pegado un tiro y había caído al pozo. Me tocó sacar el cuerpo". Aquello duró hasta 1943. "Cuando la Unión Soviética y
los Estados Unidos iniciaron un acercamiento de cara al fin de la guerra, los
rusos pusieron, entre otras condiciones, que los combatientes españoles
saliéramos de allí. Un buen día nos explican que aquello se acabó, que quien
quisiera regresar tenía permiso para hacerlo. Y yo me dije: '¡Cago en su
madre... salgo de aquí pitando!' Ni lo dudé. Volví a Águilas y me habían
organizado un homenaje porque yo creo que había sido el único del pueblo alistado
en la División Azul. Tuve que echar un discurso desde el balcón del
Ayuntamiento".
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Ubaldo Puche, pasó
por la División Azul y fue boxeador antes de dedicarse a la fotografía. El
Comercio.
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-Y al día siguiente, ¿cómo le fue la vida?
-Ingresé en la Guardia Civil. Había un examen de entrada y
el examinador me dijo: "Si estuviste en la División Azul, ya sabes todo lo
que hay que saber". En el cuartel me llamaban el ruso. Pero me destinaron
a Sevilla y a mí no me interesaba, así que me "jubilé" de la Guardia
Civil. Algunos, los más cercanos a Puche, le escucharon contar su
experiencia contra el maquis en los Pirineos, primero, y en Asturias después. "Un día, aquí en Asturias, nos dieron el chivatazo de
que en una cueva en el monte había gente porque salía humo. Fuimos para allá y
a unos cien metros nos recibieron con unas ráfagas de tiros que abrasaban.
Empezó a pasar el tiempo y nada, que ellos no podían salir y nosotros no
podíamos ni acercarnos. El mando nos mandó ir hasta el cuartel del Simancas, en
Gijón, y pedir un mortero del calibre 50. Lo llevamos, lo instalamos y
comenzamos a disparar. Los primeros tiros, lejísimos. Después, a la misma boca
de la cueva. Nadie contestó desde dentro; silencio total. Cuando entramos
descubrimos cinco cuerpos. Se habían matado, con tiros en la cabeza y en la
boca, ante la imposibilidad de huir. Todas sus pertenencias, las sortijas y los
relojes habían sido machacados y el dinero destrozado para que no lo pudiéramos
aprovechar".
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(...). El
uniforme era boinas rojas de los carlistas, unos pantalones de color caqui de
la Legión y las camisas azules de los falangistas, por lo que se empezó a
llamar División Azul. Este uniforme se utilizaba únicamente durante los
permisos en España; en el campo de batalla, los soldados españoles usaron el
uniforme gris de la Wehrmacht, pero con la leyenda “España” y la bandera en
roja y gualda en la manga. La justicia militar en la División, se aplica según
el código castrense hispano. Las funciones de policía militar, quedan a cargo
de la Guardia Civil. (...). Saber más... Grandes Batallas.
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Ubaldo Puche Mulero culmina sus
memorias con el repaso a su vida en Asturias. Ya había sido destinado a tierras
asturianas como guardia civil, tras haber prestado servicio en los Pirineos.
Finalmente recaló en la gran empresa Ensidesa. En los siguientes años logró
desarrollar dos de sus principales aficiones: el buceo y la fotografía
deportiva. "Antes de la División Azul yo trabajaba en lo que
podía. Entré en la Renfe, después me colocó un primo de mi padre que tenía una
barbería, de pinche. Mi sueldo eran las propinas. También estuve un tiempo en
el Ayuntamiento de Águilas, en la misma oficina que mi padre, pero allí iba
cuando quería, era el clásico enchufado".
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(...). Para
acomodarse a la organización estándar del ejército alemán, los regimientos
tuvieron que ser reducidos. Los regimientos tomaron el nombre de los cuatro
comandantes de cada regimiento: Rodrigo, Pimentel, Vierna y Esparza. Cada
regimiento tenía tres batallones, formados por cuatro compañías cada uno, así
como un regimiento de artillería dotado de tres baterías de 150 mm y de una
batería pesada de refuerzo. (...). Saber más... TARINGA.
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Años después, su paso por la División Azul (unos 47.000
voluntarios y no tan voluntarios, de los que casi 5.000 dejaron la vida en la inmensidad
rusa) le puso en disposición de elegir. Cuenta Puche que quiso ser escolta de
Franco, pero que no tenía currículo más allá de la guerra, y que en su defecto
le pusieron a cubrir la espalda del ministro José María Fernández Ladreda,
asturiano, responsable de Obras Públicas, quien en 1951 había sido nombrado
vicepresidente de las Cortes. Con Fernández Ladreda, el murciano Ubaldo Puche
viajaba a Asturias con frecuencia, pero aquello se acabó a la muerte del
ministro en 1954. La Administración central le volvió a buscar destino laboral,
y aquel destino se llamaba Ensidesa. La fábrica no estaba aún levantada. Seis meses en casa pero
cobrando el sueldo, 550 pesetas. Puche vio nacer Ensidesa y también su pueblo,
Llaranes, casi a pie de fábrica. Sigue viviendo allí, en un bloque de pisos
"obreros" que da a la iglesia, antigua zona de caserías.
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Ubaldo Puche,
un hombre de vida trepidante que inmortalizó al mejor Quini. Autor de la
icónica imagen de El Brujo. (...). Saber más...El Comercio. |
FUENTE: EDUARDO GARCÍA. Publicado por la Nueva españa el 09-01-2016. Ver enlace.
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Antecedentes Históricos de la División Azul
España se mantuvo neutral durante la II Guerra Mundial y
promovió el alistamiento de voluntarios para ir a la Unión Soviética para
luchar contra el Bolchevismo (La División Azul). De este modo, el general Franco mantuvo la neutralidad
española mientras que simultáneamente compensaba a Hitler por la ayuda prestada
al bando nacional durante la Guerra Civil Española con la presencia de Legión
Cóndor El 24 de junio de 1941 se constituyó la agrupación de
voluntarios españoles, quedaría encuadrada en un principio en el XVI Ejercito
dentro del Cuerpo de Ejércitos Norte de la Wehrmacht y se le asignó el nombre
de 250 División. Los miembros eran voluntarios y la única condición que puso
Alemania es que los mandos fueran profesionales. Los voluntarios se presentaron
en los banderines de enganche de todas las áreas metropolitanas en España. Los
cadetes de la Escuela de Oficiales de Zaragoza se ofrecieron voluntariamente en
gran número. Su comandante fue general Agustín Muñoz Grandes y quedó
constituida por 15.500 soldados y 2.500 mandos. El uniforme era boinas rojas de los carlistas, unos
pantalones de color caqui de la Legión y las camisas azules de los falangistas,
por lo que se empezó a llamar División Azul. Este uniforme se utilizaba
únicamente durante los permisos en España; en el campo de batalla, los soldados
españoles usaron el uniforme gris de la Wehrmacht, pero con la leyenda “España”
y la bandera en roja y gualda en la manga. La justicia militar en la División,
se aplica según el código castrense hispano. Las funciones de policía militar,
quedan a cargo de la Guardia Civil.
El 13 de julio de 1941 salió de Madrid para Grafenwöhr
(Baviera) el primer tren de voluntarios para pasar cinco semanas de
instrucción. La División Azul, . "250. Einheit spanischer
Freiwilliger" se dividió en 4 regimientos, para adaptarse a la
organización alemana y cada regimiento se dividió en 3 batallones y cada
batallón en 4 compañías. El regimiento de artillería estaba dotado de tres
baterías de 150 mm y de una batería pesada de refuerzo. También se constituyó la agrupación de aviadores voluntarios
que formaron la Escuadrilla Azul, que lograron 156 derribos de aviones
soviéticos. Pasaron por la División Azul , unos 45.482 soldados o
guripas durante varios relevos. 4.954 de ellos encontraron la muerte, 8.700
fueron heridos y 372 fueron hechos prisioneros de guerra por el ejército
soviético, y los últimos fueron repatriados a España en 1954, llegando al
puerto de Barcelona el 2 de abril de 1954 en el barco liberiano Semínaris.
Unos pocos se casaron y se afincaron en Rusia, y no volvieron. Hubo muy pocas deserciones, y quienes se alistaron con intención de pasarse a los soviéticos tuvieron la enorme sorpresa de ser recluidos también en el GULAG, donde sobrevivía asimismo un número de pilotos y marineros españoles del Frente Popular, retenidos en 1939 e internados por no aceptar la ciudadanía soviética. De los prisioneros morirían en los campos un 30%. En la unidad combatió una representación peculiar de la
sociedad española, pues la integraron personas de todas las regiones y de capas
sociales urbanas. Desproporcionado fue el porcentaje estudiantes universitarios
e intelectuales, sobre todo en las primeras expediciones: el 25%. Al margen de su significación moral como cancelación bien
sobrada de la deuda de sangre con Alemania y en parte de la deuda económica, la
división tuvo otros valores, desde el punto de vista del régimen.
Comentario de Adolf Hitler de los españoles de la Divisón Azul
Conocido es el desprecio que tenía Hitler hacia los
españoles, nos consideraba un pueblo mestizo e inferior pero tuvo que reconocer
que los españoles eran excepcionales: "Los españoles
son un puñado de guarros. Contemplan el fusil como un instrumento que no
debería ser limpiado bajo ningún pretexto. Sus centinelas sólo existen en
teoría. No ocupan sus posiciones, o si lo hacen, se duermen. Cuando llegan los rusos,
los nativos tienen que despertarlos. Pero los españoles no han cedido nunca una
pulgada de terreno… No puedo imaginar a personas más valientes, apenas se
cubren, desafían a la muerte. Sé que, de todas formas, nuestros hombres están
siempre encantados de tener a los españoles como vecinos en su sector. Extraordinariamente
valientes, duros contra las privaciones pero terriblemente indisciplinados”.
Adolf Hitler
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El General Agustín Muñoz Grandes estuvo al frente de la División Azul hasta que Franco lo sustituyó por el general Esteban Infantes. (...). Saber más... Grandes Batallas. |
Datos Relevantes
de la División Azul
Condecoraciones de
la Wehrmacht a la División Azul
- 2 cruces de caballero de la cruz de hierro, una
de ellas con hojas de roble
- 2 cruces de oro
- 2.497 cruces de hierro (138 de primera clase)
- 2.216 cruces del mérito militar con espadas (16
de primera clase)
- Una medalla específica de la división, ordenada
por Hitler, distinción que ninguna otra unidad tuvo.
Condecoraciones de
España la División Azul
- 8 Laureadas de san Fernando
- 44 medallas militares.
|
(...). En
contra de las tesis raciales del nacionalsocialismo, confraternizaron con los
rusos y se sintieron horrorizados por la barbarie nacionalsocialista alemana.
Los buenos recuerdos están acreditados por los testimonios dejados por la
unidad cuando algunos veteranos, ya viejos, volvieron de visita por aquellas
tierras. (...). Saber más... Grandes Batallas.
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Batallas en las
que participó la División Azul
Sitio de Leningrado, Primera Batalla de Leningrado, Batalla
de Volkhov, Batalla de Udarnik, Primera batalla de Smiesko, Batalla de Sitno,
Batalla de Muravji , Batalla de Nikitkino , Batalla de Possad, Segunda Batalla
de Sitno , Batalla de Schevelevo, Tercera Batalla de Volkhov , Batalla de
Maloye Samoshie, Batalla de Poselok , Batalla de Putrolovo ,Batalla de Pushkin,
Batalla de Krasny Bor.
Los grandes
números de la División Azul
- Voluntarios 45.482
- Las bajas totales: 23.552 (52 %)
- Muertos y Desaparecidos: 4.954 (11 %)
- Heridos: 9.522 (21 %) .
- Congelados: 1.512.
- Otros enfermos: 5.570.
- Prisioneros: 372
|
(...). Casi
trescientos divisionarios fueron hechos prisioneros de guerra por el ejército
soviético, y encarcelados en Gulags en Siberia, condenados a trabajos forzados.
Fueron los últimos repatriados a España en 1954, y llegaron al puerto de
Barcelona el 2 de abril de 1954 en el barco liberiano Semíramis. (...). Saber más... Grandes Batallas.
|
FUENTE: GRANDES BATALLAS. Resumen de la Batalla de Krasny Bor.__________________________________________________________________________
AUTORES.
Eduardo García García (Oviedo, 1957), escritor y periodista de LA NUEVA ESPAÑA. Afincado desde niño en
Gijón, promovió y coordinó la Biblioteca Gijonesa del siglo XX, editada con el
patrocinio del Ayuntamiento de Gijón, siendo autor además del primer título de
la colección, "Un tiempo, una ciudad, las fotos de un siglo". Otros
libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias";
"Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y
"Un Ayuntamiento al Norte". Otros libros de este periodista asturiano
son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al
paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al
Norte". La Nueva España.
GRANDES BATALLAS DE LA HISTORIA DE ESPAÑA. El objetivo es contribuir humildemente a la divulgación de la Historia de España y hacerlo con todo el potencial multimedia que permite internet, tratando de diseñar las páginas lo más amenas y divertidas posibles. El nivel establecido para estas páginas, es la divulgación, no son páginas para estudiar la Historia de España; son para todos aquellos que sientan el gusanillo de querer saber de dónde venimos y conocer algunos de los problemas nacionales o internacionales que tuvimos que afrontar en el pasado, algunas veces ganando la gloria pero perdiendo la vida. No es objetivo de esta web, analizar y explicar "científicamente" desde el punto de vista del materialismo histórico las causas de las guerras; he tenido que olvidarme del papel de ideólogo militante de los setenta. (...). Seguir leyendo... Fuente: Grandes Batallas.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
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