Viajeros entre talleres |
La fábrica
gijonesa de vidrio «La Industria» (Cifuentes, Pola y Cía.) fue fundada en 1844
por: Anselmo Cifuentes Díaz, Mariano Pola, la familia Toral, el Marqués de San
Esteban y el Conde de Revillagigedo, con un capital social de 1.200.000 reales.
(…). Saber más... Estudio Fotográfico Vinck.
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Del poderío industrial y comercial de Gijón en los siglos XIX y XX a través de los escritos de varios forasteros que circularon por la villa en plena industrialización |
De El llano a Begoña.
Una vista de la zona de El Llano desde los altos de Ceares, a principios del
siglo XX. Archivo de Juan Martín Merino, «Juanele». La Nueva España. |
La Nueva EspañaAl socaire de la formidable crisis que amenaza con apagar los últimos rescoldos del Gijón industrial, que también arrastra al sector terciario, puede ser buena hora para recordar lo que era la villa a mediados del siglo XIX y en lo que se convirtió pocas décadas después. Una radiografía pretérita a través de los textos de quienes, con ojos forasteros, vieron el Gijón finisecular que encaraba a buen paso el siglo XX entre fábricas y talleres. La parte principal de los textos pertenecen al libro «Escrito sobre Gijón», publicado hace diez años con el patrocinio del Ayuntamiento.
En plena época romántica, propensa a los viajes por España de extranjeros en busca de aventura, el francés
Émile Bégin publicó, en 1850, «Viaje pintoresco por España y Portugal», en el que dedicó las siguientes líneas a la villa cuando comenzaba su industrialización:
«Gijón tiene cierta importancia comercial, artística y literaria. Su industria está compuesta por herrerías, fundiciones de cobre, fábricas de sombreros, de loza, de tejidos y otras». Nueve años después, el también francés Alfred Germond de Lavigne escribió lo siguiente en su
«Itinerario descriptivo, histórico y artístico de España y Portugal»:
«Gijón, parador de las diligencias, es una villa de 6.200 habitantes, situada en la falda de una colina rodeada casi enteramente por el mar Cantábrico». Como hacía pocos años (en 1856), que había entrado en servicio la línea férrea entre Gijón y Sama, el viajero francés incidía en que
«el puerto es el mejor de toda la costa (…) El comercio es aquí de gran importancia; la hermosa carretera carbonera, abierta hasta Langreo por el señor Aguado (marqués de las Marismas del Guadalquivir, muerto en Gijón el día de la inauguración del vial carbonero), y ahora un ferrocarril de 34 kilómetros, traen hasta el puerto, en cantidad considerable, los combustibles minerales de esta rica cuenca minera».
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Inauguración
del Ferrocarril a Langreo, Pérez Villaamil, 1852. El Ferrocarril de Langreo
(oficialmente Compañía del Ferro-carril de Langreo en Asturias) fue una empresa
ferroviaria española que construyó en el siglo XIX la línea Gijón-Langreo en
Asturias. La línea fue la cuarta con tracción de vapor en la península ibérica
y la primera de carácter industrial, dedicada al transporte de carbón desde las
minas de Langreo y Siero hasta el puerto de Gijón, además de pasajeros. En el
siglo XX fue una de las líneas que se integraron en FEVE, siendo en aquel
momento la empresa ferroviaria europea más antigua en funcionamiento. (…).
Saber más... WIKIPEDIA.
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En 1877, tres años antes de que entrará en producción la Fábrica de Aceros de Moreda y Gijón, que sería determinante en la industrialización de la villa, Rafael María de Labra, jurista, político y escritor nacido en La Habana española, escribió «Gijón. Una villa del Cantábrico». El libro fue reeditado en 1997 por el Ateneo Obrero y del mismo entresacamos las siguientes apreciaciones del viajero De Labra:
«La industria gijonesa tiene una tradición bien modesta. Hace dos siglos la principal ocupación de los vecinos de la villa que no se dedicaban al comercio era la pesca (…) Hoy los gijoneses no pueden ser clasificados entre los pescadores (…) y los mozos de Gijón hallan ventajoso y lucrativo empleo de sus fuerzas ora en las diversas fábricas establecidas en la villa, ora en los talleres de los caminos de hierro, ora en los incesantes trabajos del muelle». Y remataba el escritor habanero asegurando que «Gijón es un pueblo industrial en el amplio sentido del vocablo; es decir, un pueblo donde los intereses materiales y la vida económica han logrado un desarrollo extraordinario». |
Fábrica de
Moreda en la Guía ilustrada de Gijón de 1884. La Fábrica de Moreda y Gijón fue
una fábrica siderúrgica ya desaparecida propiedad de la Sociedad de las Minas y
fábrica de Moreda y Gijón que se ubicaba en el actual barrio de Moreda -y al
que da nombre-, en Gijón (Asturias).1 Fue el principal motor siderúrgico de la
ciudad a lo largo del siglo XX. (…). Saber más... WIKIPEDIA.
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En la relación de viajeros que dejaron sus impresiones sobre el Gijón finisecular no podían faltar los británicos.
En este caso Mars Ross y H. Stonehewer-Cooper con su célebre «The Highlands of Cantabria (Las tierras altas del Cantábrico)», el libro de viajes que «abrió» los Picos de Europa a los montañeros europeos. Publicado en 1885, míster Ross y míster Stonehewer-Cooper titularon el capítulo dedicado a Gijón: «El Cardiff español», comparando a la villa con la capital de Gales, entonces una región puntera en el arranque del carbón que alimentaba las máquinas de vapor que movían el Imperio Británico. Contaron:
«Gijón es el puerto natural de las minas de carbón de Sama, en el distrito de Langreo, de donde hay una distancia de veinte millas (…) El comercio extranjero en Gijón está creciendo rápidamente en importancia. Su importación incluye maíz del Danubio y de América, madera de Noruega y Suecia, cordaje de Belfast y Liverpool, ginebra de Holanda, azúcar y sal de Cádiz, y algunas mercancías del norte de Inglaterra». Con buenos ojos comerciales, ambos viajeros explicaban, más adelante, que
«el primer artículo de exportación, aparte del carbón, son las nueces; Gijón es el primer punto de España en exportar nueces (…) Asimismo, la madera de nogal forma un pequeño artículo de exportación, pero el marcado de mantequilla asturiana, especialmente a Cádiz, Sevilla y Cuba, está creciendo rápidamente». |
El puerto viejo de Gijón en el siglo XIX, según un dibujo de
Nemesio Martínez. La dársena ocupaba, entonces, los actuales jardines
de la Reina.
«Historia de Gijón». La Nueva España. |
En otro librito reeditado por el Ateneo Obrero en 1994, titulado «Gijón 1894», se recoge la parte correspondiente a la villa que el escritor y periodista Alfonso Pérez Gómez-Nieva le dedicó dentro de su obra «Un viaje a Asturias pasando por León». Quien luego fuera ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en la dictadura del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja dejó escrita su primera impresión al llegar a la villa:
«El viajero que arriba a Gijón en el tren percátase de lo que es la población en cuanto se mete en el ómnibus. A ambos lados del camino descubre varias altas chimeneas de ladrillo, que arrojan columnas de negro humo, y por donde quiera, agrupados en torno de los rojos monolitos de la industria, tinglados, naves, cercas, edificios, carros que van y vienen, un pueblo de obreros». «Barcelona, Bilbao y Gijón. Por este orden pueden colocarse nuestras tres grandes ciudades fabriles», decía Gómez-Nieva cuatro años antes del desastre de Cuba y Filipinas. Pero en 1894, para el viajero Gijón era
«una villa honrada y laboriosa, que merece que en las altas esferas gubernamentales se la mire con más cariño y atención del que se le consagra. En Madrid se la cree sólo una estación de verano, y precisamente lo que menos resulta es veraniega, por lo mismo que es una ciudad con medios propios de vida».
El año del final de la Gran Guerra, en 1918, Miguel de Castro Marcos decía lo siguiente en su obra «Asturias. País de amor y tierra de fuego»: «Gijón reúne todas las condiciones apetecibles para las personas. Es gloria de Asturias, es emporio de industrias (…) Muchas fábricas, muchos talleres, mucha vida comercial, mucha alegría, mucho placer. Es una villa a la inglesa, esas elegantes ciudades londinenses (sic) que todo lo poseen, que todo lo reúnen. El espíritu gijonés es trabajador infatigable». Ese aroma británico en el Gijón de entonces también fue apreciado en 1926 por
el periodista cubano Manuel Villaverde, cuando escribió, en «Un verano en España», que
«Gijón es una ciudad de aspecto inglés o norteamericano; Oviedo, situado a cinco leguas de distancia, es una población netamente, típicamente española, con arreglo al concepto general o mejor al concepto místico de lo que debe ser el españolismo de un pueblo. Parece imposible que media hora escasa de ferrocarril o quince minutos en automóvil basten para descubrir tan notable diferencia».
Por último, Enrique Lafuente Ferrari, el historiador fallecido en 1985 y que fue un referente en el estudio de la pintura española, en 1963, dentro de su estudio sobre el mejor pintor que dio Gijón, titulado «La vida y el arte de Evaristo Valle», apreció que
«Gijón marcó en el siglo XIX el rumbo a una Asturias modernizada, explotadora de sus riquezas, frente al rural arcaísmo tradicional de una región aislada por el mar y las montañas. Carbón, barcos, primeras y modestas industrias, técnica importada y naciente capitalismo, ideas liberales y desarrollo desordenado».
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(…). En el
año 1857, a través del Muelle del carbón, empieza a funcionar la Terminal Ferroviaria.
Desde esa f echa, por medio de dos “Drops” importados de Inglaterra, se embarca
el carbón en los buques con más rapidez. Se añadió un tercer Drop en el año 1873.
(…). Saber más... (PDF). docutren.
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FUENTE: J. M. CEINOS. Publicado por La Nueva España el 16·12·2012. Ver enlace._________________________________________________________________________
AUTORES.
J. M. Ceinos. Redactor del periódico asturiano La Nueva España y gran conocedor de la
historia gijonesa. La
Nueva España.
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Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información
ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran distancia
de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de Asturias.
LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los asturianos de
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España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores. DELEGACIONES.
LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés, Cuencas,
Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo, Gijón,
Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de
corresponsales. FUENTE.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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