«Ni está ni se le espera», la frase que detuvo los tanques y
reveló a un golpista
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TEJERO. Congreso de los Diputados. Golpe de Estado 23 de Febrero de 1981. Fotografía Original de Agencia. Todocolección. |
Sabino Fernández Campo comprendió la participación de Armada en la
trama de la intentona y desactivó su ambigüedad
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«Ni está ni se le espera», la frase que detuvo los tanques y reveló a un golpista. La nueva España. |
«Todo el mundo al suelo» identifica el intento de golpe de
Estado. Pronunció esa orden el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio
Tejero Molina al asaltar el Congreso de los Diputados. «Ni está ni se le
espera» es la frase que desmontó el intento de golpe de Estado. La pronunció
Sabino Fernández Campo aquella misma tarde del 23 de febrero de 1981. El que no
estaba y al que no se esperaba en el palacio de la Zarzuela era a Alfonso
Armada Comyn, que ha quedado como planificador de aquel intento de romper la
democracia, un traidor para todos que niega cualquier participación y que se
define como víctima.
La larga crisis económica, un estado de las autonomías en
construcción y la actividad sangrienta de ETA, que el año anterior había
rondado los cien asesinatos de militares, policías, políticos, industriales,
dan los antecedentes del intento de golpe de Estado del 23 de febrero. Se
produjo cuando se votaba la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente
del Gobierno por UCD (Unión de Centro Democrático) en sustitución del
dimisionario Adolfo Suárez, carismático conductor de la transición hasta
entonces. Es difícil hacerse idea de la velocidad a la que se iban
sucediendo acontecimientos graves. Aunque había antecedentes de intentonas
golpistas y la joven democracia temía el ruido de sables, la irrupción de un
grupo de guardias civiles en el Congreso de los Diputados a las seis y veintiún
minutos de la tarde y la toma de cuatrocientos rehenes, representantes del
pueblo, la interrupción de las emisiones radiofónicas y televisivas y la salida
de los tanques a las calles de Valencia con la sublevación del capitán general
Jaime Milans del Bosch sorprendieron al país.
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Alfonso Armada
abandona el Congreso de los Diputados tras el intento de golpe de Estado del 23
de febrero de 1981. El País.
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Esa tarde y esa noche Sabino Fernández Campo, que desde 1977
era secretario general de la Casa del Rey, ganó un protagonismo para la
historia. Fue el primero que habló por teléfono con Antonio Tejero, encerrado
en el Congreso, para preguntarle qué estaba haciendo y a qué venía que dijera
hablar en nombre del Rey. Tejero le respondió que no obedecía más órdenes que
las de Milans del Bosch. El golpe se basó tanto en las acciones notorias -toma del
Congreso, sublevación de Valencia- como en la incertidumbre. Las capitanías
generales se vigilaban unas a otras sin que estuviera claro qué había que
hacer: la duda era si el Rey estaba detrás del intento de golpe de Estado. Con
esa ambigüedad jugaban los golpistas, especialmente Alfonso Armada. Armada,
militar, aristócrata, noveno marqués de Santa Cruz de Rivadulla, de nobleza
asturiana en su rama más importante, era tenido por un hombre del Rey fuera de
toda duda. Había dado clases militares al Rey Juan Carlos, sido secretario
general de la Casa del Rey durante 17 años y acababa de ser nombrado segundo
jefe del Estado Mayor del Ejército. Adolfo Suárez y él se despreciaban
mutuamente pero Suárez estaba fuera de juego, víctima de su propio partido y
dejado a su suerte por Juan Carlos I.
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En la imagen,
José María García retransmitiendo desde las inmediaciones del Congreso. Foto de
EFE. El País.
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Con el Gobierno secuestrado por Tejero, la Junta de jefes de
Estado Mayor, máximo órgano del Ejército, redactó un comunicado para hacerse
cargo del poder provisional. En el palacio de la Zarzuela se agradeció el
ofrecimiento al tiempo que se señaló su improcedencia y se puso en marcha un
Gobierno de secretarios de Estado y subsecretarios al frente del cual estaba
Francisco Laina, director de Seguridad del Estado y presidente del gobierno
español durante 18 horas. Unas de las amenazas más poderosas era la División Acorazada
Brunete, capaz de tomar Madrid con sus tanques, y cuya fidelidad estaba en
duda. Su máximo responsable era el general Juste Grijalba, que había sido
informado de dos falsedades vitales para entender cómo funcionaba la maquinaria
más secreta del golpe: que el Rey apoyaba el golpe y que Alfonso Armada estaría
en la Zarzuela recibiendo órdenes para formar un Gobierno de concertación que
presidiría.
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El general José
Juste Fernández, jefe de la división acorazada Brunete durante el 23-F y figura
relevante en el desenlace del intento de golpe de Estado. 20minutos.
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Eso es lo que supo detectar pronto y bien Sabino Fernández
Campo en la conversación telefónica con el Juste. Lo contó así en las memorias:
«No me percaté en el mismo momento de lo que suponía que
Armada viniera a la Zarzuela la noche del 23-F. Lo descubrí después. En un
primer momento, me parecía innecesario que fuera a la Zarzuela esa noche. Él
tenía un puesto importante en el Ejército. Era segundo jefe del Estado Mayor
(el primero era el general Gabeiras) y su puesto en un momento de dificultad
como aquél era estar en su puesto en su despacho. Además, había una cuestión
personal: si yo le había sustituido a él como secretario general de la Casa del
Rey, era yo el que tenía que estar en Zarzuela, y que llegara en aquel momento
otra persona sería motivo de confusión. Eso mismo le estaba pasando en aquel
momento al general Juste, que mandaba la División Acorazada Brunete, pero se le
presentó allí quien había sido jefe antes, el general Rojas, que ya estaba
destinado en La Coruña. Ya nadie sabía en aquellos momentos quién estaba
mandando en la Brunete. Entonces me llama Juste, despistado, a la Zarzuela. La
famosa llamada. (...) Al hablar con Juste, me dice: "Bueno, en
definitiva, ¿qué está pasando? ¿Ya está ahí Alfonso?". "No, no
está", respondí. "Pero estáis esperándole, ¿no?". "No,
tampoco; no está ni se le espera", que fue la frase que se hizo famosa,
pero que respondía sencillamente a una realidad: no le esperábamos porque le habíamos
dicho que no viniera». «Fue entonces cuando me di cuenta de todo. Al ver juntas la
insistencia de Armada en venir y la pregunta de Juste sobre si ya estaba allí,
me hizo suponer que la presencia de Armada era significativa para algo». |
El Rey, a su
derecha Adolfo Suárez, de pie, Sabino Fernández Campo, el día después del 23-F. / A.B.C. Blog.
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Nada más colgar el teléfono con Juste, Fernández Campo subió
a ver al Rey para comentarle sus sospechas. Contaba con que Juan Carlos I
estuviera llamando a las capitanías generales pero en ese mismo instante
hablaba con Alfonso Armada, que se ofrecía para conseguir una solución.
Fernández Campo le hizo señales al Rey para que le insistiera en que no.
«Entonces, fue cuando le dije al Rey: "La posición que
estamos adoptando hasta ahora hay que mantenerla firmísimamente, porque tengo
la impresión de que si se sabe que Armada está en Zarzuela parecerá que vuestra
Majestad está metido en el lío y que está dirigiéndolo con Armada desde la
Zarzuela". «Se tomó la determinación de que de ninguna manera apareciera
por allí. No iba a aparecer de todas formas, porque no se iba a consentir. Pero
lo que pasaba es que Alfonso Armada, que había estado tanto tiempo destinado en
Zarzuela, entraba y salía, y muchas veces iba a hablar con el Rey. Sin embargo,
hacía poco, pero ya antes del 23-F, se había dado una orden de que nadie
entrara en Zarzuela, aunque fuera muy conocido, sin que lo supiera el jefe de
la Casa, o el secretario general. Fueron muy importantes los pasos de aquella
noche, porque era una cosa convenida: a partir de tal hora, estará Armada en
Zarzuela. Eso hubiera arrastrado a la contra los sucesos de aquel día».
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Captura de pantalla
de video. Los guardias civiles que acompañaron a tejero el intento de golpe de
estado saltando por la ventana del congreso de los diputados de Madrid. Rtve-play.
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En aquella confusión se hizo muy importante que siempre
quedara claro que Alfonso Armada no actuaba en nombre del Rey y eso fue lo que
Fernández Campo le aclaró al general golpista que se iba ofreciendo para
"sacrificarse" en nombre de aquella situación peligrosa para España y
para los diputados secuestrados.
«Si personalmente crees que lo puedes
conseguir, vete», fue toda la autorización que tuvo. Alfonso Armada se presentó en el Congreso para convencer a
Tejero de que depusiera su actitud y asumir él mismo el papel de jefe de un
Gobierno, a las órdenes del Rey, con políticos de todos los partidos, incluido
el comunista.
«Yo no he asaltado el Congreso para esto» le respondió
airadamente Tejero. Tras una agria discusión, el teniente coronel despachó
violentamente al general Armada sin dejar que se dirigiese a los diputados. El golpe se dio por fracasado a la una y cuarto de la
madrugada del 24 de febrero, cuando TVE emitió el mensaje del Rey garantizando
la normalidad constitucional aunque las emociones siguieron en la llamada noche
de los transistores. Al día siguiente, mientras los guardias civiles que tomaron
el Congreso huían por las ventanas, Tejero y Armada firmaron sobre un capó un
acta de rendición de los guardias que suponía la liberación de los diputados.
Horas después Armada fue cesado y dos días después detenido. Fue juzgado en el
proceso 2/81 junto a 31 militares más y un único civil, Juan García Carrés.
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Sabino Fernández Campo, Ier Conde de Latores, Caballero del
Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias y Vice Gran Maestre de la
Real Orden de Caballeros de Santa María del Puig, natural de Oviedo
(17-03-1918), fue un militar que combatió en el bando nacional (falangista)
durante la Guerra Civil Española, terminándola con el grado de teniente. Retratos de la historia.
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FUENTE: JAVIER CUERVO. Artículo publicado por La Nueva España el 27-10-2009. Ver enlace. __________________________________________________________________________
AUTORES.
Javier Cuervo (Oviedo,
1960) es periodista. Redactor-jefe del diario asturiano "La Nueva España”
publica, desde hace casi treinta años, columnas de opinión en los periódicos de
Editorial Prensa Ibérica (Faro de Vigo, Levante de Valencia, La Provincia –
Diario de Las Palmas, Diario Información de Alicante, Diario de Mallorca,
Diario de Ibiza, Diari de Girona y las cabeceras “La Opinión” de A Coruña,
Málaga, Murcia, Tenerife y Zamora). Colaboró durante diez años en el suplemento
dominical “Magazine”. Publicó su primer artículo en la revista de crítica de
cómics “El Wendigo” en 1979, con la que colaboró hasta su cierre. Ha escrito
centenares de artículos de divulgación y crítica de historietas. Es autor de
Alfonso, cronista sentimental de Asturias, una biografía del historietista
asturiano Alfonso Iglesias, y de los apartados de cómic de Todo lo que hay que
saber para cambiar de siglo (Alba, 1999) y Gijón, la ciudad de la imagen: cine
cómic y teatro (G.E.A. 2001). Ha escrito la biografía del pintor Jaime Herrero
en la colección de Artistas Asturianos (Hércules Astur, 2003). Le gustan tebeos
desde antes de saber leer pero no de la misma manera. Foto: Javier Cuervo, en
la presentación de su libro "Flash Gordon, el conquistador", en La
Llocura (Café-librería Mierense). Autor Foto: J. R. SILVEIRA. TEXTOS: Rema y Vive
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
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