Rituales
para la Noche de San Juan
Otra de las tantas
costumbres es aquella en que las jóvenes arrojan guirnaldas trenzadas por ellas
a sus amados a través de las llamas y ellos deben recogerlas antes de que
caigan al fuego. Las guirnaldas se guardan como talismanes de buena fortuna y,
ocasionalmente, se quemaba alguna cinta en el hogar para procurar protección de
sus habitantes y animales. Algunos grupos para
finalizar las ceremonias se introducen entre las olas, comulgando por un corto
tiempo con el mar y recibiendo de él toda su fuerza. Antecedentes paganos a
esta festividad es la celebración celta del Beltaine ( significa “fuego de Bel”
o “bello fuego”) , que se realizaba el primero de mayo y era un festival anual
en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran
coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Los druidas hacían pasar
el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las
enfermedades y rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y solían
sacrificar algún animal, para que sus plegarias fueran mejor atendidas. Las fiestas griegas
dedicadas al dios Apolo, se celebraban en el solsticio de verano encendiendo
grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su
parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y
tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas y por entonces, se
atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.
Ya los antiguos celtas, llamaban a esta fiesta Alban Heruin. (Wattpad) |
Los antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este
festival y su principal significado era el de celebrar el instante en elque el
Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y
mostraba su máximo poder a los hombres, y al mismo tiempo, el día en que
empezaba a decrecer en el Solsticio de Invierno
Foguera' de San Xuan en Mieres. - JUAN CARLOS ROMÁN. (El comercio) |
Para conmemorar y al
mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y campos, se
encendían grandes hogueras. Este festival se lo asocia a rituales destinados a
obtener pareja o a conservarla. Son innumerables los
rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de
Junio, pero todos giran en torno a la glorificación del fuego. De hecho, este
es el festival del fuego por excelencia. Realmente la noche del
solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la
festividad de San Juan. De igual forma, la
presencia del agua es uno de los grandes símbolos de las celebraciones de San
Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que sin embargo, es una
parte esencial de numerosos ritos de esta festividad. El apelativo de
"Verbena" a esta fiesta se lo dio la costumbre practicada en algunos
lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena a las doce de la
noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del
hombre deseado por su corazón. Otra de la creencias era
que la pareja que saltaba unida la hoguera conseguía felicidad y buena fortuna.
Salto de la Hoguera de San Juan. (Pinterest) |
El Ritual de la Noche de
San Juan utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros propósitos. Está
formado por un altar, seis velas con los colores del Arco Iris, una vela color
marrón, una vela negra de menor tamaño, un recipiente con agua de manantial y
unas hojas de laurel. El altar: Es el soporte
sobre el cual vamos a realizar nuestro ritual. En él encontramos un círculo que
representa los hechos consumados, es decir los deseos ya cumplidos, los
propósitos conseguidos. Dentro del círculo se circunscribe un heptágono,
polígono de siete lados, porque el siete es el número mágico por antonomasia y
simboliza los grados de perfección. Las velas de colores: Las
seis velas de colores representan a la luz blanca del Sol, símbolo de pureza,
que al descomponerse da como resultado los seis colores del Arco Iris (rojo,
anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta). A estos seis colores le sumamos
el marrón de la séptima vela, color que simboliza la Tierra, madre fecunda y
regeneradora, necesaria para que todo pueda nacer. Siete velas en total que en
su conjunto representan nuestros deseos de luz, de pureza y de regeneración. Eso
es lo que queremos conseguir, el lado bueno que nos espera representado en
estas siete velas donde, una vez más, encontramos el número mágico por
excelencia que nos ayudará a que el ritual sea un éxito. La vela negra: Simboliza
la oscuridad que procede del negro, los males que nos acosan. Es de menor
tamaño y por eso se encuentra en inferioridad con respecto a la luz blanca
representada en el resto de las velas. La oscuridad del negro será vencida por
la claridad del blanco.
El agua de manantial:
Según antiguas leyendas, el agua de los manantiales que utilizamos la Noche de
San Juan cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae juventud y belleza y
contienen, además, virtudes fecundantes. Las plantas:
Tradicionalmente las plantas que se utilizan esa noche tienen propiedades
curativas o pueden utilizarse como amuletos protectores. El laurel, además es
un símbolo de victoria y ahuyenta los malos espíritus. La oración: Si queremos
verbalizar nuestras intenciones en esta noche podemos recurrir a estas
oraciones que recogen el sentido del ritual y los fines que esperamos
conseguir. Oración al encender la vela negra: "Esta vela representa la
oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de
la luz del Sol". Oración al encender las demás velas y por cada una de
ellas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga
noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido". Esparcimos alrededor del
altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas del reloj de
manera que cerremos un círculo completo. Luego encendemos las velas, primero la
negra pronunciando la oración: "Esta vela representa la oscuridad que se
inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del
Sol". A continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y
pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el momento de
encenderlas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la
larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Solsticio de verano. (Nathalie Lenguage Experiences) |
Nos concentramos fijando
la atención en nuestro propósito y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de
papel, en una lo negativo que quemaremos con la vela negra (o en la hoguera) y
en otro lo que deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de
San Juan, recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará
eliminado, vencido, excluido de nuestra vida. Sentimos cómo la luz que sale de
las seis velas del Arco Iris se funden en el blanco purificador del Sol
empujadas por la fuerza que fluye de la luz de la Tierra, luz fértil y
regeneradora. Unidas las siete fuerzas
comienzan a devorar la luz que procede del negro, de las tinieblas arrasando
los males pasados, presentes y futuros. El lado oscuro que queremos destituir
va sucumbiendo. Lentamente se impone la claridad. La luz domina sobre las
tinieblas. El círculo se cierra, los hechos se han consumado. Visualizamos los
deseos cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los puede arrebatar,
percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo saludable. Luego, siguiendo las
costumbres ancestrales, saltamos por encima del fuego como acto que culmina el
definitivo cumplimiento de nuestros propósitos. Finalmente, si no disponemos de
tiempo para que las velas se consuman por sí solas, las apagamos empezando por
la negra y terminando por las de colores en el mismo orden en que las
encendimos. El laurel que hemos utilizado en el ritual podemos colocarlo en
cualquier lugar de nuestra casa porque de él seguiremos obteniendo la protección
que necesitamos.
Con la culminación del
Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que la luz triunfe
sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado definitivamente bajo la
espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno que a nuestro alrededor
existe. Y ahora, alborozados, empapados de nuestros buenos deseos dejemos que
nuestro ser sea capaz de rezumar y regalar la concordia y luz que hemos
conseguido, al menos hasta la próxima Noche de San Juan.
Cartel de San Xuan en Mieres del año 1987 |
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