2 de mayo de 2022

La protección de nuestro litoral en la historia (y II)

Naves y Corsarios
Viejo cañón en el muelle de Lastres. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
Uno de los procedimientos más empleados para conseguir el dominio del mar era la actuación de buques, e incluso armadas, corsarios
Mosaico que representa la defensa del puerto de Luarca por la batería de La Atalaya. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España. 
El Blog de Acebedo
El corsario era una especie de pirata que actuaba amparado y al servicio del rey o del estado, que en ocasiones lo financiaban. Hasta tal punto el rey participaba de las acciones de los barcos corsarios en su nombre, que éstos debían entregarle una parte del botín conseguido. El rey otorgaba o concedía lo que se denominaba “patente de corso”, y el capitán y la nave que la recibían quedaban bajo su amparo y patrocinio. La navegación en corso era un recurso muy efectivo desde el punto de vista militar y muy provechoso económicamente. Como ya señalara F. Braudel en su clásico libro “El Mediterráneo en la época de Felipe II”, el corsarismo “es una industria tan vieja como la historia”. La nao Santiago y sus mercancías, que los portugueses tomaron al marino y comerciarte avilesino Gómez Arias de Inclán en 1474, fuerce valoradas en 8.000 doblas de oro castellanas. Destacados marinos asturianos actuaron durarse determinados períodos de su carrera como corsarios. Tal es el caso, por ejemplo, de Pedro Menéndez de Avilés (1519-1574) o de su yerno Pedro de Valdés (1544-1615). 
Foto de la portada del libro Pedro Menéndez de Avilés (Crónicas de la Historia). Señor del Mar Océano y Adelantado de la Florida. Ver sinopsis... en AMAZÓN
El primero, cuando apenas cortaba 20 años, compró un patache con el que se dedicó, con la correspondiente licencia real, a andar “al corso”, realizando acciones temerarias que le valieron una gran fama y prestigio. En 1549 persiguió y logró apresar al célebre corsario Juan Alfonso Portugués; en 1554 es nombrado capitán general de la Armada contra corsarios, y en marzo de 1557, Felipe II le encomendó dejar libre de corsarios el Cantábrico. Pedro Menéndez alcanzaría su máximo galardón con la conquista de La Florida, ante cuyas costas ancló el 28 de agosto de 1565. En esas jornadas americanas participaron con él otros destacados marinos asturianos como Esteban de las Alas, Pedro Menéndez Márquez, su sobrino, y su yerno Pedro de Valdés. Este último tuvo un papel muy destacado en los preparativos de la llamada Armada Invencible. Pedro de Valdés Menéndez, mayorazgo de una de las principales casas de Gijón y marino con una brillante carrera, fue uno de los tres capitanes principales de la Armada Invencible, corriendo en el combate la I misma mala suerte que el grueso de la misma. El 30 de julio de 1588, su nave resultó desarbolada al chocar con otra nao de su propia escuadra, quedando a la deriva. 
Isabel I y la Armada española (121.3 × 284.5 cm), óleo atribuido a Nicholas Hilliard, que probablemente representa la batalla naval de Gravelinas.32​ Worshipful Society of Apothecaries of London. La Gran Armada, Invencible o Grande y Felicísima Armada de 1588 fue una expedición militar marítima proyectada por el monarca español Felipe II para destronar a Isabel I e invadir Inglaterra. El ataque tuvo lugar en el contexto de la guerra anglo-española de 1585-1604. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

Rodeado por navíos ingleses, fue apresado y estuvo retenido en Inglaterra varios años, hasta que en 1593 fue canjeado por un prisionero inglés, y una importante suma de dinero, que ocasionó un gran quebranto a su patrimonio. De nuevo en su tierra asturiana, siguió sirviendo a la Real Armada, ar-mando navíos en corso para combatir a las escuadras enemigas. El 6 de junio de 1597 se suscribía un documento en Gijón entre Pedro de Valdés, por una parte, y el vecino de Selorio (Villaviciosa), Pedro de Balbín “el mozo”, para salir al corso, recibiendo éste a cuenta de lo que se obtendría en la campaña seis ducados pagados en tela irlandesa y en reales de contado. Otro ejemplo de nave armada en corso nos lo proporciona el mercader y marino de Lastres Juan de Abadía, que en septiembre de 1677 obtuvo licencia y facultad real “para armar una fragata que tiene fabricada nombrada Nuestra Señora de Atocha de porte de 50 a 60 toneladas y de 10 a 12 piezas de artillería y salir en corso con ella y los soldados, marineros, armas, municiones y pertrechos necesarios contra los enemigos de esta Real Corona”.
Captura de la foto de la portada del libro de Montserrat Claros Fernández; “El galeón Nuestra Señora de Atocha” (Ediciones Algorfa). El galeón español Nuestra Señora de Atocha comenzó a ser una leyenda en el siglo XVII. (…). Seguir leyendo... fragata-librosnauticos.

Ataques Costeros
Las amenazas de ataque a nuestras costas por parte de las escuadras enemigas se concretaron en varios episodios de no gran trascendencia en los siglos XVII y XVIII, en diversos puertos del litoral. La enumeración de todos ellos sería muy prolija, por lo que sólo a modo de ilustración se dará cuenta de algunos. En 1601, fuerzas inglesas se presentaron por sorpresa ante Luarca y trataron de desembarcar algunos contingentes en la playa de Salinas, siendo rechazadas por la milicia local. El 21 de septiembre de 1622 se presentó en aguas cantábricas una escuadra holandesa de 30 navíos, lo que disparó todas las alarmas, armándose incluso una chalupa en corso. Un episodio que pudo tener graves consecuencias se produjo en el año 1635, cuando se acercaron varias naves francesas hacia la desembocadura del Piles, en Gijón, logrando desembarcar cerca de 600 hombres. El oportuno desencadenamiento de un temporal obligó a los franceses a regresar a sus buques, pero de nuevo puso en evidencia la vulnerabilidad de nuestras costas. Se reconoció una vez más la perentoria necesidad de fortificarlas y, con tal motivo, levantó el sargento mayor del Principado, Fernando Valdés, el conocido plano de Gijón, cuyo original se conserva en el Archivo de Simancas. Nuevas alarmas se suceden en los años siguientes, como la presencia de una escuadra francesa de 72 velas ante Santander en agosto de 1639, que incendió Laredo y se desplazó luego hasta nuestras costas.
1719: Combate naval en el Eo (...). En el verano de este año, había gran inquietud y preocupación en los pequeños puertos de la comarca astur-galaica, ante las noticias que llegaban sobre la presencia de buques de guerra ingleses, merodeando por la costa. El miedo estaba justificado, ya que todos eran conscientes de la antigüedad y mal estado en que se encontraban las defensas costeras. Estamos en el 27 de Septiembre, por la mañana.  Se avistan varios buques por la Punta de la Cruz. (…). Saber más... Castropol, Pueblo Ejemplar de Asturias.

En septiembre de 1719, dos fragatas de guerra españolas, El Galgo de Andalucía y San Francisco, entraron en la ría del Eo para entregar dos buques mercantes ingleses apresados en alta mar. Para liberarlos, en la mañana del 27 de septiembre, los ingleses entablaron un fuerte combate con las dos fragatas españolas, que se incendiaron, tras lo cual atacaron Ribadeo tomando el fuerte de San Damián, y haciéndose dueños de la villa gallega y de las asturianas de Castropol y Figueras. Para liberarse, los habitantes hubieron de pagar a los ingleses un importante rescate en dinero. En 1747 hubo intercambio de disparos entre una fragata inglesa y la artillería de la costa de Luarca. Los ingleses venían persiguiendo a una fragata francesa en la que regresaba de México el virrey conde de Fuenclara. El 27 de agosto de 1762 llegaron a la entrada de la ría de Avilés, perseguidos por corsarios ingleses, los navíos San José y San Ignacio, cargados de cacao y procedentes de Caracas. Ambos encallaron y los ingleses aprovecharon para desembarcar y quemar el castillo de San Juan de Nieva, arrojando sus cañones al mar.
Cañón y cureña de la antigua batería de Puerto de Vega (Navia). Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
Por último, hacia 1781, las autoridades españolas detectaron un plan británico para apoderarse de Gijón, atacando el lugar por sorpresa desde el mar, lo que estimaban se podría hacer con una embarcación armada de 18 o 20 cañones y con 150 hombres, y otra más ligera con 12 cañones y 250 hombres. Una vez dueños de Gijón, convertirían el enclave en plaza fuerte, defendida con tres o cuatro mil hombres. “Nadie puede arrimársele por mar, y fortificado con acierto podría llamarse el Gibraltar de la bahía de Bizcaya”, se decía en el citado plan. El proyecto era un tanto exagerado, y se ignora cómo llegó a conocimiento de los españoles, pero una vez más animó a reforzar la guarnición de Gijón con dos compañías de milicias, establecer vigías en diversos lugares oportunos de la costa, y reforzar las baterías ya existentes.
Plano de Gijón levantado por los ingleses en 1781, dentro de su plan para conquistar esta plaza. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
Defensas costeras
Cada vez que se advertía la presencia de escuadras enemigas en el Cantábrico se disparaba la alarma en los puertos, que se aprestaban a vigilar la costa y poner al día sus defensas. Pero, por lo general, pasado el peligro se relajaba la vigilancia y se abandonaban las defensas. En las frecuentes inspecciones que las autoridades de la Marina realizaban, era habitual encontrar las piezas de artillería llenas de orín, recomendando para su conservación embetunar la artillería de fierro y ensebar sus ánimas. En consonancia con la frecuencia e importancia de los ataques piráticos se fue desarrollando la política de defensa costera, en la que se realizaron multitud de planes de fortificación y dotación de artillería que luego, en muchos casos, no se llegaron a materializar. Los informes y planes más exhaustivos los realizó en 1765 el ingeniero militar Francisco Llobet, que recorrió todos nuestros puertos, alzando planos y proponiendo defensas. A lo largo del siglo XVIII se hicieron varias relaciones de los “castillos, fuerzas y baterías que hay establecidos en la costa de Asturias para la defensa de sus puerros, y abrigo de las embarcaciones contra los insultos de corsarios en tiempo de guerra”, de las que hemos entresacado los datos que se ofrecen a continuación, indicando entre paréntesis el año en el que fue hecha la relación.
Restos de la última fortificación costera realizada en el cerro de Santa Catalina con motivo de la guerra con Estados Unidos de 1898. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
Relaciones de los castillos, fuerzas y baterías que hay establecidos en la costa de Asturias indicando entre paréntesis el año en el que fue hecha la relación.
  • Figueras. En su inmediación, casi enfrente del castillo de San Damián, hay una batería construida por la propia villa en la que está montado un cañón de calibre 12 (1793). Se considera, sin embargo, que el fuerte de Ribadeo defiende con ventaja la entrada de la ría.
  • Tapia. A la izquierda del pueblo colocaron los vecinos una batería para tres cañones, en la que a la fecha (1793) sólo había un cañón de 16 pulgadas, sin parapeto, explanada o edificio alguno para tropa y efectos. Unos años después (1805) tenía ya dos cañones de 24 pulgadas.
  • Puerto de Vega. Tiene sobre la punta del oeste, llamada de la Lana, una batería con dos cañones de 24 pulgadas, que defienden bien la entrada del puerto (1805).
  • Luarca. Situada en el extremo del monte de la Atalaya, para defender la rada y su entrada. Tiene buen parapeto y explanadas, con ocho troneras, y dispone de cuatro cañones de 16 pulgadas, con sus correspondientes cureñas (1763), incrementados en 1793 con otros dos de 12.
  • Cudillero. Los vecinos han dispuesto una especie de batería que sólo tiene montado un cañón de 16 (1793), sin ningún tipo de edificio.
  • Ría de Pravia. En la punta del Espíritu Santo (Muros de Nalón), para defensa de la ría y barra, hay cuatro cañones de 16 pulgadas, con sus correspondientes cureñas (1763).
(…). En la baja Edad Media y en el s XVI se incrementa la función comercial y artesanal. A fines del s XVI contaba con 520 vecinos (familias). La zona intramuros está intensamente urbanizada con iglesias y conventos, hospitales, casa del concejo, calles empedradas, fuentes... un par de puentes salvan la ría (el de Sabugo y el los Pilares o S. Sebastián) y un muelle (o cay), construido a expensas del concejo permite asegurar amarradero en la ría. (…). Saber más... Ver PDF. CONOCIMIENTO HISTÓRICO DEL ENTORNO 2013-2014.

  • Avilés. En la entrada de ría, en su margen derecha, se encuentra una torre de dos pisos, que sirve de cuerpo de guardia y atalaya, en la que pueden estar hasta 20 hombres, y se encontraba, en 1793, en buen estado. Cuenta con cuatro cañones de calibre 24.
  • Luanco. Dispone de una batería emplazada en la punta del Peón o Gallo y dotada de tres cañones de 24 pulgadas y las correspondientes cureñas (1763, 1793), con cuerpo de guardia para 20 hombres y almacén de pertrechos y de pólvora.
  • Candás. En la punta de la Siella, para la defensa de su rada y puerto, contaba con tres cañones de 24 pulgadas y las correspondientes cureñas. En 1793, se dice que la batería se encuentra arruinada, no habiendo más que dos cañones “comidos de orín y del todo inútiles”.

Cañones del faro de San Antonio, CANDÁS (Asturias). Ver pueblos de Asturias.

  • Gijón. Su bahía disponía del mayor número de defensas, pues su puerto era “el de mayor comercio del Principado”, y en la ensenada dispuesta entre el cabo Torres y la punta de San Lorenzo podían anclar navíos del mayor porte. Ya en 1618, Felipe III ordena convertir Gijón en plaza fuerte, para lo cual se emplazan cañones en Santa Catalina, se renueva en parte la antigua muralla romana y se emplazan vigías en el cabo Torres y en la punta de San Lorenzo (La Providencia), aunque la puesta en ejecución se fue demorando. En 1635, cuando Fernando Valdés realiza su conocido plano de Gijón, habla ya de una plataforma donde está una pieza de fierro “casa donde está la poca artillería que hay y donde se hace la principal guardia”. Ya en el siglo XVIII, una primera batería se localizaba en la punta Lladra, inmediata al cabo Torres, y contaba con seis cañones de 24 pulgadas y las correspondientes cureñas en 1763; treinta años después se relacionan sólo cuatro cañones. Esta batería es la que posteriormente se denomina castillo de Arnao. En Santa Catalina, para defensa del puerto y la barra, hay una segunda batería que en 1763 no tenía ninguna pieza, y que en 1793 contaba con cinco cañones de 24 pulgadas y un tinglado artillero. Una tercera batería estaba emplazada en el llamado arenal de San Pedro (sic), detrás de la iglesia, para defensa de la playa, y disponía de tres cañones de 24 pulgadas, y un pequeño cuerpo de guardia. En 1898, con motivo de la guerra con Estados Unidos se realizaron nuevas defensas en Santa Catalina, para lo que se derribó el antiguo faro. El proyecto se terminó en 1901 y parte de las construcciones aún se conservan. Tuvieron un intenso uso militar en el siglo XX, hasta que en los años ochenta perdieron su carácter militar.
Vista del puerto de Gijón de Pedro Teixeira, 1634. Una de las primeras representaciones de Gijón. (…). En los siglos XVII y XVIII es cuando Gijón empieza a tener un gran desarrollo que hará que su principal núcleo se expanda fuera de su casco antiguo. Fue debido al Reglamento de libre comercio (1778) que habilitó el puerto de Gijón para el comercio con las colonias americanas.30​ Se convirtió de esta forma en el único puerto asturiano habilitado para tal fin, siendo además la vieja dársena mejorada y ampliada tras su destrucción por una tormenta.31​ Gracias a esto y a la mejora de las comunicaciones con la Meseta y a la creación del Instituto Asturiano, durante el siglo XVIII el núcleo urbano de Gijón se consolida y alcanza una población muy próxima a los 5500 habitantes. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

  • Tazones. Emplazada “en la punta de Malverde, para defensa del surgidero de los Tazones, entrada de la barra y ría del Puntal”, disponía de seis cañones de 24 pulgadas de calibre y otras tantas cureñas (1763). Según se aclara en la relación de 1793 fue construida por los vecinos y consistía en una explanada hecha de pizarra, con tres cañones sin parapeto alguno y un “tinglado” para custodia de efectos.
  • Lastres. “En lo alto de la costa, con inmediación al fondeadero, tiene una batería con dos cañones de a dieciocho, sin edificio ni tinglado alguno, los efectos se custodian en una casa particular” (1793).
  • Ribadesella. Estaba emplazada en la punta del Caballo para la defensa de la ría y la entrada de la barra. Contaba con cuatro cañones de 16 pulgadas de calibre y las correspondientes cureñas (1763); en 1793 se citan sólo dos cañones de igual calibre.
  • Llanes. Tiene una batería de dos cañones de 24 pulgadas, “con merlones (almenas) y explanadas, un cuerpo de guardia para diez hombres, un almacén de pertrechos, y repuesto de pólvora”.
Los cañones del Fuerte de Llanes (…). Están emplazados en el Mirador del Fuerte, en la zona que albergaba la vieja batería de fuego rasante que protegía la bocana del puerto. Se colocaron en 1574 junto a otras dos piezas iguales de 24 libras de peso cada uno. Los mandó traer Felipe II para la defensa de los corsarios franceses, ingleses y holandeses. (…). Saber más... El Comercio.

BIBLIOGRAFÍA

  • LUIS ARIAS GONZÁLEZ, (2004): “Las defensas militares de Gijón”, en Historia militar de Asturias. Oviedo.
  • ELOY BENITO RUANO, (1971): “Aprestos defensivos de Avilés (1571-1572)”, en BIDEA, nº 73. Oviedo.
  • ALICIA LASPRA RODRÍGUEZ, (2005): “De la hostilidad a la alianza: el puerto de Gijón y las relaciones astur-británicas, 1700-1813”, en Gijón puerto anglosajón. Gijón.
  • ELVIRO MARTÍNEZ, (1980): Cartas de Felipe II al general Pedro de Valdés. Gijón.
  • ESTANISLAO RENDUELES LLANOS, (1867): Historia de la villa de Gijón desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. Gijón.
  • GONZALO SOLÍS DE MERÁS, (1990): Pedro Menéndez de Avilés y la conquista de La Florida (1565). Edición de José Manuel Gómez Tabanera. Oviedo.
"Cañón en el puerto lastres". Panoramio. Foto: Álvaro Errandonea. Ver enlace... WIKIMEDIA.

FUENTE: JAVIER RODRÍGUEZ MUÑOZ. Del Libro “Asturias y La Mar” © Editorial Prensa Asturiana S.A. Producción Editorial: Ediciones Novel. Textos Contenidos en las Páginas de la nº 765 a la nº 774. El Blog de Acebedo.
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AUTORES.

Javier Rodríguez Muñoz, historiador. Nació en Mieres en septiembre de 1948. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo en 1973, ha dedicado toda su vida al estudio de la historia y cultura asturiana, realizando su trabajo vinculado a las editoriales Gran Enciclopedia Asturiana-Silverio Cañada y a La Nueva España, en los últimos años. Ha participado muy directamente en obras como la Gran Enciclopedia Asturiana y sus Apéndices; la Historia General de Asturias y la Enciclopedia Temática de Asturias, además de otras obras y colecciones. Dirigió la librería y sala de arte Artemón, en la calle Mon, de Oviedo (1977-1978) y entre 1980-1981, dirigió y puso en marcha el Centro Social y Cultural de Las Vegas, dependiente del Ayuntamiento de Corvera de Asturias. En 1988 dirigió la exposición 1388-1988. Seis siglos de historia, organizada por el Gobierno del Principado de Asturias en conmemoración del sexto centenario de dicha institución. Con tal ocasión coordinó la edición de la «Biblioteca Histórica Asturiana», colección de 26 títulos que cubrían toda la historia de Asturias, siendo autor de algunos de ellos. Coordinó también la colección «Cruzar el Charco» editada por el Archivo de Indianos, 16 títulos publicados entre 1992 y 1994. De diciembre de 1993 a diciembre de 1996 trabajó en la puesta en marcha del Museo de la Minería, en El Entrego, donde ha llevado el departamento de Difusión y redactado los textos que ilustraron la exposición inicial. (…). Seguir leyendo….  Fundación José Barreiro.

La Nueva España ha sido testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de corresponsales. FUENTE.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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Esta página se editó por última vez el 09 de abril de 2024 a las 06:30 horas.

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