Asturias, de viva VozLa
Voz de Asturias fue una de las últimas empresas fundadas por José Tartiere, el
gran empresario de la revolución industrial en la región. El periódico fue fundado por José
Tartiere Lenegre el 10 de abril de 1923
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Monumento a José Tartiere Lenegre (1848-1927), erigido en 1933 obra de Manuel Álvarez Laviada y Víctor Hevia Granda. De AdelosRM - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0. Saber más... WIKIMEDIA. |
La voz de Asturias
Fundó bancos,
fábricas de explosivos, refinerías y, hacia el final de su vida, se interesó
también por crear un diario que no se limitara al ámbito local. A principios del siglo XX los hombres de
negocios solo se reunían para dos cosas: o apoyar un pronunciamiento o fundar
un periódico. Quien pasee hoy por la calle ovetense de Gil de Jaz se
encontrará, a la altura del número cinco, con un extraño monumento. Se trata de
una escultura de traza abstracta que recuerda que allí se creó el Real Oviedo. Aunque en la placa que lo explica se da por supuesto, quizás no estaría mal que
otra inscripción recordara que en ese mismo lugar se engendró, apenas tres años
antes, una de las cabeceras más carismáticas de una región proclive a desarmar
y reconstruir su propio relato.
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MENÉNDEZ PIDAL,
Luis (Pajares, Asturias, 1861 - Madrid, 1932). Calendario Unión Española de
Explosivos, 1916. «Dama con lentes en la mano». Gouache/papel. 56x33 cm. Ver enlace… Pinterest. |
José Tartiere, cabeza visible de una
familia de industriales vascos, era un hombre peculiar. Llegó a Asturias con la
intención de dar con una fórmula que le permitiera fabricar dinamita con la que
explotar las minas de carbón de la provincia, pero el monopolio del invento lo
tenía el grupo Nobel. Él, en vez de rendirse, se puso a hacer pólvora. Montó la
sociedad Santa Bárbara, que echó a andar en 1883 y dio munición a las armas que
libraron la última guerra de Cuba, en la que él mismo tomó parte dentro de las
filas del ejército español. A la vuelta de la bélica excursión por el Caribe,
se introdujo en la Unión Española de Explosivos y empezó a diseñar el que sería
su siguiente gran proyecto, una Sociedad Industrial Asturiana que adoptó el
nombre de su anterior factoría y se dedicó a adquirir y explotar minas y
ferrocarriles, establecer o comprar propiedades de diversa índole, hacerse con
acciones de bancos y sociedades y asociarse con otras empresas. Se inició así
una polifacética andadura que incluía el abastecimiento de agua y electricidad
o la producción de gas, entre otros menesteres. Llegó incluso a fundar una
entidad financiera, el Banco Asturiano de Industria y Comercio, con el
propósito quizá secreto de ayudar al desarrollo de sus propias empresas. |
Foto de época
de la sede del Banco Asturiano de Industria y Comercio en Oviedo. LNE |
Tan
exitoso y pujante recorrido no sólo le brindó excelentes rendimientos
económicos, sino que incluso le abrió un pequeño hueco en los avariciosos
anales de la posteridad. En 1921 el rey Alfonso XIII le hizo acreedor del
Condado de Santa Bárbara de Lugones, y años más tarde el gobierno francés le
concedería la Legión de Honor. Hay que decir, nada es perfecto, que este último
homenaje le llegó a título póstumo. José Tartiere exhaló su último suspiro el
18 de abril de 1927. Poco antes, el 10 de abril de 1923, había alumbrado en
Oviedo el primer número de La Voz de Asturias. Si nos preguntamos cuánto de
cierto hay en la teoría de que en los genes va implícito el determinismo, cabe
responder que en este caso la criatura no pudo haber salido más parecida a su
padre. Igual que él, hizo gala de un encomiable ardor guerrero. Igual que él,
en más de una ocasión pudo presumir de una osadía a prueba de balas, bombas,
censuras, amenazas y ERES. Igual que él, tuvo una vida azarosa en la que
algunos reconocimientos llegaron cuando ya era demasiado tarde para reconocerle
nada. Revolución. En realidad La Voz de
Asturias no surgió en el vacío. Nació con la misión de sustituir a El Correo de
Asturias, una publicación que había desaparecido poco antes, y de hecho asumió
a la mayoría de sus redactores y heredó una ideología de índole regionalista y
conservadora que marcó el rumbo por el que navegó en sus primeros tiempos,
dirigida primero por Antonio Juan Onieva ?que también colaboró en El Noroeste,
presidió la Asociación de la Prensa de Oviedo y militó en las filas del Partido
Reformista de Melquíades Álvarez? y luego por José Díaz González, alias
Banderilla, y Roberto Velázquez Riera, conocido por los lectores como Robin. |
Melquiades Álvarez retratado por Campúa, en Nuevo Mundo (1903). De José L. Demaría López «Campúa» - (1903-11-19). "Don Melquiades Álvarez". Nuevo Mundo (515): 15. ISSN 1699-8677., Dominio público. WIKIMEDIA |
El
diario no tardó mucho en pasar su primera prueba de fuego, uno de esos retos
que imprimen carácter y permiten calibrar las posibilidades de salir airoso
hasta del trance más difícil. En octubre de 1934 estalló la revolución y La Voz
de Asturias, lejos de amilanarse, mantuvo el tipo para dar la talla. La
publicación del periódico tuvo que suspenderse como consecuencia de la
parálisis total derivada de la insurrección, pero entre un montador y un
electricista que consiguieron la proeza de arrancar la rotativa con el motor de
un coche se logró que un número especial de cuatro páginas saliese a la calle
el 18 de octubre para dar cuenta de unos sucesos que estaban conmocionando a
España entera y sembraban el caos en el ejecutivo de Lerroux. Eran aún tiempos
de adhesiones legalistas y los titulares del momento no dejan de condenar los
destrozos acometidos por «el rencor marxista» en la capital asturiana, pero lo
cortés no quita lo valiente y hay que reconocer que, a las duras y a las
maduras, los chicos de la prensa supieron estar allí. La anécdota, como es natural,
corrió desde entonces de boca a oreja en la redacción, en uno de esos rumores
llenos de orgullo con los que los pequeños colectivos van construyendo los
recodos sentimentales de su gran historia. La Voz de Asturias ya se había
convertido entonces en una de las cabeceras más emblemáticas de la región y era
-todavía no existía La Nueva España, que llegó con la constitución de la cadena
de prensa del Movimiento Nacional- el único diario que se imprimía en Oviedo. |
Alejandro Lerroux García (La Rambla , Córdoba , 4 de marzo de 1864 - Madrid , 25 de junio de 1949). By Unknown author - Narodowe Archiwum Cyfrowe, [1], originally published in Ilustrowany Kurier Codzienny., Public Domain. WIKIMEDIA. |
No vinieron después buenos tiempos para
la prensa libre, y quizás por eso La Voz de Asturias fue escorándose
paulatinamente, y sin abandonar los márgenes que permitía la ley, hacia una
actitud cada vez más crítica o desencantada con el régimen que, desde el fulgor
tenue de aquella lucecita del Pardo, controlaba el devenir de la nación que era
una y grande y libre de los Pirineos a Tarifa. En 1962 el periódico contaba a
toda plana el encendido de otra luz, en este caso la que prendieron los mineros
con aquella gran huelga de 1962 que por primera vez ponía en jaque a los
gerifaltes de nuestra encantadora dictadura. No es un dato baladí porque La Voz
de Asturias fue el único diario que contó con pelos y señales todo cuanto
acontecía alrededor de las cuatro orillas bañadas por el Caudal y el Nalón. La
mecha prendió de tal forma que, paulatinamente, el giro de la línea editorial
hacia siniestra fue cada vez más evidente, lo que por un lado diferenciaba a la
cabecera de sus competidores y por otro la erigía en portavoz y espejo de
quienes rara vez encontraban cauces que reflejaran sus ideas. «Todos con los
mineros», rezaba un recordado titular de los años en los que las cosas en los
dominios del Caudal y del Nalón empezaban a ponerse verdaderamente duras. No
fue un hecho aislado. Entre las décadas de 1970 y 1990, en la cuenca minera, lo
que decía La Voz de Asturias era ley. Lo demás, tierra conquistada. Y como por
aquellos pagos la gente no es aficionada a adorar ídolos de barro ni se deja
engañar fácilmente, habrá que concluir que algún mérito debía de tener aquel
diario que, como quien no quiere la cosa, fue alcanzando su medio siglo de
existencia. Para entonces ya se habían dado algunos cambios.
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Portada de un ejemplar de La Voz de Asturias |
Luego vendrían
muchos más. En 1963 la propiedad del periódico había pasado de las manos de la
familia Tartiere a la del empresario José Eladio Amado de Lema. El cambio en la
titularidad trajo también el de la figura societaria. La Voz de Asturias se
constituyó en sociedad anónima y al año siguiente Robin cedió la dirección a
Jorge Víctor Sueiro. Una década más tarde, en 1973, la redacción abandonaba la
histórica sede de Gil de Jaz para trasladarse a la calle del General Elorza, un
cambio de ubicación que vino acompañado de un relevo en el timón de la nave.
Tomó las riendas José Díaz Jácome, cuyas tendencias aperturistas ayudaron a
consolidar el creciente prestigio que La Voz de Asturias iba adquiriendo entre
la izquierda asturiana, y se modernizaron rotundamente los medios de
producción, abandonando el plomo caliente para implantar el sistema de
fotocomposición. Fueron años convulsos y extraordinariamente provechosos desde
el punto de vista informativo.La cobertura de la muerte del general Franco, el
lento advenimiento de la democracia y la conformación del Estado de las
Autonomías, unida a la de hechos más domésticos como la conformación del
gobierno preautonómico o el robo de las joyas de la Cámara Santa de la catedral
de Oviedo, dos acontecimientos ciertamente simbólicos, fortalecieron el arraigo
del diario en la sociedad asturiana y le hicieron ganar lectores en lo que
parecía una progresión imparable que, pese a las apariencias, iba a conocer
pronto su final. En 1983 cogió el mando Faustino Fernández Álvarez para
cedérselo provisionalmente a Luis José de Ávila en 1986. Fue un periodo con
altibajos que tuvo, no obstante, un final feliz. Se conformaba el primer
gobierno autonómico, con un poético Pedro de Silva presidiendo el Gobierno del
Principado y confrontando la realidad y el proyecto desde su despacho en la
calle de Suárez de la Riva, y daba la impresión de que todo estaba por hacer.
La Asturias de la democracia era una página en blanco en la que había que
empezar a escribir con buena letra y renglones rectos, y había por delante un
trabajo tan arduo como era el de dotar de instituciones y estructura a un territorio
que, administrativamente, se encontraba en pañales. En cierto modo eran tiempos
de ruptura, para bien y para mal. |
Faustino F. Álvarez, Directos de La Voz de Asturias y de TVE en Asturias durante la Transición. Ver enlace... |
La Voz de Asturias, para su desgracia, lo
supo bien. El diario se vio inmerso en una crisis laboral y protagonizó la
primera huelga periodística registrada en Asturias. La rotativa se detuvo y el
periódico dejó de salir temporalmente, lo que dio alas a su principal
competidor, léase La Nueva España, y cuando la maquinaria volvió a ponerse en
marcha lo hizo en medio de un ambiente de desencanto que tardaría en diluirse.
Al volver Álvarez, en 1989, la cabecera, que ya era propiedad del Grupo Zeta,
experimentó un nuevo cambio en el aspecto más estrictamente material. La
redacción de General Elorza se sustituyó por un moderno edificio en las afueras
de Lugones (allá donde tuvo el viejo
Tartiere su condado) y el periódico alcanzó máximos históricos. Se alcanzó
una difusión de 25.000 ejemplares diarios y el éxito llevó a duplicar la
plantilla. Parecía desmentirse ese tópico que asevera que las redacciones deben
estar en el centro de las ciudades porque, si el periódico se aleja de las
noticias, es difícil que las noticias acudan a él. Extraña década. Fueron
aquellos tiempos extraños en la comunidad autónoma: el escándalo del petromocho
puso contra las cuerdas al presidente Juan Luis Rodríguez Vigil, que dimitió
con su gobierno en bloque para darle el testigo a Antonio Trevín y abrir el
paso a la derecha.
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Juan Luis Rodríguez-Vigil. LNE. |
Ésta, a su vez, llegó al poder y sólo tardó un trienio en
descomponerse merced a luchas nunca del todo aclaradas que devinieron en una
verdadera guerra entre Sergio Marqués, máximo dirigente del Principado y el
único político conservador que hasta entonces había ganado unas elecciones
autonómicas, y el todopoderoso Francisco Álvarez-Cascos. Y, como si de repetir
ciclos se tratase, la escabechina dejó tal cantidad de víctimas que el
socialismo no tuvo ningún problema en regresar triunfante al poder a las
primeras de cambio. Esta vez lo hizo encarnado en la figura de un Vicente
Álvarez Areces que venía de ocupar la Alcaldía de Gijón durante tres mandatos
consecutivos. Asturias, en general, vivía momentos de
reajuste y los problemas económicos devenían frecuentemente en crisis
identitarias. La entrada en la Unión Europea trajo consigo el debilitamiento
del modelo industrial y las obligadas reconversiones en la minería, la
industria naval y la siderúrgica, tres sectores sin los que difícilmente podía
la región comprenderse a sí misma. El tránsito hacia un nuevo modelo económico
se antojaba francamente complicado, cuando no directamente inviable. Las alas
del territorio -es decir, sus costados oriental y occidental, que ya habían
padecido el éxodo cuando la industrialización inició el declive agrícola y
ganadero -comenzaron a vaciarse del todo, las cuencas mineras sufrieron sus
primeras sangrías de población y por primera vez en mucho tiempo la juventud se
veía abocada a emigrar si quería conseguir un trabajo que fuese digno de
recibir tal nombre. Aunque pasó por aquí el Papa en 1989, nunca dio la
impresión de que sus rezos se escuchasen demasiado allá en lo alto ni de que la
Santina le prestara una atención excesiva.
Ni siquiera el Sporting y el Oviedo
se veían con fuerzas de mantener la apostura que llegó a hacerles famosos y
comenzaron por esa misma época el penar deportivo y financiero que acabó
desembocando en lodos nada hospitalarios. La Voz de Asturias empezaba a vivir
también momentos complicados. La borrachera del éxito había desembocado en una
agria resaca en la que las cifras de venta bajaban y los puestos de trabajo
corrían serio riesgo. El periódico asistió a toda esta vorágine con la lucidez
del boxeador que, aunque noqueado, es consciente de que sólo de él depende el
resultado definitivo del combate. El periódico había comenzado su particular
vía crucis, y la marcha de Faustino Fernández Álvarez, en 2001, inició una
sucesión de directores que, con más o menos éxito, hicieron lo que buenamente
pudieron por evitar el descalabro. Llegó primero José Francisco Rodil
Lombardía, luego Rodrigo Cepeda, después Luis Mugueta y, finalmente, Juan
Carlos Cuesta. Éste cogió el mando cuando daba la impresión de que las cosas
podían tomar otro cariz. Había desembarcado en la región el grupo Mediapubli,
propiedad de un flamante Jaume Roures en el que muchos quisieron ver al
salvador del viejo periódico de los Tartiere. La Voz de Asturias se hermanó con
el diario Público, máximo baluarte entonces de la izquierda afín a José Luis
Rodríguez Zapatero, y su redacción (que había superado un expediente de
regulación de empleo y regresado al centro de Oviedo, esta vez a un bajo alquilado
en la calle de La Lila), quiso vivir en la ilusión de que era posible darle una
nueva oportunidad al que desde algunos años atrás todos veían como un enfermo
claramente desahuciado.
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Juan Carlos Cuesta, en su etapa de director de La Voz de Asturias. Ver enlace... |
Eran tiempos propicios a la toma de posiciones. El 15-M
había llenado las plazas de indignados y en Asturias llegaba al poder un
Álvarez Cascos retornado en loor de multitudes ávidas de creerse su impostada
condición de salvapatrias. La Voz de Asturias, aunque boqueando, se opuso a su
estrategia de tierra quemada como pudo y tiró de activismo intelectual lanzando
un nuevo suplemento cultural cuando casi todos concebían la cultura como una
apuesta perdedora. A la postre, la lucha sin cuartel que se libró durante aquel
año en una pequeña redacción con vistas a un patio de luces se reveló como una
batalla abocada al fracaso, pero hermosa. No pudo Álvarez-Cascos cargarse La
Voz de Asturias, aunque le habría gustado, pero sí lo hizo Jaume Roures. El
empresario catalán, en vez de luchar por lo que le pertenecía, decidió cortarse
la coleta (nadie sospechaba que poco después volvería a implantársela), y
abandonar a su suerte a medio centenar de trabajadores que tuvieron que pasar
por el mal trago de dar sepultura a una cabecera histórica. La Voz de Asturias
publicó su último número el 19 de abril de 2012. Había conseguido llegar a los
89 años, que es una edad tan mala como cualquier otra para morirse. Seguramente
fue aquél uno de los días más tristes de la reciente historia de Asturias. No
lo sabemos con certeza porque nadie pudo contarlo. Ya no quedaban páginas en
las que escribir la crónica. Dice el dicho que, donde hubo fuego, aún hay
cenizas.
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Francisco Álvarez-Cascos. (LNE). |
Del gozoso arrebato de aquellos años (penúltimos) sobrevivieron dos cosas: el suplemento cultural, que
mantuvo su originario nombre de El Cuaderno para convertirse en una revista de
periodicidad variable que ahí sigue, con buen pulso y mejor tino, y el espíritu
que propiciaría la aparición de Asturias24, publicación digital llamada a cubrir
un hueco evidente en una comunidad autónoma necesitada de miradas progresistas.
Otras perlas del refranero aseveran que no hay mal que cien años dure y que a
gallegos y asturianos les une la afinidad inherente a las relaciones entre
primos hermanos. La Voz de Asturias vuelve reluciente y renacida, merced a la
confluencia entre aquella Asturias24 aún preadolescente y la veterana La Voz de
Galicia, heredera del espíritu burgués, ilustrado y liberal que tanto hizo por
el surgimiento y la prosperidad de la prensa moderna. Aunque no siempre sea
fácil desprenderse del pesimismo, uno quiere ver en esta vuelta algunos motivos
para la esperanza. A principios del siglo XXI, los periódicos sólo los fundan
los locos, los periodistas en paro y los poetas. Una rara conjunción terrenal
ha permitido que aquí y ahora se concatenen los tres factores para traer de
nuevo aquello que nunca debió irse. Puede que en el número cinco de Gil de Jaz
algunos amables fantasmas vuelvan a perturbar la atmósfera con el repiqueteo de
sus máquinas de escribir. Seguramente la estatua en bronce de José Tartiere
esté sonriendo, allá en su esquina del Paseo de los Álamos, ahora que sabe que
Asturias vuelve a contarse a sí misma de viva voz.FUENTE:
MIGUEL BARREIRO. Publicado por La Voz de Asturias el 08-09-2016. Ver enlace. ______________________________________________________________________
AUTORES.
Miguel Barreiro. La Voz de asturias.
La Voz de Asturias es un diario digital de la
comunidad autónoma de Asturias (España)
redactado principalmente en castellano aunque en algunas de sus secciones y
artículos se emplea el asturiano. Tiene su sede en Oviedo y está editado por
Ediciones Periódicas del Noroeste empresa perteneciente a la corporación La Voz
de Galicia. Fue fundado por José Tartiere Lenegre el 10 de abril de 1923.
Aunque conservador en sus orígenes, pasó más tarde a adscribirse a una línea
progresista, declarando como su objetivo estar al "servicio de los
asturianos [...] manteniendo un compromiso con valores como la libertad, la
pluralidad y el progreso de Asturias". Durante la dictadura franquista
fue el periódico predilecto de la izquierda asturiana, que encontraba en él
informaciones que otros diarios no recogían —como las referentes a las huelgas
mineras de los años sesenta— y columnistas todo lo progresistas que permitía la
censura.[cita requerida] Ya en democracia, el periódico pasó a ser afín, de
manera más o menos explícita, al Partido Socialista Obrero Español, en el
Gobierno en Asturias durante la mayor parte del nuevo periodo político. La Voz
de Asturias desapareció, como diario impreso, el 19 de abril de 2012, pero
resurgió como digital en 2016 de resultas de la adquisición, por parte de la
corporación La Voz de Galicia, del diario digital asturiano Asturias24, que
había sido fundado en 2013 con el mismo espíritu que el diario desaparecido.
Paralelamente a dicha operación, la empresa gallega se hizo también con la
cabecera histórica, que había pasado a manos del productor cinematográfico José
Velasco tras el cierre del periódico. En su nueva etapa, la orientación
ideológica del diario continúa siendo progresista, pero no hay una
identificación tan explícita con un partido político concreto como existía en
el diario desaparecido en 2016. (…) Seguir leyendo……
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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última vez el 24 de junio de 2023 a las 08:46 horas.
Estimado amigo autor del Blog de Ablanedo: acabo de leer el excelente tema que trata sobre La Voz de Asturias, y me ha gustado mucho. Muy completo y objetivo.Yo que he sido un simple corresponsal de pueblo, conocí a Paredes redactor jefe, a Roberto Velazquez Riera, a Jácome, a Faustino y ,entre otros a Avila y a Lorenzo Cordero así como otra gente excelente de la Redacción y talleres...Por todo ello te envío mi felicitación y un cordial saludo.- As
ResponderEliminarMuchas Gracias Albino.
EliminarUn abrazo