La Torre de Soto de Aller
La torre de Soto probablemente
se usaba como soporte de los pendones y estandartes de los dueños, era la
torre-homenaje. Está coronada por almenas cuadradas al igual que la muralla que
se conserva. Era una construcción de carácter defensivo
ante las invasiones extranjeras que pudieran venir por el puerto de San Isidro.
Se dice que desde aquí salieron tropas cristianas en la época de la
Reconquista. En la Torre de Soto a lo largo de la historia
fueron numerosas las obras que se llevaron a cabo, en algunos casos para
ampliarla y en otros como consecuencia de derrumbes. Esto se aprecia en los
muros y en las ventanas, las más antiguas son más toscas, mientras que las
recientes son más precisas y cuidadas estéticamente, se encuentran también
diferencias en la orientación de unas respecto a las otras. Con estas reformas
nunca se cambiaron los cimientos que era donde verdaderamente estaban los
problemas. Actualmente se conserva parte del muro
almenado que circunda el conjunto, la pared completa del lado sur de la torre y
parcialmente las del este y oeste. Los vanos del muro oriental son originales,
así como la puerta que hay, el resto pertenece a alguna de las reformas
posteriores. |
La reina doña Urraca con el Torreón de Soto al fondo. Captura de pantalla de la imagen del Libro: URRACA: REINA DE ASTURIAS de MARIA TERESA ALVAREZ. Archivo del Blog. |
Propietarios
Los propietarios usaban estas torres para
controlar sus intereses en la zona, normalmente se trataba de explotaciones
agropecuarias. El primer propietario del que se tienen datos
escritos es Pedro Díaz de Aller en 1100, que lo consiguió haciendo homenaje de
fidelidad a los reyes. Por lo que se puede afirmar que al menos en el siglo XI
ya se había construido, si bien pudiera ser que ya existiera un castillo allí
desde mucho antes, hay quien sostiene que incluso desde la guerra
cántabro-astur. Pedro Díaz era alcalde y caballero principal de Aller. Hijo del
conde de Oviedo, Diego Rodríguez, padre de Gontrodo Petri, y hermano de Jimena,
quien se casó con Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. En el castillo tuvo un romance el rey Alfonso
VII y Gontrodo del que nació Doña Urraca la Asturiana, quien llegó a ser dos
veces reina, una por matrimonio con el rey de Navarra y otra por voluntad de su
padre. De ella se dice que solía cabalgar hasta un lago del puerto de San
Isidro tan a menudo que nunca estaba en casa cuando alguien la venía a visitar
y a todo el que venía buscándola se le decía que estaba ausente, en su honor el
lago se llama hoy el lago Ausente. Otros moradores fueron los Díaz Belascori. A
partir del siglo XIV hasta bien entrado el XX los dueños fueron los Bernaldo de
Quirós. En torno al castillo se creó primero la
célula parroquial con sus cofradías que unieron a los vecinos para defender sus
derechos, dando lugar después a la célula administrativa de lo que sería el
concejo de Aller. En el siglo XIV había un régimen de señorío
de los Bernaldo de Quirós que tenían el derecho a presentar la mitad de la
parroquia, la otra mitad era de los vecinos y esto se mantuvo hasta el siglo
XVIII. En 1743 los hermanos Bernaldo de Quirós
Mariño de Lobera, José Manuel (tercer Marqués de Camposagrado) y Juan Manuel se
dividían la mitad del beneficio curado y del simple, las mitades restantes
correspondían a los vecinos. En 1585 (el 13 de diciembre) Sebastián
Bernaldo de Quirós El Viejo fundó para su nieto Francisco (hijo de su fallecido
primogénito) el mayorazgo de Lena y Aller que incluía las casas y torres de
Pola de Lena y Soto de Aller. El segundo poseedor de dicho mayorazgo fue el
nieto de este, Felipe Bernaldo de Quirós Benavides (1624-1699), de él pasó a su
hijo Sebastián Bernaldo de Quirós, muerto en 1734, después a su hermano Álvaro
Bernaldo de Quirós Benavides, por pocos meses ya que murió también en 1734. Lo
sucedió su hijo José Manuel Bernaldo de Quirós Benavides y a este su hijo Tomás
Francisco (1721-1792). El séptimo poseedor fue su único hijo Antonio Vicente
Bernaldo de Quirós Benavides. Su hijo Francisco Antonio José María Bernaldo de
Quirós Benavides y Bermúdez (1793-1861) fue el octavo y último, después el
mayorazgo se suprimió por las leyes de desamortización. Sin embargo, la torre
siguió siendo una posesión de la familia porque años después un bisnieto de
Francisco la reconstruyó (sin cuidado ni fidelidad a la original torre
medieval), Augusto J. Díaz-Ordóñez y Bernaldo de Quirós (1888-1962), conde de
San Antolín de Sotillo a principios del siglo XX. Era también de los Bernaldo de Quirós y
Benavides de Lena la capilla de San Miguel que se construyó al lado del
castillo. Aunque hoy no se conserva nada, Bellmunt y Canella hacían referencia
a ella en 1900 como "una antiquísima capilla consagrada a San Miguel"
unida a los vetustos muros de la torre. Jesús Díaz Díaz y su familia fueron los
últimos que vivieron en la casa adyacente. Durante generaciones su familia se
ocupó del cuidado de la casa y así siguió siendo hasta que en los años 90 se
vieron obligados a abandonarla porque declararon el edificio en ruinas. Parece que sus actuales propietarios (varios
miembros de la familia Díaz-Ordóñez de Oviedo, entre los que figura Francisco
José Salvador Roque Díaz Ordóñez Bailly) no tienen mucho interés en reformarla
(ver BOPA Nº 86 - Sábado, 15 de abril de 2006) y ni siquiera se ponen de
acuerdo en qué hacer con ella. |
Dos vecinos de
la localidad allerana de Soto, junto a la torre medieval. Foto: Leoncio Camporro.
La Nueva España
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El Edificio Original
Torre de Soto es la única torre asturiana de planta mixta (cuadrada y circular)
de la que se tiene constancia, es cuadrangular por su parte sur y circular por
el resto, o sea en forma de D. Posiblemente se aprovechó una estructura previa
en forma de D pero también cabe la posibilidad de que fuera circular en sus
orígenes. La parte recta se asienta en un crestón rocoso lo que le da más solidez,
mientras que la curva lo hace en una terraza poco compacta y con una zanja de
cimentación poco profunda, de ahí que esta parte se desplomara en varias
ocasiones, llegando incluso a ocultar totalmente la primera planta. Fue una construcción de tres pisos hecha en
mampostería (piedras unidas con argamasa de cal) y con sillares en vanos y
esquinas. Medía unos 9,20 metros de lado y sus muros tenían un grosor de 1,05
metros que se ve un poco rebajado en el muro interior a partir del entarimado
del segundo piso.
- Primera planta:
el suelo de tierra apisonada de sus orígenes no se cambió con las reformas
sucesivas. Fue probablemente una especie de almacén, bodega o incluso cárcel
que comunicaba con el segundo piso por una pequeña escalera interior. Tenía una
saetera en su muro curvo. En la solera interior había un canalillo que
desaguaba bajo la puerta principal.
- Segunda planta:
la que tiene la única puerta de acceso (en la cara sur para protegerse de los
fuertes vientos). Parece que primitivamente tenía una chimenea visto que tiene
un rebaje de forma vertical, estrecho y poco profundo en la fachada. Desde este
piso se accedía tanto al inferior como al superior aunque por lados distintos
con sendas escaleras de madera. Sería una especie de sala de recepción.
- Tercera planta:
es donde los moradores pasarían la mayor parte de la jornada. Es la parte más
residencial.
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Torre de Soto
es la única torre asturiana de planta mixta (cuadrada y circular) de la que se
tiene constancia, es cuadrangular por su parte sur y circular por el resto, o
sea en forma de "D". Saber más… Guía de Asturias.
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Posiblemente las plantas se separaban entre
sí con entablado de madera y en cada piso las dependencias estaban
diferenciadas por pequeños tabiques de los que no queda nada. Además de la piedra para los exteriores, la
madera era el material más usado para la construcción de la torre, se usaba
para entablados, armaduras, escaleras, puertas, contraventanas, muebles y
demás. Hay constancia de su uso por los restos de carbón vegetal y vigas
quemadas que se encontraron en la excavación llevada a cabo entre el 3 de
noviembre de 1989 y el 10 de febrero de 1990. De hecho parece que antes de
construir la torre existía una estructura de madera. Los incendios y la humedad
acabaron con ello. La teja para cubrir el armazón de la
techumbre suele ser curva en este tipo de torres, en Soto concretamente se
encontró la teja de lima hoya. También se halló hierro en forma de clavos de
forja, así como cerámica, vidrio y restos óseos. Aparecieron entre todo ello 3 monedas de
diferentes épocas, una de Fernando IV (que reinó desde 1295 hasta 1312), una de
Juan II (1406-1454) y una última de Carlos III (1759-1788).El Edificio Actual
La mayor parte de la torre que vemos hoy es
fruto de la reconstrucción que hizo el conde de San Antolín de Sotillo a
principios del siglo XX. Era de planta compuesta al igual que la original, pero ahora, quedando en pie sólo la
parte recta, da la falsa impresión de que fuera cuadrada. Sin embargo, lo que
se desprende del estudio de los cimientos es que la original era en forma de D
o como mucho circular pero nunca fue cuadrada. Estos estudios arqueológicos y de prospección
electro-magnética descubrieron un primer piso totalmente enterrado bajo los
escombros de los diferentes derrumbes que se produjeron en la torre, lo que
desconocemos es si cuando se hizo la última reconstrucción aún existía o ya
estaba cubierto. En el caso de que aún existiera hicieron una torre mayor que
la anterior con cuatro pisos y la puerta seguiría en el segundo piso, si ya
estaba bajo los escombros entonces era de tres pisos como la original pero
obviamente estaba más alta y con la puerta en el primer piso. Defensa
Torre de Soto Situada a poca distancia del
río se aprovechaba de él no sólo como foso natural de cara a la defensa contra
posibles enemigos sino seguramente también como motor de diversos molinos
hidráulicos propiedad del castillo. Si bien con el tiempo el curso del río
cambió alejándose de ella, nuestra torre se benefició de su cercanía y del
desnivel rocoso de unos 9 metros que los separaba. Este hizo las veces de cerca
defensiva (las cercas eran parapetos de piedra que se ponían entre el foso y la
torre) por su cara sur. Aún se conservan partes de la cerca original , aunque
otras son más recientes, se observa la diferencia en las diversas técnicas y
materiales usados. Desde la cerca se podían usar armas o simplemente arrojar
piedras contra los enemigos. Estaba rematado por almenas prismáticas que
acababan en punta. Tenía también un matacán en la cerca que podía servir para
tirar las inmundicias. El resto de la propiedad, menos protegido, se
delimita con una muralla. Las saeteras: son vanos abocinados, grandes
por dentro pero pequeñas ranuras verticales hacia el exterior, servían para
disparar las ballestas protegidos. Están presentes en la cerca (tanto en la
primitiva como en la reciente), así como en los muros del edificio. La puerta está protegida por dos saeteras con
los ejes de abocinamiento que apuntan hacia la entrada principal en tiros
cruzados. La puerta está cubierta interiormente por una
bóveda rebajada y por el exterior con un arco apuntado. Se accedía a ella por
un puente levadizo o un patín de madera (escalera exterior unida a la pared) ya
que estaba en el segundo piso. La Casa
En el siglo XIX los Rubín de Celis hicieron una casona de tipo popular en forma de L, aprovechó elementos anteriores como la cerca o las puertas de arco de medio punto (siglo XVI).
La Casa de la Torre tiene dos pisos comunicados por unas escaleras de piedra labrada que bajan desde el corredor a un pequeño patio empedrado a donde dan las cuadras y bodegas.
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Torre de Soto en
Aller (Asturias). Minas Huecograbado. Años 50 del pasado siglo XX.
Todocolección. |
FUENTE:
PERSO.WANADOO. MONTSERRAT
SUÁREZ MONTIEL. ________________________________________________________________________
AUTORES.
Montse Suárez Montiel. Fuente: Instagram.
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Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
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adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
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García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
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