El día que el Crucero alemán Konigsberg, pudo haber cañoneado a Lastres Fantástica investigación de Faustino Martínez García sobre lo acontecido en Lastres en plena
guerra con el crucero alemán Konigsberg, que años después sería
destruido por los aliados en la costa de Bergen (Noruega)elbúscolu
Desde
niños todos oímos contar muchas veces a nuestros mayores la peripecia e
incidente del Konigsberg y las reacciones de las gentes de Llastres
ante la presencia de aquel monstruo de hierro. Todavía a hoy se sigue oyendo hablar a los llastrinos sobre el
Crucero Koenigsberg, como el barco nazi y pirata que pudo haber arrasado
al pequeño pueblo aquella mañana del 12 de Enero de 1937. Siempre me
picó la curiosidad de conocer el trasfondo y el final de la aventura de
aquel buque intruso que osó profanar la hermosa y tranquila bahía de
Llastres. Esta insatisfecha curiosidad me llevó a bucear en libros, personas y
lugares donde pudiera encontrar datos que esclareciesen la extraña
presencia de aquel buque nazi frente al pequeño puerto de Llastres.
He
tardado mucho tiempo en dar con alguna de sus fotografías. Pero la
suerte me deparó encontrarlo, sin buscarlo, en Alemania. Pero no en
ningún puerto del Mar del Norte. Cuando lo vi. evoqué, una vez más,
todos los relatos mil veces escuchados de mis padres y demás llastrinos.
Recuerdo que no pude disimular mi alegría, incomprensible para mis
compañeros de viaje, a quienes tuve que contar las razones de mi
alborozo ante el descubrimiento de la presencia del Crucero Konigsberg. ¡Allí estaba delante de mi con su formidable envergadura!. Después de tantos años de oír hablar de aquella enigmática historia
de su presencia en la bahía de Llastres lo tenía delante. Lo encontré
después de perderme por los pasillos y salas del Museo con mayor
colección de artefactos técnicos y científicos del mundo: el Deutsches
Museum de Munich (Baviera - Alemania). Evidentemente no era el auténtico. Era una réplica, una gran maqueta
del temible crucero alemán del que tanto había oído hablar y que nuestra
imaginación infantil había mitificado. Más tarde pude encontrar allí
una fotografía y más información.
Mi amigo Don Ramón Cristóbal, que colecciona con amor y esmero
fotografías y diversos documentos contribuyendo así a conservar la
memoria gráfica y documental de Llastres, me proporcionó un trabajo de
F. González Barredo publicado en La Revista de Historia Naval, 1988, del
que pude extraer datos que orientaron mi pequeña investigación. Al
pie de la maqueta aparecían los datos más significativos de aquel
Crucero que había logrado soliviantar la vida de todos los llastrinos,
al concejo de Colunga, a Asturias y a todos los Gobiernos europeos. Había
sido construido en el astillero de Wilhelmshare entre 1926 y 1930.
Había sido botado el 26 de Marzo de 1927 haciendo su primera singladura
en el año 1929. La dotación era de 850 hombres. Su nombre era el de la
ciudad prusiana Konigsberg (ciudad natal del filósofo alemán M. Kant). Era el primer barco de la serie de cruceros como el Karlsruhe y el
Kolhn. Con 174 metros de eslora y 169 entre perpendiculares, 15,3 de
manga y 6,28 de calado, era propulsado por dos turbo reductores
alimentados por seis calderas con una potencia de 68.000 CV. Lograba su
velocidad máxima de crucero con la ayuda de otros dos motores diesel que
añadían unos 1800 CV, llegando alcanzar hasta 32 nudos. Podía mantener
una autonomía de 5.700 millas. En la popa aparecían dos hidroaviones
biplanos, Heinkel He 60, de reconocimiento. Todo tal como nos lo
relataron nuestros padres.
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El Heinkel He
60 fue un hidroavión biplano alemán de reconocimiento diseñado para operar
desde las catapultas de los buques de la Marina de Guerra alemana
(Kriegsmarine), en el período de los años 30. Saber más… Segunda Guerra Mundial. |
Los hechos. El 12 de Enero, martes de 1937, Llastres rezumaba tristeza por todos
sus poros y rincones. El ambiente y las miserias de la Guerra Civil
española agravaban la situación y las preocupaciones habituales de sus
buenas gentes. La llamada a filas de diversas quintas para ir al frente
de guerra pendía a amenazadoramente sobre las madres y los hijos de
Llastres y de Lluces. Las noticias del frente de guerra eran leídas con
preocupación en el periódico Avance de Gijón. El miedo, el temor y la
incertidumbre empapaban el ambiente. Si los hombres jóvenes tenían que
ir al frente ¿Quién iba ir a la mar? ¿Las mujeres, los niños? Algunos
de los suyos ya habían sido fusilados. Por todo el pueblo se respiraba
un ambiente deprimente. La mañana era húmeda y fría propia del mes de Enero. La mar estaba en
calma con una ligera bruma. Ni siquiera mar había mar de fondo,
habitual en los duros inviernos del Cantábrico. En la boca del muelle,
ni un solo remolino del rendoriu. Había amanecido nublado, sin sol. El
muelle de Llastres mantenía la rutina ordinaria de quienes acababan de
entrar de pescar a rascos y tresmallos. La pequeña campana de la rula
que anuncia el inicio de la subasta había dejado de sonar hacía unos
minutos.
Las pescaderas arreglaban el pescado recién comprado en el
suelo, sobre la pequeña explanada entre la vieja rula y la farola del
muelle. Los despojos del pescado eran arrojados al agua, como de
costumbre, mientras las gaviotas se beneficiaban de los deshechos que
flotaban en el agua del pequeño muelle y del Escanu. Unos cuantos
rapacinos ayudaban a sus padres, quitando el pelin (ocle) de las redes
que estaban siendo colgadas para secar sobre el muro de fuera. Otros
jugaban en el interior del muelle en las pequeñas chalupas y botinos a
ser marineros antes de tiempo. Arriba, en lo alto del pueblo, el resto de sus gentes se desperezaban
aquella mañana gris. Un grupo de mujeres guardaban cola para coger agua
en grandes calderos, delante de la fuente de la Regallina. El habitual
bullicio y alegría de las gentes de Llastres estaba apagado por la
tensión y preocupación de los acontecimientos bélicos. En San Antonio, delante del Rascayú, al lado de la Confitería,
sentados y afilando sus navajas sobre el pequeño muro, los pescadores
más viejos escuchaban la lectura del periódico Avance que un joven
pescador de 27 años, Adolfo Martínez Braña les leía casi todos los días a
esas horas. Con avidez impregnada de preocupación acudían día tras día
para seguir las noticias del frente de guerra por la casi única fuente
de información de los dramáticos acontecimientos de la Guerra Civil
Española.
Los titulares del periódico Avance de aquellos días (el único que se
recibía de la zona roja) decían textualmente: Final de la aventura del
barco Marta Junquera, apresado en aguas del Cantábrico por el Crucero
Konigsberg. Fue entregado con su cargamento al gobierno de Salamanca. Las piraterías del Konigsberg: Las piraterías alemanas contra buques españoles han producido sensación en el mundo. Nuestro
embajador entrega una nota en que se da cuenta de haberse dado a
nuestra escuadra orden de disparar contra los piratas. Comentarios de la
Prensa internacional: Es un acto de guerra, dice el periódico ruso
Isvestia. Reunión extraordinaria en Ginebra. El Gobierno español envía
una nota a la Secretaría General de la Sociedad de Naciones. El
Comandante del Konigsberg ha procedido con excesivo desparpajo.
(Primeras páginas del Diario Avance de Gijón, de los día, 7, 8, 9, 10,
11 y 12 de Enero de 1937)
La aparición del Crucero Konigsberg
En el mirador del Campo de San Roque no había nadie en aquellos
momentos que pudiera ver aproximarse aquel inmenso buque de guerra
rozando y casi lamiendo la Punta Misiera. De repente, como una aparición, asomando por la Punta del Castillu,
muy pegado a tierra y con rumbo este, ¡un gigante buque de hierro de 174
metros de longitud! Eran las diez y cuarto de la mañana. El sobresalto encogió el ánimo
de las gentes que estaban en el muelle y en los distintos miradores que
tiene el pueblo sobre el mar. Las voces de los vecinos anunciando la
intrigante presencia de aquel extraño y enorme buque se oían por todas
las escalinatas y rincones de Llastres. Todo el mundo se asomaba a los
balcones, por los Puentes del Piqueru, Atalaya, La Fragua, la Cuesta del
muelle, el Penayu, comentando estupefactos las razones de la misteriosa
presencia de aquel gigantesco crucero.
- ¡¡... ¡Vaya barcu, manin...!.
- ¿...Ye el Cervera...?
- ¡Si, hom... non va cher...!. ¡Ya tardavai al Cervera...! ¿Va ser el Cervera... con les chimenes que tien y el avión que trae a popa...
- ¿Qué pasa, nenin...?.¿Qué ye... que non puede ser español...?.
Cada cual removía sus recuerdos e imágenes de la mili en El Ferrol, Cartagena, San Fernando, Cádiz. ¡Aquel barco no era conocido!. Por la popa, colgando flácida por la ausencia de brisa, se veía una enorme bandera. Pero no se distinguían con claridad las señas de su identidad. Lentamente por la propia inercia que el mismo crucero traía fue virando a estribor y fondeando con la proa mirando hacia el pueblo, a unos cuatrocientos metros de tierra, frente al muelle.
¡Vaya barcu, manin...! (volvían a exclamar los llastrinos)
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Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
Desde Colunga, Vistalegre, Carrandi, La Isla y Caravia también era
contemplado con curiosidad e inquietud. El armamento que ostentaba
imponía pavor: lo formaban nueve cañones de 150/60, situados en tres
torres triples, una a proa y dos a popa, diez piezas antiaéreas de 88 37
y 20 mm. Su potencia bélica quedaba reforzada por doce tubos
lanzatorpedos de 531 mm., a babor y estribor. En la popa aparecían los
dos hidroaviones biplanos, Heinkel He 60, de reconocimiento. Los marineros llastrinos, trataban en vano de reconocer el barco.
Hacían repaso de los barcos de guerra conocidos de sus tiempos de mili.
Pero no se parecía a ninguno. Alguien decía que se parecía al Acorazado
Jaime, otros discutían o negaban que pudiera tratarse de un barco
español.
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(…). En 1926, en Alemania se firmó un contrato para la construcción de tres cruceros ligeros, que se construyeron y, cuando se botaron, recibieron los nombres de "Konigsberg" (abril de 1929), "Karlsruhe" (noviembre de 1929) y " Köln " (enero de 1930). Los barcos resultaron ser completamente idénticos en términos de tamaño. Longitud 174 metros, ancho 16,8 m, calado con desplazamiento estándar - 5,4 m, con carga total - 6,3 m. (…) Saber más… foros. Acero y fuego. |
Aunque el Cervera y el Velasco eran los más asiduos de aquellas
aguas desde el inicio de la guerra civil, sin embargo no era ninguno de
ellos. Aquel gigante de 174 metros no parecía ser de los suyos. Por las escaleras que desciendes desde el Barrio de los Balleneros y
Corsarios por la Fragua, por las escalinatas de junto a la Fábrica de la
Mercedes-Casares hacia el Escanu, por la empinada escalinata de junto a
casa de la Chatilla (Bitácora) y por la cuesta del muelle bajaban
rápidas hacia el puerto todas las gentes curiosas que deseaban observar
más de cerca los posibles acontecimientos. Un maestro y sus alumnos de la escuela elemental bajaban también veloces por las cuestudas calles hacia el muelle. Casi al pairo e impulsado por la suave brisa del norte y la
corriente, poco a poco el Konigsberg fue dando la banda babor hacia el
pueblo ofreciendo toda su majestuosa silueta. Entonces fue cuando pudo
verse la enorme bandera de la Marina Alemana, con la esvástica negra
sobre rojo en uno de sus ángulos insinuada entre sus pliegues y colgando
flácida del mástil de popa.
El incidente
El reconocimiento del Crucero de guerra alemán causó perplejidad y
temor a las sencillas gentes de Llastres nada más conocerse la
nacionalidad del buque. La identificación de la nacionalidad del Crucero
puso inmediatamente en guardia a la pequeña guarnición de milicianos
que había en el pueblo. Con la máxima celeridad se informó a Gijón y a
Villaviciosa de la presencia de un buque faccioso en aguas de la bahía
de Llastres, ignorando sus intenciones. Según pasaban los minutos, fue cundiendo entre las gentes del pueblo,
que miraban las maniobras sobre cubierta, el rumor y temor de un
posible desembarco e invasión de Asturias por parte de los alemanes. El
pequeño número de milicianos, precavidos, cargaron sus mosquetones
intentando pertrecharse ante posibles e imprevisibles acontecimientos. No siendo sabedores de las intenciones del barco se prepararon para la
defensa ante una posible invasión. Cuatrocientos metros más allá, desde el puente de mando del
Konigsberg, con ayuda de los prismáticos fueron detectados estos
movimientos de los milicianos y de las gentes expectantes de todo el
pueblo. Las conjeturas sobre las intenciones del buque nazi indujeron a
error al ser interpretadas mal, una vez más, por las gentes que
observaban desde tierra. Nadie tenía idea del significado y finalidad de
las maniobras que se observaban sobre la cubierta del barco alemán. El
rumor de desembarco pasó a convertirse en una convicción. De pronto,
por la banda de babor, los llastrinos observaron perfectamente que se
iniciaba la maniobra de arriar al agua dos lanchas a motor llenas de
marineros que de inmediato viraron dirigiéndose hacia la boca del
antiguo muelle.
En la primera lancha, tripulada por marineros de uniforme bajo el
mando de un oficial alemán, se veía un grupo de personas, algunas de
ellas con gorra de plato. La otra lancha gemela la seguía por la popa, a
varias decenas de metros de distancia, con una gruesa ametralladora
instalada en la proa, apuntando hacia el puerto. Cuando la primera
lancha se aproximó a la altura del antiguo Malacó (malecón) para enfilar
la entrada que conducía hasta la boca del pequeño muelle (hoy cerrada)
algunos milicianos se prepararon apostándose con sus mosquetones para la
defensa de Llastres. En el interior del gigantesco crucero alemán, sonó nerviosa la sirena
de zafarrancho de combate, Por unos instantes fue oída con expectación y
miedo desde todo el pueblo convertido en mirador, todo ojos mirando
hacia el Crucero. Con pavor observaron cómo giraban las tres torres
triples de enormes cañones, una a proa y dos a popa, apuntando hacia el
pueblo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de las sencillas gentes que
miraban aquellas maniobras provocando en ellas un primitivo y elemental
impulso de huida para refugiarse. Todos los cañones del Konigsberg dirigían ahora sus bocas de fuego
hacia la ladera en la que el pueblo desciende hacia la mar. Al mismo
tiempo, en la popa del barco, uno de los dos hidroaviones biplanos
Heinkel, puso en marcha su hélice, girando su ametralladora MG 15 de 7 9
mm. y cargado con bombas de 10 Kg. dispuesto para ser lanzado al agua y
despegar. Al ver aquel zafarrancho de combate, más de uno corrió a
refugiarse en las cuevas del acantilado, por detrás de la Punta Misiera
ante lo que parecía un inminente preparativo de desembarco y de
cañonazos.
La primera lancha de desembarco enfiló el canal que conducía a la
antigua boca del muelle. En total venían en ella 24 personas. El
nerviosismo y la tensión fueron creciendo por momentos entre los
milicianos que esperaban armados encima del muelle. La gente que
observaba desde la explanada de la rula la aproximación de la lancha
cargada de hombres y de marineros se arremolinó junto a la boca del
puerto para poder observar más de cerca a los intrusos. Nadie sabía las
verdaderas intenciones de aquel desembarco. Por detrás, a unos cincuenta metros de distancia, la otra lancha con
marineros alemanes a bordo vigilaba y cubría la aproximación de su
gemela mientras en su proa la pesada ametralladora continuaba apuntando
hacia la boca del puerto. Los nervios estaban ya a punto de estallar entre alguno de los que se
consideraban responsables de la defensa de Llastres. La primera lancha
disminuyó su marcha al iniciar su entrada por la boca del muelle. Sus
tripulantes miraron con curiosidad y contenida tensión hacia los
curiosos llastrinos que desde arriba del puerto escudriñaban sus
intenciones. De pronto, Manolón, un joven miliciano llastrin de veinticinco años
de edad empuñó una bomba de mano con intención de lanzarla sobre la
lancha de desembarco alemana intentando así iniciar la defensa de lo que
creía era una invasión; El gesto y la intención fue detectado por los
que allí estaban, al igual que por los alemanes. Un venerable maestro de
escuela, conocido por el Herrero, observando el nerviosismo y la
maniobra del joven miliciano se abalanzó sobre él sujetándole el brazo e
impidiendo el lanzamiento de la bomba de mano. El incidente al ser observado por los marineros alemanes y el resto
de la tripulación de las dos lanchas produjo un momento de tensión
incontenible.
En la proa de la segunda lancha, se observaron rápidos movimientos y
preparativos de los que apuntaban con la enorme ametralladora hacia
todos los que estaban en la explanada del puerto.
Hoy es impensable lo que hubiera podido pasar si se hubiera lanzado
aquella bomba de mano sobre la tripulación de la lancha de desembarco
alemana. La primera embarcación cruzó la boca del muelle y se aproximó
atracando lentamente junto la rambla, al lado de la vieja rula. La otra
se quedó fuera del puerto, al pairo, a unos cincuenta metros, apuntando a
la gente con la ametralladora. En aquellos momentos el muelle estaba a medio subir la marea. Atracada
a la rambla junto a la antigua rula emergieron de la lancha 16 hombres
con el puño en alto en señal de saludo. Por aquel gesto era evidente
para los que miraban desde la barandilla de la rula que parte de
aquellos hombres eran españoles.
- ¡Somos la tripulación del Marta Junquera..! - Gritó uno de ellos a los que estaban mirando desde lo alto del muelle. El miedo se tornó por unos momentos en comentarios de sorpresa y alegría al recibir a los marineros españoles que habían sido apresados junto con su barco. ¡ Eran los tripulantes del Marta Junquera, capturado por el Crucero alemán Konigsberg ! Con precaución para no resbalar en el mofu de la rambla fueron saltando a tierra, uno a uno. Mientras esperaban sobre la rambla el desembarco del capitán español Joaquín Landa, el último en desembarcar y el único que llevaba gorra de plato, un oficial alemán sacó varias fotografías al grupo y al puerto. En lo alto de la rambla un adolescente, Simón Gallego, se atrevió a pedirles algo de pan y comida a los que llegaban, haciendo a los marineros alemanes el gesto universal de la necesidad de llevarse algo a la boca.
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Este
marinero que opera en el Báltico lleva la camisola blanca de verano
característica del reglamento en la Marina alemana, en los meses inmediatamente
anteriores del principio de la guerra. Saber más… Segunda Guerra Mundial.
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Pero los desembarcados traían cada uno tan solo lo puesto y
una incipiente melopea. Terminada la maniobra el oficial y los marineros alemanes se pusieron
de pie en su lancha saludando militarmente a los desembarcados. Los
tripulantes del Marta Junquera respondieron al saludo levantando también
los puños al cielo en señal de despedida hacia los que hasta aquel
momento habían sido sus carceleros. Mientras desatracaban, la marinería
alemana continuó saludando militarmente con la sonrisa en los labios, un
poco desconcertados por aquel repentino entusiasmo de la gente de
Llastres al recibir sus compatriotas. La lancha dio marcha atrás enfilando de nuevo la salida del puerto
hacia el Konigsberg. Así era como terminaba la odisea de la tripulación
del Marta Junquera.. Finalizado el desembarco los tripulantes narraron a los llastrinos lo
que había pasado. Se sacaron fotografías, y el Capitán Joaquín Landa
salió inmediatamente para Gijón en automóvil para declarar en la
Consejería de Marina y en la Sección Segunda del Comisariado de Guerra.
El resto de la tripulación marcharía de Llastres aquella misma tarde
para Gijón donde prestarían declaración al día siguiente porque algunos
de ellos llegarían incapaces e indispuestos por borrachera.
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Foto bonita del
Crucero alemán Konigsberg, hecha con fecha 30 de Diciembre de 1936 revelada con
papel Agfa Lupex de la epoca. Saber más… Todocolección. |
Hoy se sabe que nada más verificada la maniobra de entrega de los
españoles en Llastres, el Comandante del Konigsberg puso un radiograma
al Gobernador Civil de Santander comunicándole la entrega de la
tripulación y del capitán del Marta Junquera. Vueltas las dos lanchas al costado del crucero, fueron izadas a
bordo. Minutos más tarde el gigantesco Crucero alemán comenzó a moverse
virando y tomando rumbo al N.N.E. A la media hora el Konigsberg se
perdía de vista por debajo de la línea del horizonte de las aguas del
Cantu. Al día siguiente, en toda la prensa nacional y gran parte de la
extranjera se informaba del hecho que relata este trabajo. El
tratamiento que la prensa nacional y extranjera dieron al incidente del
Konigsberg y del Marta Junquera está lleno de exageraciones y
manipulación propagandística tal como es comprensible en la Alemania
nazi y en la España republicana en plena guerra civil, y en el contexto
prebélico de la Segunda Guerra Mundial. Se nota, sobre todo en la prensa
republicana española de entonces su intento de convencer de que los
actos de piratería del Crucero Konigsberg eran ordenados por Alemania
con la intención de desencadenar una guerra europea y lograr así la
intervención en contra de Inglaterra y Francia. Para los de Llastres pronto tuvo explicación todo cuanto habían visto. Desde
hacía unas semanas el periódico de Gijón Avance venía dando noticias de
las tropelías del Crucero pirata Konigsberg y de las notas de protesta
del Gobierno de la República.
Las razones del desembarco en Llastres
¿Qué había pasado para que aquel impresionante Crucero llegase hasta
las pacíficas aguas de la bahía de Llastres?. Aquel hecho insólito tenía
un trasfondo que podríamos resumir en los siguientes datos: En aquellas
fechas, al inicio de la Guerra Civil española, los puertos de Bilbao,
Santander y Gijón eran lugares de acceso de suministros para el bando
republicano en plena guerra. La Marina Nacional trataba de bloquearlos
con la intervención del viejo y lento acorazado España, el destructor
Velasco, unos bous armados y los cruceros auxiliares Domine y Ciudad de
Valencia. Por otra parte las potencias europeas, sobre todo los
ingleses, con ayuda de la Royal Navy, colaboraban a proteger la entrada
de barcos extranjeros acompañándolos hasta las tres millas de distancia
de tierra, burlando así el bloqueo, especialmente de los puertos
mediterráneos. Desde el 9 de Septiembre de 1936 estaba constituido el Comité
Internacional de No Intervención en la Guerra Civil Española formado por
27 países. En estas circunstancias, el día 20 de Diciembre de 1936, los
patrulleros de la Marina Auxiliar Vasca Bizkaia y Nabarra detuvieron en
aguas internacionales al mercante alemán Pluto de la naviera Neptum
D.G. de Bremen, que se dirigía de Pasajes a La Coruña, disparándole un
cañonazo y forzándole a navegar durante dos horas rumbo al puerto del
Bilbao.
El miércoles 23 de Diciembre detienen nuevamente, con dos
cañonazos obligándole a entrar en Bilbao, a otro carguero alemán, el
Palos, de la naviera Oldemburg P.D.R. de Hamburgo, fuera de las aguas
jurisdiccionales, con cargamento de guerra y un pasajero español. Ante estos hechos, el Gobierno alemán dio órdenes al Crucero
Konigsberg para que arribase a las proximidades de las aguas
jurisdiccionales del puerto de Bilbao. El Comandante del Konigsberg
remitió un comunicado al Presidente de Euzkadi, Don José Antonio Aguirre
en el que le pidió en nombre del Gobierno alemán la inmediata libertad
del carguero alemán, el Palos. Al día siguiente, la Oficina de
información del Gobierno vasco en París dio un comunicado en el que se
participa la libertad del vapor alemán Palos, pero sin una parte de su
cargamento, considerado material de guerra por sus captores, y sin el
pasajero español que llevaba a bordo.
El gobierno de Berlín, en creciente tensión internacional, denunció
que el apresamiento del Palos era considerado como acto de guerra por
parte del Gobierno de la República Española al ser apresado fuera de las
aguas jurisdiccionales violando los acuerdos del Comité Internacional
de No Intervención. Además la carga no era material de guerra, sino
productos técnicos, y el pasajero español, al estar a bordo, se
encontraba en territorio alemán y no podía por tanto, ser detenido..La
respuesta del Gobierno alemán fue fulminante dando órdenes el día 31 de
Diciembre a sus buques de guerra que vigilaban el bloqueo en aguas
españolas para que capturasen en represalia a los barcos del Gobierno de
la República que serían retenidos hasta que fueran devueltos la carga y
el pasajero del Palos. En el puerto de Almería, otro incidente vino a añadir más tensión
internacional. El mercante Aragón, requisado por la República
transportando 950 toneladas de cereales, harina y productos alimenticios
y con 250 toneladas de mineral de plomo, fue apresado por el mítico
acorazado alemán Admiral Graf Spee, a cuatro millas de la costa
española.
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Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
Aquel mismo día, a las 8 15 de la mañana, salía de Bilbao con rumbo a Gijón, el carguero republicano Sotón con mineral de hierro. Después de hora y media, navegando a media milla de la costa, su tripulación detectó la presencia de un buque de guerra que navegaba por mar de fuera con rumbo paralelo al suyo. Por la envergadura del barco sospecharon que fuese alemán. A la altura de Punta del Águila, cerca de Santoña, se cruzaron con el Sotón unas diez lanchas pesqueras que iban veloces hacia el puerto huyendo del acorazado nacional Español. Se lo hicieron saber al capitán del Sotón que viró refugiándose en la bocana del puerto de Santoña. Sin embargo no era el acorazado España sino el Crucero Konigsberg quien viendo cambiar de rumbo al Sotón puso proa a tierra a toda máquina, para capturarle desde una distancia de seis millas. El Sotón, más lento en su aproximación hacia Santoña, oyeron una pitada suave, mientras observaron unas banderas izadas desde el Crucero alemán que les conminaba a parar máquinas. El Sotón continuó avante, sin hacer caso. Al poco rato sintieron un cañonazo lanzado por el Crucero. El Sotón apuró la velocidad de su máquina confiando ganar puerto antes de ser apresado. Nuevamente otros cañonazos se vieron caer por delante de su proa.
En vista de lo cual el
capitán del Sotón viró dirigiéndose hacia el Crucero para ver lo que
quería. Estando muy cerca de la playa en el momento de virar, el Sotón varó
en el bajo de San Carlos. El capitán ordenó al segundo oficial que
llevase en un bote la documentación del barco hacia el Konigsberg. Desde
el Crucero alemán enviaron una lancha a motor que remolcó al bote
español hasta él. Una vez en cubierta del Crucero le entregaron un
documento de captura para que el capitán español lo firmase, como
represalia contra la detención ilegal del vapor alemán Palos, instándole
a que obedeciese las órdenes del Crucero Konigsberg navegando delante
de él en los rumbos que le indicaban, advirtiéndole al capitán que si el
barco español intentaba escapar le dispararían. Aún sabiendo que el
Sotón estaba encallado al pie de la embocadura de Santoña, el Comandante
alemán persistía en llevar a cabo su captura, para lo que no podía
confiar más que en una posible puesta a flote a media marea. Sin embargo
no esperó a la pleamar en que las posibilidades de reflotamiento suelen
ser máximas. Entre tanto esperaban a que la marea subiera, la tripulación del
Sotón abandonó el barco. Observado el hecho un cuarto de hora después el
Konigsberg burlado, disparó con rabia un cañonazo de despedida que cayó
dentro de la bahía de Santoña abandonando su frustrada presa y
despareciendo hacia alta mar.
La captura del carguero Marta Junquera
Humillado el Comandante del Konigsberg por el fracaso de la captura
del Sotón intentó con más decisión capturar otro barco español. El
Domingo, 3 de Enero, zarpaba de Bilbao a las 8 de la mañana otro barco,
el vapor Marta Junquera, con 450 toneladas de patatas y 20 barriles de
raba rumbo a Gijón. Ya Santoña va quedando por la popa. El cabo Ajo se presenta ahora en
la ruta del Marta con su largo perfil y su color oscuro. A la altura el
cabo Ajo es cuando los tripulantes del Marta Junquera ven desprenderse
del horizonte un unto que se acerca y se agranda. A medida que la
distancia se acorta, el punto va dibujando su silueta. ¡Es un buque de
guerra!. Sus cañones brillan con gestos de amenaza. Desde la cubierta,
unas banderas ordenan. El lenguaje es terminante. El Marta Junquera
tiene cortado el rumbo por un crucero de 10.000 toneladas que le conmina
a detener su marcha. El capitán español, Joaquín Landa consulta a la
gente. La huida es imposible y el arribo a las playas de enfrente
también. La mar es gruesa, agitada y la costa es escarpada y difícil. El crucero está ahora más cerca. Lleva pabellón alemán y la esvástica
se agita en el aire salado. No hay más remedio que detenerse. El buque
alemán hace señas al Marta para que le siga. A once millas de la costa,
el Konigsberg ordena al Marta Junquera que se ponga al pairo. El Capitán
del Marta Junquera transmite a Santander lo ocurrido. El Gobernador
Civil comunica inmediatamente al comandante del crucero un radio de
protesta. El Konigsberg ignora la protesta y no contesta al gobernador
Civil. Poco después y encontrándose los dos barcos a once millas de la
costa, del Konigsberg se destaca una lancha que llega hasta el costado
del Marta. Los tripulantes de la lancha son marineros y vienen al mando de un
oficial que sube a bordo del Marta. El oficial es alto y rubio y habla
en perfecto español. Comunica con palabras autoritarias al capitán del
Marta la orden de apresamiento como represalia por las capturas del
Gobierno Vasco y de la República de un carguero alemán.
Se firma el
correspondiente documento e inmediatamente de la popa del Marta es
arriada la bandera tricolor de la República y sustituida por otra
alemana. Después le pide la documentación del barco y le ordena que le
entregue la pistola, a lo que accede de mala gana el capitán Joaquín
Landa. El oficial regresa al Crucero y deja en el Marta a otros dos
oficiales y doce marineros alemanes armados como tripulación de presa,
actuando desde ese instante uno de los oficiales como Comandante del
Marta Junquera. Los intrusos izan posteriormente en el palo de proa otra
bandera alemana. Durante todo el día 4 de Enero, lunes, el Marta
Junquera navega detrás del Konigsberg rumbo oeste y muy por fuera de la
costa. A las seis de la tarde de aquel día recalaron los dos barcos
frente a la Estaca de Vares, permaneciendo al pairo hasta las once y
media de la noche en que continuaron rumbo oeste. El martes, día 5 de
Enero, a las ocho y media de la mañana entraban en el puerto del Ferrol
donde atracaron uno al costado del otro. Siendo consciente del hecho consumado de la detención y secuestro de
su barco, el capitán español exigió explicaciones y preguntó sobre la
situación jurídica en que estaba la tripulación del Marta Junquera, a lo
que le contestaron que estaban retenidos en calidad de internados y que
no podían establecer comunicación ni contacto con las personas de
tierra ni saltar fuera del barco.
La tensión internacional. Las reacciones diplomáticas. En
las cancillerías europeas, mientras tanto, se desencadenaba una
frenética movilización diplomática. En el Ministerio de Marina del
Gobierno en Valencia se recibía un radiograma en el que el Almirante
alemán manifestaba que estaba dispuesto, después de la devolución del
pasajero y del resto del cargamento incautados a bordo del vapor alemán
Palos, a devolver el vapor capturado Aragón y a suspender nuevas medidas
de represalia, esperando contestación por radiotelegrafía al
Konigsberg. Ante lo que se consideraba una actitud prepotente por el tono,
contenido y forma improcedente del radiograma del almirante alemán, el
Gobierno de Valencia decidió no contestar al radiograma. Tanto la prensa
nacional como extranjera dedicaban aquellos días titulares y mucha
extensión al tratamiento de estas noticias, del agravamiento y peligro
de guerra mundial por la violación del Derecho Internacional, que los
alemanes y los españoles republicanos denunciaban mutuamente.La tensión diplomática legó a tales cotas que el día 5 de Enero el
Gobierno de la República, por medio de su Embajador en Londres, señor
Azcarate, interpuso ante el Ministro de Asuntos Exteriores, señor Eden,
una nota de protesta sobre los actos de piratería de la Marina alemana
en las aguas y costas españolas para que el gobierno británico la
hiciera llegar al Comité de No Intervención.A su vez, el Ministro de
Estado, señor Álvarez del Vayo, envió un telegrama a la Sociedad de
Naciones, en Ginebra, advirtiendo del atropello internacional que estaba
cometiendo la Marina alemana en las costas de España. La situación se iba agravando conforme pasaban las horas. El mismo
día en que el Konigsberg llegaba al Ferrol escoltando al Marta
Junquera, el Comandante del Crucero enviaba un ultimátum al gobierno de
Valencia, dándole tres días de plazo para que fuera devuelta la carga y
el pasajero del Palos. Si así se hacía, ellos devolverían el Marta
Junquera y el carguero Aragón. Toda las agencias de noticias como la prensa nacional e internacional
se hicieron eco de la noticia del ultimátum de la Marina alemana y de
las reclamaciones diplomáticas del Gobierno de Berlín. El resto de
aquella semana el Marta Junquera continuó retenido en El Ferrol. Por
otra parte el Gobierno de la república seguía sin contestar al ultimátum
alemán, por lo que el Gobierno de Berlín decidió poner en práctica las
medidas anunciadas. En este ambiente de crispación, el capitán del Marta Junquera,
Joaquín Landa, fue llamado el lunes día 11 a bordo del Konigsberg y le
presentaron un documento firmado por el comandante del Crucero para
notificarle que el Gobierno alemán entregaba a la Junta de Burgos el
barco y su cargamento. Joaquín Landa puso reparos ante el acto formal
con el que se pretendía consumar la captura exigiendo otro documento en
el que se hicieran constar las circunstancias del apresamiento de su
carguero e interesándose por la suerte y destino de su tripulación. Ante
esto se le comunicó que la tripulación del Marta Junquera sería
entregada en un puerto de Asturias. Por su parte, en el Crucero Konigsberg, siguiendo órdenes de Berlín,
decidió buscar un punto de la costa asturiana donde poder desembarcar a
los tripulantes españoles. Al momento ordenaron pasar a los tripulantes
del Marta Junquera a bordo del Konigsberg, instalándolos en camarotes.
La elección del lugar del desembarco
A la pregunta del Capitán Landa sobre el lugar previsto para el
desembarco se le respondió; que serían devueltos en una lancha auxiliar
en el Puerto de Avilés. Ante la sorpresa del capitán español de por qué
no eran llevados, al menos, hasta Santander le contestaron que no
estaban decididos a navegar tan hacia el Este porque les desviaba de su
rumbo de vuelta hacia Kiel. El capitán español continuó negociando el lugar del desembarco
advirtiendo al segundo comandante el Konigsberg que era un peligro para
el propio Crucero pretender aproximarse cerca de Avilés y realizarlo a
barlovento del cabo Peñas. Ante la posibilidad de tener algún serio problema el Comandante
alemán ordenó cambiar nuevamente de destino: Serían desembarcados en
Luanco o en el puerto de El Musel de Gijón. Nuevamente el capitán Landa
les replicó que la presencia del Konigsberg despertaría gran alarma en
estos lugares, pudiendo ser cañoneado desde tierra.
|
|
El Comandante alemán, informado nuevamente por su segundo, se retiró
;tenso y pensativo al puente de mando ante las advertencias de Don
Joaquín Landa. Tras de un largo rato de incertidumbre mientras seguían navegando
hacia el Este, toda la tripulación observó que el Crucero cambiaba
sorprendentemente el rumbo de nuevo. Al poco rato, el segundo comandante
descendió y comunicó contundentemente al capitán español que serían
desembarcados en el Puerto de Llastres. Al día siguiente toda la prensa nacional y extranjera, así como el
parte de guerra del día, se hacían eco de la noticia de la devolución de
los tripulantes del Marta Junquera en el puerto asturiano de Llastres. Era
evidente que, por ambas partes, la prensa reflejaba el incidente desde
la óptica de los propios intereses bélicos y con grandes dosis de
propaganda política camuflada de noticias e información. Con esta devolución el gobierno de Berlín daba por finalizado el incidente del Palos y del Marta Junquera.
|
COLONIA era un
crucero ligero de clase (571 ') Königsberg de la Armada alemana Kriegsmarine.
Fotografiado en 1935 durante la ceremonia de "Manning of the Rails". Saber más… Pinterest. |
La singladura española del Konigsberg
La singladura del Konigsberg por aguas del Cantábrico duró desde su
salida de la base de Kiel hacia las costas españolas el día 25 de
Noviembre de 1936 hasta el día 12 de Enero de 1937 en que partía
nuevamente para la misma base, después de desembarcar la tripulación del
Marta Junquera en el muelle de Llastres. Total, 46 días. La última vez que vio tierra española fue en Llastres. Después
intervendría en la Segunda Guerra Mundial en la invasión alemana de
Noruega en el año 1940. El Konigsberg, al lado de su gemelo de serie, el
Kolhn, protegió los trasportes de desembarco de la 69 división de
Infantería alemana y el 169 Regimiento de Infantería que desembarcarían
en el fiordo de Bergen, apoyados por dos submarinos, una lancha rápida y
los destructores Bransey K.Peters. El final del Crucero Konigsberg lo encontraría en este desembarco en
Noruega. Al aproximarse a tierra, las baterías de cañones noruegas
produjeron graves daños al Bransey al Konigsberg, al que dejaron
paralizado en sus máquinas. Al día siguiente, 10 de Abril, y sin poder
navegar, fue hundido por un ataque de 15 aparatos de la Fleet Air Arm
británicos. En 1943 se intentaría reflotarlo, pero al volcar en esta maniobra,
fue abandonado al fondo del mar en la desembocadura del fiordo de Bergen
(Noruega) donde yace definitivamente.
FUENTES CONSULTADAS: Faustino Martínez - El buscolu - La Nueva España - El Comercio - La Voz de Asturias. El Blog de Acebedo.
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AUTORES.
Faustino
Martínez García ostenta el título de Colegiado distinguido del Colegio Oficial
de Doctores y Licenciados de Asturias «por sus méritos y larga trayectoria
docente». Es catedrático de Filosofía, profesor Numerario de la extensión
universitaria de la Universidad Pontificia de Salamanca, ha sido dos veces
Premio Nacional por sus trabajos de investigación e innovación educativa
concedidos por el Ministerio de Educación y el Ilustre Colegio Oficial de
Doctores de España, ha impartido ciento treinta y tres conferencias en diversos
foros de Asturias, León, Zamora, Orense y Madrid y ha desarrollado numerosos
cursos de formación a otros profesores de Enseñanza Secundaria y Primaria.
Desde sus inicios en la profesión docente ha desempeñado durante muchos años el
cargo de director de instituto. A parte estos méritos, el profesor lastrín, es
además conocido por ser el fundador y director del Coro Marinero Manín de
Lastres. Estudió música en el Real Conservatorio de Madrid, completando sus
estudios de armonía en Salamanca, Ávila y Santiago de Compostela. Ha creado más
de cincuenta composiciones musicales. Hace tres años el Centro Asturiano de
Madrid le concedieron el Urogallo Especial. Faustino es hijo de una familia
pescadora de Lastres y está volcado en la promoción de su pueblo, dejando tras
de sí miles de alumnos que lo recuerdan con cariño y agradecimiento. Fuente: El Comercio. Foto: La Nueva España.
EL BUSCOLU escribe
a diario, desde hace años, la historia del concejo de Colunga y recupera la pasada.
Esta web, sigue teniendo como premisa la información libre y mostrando en la
red la realidad coluguesa y de los concejos próximos. La web comenzó tímidamente
en 2004, pero la web sigue subiendo visitas con su marca característica y
redacción propia. FUENTE: El Buscolu.
LA NUEVA ESPAÑA ha sido testigo de la historia de
Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información
ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran
distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de
Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los
asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas las encuestas,
y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder indiscutible de la
prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los principales
periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores.
DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés,
Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo,
Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de corresponsales. FUENTE.
Más de 130 años al servicio de
Asturias. EL COMERCIO lanzó su primer ejemplar el 2 de
septiembre de 1878 y en 1995 incorporó La Voz de Avilés, el periódico histórico
de la villa fundado en 1908. También en el mismo año se integró en Vocento. Es
el periódico más leído en Gijón y el segundo del Principado. EL COMERCIO edita
varias ediciones: Asturias, Cuencas y Oriente, además de La Voz de Avilés. Sus
lectores disfrutan de una renovada oferta de suplementos y complementa el día a
día de la provincia con la aplicación ‘Vive Gijón’. Una guía de la ciudad en la
que se puede encontrar cualquier punto de interés en función de la localización
del usuario. La mejor forma de vivir Gijón desde dentro la proporciona EL
COMERCIO. Además, el diario cuenta con un potente posicionamiento multimedia
gracias a su portal online. FUENTE:
La Voz de Asturias es un diario digital de la
comunidad autónoma de Asturias (España)
redactado principalmente en castellano aunque en algunas de sus secciones y
artículos se emplea el asturiano. Tiene su sede en Oviedo y está editado por
Ediciones Periódicas del Noroeste empresa perteneciente a la corporación La Voz
de Galicia. Fue fundado por José Tartiere Lenegre el 10 de abril de 1923.
Aunque conservador en sus orígenes, pasó más tarde a adscribirse a una línea
progresista, declarando como su objetivo estar al "servicio de los
asturianos [...] manteniendo un compromiso con valores como la libertad, la
pluralidad y el progreso de Asturias". Durante la dictadura franquista
fue el periódico predilecto de la izquierda asturiana, que encontraba en él
informaciones que otros diarios no recogían —como las referentes a las huelgas
mineras de los años sesenta— y columnistas todo lo progresistas que permitía la
censura.[cita requerida] Ya en democracia, el periódico pasó a ser afín, de
manera más o menos explícita, al Partido Socialista Obrero Español, en el
Gobierno en Asturias durante la mayor parte del nuevo periodo político. La Voz
de Asturias desapareció, como diario impreso, el 19 de abril de 2012, pero
resurgió como digital en 2016 de resultas de la adquisición, por parte de la
corporación La Voz de Galicia, del diario digital asturiano Asturias24, que
había sido fundado en 2013 con el mismo espíritu que el diario desaparecido.
Paralelamente a dicha operación, la empresa gallega se hizo también con la
cabecera histórica, que había pasado a manos del productor cinematográfico José
Velasco tras el cierre del periódico. En su nueva etapa, la orientación
ideológica del diario continúa siendo progresista, pero no hay una
identificación tan explícita con un partido político concreto como existía en
el diario desaparecido en 2016. (…) Seguir leyendo……
Alfonso Zapico (Blimea,
Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance.
Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del
Principado de Asturias (Aula Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de
ilustración en centros educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza ilustraciones, diseños y campañas
para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es
ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca
del Nalón, Les Noticies…). Se estrena en
2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga, La guerra
del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado directamente
en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una
ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto
palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James
Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y
a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce (Astiberri,
2011). Vive en la localidad francesa de
Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su
Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su
nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de
cuatro tomos. Esta magnífica obra es un
auténtico tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los
valles mineros de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido
atronador de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua.
Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al
protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La
balada del norte". En un paréntesis, entre el segundo y tercer volumen de
La balada del norte, Zapico completó Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018),
para mostrar de nuevo su faceta como reportero gráfico al poner el micro al
diálogo entre el político Eduardo Madina y el músico Fermín Muguruza. Sus
libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…). Texto: WIKIPEDIA - Foto: Gráffica. elDiario.es.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
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se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su deseo,
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