El tritón de los mares del
Norte
José Vitos Natal |
Las hazañas de José Luis
Vitos, el nadador de La Rabaldana (Turón-Mieres), que conquistó los grandes
canales
José Vitos tras cruzar el Estrecho |
Cuando
José Vitos Natal partió para Cádiz a principios de octubre de 1957, iba
decidido a cruzar el Estrecho de Gibraltar. Este hecho no pasó desapercibido en
los medios deportivos de todo el país recalcando alguno de ellos que "se
trataba de un minero de asturiano que no hacía mucho tiempo se había iniciado
en aquella práctica de mar abierto". Ya en Tarifa, los hermanos Cunia con
una rudimentaria lancha se dedicaban a observar atentamente el estado de las
aguas, mientras Vitos se frotaba todo el cuerpo con grasa para contrarrestar los
efectos negativos de las olas. Por fin, el día ocho las condiciones
meteorológicas se presentaron netamente favorables y, decididamente, a las ocho
en punto de la mañana se lanzó al agua en un punto conocido como Isla de las
Palomas a la derecha del faro.
José 'Vitos' Natal,con la selección Asturiana de natación,en el año 1959. |
¡Que gran
proeza la suya! Doce siglos atrás, las huestes de Tarik y Muza cruzaban ese
trayecto en sentido contrario en navíos de guerra para conquistar la España
visigoda y, ahora, un español, de la montaña central asturiana por más señas,
alcanzaba las costas del Magreb para abrazar la gloria. Vitos pasaba a ocupar
el séptimo lugar en la clasificación por tiempos de toda la travesía en el
Estrecho. Casi todo el mundo cree que Vitos nació en La Rebaldana, pero lo que
pocos saben es que el lugar en el que vio la primera luz fue en 1932 en
Carabatán, en la llamada "casa de Argul". Lo sabemos de muy buena
tinta porque él mismo nos descubrió el secreto en el transcurso de una
entrevista que le hicimos en su propio domicilio cuando agonizaba el siglo
veinte. Aquel día también nos manifestó que a los pocos meses, sus padres se
mudaron a La Rebaldana. Por eso, parafraseando a Clarín, podría decir "Me
nacieron en Carabatán, pero soy de La Rebaldana".
Recibimiento a Vitos, después de cruzar a nado el Canal de la Mancha,en el año 1958.(Colección Amadeo Gancedo) |
Al
cumplir dieciocho años se empleó en "Vía Estrecha" pero desde la
infancia ya mostró inclinación hacia la natación que practicó en los pozos de
La Lloca (La Rebaldana) y El Trabancu (La Vera 'l Camín). Interesado en
perfeccionarse en esta modalidad deportiva, en 1951 inició sus entrenamientos
en la piscina de Mieres del Camino que era la única cubierta de Asturias y
representaba en ese tiempo la meca del estilo "braza de pecho", en la
que destacaban, entre otras, figuras como Ballesteros y el también turonés
Cabañas. Allí fue donde descubrió sus posibilidades en las pruebas de fondo al
nadar durante varias horas seguidas sin mostrar apenas sensación de fatiga.
Esto fue
lo que le animó en 1954 a realizar la travesía Muelle-Musel-Muelle que finalizó
en algo menos de dos horas y media. Ese año también triunfó en el campeonato de
Castilla en las modalidades de braza y mariposa. Al año siguiente disputó la
Candás- Gijón superando al segundo clasificado en más de una hora pero, es el
año 1956, el de su consagración: se proclama campeón regional de braza y
mariposa en la piscina de Pola de Siero, se alza con el campeonato de Castilla donde
barre literalmente a Allúe "el nadador más formidable que ha dado
Valladolid", según el corresponsal de "Comarca", alcanza el
segundo puesto en las pruebas nacionales de braza celebradas en Palma de
Mallorca.
Interior de la piscina de Educación y Descanso en 1960. Hoy piscina Manuel Llaneza. (Foto Alonso) |
En esta
época ya es entrenador de la piscina de Mieres del Camino; sin embargo, no
descuida su propia preparación pues sigue recibiendo enseñanzas técnicas de
consumados maestros (Piernavieja, Granados, Mr. Jean) que le habían aupar hasta
la fama. Una vez que superó la prueba del Estrecho, José Vitos solo tiene un
objetivo que, a decir de los expertos, es la prueba de fondo más dura del
mundo: el Canal de la Mancha. Para ello va a someterse a una preparación
concienzuda suspendiendo todas sus participaciones en pruebas de velocidad
durante un año. A principios de 1958, en Madrid, se pone a las órdenes del
entrenador magiar Janos Nemeth y, luego, regresa a Asturias donde realizó en
varias ocasiones la travesía Candás- Gijón bajo la supervisión de sus
preparadores para fortalecerse en pruebas de resistencia. Tenía deseos de
demostrar a la nación entera su valía y su capacidad para el sacrificio y ese
día fue el veinticinco de agosto cuando llegó a la ciudad francesa de Calais. En una
playa próxima a Cabo Gris Nez y también a las ocho horas de la mañana como en
el Estrecho, recibió la orden de salida. Por delante, a unos veinticinco
metros, iría el barco control de los cronometradores y el juez de Dover (Reino
Unido). Las primeras millas las fue dejando atrás sin mayores contratiempos.
Transcurrida hora y media en el océano, desde la barca en la que va su
acompañante Ferradas, se le lanza una botella-biberón pero, a consecuencia de
la frialdad de las aguas tuvo un corte de digestión y luego ya no pudo ingerir
alimento alguno; no obstante, seguía evolucionando, incluso, por encima de los
objetivos previstos.
Así va
transcurriendo su lucha contra los dominios de Neptuno durante casi toda la
mañana pero, pasado el mediodía, las bajas temperaturas del líquido elemento
que en nada se asemeja al que baña el Estrecho, empiezan a hacer mella en su
cuerpo y las horas siguientes prometen estar llenas de incertidumbre para el
nadador turonés. Los ojos se le van hinchando a causa del salitre y esto le
produce una momentánea pérdida de vista. Ferradas, que se da cuenta
perfectamente de esta pequeña crisis que está sufriendo, saca una armónica de
su bolsillo y empieza a tocarle el "Asturias, patria querida" con el
propósito de animarle y a decir verdad lo está logrando: ¡Ánimo Vitos!, le
grita luego entusiasmado. Ve que lo está consiguiendo porque se encuentra a
menos de una milla de la costa inglesa. Más, de
nuevo, surgen inconvenientes que parecen insalvables, pues en aquel momento de
júbilo, se observa que las corrientes marinas están arrastrando a Vitos unos
veinte kilómetros hacia el oeste y se está perdiendo el tremendo esfuerzo
realizado hasta el momento. Por primera vez en toda la prueba su moral comienza
a flaquear, pues ve la meta ahora más lejos cuando la reserva de fuerzas se le
va agotando. Pero esta travesía solo está hecha para seres humanos de fortaleza
superior y Vitos era uno de ellos. "La consideración de que entonces ya no
era yo, sino España y el recuerdo de la fe que todos los turoneses tenían
puesta en mí, me ayudó a superar aquellos terribles momentos", nos
confiesa emocionado. Efectivamente, sacando el coraje de lo más profundo de su
alma, sangrando por la boca y con manos y pies medio congelados, alcanza Dover
a las 11 horas y 11 minutos de la noche.
Piscina de Educación y Descanso, en la antigua calle Bernardo Aza. (facebook Mieres años 80 y 90 de José Ramón Viejo) |
Sin
fuerzas y tendido sobre la arena de la playa, no recobró el conocimiento en el
hospital hacia donde fue conducido hasta día y medio más tarde. Luego, todavía
con muletas, sería recibido en el palacio de Buckingham por la princesa
Margarita de Inglaterra y, una vez España, condecorado por el Jefe del Estado
que se encontraba de vacaciones en Galicia. Pero lo mejor estaba por llegar: el
día dos de setiembre llegó a Mieres del Camino y en la plaza del Ayuntamiento
recibió el agasajo de la inmensa multitud que estaba presente. Faltaba,
no obstante, la acogida del héroe en su terruño, en Turón. En un coche
descapotable hizo su entrada apoteósica el día tres de setiembre. El Valle, por
entonces, era un hervidero de gente que superaba ampliamente los 20.000 almas,
convertido en una inmensa factoría en la que se afanaban 8.000 trabajadores,
girando en torno a la industria carbonífera. Ese fue el Turón que recibió a
José Vitos. Un Turón cuya autoestima rayaba a gran altura.
Cuando llegó a La
Cuadriella, numerosas pancartas desparramadas por todas partes hablaban de su
gesta: "¡Campeón, campeón!¡De Turón tenías que ser!" A partir de aquí
ya se unieron algunos otros coches debidamente engalanados y al cruzar la
Cuestaniana, una gran pancarta suspendida sobre el puente del ferrocarril
rezaba de esta guisa: "Vitos, tus compañeros de Vía Estrecha te
saludan". El gentío que abarrotaba ambas márgenes de la carretera era
extraordinario. Al llegar a La Veguina el espectáculo resultaba inenarrable:
por todas partes se veían infinidad de banderitas y se percibía el olor a pólvora
debido al continuo lanzamiento de cohetes que resultaba atronador en medio de
gran bullicio de gente que recordaba las memorables fiestas del Cristo de
entonces. El eco de los estampidos y los recios vítores de la multitud
enardecida llegaban a todos los pueblos del Valle, desde El Riquixu a
Villapendi y de Pandel a Fresneo. Anochecía
cuando la caravana motorizada alcanzaba su punto final en las inmediaciones del
Pozo Santa Bárbara. Allí algunas mujeres, entre las que se encontraba su madre,
se atravesaron delante del coche y comenzaron a abrazar al vencedor del Canal,
antes que la multitud presente -habían bajado muchas gentes de Urbiés- se lo
impidieran. Prácticamente, todo el Valle, estuvo presente en el homenaje a
Vitos que, con su hazaña, había grabado para siempre con letras de oro el
nombre de Turón, pasando este a formar parte de la historia de la natación
mundial.
FUENTE: JOSÉ MANUEL LÓPEZ "LITOEl nadador turones, Vitos en el vehículo que lo paseo por Mieres tras lograr la Proeza de cruzar nadando el canal de La Mancha. |
Vitos en la piscina Manuel Llaneza |
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
NOTA: Si te ha interesado
esta entrada y quieres preguntar, comentar o aportar algo al respecto, puedes
dejar un comentario o escribir a mi dirección de “correo del blog” con
la seguridad de ser prontamente atendido.
¡¡¡Difunde “El blog de Acebedo” entre tus
amistades!!!
Sígueme en:
·
§ - Twitter – “El
blog de Acebedo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario