El león, del que
recientemente se han encontrado nuevos restos, no reinó sólo en la Asturias del
Pleistoceno; rivalizó con hienas, cuones, leopardos, linces y grandes osos
La Nueva España
El reinado del león, hoy decadente en el África subsahariana
y apenas una sombra en sus dominios asiáticos, se extendió en la Prehistoria a
Europa y alcanzó Asturias durante buena parte de la última edad del hielo. Los
restos del león de Porrúa, en Llanes, de cuyo hallazgo dio noticia LA NUEVA
ESPAÑA en los últimos días, constituyen la huella más completa de la presencia
de este gran félido en Asturias. Pero no son los únicos. Ni es ésta la única fiera
que habitó en un pasado remoto en la región, donde hoy dominan dos carnívoros
que presenciaron el esplendor, el declive y la extinción del "rey
león": el lobo y el oso pardo. Aquí hubo también hiena manchada, leopardo,
cuón, osos etrusco y de las cavernas, linces boreal e ibérico, e incluso los
espectaculares dientes de sable, junto a una corte de medianos y pequeños
cazadores que prosperaron y les han sobrevivido: zorro, gato montés, nutria,
tejón, turón, armiño y comadreja.
Hay restos de león dispersos por seis yacimientos
paleontológicos asturianos. Según su datación, se atribuyen al león de las
cavernas, que habitó Asturias en el Wurm antiguo (La Parte y Porrúa), o al león
actual, más pequeño, que sucedió en el Wurm reciente a su ancestro. Éste no sobrevivió
al final de la última glaciación. El león de las cavernas estuvo ampliamente
extendido por el hemisferio Norte en el Pleistoceno: desde la península Ibérica
hasta Alaska (Estados Unidos) y Yukón (Canadá); cruzó de Siberia a Norteamérica
(donde, además, hubo otro león americano), por el puente de Beringia.
Antes de la aparición del león de las cavernas, otro gran
felino (de tamaño semejante) ocupaba su lugar: un dientes de sable. No llegó a
coincidir con el león (unos y otros sí se encontraron en América, donde
convivieron gracias a la especialización de los dientes de sable en la caza de
presas de gran tamaño), pero sí con el oso etrusco, que desapareció antes que
él. Los restos de ambas especies se han hallado exclusivamente en El Milagro,
en Cangas de Onís, el único yacimiento asturiano con horizontes del Pleistoceno
Inferior. Entre la extinción de estos dos depredadores y la aparición del león
hay un gran vacío en el registro fósil, del mismo modo que, una vez el león
entra en escena, éste acapara la cúspide de las redes tróficas durante largo
tiempo.
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Cronología de las fieras cuaternarias |
La corte del león aparece en el período interglaciar de Holstein y,
sobre todo, durante la glaciación de Riss, dentro de un lapso temporal de entre
450.000 y 140.000 años. La hiena manchada se extinguió hace 30.000 años, y poco
después la siguió el leopardo; la primera ha dejado abundantes restos, tanto
huesos como coprolitos (excrementos fosilizados), lo que permite inferir que
fue una especie común, mientras que de leopardo tan sólo se han encontrado fósiles
en La Riera y en Llonín. La primera de esas dos cavidades ha dado también los
únicos restos conocidos de cuón. Este perro salvaje sigue habitando en Asia
meridional y oriental. El oso de las cavernas se extinguió hace 20.000 años. De todas aquellas fieras, sólo los linces sobrevivieron
hasta períodos históricos, con seguridad hasta el siglo XIX y tal vez incluso
hasta el XX. Altuna identificó en 1976 unos restos excavados en Tito Bustillo
como pertenecientes al lince ibérico. Sin embargo, los hallazgos más recientes,
en la sierra del Sueve y en el macizo de Ubiña, en Quirós, ambos bien
identificados y de edad holocena, corresponden a linces boreales.
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El lince
boreal, europeo, eurasiático o común (Lynx lynx) es una especie de mamífero
carnívoro de la familia Felidae. Saber más… WiKIPEDIA.
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La cordillera
Cantábrica frenó el paso de la fauna glacial a la península Ibérica
Mamuts y rinocerontes lanudos llegaron a Asturias hace
150.000 años huyendo del frío del centro y el norte de Europa. La cordillera Cantábrica frenó durante el Pleistoceno la
expansión al resto de la península Ibérica de los grandes mamíferos propios de
épocas glaciales. Las dificultades de la orografía limitaron el paso de
especies como el mamut lanudo, el rinoceronte lanudo y el reno, que encontraron
en la cornisa cantábrica un hábitat propicio al que llegaron procedentes de
Europa. Aunque con el tiempo se dispersaron por todo el territorio, llegando
hasta lo que hoy es Granada, se sabe que su presencia por debajo de la franja
Cantábrica fue muy limitada. Estas y otras averiguaciones forman parte del trabajo que
acaban de publicar en la revista científica internacional «Quaternary
International» el biólogo Diego Álvarez-Lao, de la Universidad de Oviedo, y
Nuria García, de la Universidad Complutense de Madrid.
La presencia de estos grandes mamíferos propios de épocas
glaciales en la Península comenzó hace unos 150.000 años, aunque de ese momento
los hallazgos son muy escasos y aislados, los de épocas de hace 44.000 años se
van haciendo más comunes. Está presencia en el territorio no es, sin embargo,
continuada, sino que se corresponde con los momentos fríos, que durante el Pleistoceno
se alternaban con otros templados. Estas fluctuaciones climáticas conllevan un
tipo de vegetación formada por grandes estepas que, según los investigadores,
se pudo conocer a partir de los análisis de polen. En aquellos momentos
Asturias se caracterizaba por una vegetación herbácea con escasos árboles, gran
frío y aridez ambiental. En esas condiciones especies tan adaptadas como el
rinoceronte y el mamut lanudos, el reno y, en menor medida, el zorro ártico, el
buey almizclero y el antílope saiga se paseaban por las estepas asturianas como
lo hacían por las del norte de Europa.
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Mamut como los que se encontraban en Asturias hace 40.000 años. Ilustración de Diego Álvarez Lao. (LNE) |
La fauna glacial fue mucho más abundante y regular en
Asturias, Cantabria y el País Vasco que en la Meseta. Aunque restos de estos
animales que convivieron con el hombre prehistórico se localizaron en 72
yacimientos ibéricos, la mayoría se concentran en el norte de la Península. En
Asturias al menos diez cuevas, entre las que están Tito Bustillo, Las Caldas,
La Riera y La Güelga, entre otras, muestran evidencias de la presencia de la
fauna glacial en nuestro territorio. Los últimos hallazgos de estas especies se
encontraron en yacimientos de hace 10.000 años, lo que indica que la fauna
convivió en un principio con la especie neandertal y, más tarde, con el «Homo
sapiens». Estos últimos dejaron representaciones artísticas de estos animales
en cuevas como Tito Bustillo o el Pindal.
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Lobo ( Canis lupus ). Cuadro de un
trío de Lobos ibéricos en una cumbre nevada. Pintura al óleo sobre lienzo. Los
ejemplares están basados en estudios de lobos en cautividad del centro La
Cañada Real del Escorial. Óleo sobre lienzo. Manuel Sosa © 2000. Saber más…
Manuel Sosa.
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Otro de los puntos de interés del trabajo de Lao y García es
la posibilidad de haber relacionado los resultados del estudio de los hielos de
Groenlandia, que permiten conocer los momentos de clima frío en la Tierra, y su
relación con la presencia de fauna fría y con los análisis de polen que
muestran la existencia de una vegetación propia de épocas glaciales. Los
hallazgos de este tipo de fauna coinciden con los momentos de mayor
enfriamiento global, lo que explica por qué estas especies del frío entran en
España huyendo de las duras condiciones ambientales del centro y norte de
Europa, que los obligan a emprender viaje hacia el Sur.
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Yacimientos del Pleistoceno en Asturias. (LNE) |
FUENTE: LUIS MARIO ARCE - M. S. MARQUÉS. Publicado por La Nueva España el 28-01-2017. Ver enlace. _________________________________________________________________________
AUTORES.
Luis
Mario Arce. Nacido en
Oviedo, trabaja como periodista especializado en naturaleza y medio ambiente en
el diario asturiano “La Nueva España” y se dedica a la observación de aves
desde hace 37 años. Es socio de SEO/BirdLife desde 1982, coordinador del grupo
local SEO-Asturias y colabora como guía en los viajes internacionales que
organiza el equipo de Educación Ambiental y Voluntariado de SEO/BirdLife. Está
a punto de publicar el libro Aves de la España atlántica, una guía de
identificación escrita en colaboración con Víctor M. Vázquez, también socio de
SEO/BirdLife, e ilustrada por Gonzalo Gil Madrera. Fuente.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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