Los viajes de nuestros antepasados |
Entre las particularidades de las
diligencias estaban los correajes de cuero por debajo de la estructura, a
manera de suspensión, que le daba cierta comodidad. Foto Archivo.
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El viaje en diligencia por la Asturias de aquellos años distaba mucho de ser cómodo, la comida en las estaciones no solía ser buena, la lluvia constante, el lodo y el polvo eran intolerables, y durante las noches los viajeros dormían en las posadas, corrales o al aire libre
El final de las rutas de diligencias llegó entre 1890 y 1915 con la inauguración del servicio de autobuses.
La
vida de las posadas asturianas de antaño era pintoresca, aunque algunas veces
pobre e incómoda. Ventero ladino, pero servicial, mozas generosas en lo suyo,
mozos de paja y cebada llenos de marrullerías: todos pendientes siempre de la propina;
tipos que han sido muchas veces citados en una literatura de costumbrismo
convencional, que no siempre respondía a las realidades. Arrieros
y viandantes del común se amontonaban en las amplias cocinas de inmenso lar (llar
y char, en asturiano), donde en los escaños , mesas y banquetas toscamente
labrados , los "tayuelos" , tenían lugar animadas tertulias en las
que se cambiaban noticias nuevas o se recitaban , una vez más, viejas leyendas
y romances.Animación al Alba.
Se
dormía generalmente en las cuadras y cocinas, entre montones de heno y sacos de
paja y cebada; unos candiles iluminaban la escena y a veces se apagaban para
facilitar un episodio erótico entre el viajero galán o dadivoso y la moza servicial,
como la Maritornes cervantina. Muchas comidas se hacían en común, cada uno con
su cuchara de palo sacando directamente con ella la vianda de la olla donde
había sido guisada. Sólo
algunas posadas de los caminos reales importantes tenían habitaciones con camas
completas arregladas; eran para los viajeros ricos que montaban caballo propio
y llevaban también criado o criados ecuestres. En
el lar barboteaban los grandes calderos colgados de la gramallera o se freían
las truchas o la magra (Carnes), en amplias sartenes de asas, sobre los
tréboles. De escarpias fijadas en la pared se colgaban mantas, capotes, escopetas,
espadas y trabucos. En algún rincón sobre humilde mesa, se podía jugar a las
cartas y generalmente los jugadores daban grandes puñetazos sobre el tablero al
sacar los triunfos. |
Pasajeros de diligencia llegando a
una posada. Por fin suena el agudo rechinido del látigo, la mole inmensa se
conmueve y, estremeciendo el empedrado, se emprende el viaje, semejante en la
calle a una casa que se desprendiese de las demás con todos sus trastos e inquilinos
a buscar otra ciudad en donde empotrarse de nuevo. Revista Mensajero, n.º 47,
16 de abril de 1835. Firmado: Fígaro. (...). saber más... Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes.
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La
vida de las posadas se animaba singularmente al atardecer y al alba. A esa hora
proseguía el viaje de la recua bajo el sol ardiente o entre la niebla lechosa o
la lluvia insistente y monocorde. Todos se cubrían con sus capotes de capucha,
arrebujándose en sus mantas o bajo los lienzos encerrados; algunos, ya en los
últimos tiempos desenfundaban gigantescos paraguas de telas chillonas, rojas o amarillas. En
determinadas épocas de guerras civiles y trastornos o en lugares donde se sabía
que operaban bandoleros, las gentes iban con temor y recelo, y los valientes
acariciaban los trabucos, escopetas o pistolas de arzón. Pero no eran
frecuentes los asaltos a recuas numerosas, pues los bandoleros solían rehuir
los posibles combates. Por eso, en esas circunstancias, los viajeros y arrieros
solían esperarse unos a otros y unir sus recuas y caballerías, formando caravanas
a veces de más de cien personas y animales; ello daba seguridad al camino, pero
aumentaba las incomodidades de la posada, adonde entraba de repente tal
multitud. |
Dibujo que aparece en un libro de
la historia de ALSA, que amablemente cedió al blog Camino de Leitariegos el
nieto del fundador de esta conocida empresa de transportes, en Luarca. Enero
2013. (...). Saber más... Camino Real de Leitariegos.
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Durante
las guerras civiles, los carlistas dominaban generalmente los campos
despoblados y aldeas; y los liberales, las ciudades y villas. A lo largo del
viaje podían surgir en cualquier recodo las boinas de los voluntarios del Rey o
los morriones de los soldados de la Reina. Había que sonreírles a unos y a otros,
en el camino, estar a bien con todos, pues un mal entendido exponía a graves
riesgos tanto en mano de partidarios de la Tradición como en las de los
defensores del liberalismo . En la primera guerra (1833-1844) se contaron
algunas represalias, pero generalmente ni carlistas ni liberales causaban daño
o molestias a los viajeros, limitándose a identificarlos por si entre ellos iba
algún personaje o correo del bando contrario. La
recua fue el único medio de viajar a Asturias durante siglos. Las
últimas grandes recuas llegaron hasta mediados del siglo XIX, La época de su
mayor importancia y animación son las tres centurias que van desde Carlos I a
Isabel II. En el reinado de ésta fue cuando se instauró un nuevo modo de viajar;
las modernas diligencias de línea regular. Pero eso ya es otra historia. |
Dibujo que aparece en un libro de
la historia de ALSA, que amablemente cedió al blog Camino de Leitariegos el
nieto del fundador de esta conocida empresa de transportes, en Luarca. Enero
2013. (...). Saber más... Camino Real de Leitariegos.
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Viajes, portes y precios
Los
arrieros llevaban y traían toda clase de mercancías, pero los productos típicos
eran el pescado, con exportación y el vino y el aceite de oliva, como
importación; artículos que en Asturias alcanzaban altos precios
hasta que , a finales del siglo XVIII, se importaron regularmente por mar
desde levante y Andalucía , distribuyéndose al interior desde los puertos de
Gijón, Avilés o Luarca. Las
recuas que salían desde Oviedo por las rutas de Pajares y Peñaflor y la Mesa o
las del Occidente , que iban de Luarca y Cangas por Leitariegos, solían contar
de diez a veinte y hasta más machos o acémilas que llevaban y traían bultos de
encargos o constataban sus caballerías a los pasajeros . A estas recuas se les solían
unir otros viajeros para caminar juntos, con mayor amparo y pasar el viaje más
entretenidos. Los
viajes a Madrid desde Oviedo solían tardar diez a quince días, según la
estación y las circunstancias; los que iban de Luarca a Oviedo por la Espina
empleaban de veinticuatro a treinta horas para recorrer los noventa kilómetros
de distancia, pues el antiguo camino real era más directo que la moderna carretera.
En los viajes a Madrid solían parar un día entero de descanso en León y
Valladolid. El
precio del transporte resultaba caro. La "carga completa de un macho"
(unos ochenta kilos) venia a salir de doce a catorce reales diarios, es decir
que el porte de Asturias a la capital de España costaba entre ciento cincuenta
y doscientos reales, por tanto, a unos dos reales Kilo, cantidad muy alga para
la economía de época, por lo cual sólo se utilizaba este medio de porte en mercancías
menudas o finas. Se conservan facturas o notas por cajones de libros u otros
encargos a Madrid. Si
se trataba de un viajero, el porte venia a salir poco más o menos lo mismo,
pero los gastos de alimentación, cama en las posadas, etcétera eran por cuenta
del pasajero. Todos los arrieros disponían de lienzos encerados para que
viajeros y mercancías pudieran caminar resguardados de la lluvia. |
PASO EN LOS PIRINEOS SOBRE
EZPEITIA. Spanish pictures drawn with pen and pencil, de Samuel Manning (1870).
Los viajeros de final del XVIII describen un país casi intransitable por las
pésimas carreteras y las incómodas diligencias. (...). Saber más... Centro Virtual Cervantes. |
Los
arrieros, al menos los que tenían recua propia, que eran la inmensa mayoría,
ganaban buen dinero y solían ser rumbosos en las ventas y mesones, comiendo
buenas tajadas, bebiendo los mejores vinos y disfrutando de la alegre compañía
de complacientes mozas. En cambio, casi nunca dormían en cama; usaban por
alcoba pajares y cocinas y por colchón montones de heno o sacos de paja. Al
mediar el siglo XIX, los arrieros de Luarca y zona de occidental de Asturias
solían tener su sede en Madrid, en la posada de la Madera, sita en la plaza de
la Cebada, numero 12. En Oviedo eran importantes centros de arriería, la posada
de la Colasa, en el campo de la Lana, y las de la Capitana y Agustín en la
Puerta Nueva. En
Luarca, el punto de partida de las recuas eran la plazoleta de Crucero, en la
orilla del rio Negro, frente a la gran posada de Cuerdas. De ahí salían las recuas,
por lo menos desde mediados del siglo XVIII hasta que el establecimiento de la
diligencia en 1864 vio a disminuir estos servicios. De esta posada de Cuerdas
habla muy elogiosamente Gerorge Borrow, o sea " Jorgito el Ingles"
que pernocto en ella en 1836 "" Encontramos en Luarca una Posada
grande y cómoda" |
IV Congreso Virtual sobre Historia
de las vías de comunicación. Del 15 al 30 de Septiembre de 2016. El riesgo de
accidente en los viajes en diligencia en el siglo XIXJacinto Contreras Vázquez.
Descargar para ver PDF.
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FUENTE:
JESÚS EVARISTO CASARIEGO. Publicado por La Nueva España el 7 de Abril de 1991
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AUTORES.
Jesús Evaristo Casariego y Fernández-Noriega (Tineo, 7 de
noviembre de 1912-Luarca, 16 de septiembre de 1990), fue un ensayista,
politólogo, catedrático, escritor y periodista español, de pensamiento
carlista. Nació en Tineo (Asturias), el 7 de noviembre de 1912. Estudió Derecho
en la Universidad de Oviedo y se doctoró en Madrid, cursando en la capital
también Filosofía y Letras. Entre 1931 y 1933 escribió en el diario Región de
Oviedo, siendo considerado entre sus lectores una promesa del periodismo
español. Defensor del carlismo, abandona la redacción de Región e ingresa, el
año 1932, en la redacción de La Nación. Su director, Manuel Delgado Barreto, lo
hace responsable de la crónica política que, en aquellas fechas, recién
implantada la Segunda República, era lo más destacado en estos periódicos de la
información y el comentario. En 1936, pasa a la redacción de El Siglo Futuro
como editorialista. Los primeros chispazos del golpe de Estado del 18 de julio
dividen en dos bandos a los periodistas. Se enrola y fue uno de los creadores
del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Covadonga. Lucha con heroísmo,
según atestigua su hoja de servicio, y alcanza el grado de teniente provisional
del Ejército. Participó en la defensa de Oviedo como oficial de requetés en
1936. Terminada la guerra, se incorpora a la redacción de El Alcázar como
editorialista y posteriormente, en 1939, es nombrado director del periódico.
No por ello abandona su vinculación con el diario Región de Oviedo, donde
continuó colaborando y sosteniendo las ideas políticas difundidas en sus
editoriales, hasta el 1976. Fue uno de los primeros profesores de la Facultad
de Ciencias Políticas en Madrid (1942-1948) y tuvo a su cargo diversas cátedras
de la universidad ovetense. En el año 1945 deja la redacción del Alcazar. Entre
1955 y 1965 fue colaborador de Blanco y Negro y enviado especial del periódico
ABC en distintos países de América del Sur. Formó parte de la nómina de autores
que confeccionaron la Gran Enciclopedia Asturiana. En 1978 fue elegido
presidente del Instituto de Estudios Asturianos antes de que le fuera concedido
el título de real. FUENTE: WIKIPEDIA.
La
Nueva España ha sido
testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la
calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder
indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria
en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de
Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas
las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder
indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los
principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número
de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General,
Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las
redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una
amplia red de corresponsales. FUENTE.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
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se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
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Muchas gracias por la información.
ResponderEliminarUn saludo.
Mi abuelo agustin alvarez alonso,supo tenet en mieres una empresa dr autobuses,ante de la guerra civil,funcionaban a gas de carbon,se lo decomisaron durante la guerra,vivia sobre la calle ave maria hoy clarin,donde tenia su vivienda,y el garaje y taller para los omnibus,unia mieres con turon creo,y con puente de hierro o algo asi,alguien sabe algo mas se lo agradecere,yo soy nieto y vivo en argentina.saludos
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