La Iglesia católica en la reciente historia del concejo
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Abelardo García
Tomás fue párroco de Urbiés (Mieres), durante 20 años. Abelardo protagonizó uno
de los hechos de más impacto social en el concejo y Asturias. Falleció en abril
del año 2011. (...). Saber más... QUINTES-Mirador del Cantábrico.
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Varios sacerdotes protagonizaron hechos de impacto social. A la hora de recorrer el tramo histórico de los setenta últimos años de la historia de Mieres, el cronista, no puede evadirse de detenerse ante hechos de gran impacto social, sobre todo cuando sus principales protagonistas presentan la singular y significativa etiqueta de ser representantes de instituciones, en este caso la Iglesia Católica dentro del contexto del municipio |
Recorte del periódico
La Nueva España del jueves 2 de enero de 1986. Los hechos ocurrieron el domingo
29 de diciembre de 1985, cuando el cura párroco de Urbies (Mieres), Abelardo
García Tomás, disparó con un revólver, contra la furgoneta donde viajaban los
hermanos José Ramón y Ladislao Celestino LaFuente Gómez, tras presuntamente,
intentar robar por segunda vez en el mismo día en el templo católico de este
pueblo mierense de montaña. Noticia recogida por los cronistas mierenses de La
nueva España; AMADEO GANCEDO y JOSÉ VELEZ. (...). La Nueva España.
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La Nueva EspañaTres casos concretos certifican fehacientemente esta circunstancia.
Corrían los primeros días de 1986, cuando el párroco de Urbiés, pueblo cercano a los lindes con los municipios del Nalón, ante la certeza personal de que se estaba produciendo un robo en sus dependencias parroquiales, y el peligro que presintió ante la suposición de que la furgoneta de los presuntos autores le iba a atropellar, realizó varios disparos de pistola, para la cual, según manifestó más tarde, tenía permiso de armas, alcanzando en la cabeza al acompañante del conductor quién, de acuerdo con las crónicas, fue abandonado más tarde por su compañero, recogido por los agentes de la Guardia Civil y trasladado a un centro hospitalario, más tarde al general de Oviedo, donde se le practicó una operación de urgencia, de la que, por lo visto, le quedaron secuelas. Don Abelardo García, el sacerdote ya fallecido, fue procesado, destinado a otra parroquia y condenado a indemnizar al herido. El asunto tuvo gran eco e impacto en el ámbito regional.