Primavera de desfiles y de amargos exilios
El 1 de abril de 1939 terminó la contienda, y el régimen de Franco ya advirtió de que la paz no sería "un reposo cómodo"
http://www.lne.es
La caída de Cataluña supuso un punto sin retorno e hizo inevitable la
derrota del bando republicano. Miles de españoles pasaron la frontera
hacia Francia para huir de las tropas franquistas. Entre ellos, Manuel
Azaña, presidente de la República Española, y todo el Gobierno, con su
presidente, Juan Negrín, a la cabeza, pues fue imposible volar desde
Cataluña a la zona centro-sur. Azaña ya no quiso volver a España y se
instaló en la Embajada española en París. El 28 de febrero de 1939,
totalmente abatido e incapaz de entenderse con Negrín, presentó su
dimisión como presidente de la República a Diego Martínez Barrio,
presidente de las Cortes.
|
|
Juan Negrín y todo el Gobierno regresaron a
España. Según Julián Zugazagoitia, "la existencia del Gobierno es
precaria. Le falta el aparato administrativo; no tiene en qué apoyarse
(...). El temple no es igual en todos; varía con el temperamento de cada
uno". Algunos, sigue Zugazagoitia, vivían con una moral heroica, sin
pensar en su propia vida. Entre éstos, el anarquista asturiano Segundo
Blanco, ministro de Instrucción Pública, "a quien por su historia, por
su educación doctrinal, y hasta por su tipo, le atribuyo serenidad
fanática". El 16 de febrero, el presidente Negrín se entrevistó en
Los Llanos (Albacete) con los principales mandos militares, reunión en
la que defendió su postura de resistencia a ultranza: "Como el enemigo
no quiere pactar, la única solución es resistir".
Aunque algunos de los
mandos militares aceptaron su propuesta, otros ya no veían más salida
que la rendición. Los hechos se precipitaron y el 4 de marzo de
1939 se produjo una sublevación en Cartagena, donde el máximo jefe de la
escuadra republicana, el almirante Miguel Buiza Fernández Palacios,
advirtió a Negrín de que no estaban dispuestos a continuar y le dio un
plazo de tres días para que se rindiera y abandonara el poder. No se
agotó el plazo, y al día siguiente la totalidad de los buques
republicanos abandonaron la base de Cartagena con destino al norte de
África. El mismo 5 de marzo de 1939 en Madrid se constituyó un Consejo
Nacional de Defensa presidido nominalmente por el general ovetense José
Miaja Menat, pero en el que el coronel Casado ejercía el mando, contando
con el apoyo del histórico dirigente socialista Julián Besteiro.
|
|
Besteiro
y Casado pensaban negociar con los franquistas el final de la guerra,
pero las conversaciones mantenidas con representantes de Franco los días
23 y 25 de marzo evidenciaron que el general sublevado no quería otra
cosa que la rendición incondicional. "Franco demostró en toda esta fase
final de la guerra la misma falta de generosidad (pero también idéntica
conciencia de su propia fuerza) que le caracterizaría durante todo su
régimen", escribió Javier Tusell. El 27 de marzo de 1939, el
coronel Casado ordenó al coronel Prada, último jefe del Ejército de
Asturias en octubre de 1937, que rindiera las tropas a Franco.
Previamente, entre los días 6 y 11 de marzo, se habían enfrentado
duramente en Madrid los partidarios de continuar la resistencia y el
nuevo Consejo Nacional de Defensa, al que apoyó el dirigente anarquista
Cipriano Mera con sus unidades. El 29 de marzo el Ejército de Franco
entraba en Madrid. Los enfrentamientos dentro del bando
republicano precipitaron la caída, y la desbandada fue general. El
comunista mierense Etelvino Vega, que había escalado al rango de
teniente coronel y mandado el XII Cuerpo de Ejército en la batalla del
Ebro, pasó de Francia a Madrid, donde fue detenido tras el golpe de
Casado. Liberado, Vega se hizo cargo del Gobierno Civil de Alicante en
esos días finales de locura.
|
|
Algunos consiguieron llegar a la
costa alicantina, donde se produjo otra desesperada huida por mar en
cualquier embarcación disponible. Entre los que lograron embarcar se
encontraba el pintor Orlando Pelayo, que lo hizo en el barco inglés
"Stambrook", desde Alicante, con destino a la costa africana de Orán,
junto a otras 3.000 personas el 28 de marzo de 1939; en el "Galatea",
desde Gandía, embarcaron varios anarquistas asturianos, entre ellos
Avelino González Entrialgo. Numerosos barcos pesqueros zarparon de
pequeños puertos como Santa Pola, Torrevieja, El Campello y otros.
Muchos no pudieron huir y fueron encerrados en los campos de
concentración de Albatera y Los Almendros. A éste fue a parar Etelvino
Vega, capturado e identificado el 11 de abril de 1939 y trasladado a la
cárcel de Orihuela. Condenado a muerte en juicio sumarísimo, fue
fusilado el 15 de noviembre de 1939.
Completada la ocupación de
Valencia, Alicante, Murcia y Cartagena, el 1 de abril de 1939 el general
Franco proclamaba la victoria de las fuerzas sublevadas apenas tres
años antes. "En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han
alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La
guerra ha terminado. El Generalísimo Franco. Burgos 1.º abril 1939". El
fin de la guerra no trajo la paz, sino la imposición de la victoria.
Las emisoras de radio clamaban al día siguiente de la victoria: "La paz
no es un reposo cómodo y cobarde frente a la Historia; la sangre de los
que cayeron por la Patria no consiente el olvido, la esterilidad ni la
traición. ¡Españoles, alerta! "¡Españoles, alerta! España sigue en
pie de guerra contra todo enemigo del interior o del exterior,
perpetuamente fiel a sus caídos; España, con el favor de Dios, sigue en
marcha. Una, grande, libre, hacia su irrenunciable destino".
|
|
La
sociedad española quedó dividida en dos campos: el de los vencedores y
el de los vencidos. La España de abril de 1939 era la España de los
vencedores, a quienes correspondía por derecho ganado con las armas
gobernar y disfrutar del poder; a los vencidos sólo les quedó, en el
mejor de los casos, el exilio, y en el peor, a los que quedaron o no
pudieron marchar, los pelotones de fusilamiento, las cárceles, la
tortura, el destierro, la pérdida de bienes y trabajo...
Tras la
victoria, Franco demoró su entrada en Madrid e hizo un recorrido
triunfal por las capitales andaluzas y luego por Valencia. Un decreto
fijó los días 18 y 19 de mayo para la celebración de las fiestas de la
Victoria, cuyo acto culminante fue un gran desfile militar en Madrid,
por la avenida de la Castellana, rebautizada como avenida del
Generalísimo el mes anterior. En Oviedo, el 18 de mayo, a las diez
y media de la mañana, se celebró una misa de campaña en el paseo del
Bombé, con la bandera del Regimiento "Simancas n.º 40" a la cabeza de la
formación. Hubo un amplio despliegue de fuerzas de todas las armas.
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
Presidió todos los actos el gobernador civil y militar, coronel Ceano.
Se instaló un altar sobre la fuente de los surtidores o de las ranas,
presidido por una gran cruz blanca, y a ambos lados, sendas tribunas.
Después de la misa, las fuerzas participantes en el acto desfilaron por
la calle Uría y pasaron ante la tribuna de autoridades instalada en el
paseo de los Álamos, ya bautizado con el nombre de José Antonio.
Acompañaron al gobernador civil y militar el jefe provincial de Falange,
Rafael Arias de Velasco; el obispo de Oviedo, Manuel Arce Ochotorena;
el alcalde de Oviedo, Plácido Álvarez-Buylla; el presidente de la
Diputación, Ignacio Chacón; el presidente de la Audiencia, José Prendes
Pando; el rector de la Universidad, Sabino Álvarez-Gendín; el coronel de
los servicios de las Industrias Movilizadas, José María
Fernández-Ladreda, y otras autoridades. Durante la jornada se registró
una lluvia continua.
FUENTE: JAVIER RODRÍGUEZ MUÑOZ
Javier Rodríguez Muñoz
(Mieres, 1948), historiador.
Muñoz
tiene una "acreditada trayectoria" en el estudio y la difusión de la
historia de Asturias. Entre los grandes hitos resaltó "la dirección de la
exposición '1388-1988, seis siglos de historia del Principado de Asturias' o la
coordinación de la colección 'Biblioteca histórica asturiana', compuesta por 26
títulos. Además, colaboró en el diseño del pabellón del Principado en la
Exposición Universal de Sevilla en 1992 y con labores de documentación,
catalogación y documentación, en la puesta en marcha del Museo de la Minería y
la Industria de Asturias, en El Entrego". Como autor, ha firmado cerca de
una veintena de libros sobre la historia de Asturias, entre los que destaca la
obra "La monarquía asturiana, nacimiento y expansión de un reino",
editada en 2004. Fue el comisionado para los actos conmemorativos del
decimotercer centenario de los orígenes del Reino de Asturias. Reputado
estudioso de la historia de Asturias, exdirector del Club Prensa Asturiana de
LA NUEVA ESPAÑA.
_____________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
NOTA: Si te ha interesado
esta entrada y quieres preguntar, comentar o aportar algo al respecto, puedes
dejar un comentario o escribir a mi dirección de “correo del blog” con
la seguridad de ser prontamente atendido.
¡¡¡Difunde “El blog de Acebedo” entre tus
amistades!!!
Sígueme en:
·
§ - Twitter – “El
blog de Acebedo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario