25 de octubre de 2013

Los sillones de los académicos asturianos en la Real Academia Española

Los sillones de Asturias en la Academia
Retrato del político español Alejandro Pidal y Mon 1846-1913. (Congreso de los Diputados de España). Llegó a ser ministro de Fomento en 1884, durante uno de los mandatos de Antonio Cánovas del Castillo, miembro y director de la Real Academia Española, numerario de la Real Academia de la Historia, presidente del Congreso de los Diputados y embajador de España ante la Santa Sede. También fue caballero de la Orden del Toisón de Oro y caballero gran cruz de la Orden de San Gregorio Magno. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Alejandro_Pidal_y_Mon._
Del malestar de Jovellanos con la institución de la lengua al escaso conocimiento de Alejandro Pidal y Mon, que no le impidió llegar a dirigirla a comienzos del siglo pasado
De izquierda a derecha y de arriba abajo; Luis Pidal y Mon, Martíne Marina, Pedro José Pidal, Ramón Menéndez Pidal, Alejandro Pidal y Mon, Pedro Rodríguez de Campomanes, José Caveda y Nava, Jovellanos y Ramón Pérez de Ayala. LNE
La Nueva España
Se cumplen este año tres siglos de la iniciativa que dio origen a la Real Academia Española. Su fundación se debe a Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, que reunió en su palacio de la plaza de las Descalzas de Madrid, el 6 de julio de 1713, la primera junta, compuesta por ocho académicos. La iniciativa tuvo continuidad y el 3 de agosto de 1713 se levantaba la primera acta de estas reuniones. Con anterioridad, desde fines del siglo XVI y durante el XVII, ya habían funcionado en España, al igual que en Francia o en Italia, academias o sociedades en las que se reunían humanistas y escritores que, sin perder su autonomía, gozaron de protección oficial. Entre otras varias, fue famosa la Academia de Madrid, en la que Lope de Vega leyó a fines de 1607 su "Arte nuevo de hacer comedias".
Retrato de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, conservado en la Real Academia Española. De Pintor no identificado - Alonso Zamora Vicente: La Real Academia Española. Espasa Calpe, Madrid 1999, ISBN 84-239-9185-7, p. 22., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26480372
En Francia se había fundado la Academia de la Lengua y la Literatura en 1635, y a lo largo del siglo comenzaron a instituirse en el país vecino academias de todas las disciplinas intelectuales y artísticas, con una función orientadora y de unificación. Felipe V, iniciador de la dinastía borbónica en España, prestó su apoyo a la Academia Española desde un primer momento y aprobó oficialmente su constitución por una real cédula de 3 de octubre de 1714. El número de académicos fundadores se incrementó primero a 11 y luego a 14, antes de acabar 1713. En 1715, cuando se redactaron los primeros estatutos, se fijó su número en 24, correspondiéndose con otros tantos sillones designados con las letras mayúsculas del alfabeto, con excepción de las dobles. La Academia adoptó como emblema un crisol puesto al fuego con el lema "limpia, fija y da esplendor". Querían expresar con él "que en el metal se representan las voces, y en el fuego el trabajo de la Academia, que reduciéndolas al crisol de su examen, las limpia, purifica, y da esplendor". Ningún asturiano participó en la junta de fundadores, pero sí en la segunda ampliación, que elevó a 14 el número de componentes. Con el número 13 y el sillón "M" se incorporó Juan de Villademoros Rico y Castrillón.
Apertura de la Academia según una estampa de "La Ilustración Española".   https://www.lne.es/asturama/2013/10/16/sillones-asturias-academia/1484633.html
Aunque desconocemos su fecha de nacimiento y lugar de origen, sus apellidos revelan indudablemente que era originario del occidente de Asturias y, más concretamente, del concejo de Valdés, donde sus tres apellidos estaban firmemente asentados. Nos confirmó la sospecha el candasino Carlos González de Posada, quien lo menciona en sus "Memorias históricas del Principado de Asturias y obispado de Oviedo", publicadas en 1794 en Tarragona, en cuya catedral era canónigo. Entre sus reseñas figura la de Alonso Rodríguez Castañón, del que dice Posada que fue "uno de los primeros individuos de la real academia Española (?), juntamente con D. Juan Villademoros". Juan de Villademoros se incorporó a la Academia el 13 de noviembre de 1713 y murió el 20 de abril de 1723, antes de la publicación del primer tomo del "Diccionario". Había sido cura de Santa María de Dornelas, en la diócesis gallega de Tuy, y luego de San Adriano de Meder, en el mismo obispado. Trabajó muy activamente, cumpliendo los encargos propios, relativos a diversas combinaciones de la letra "A" y remediando los errores de otros colaboradores. Aportó, además, según el estudio que Fernando Lázaro Carreter hizo del proceso de elaboración del "Diccionario de Autoridades", numerosas voces de "alojería, pastelería, botillería, etcétera, aparte de numerosas fichas de textos clásicos". Alonso Rodríguez Castañón, al que González Posada daba por asturiano y en el "Asturias" de Bellmunt y Canella es citado entre los personajes destacados del concejo de Mieres, fue el académico número 25 e ingresó en 1717. Rodríguez Castañón había nacido en Lois, un pueblo de la montaña leonesa, en 1669, pero era de origen asturiano. Su familia procedía del concejo de Aller, donde el apellido Castañón estaba muy extendido y asentado, y más concretamente de la parroquia de Nembra, de donde se había trasladado a Lois y emparentado con los Rodríguez.
Portada de la primera edición de Fundación y estatutos de la Real Academia Española (1715). Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=988007
La primera tarea que acometió la Academia fue la redacción del llamado "Diccionario de Autoridades", cuyos seis tomos se publicaron entre los años 1726 y 1739. En el "Prólogo" del primer tomo se señalaba la inexcusable labor de ese "Diccionario", ante la total ausencia de uno que comprendiese la lengua española, que, "siendo tan rica y poderosa de palabras y locuciones, quedaba en la mayor obscuridad, pobreza e ignorancia, aun de los propios que la manejan por estudio, y remota enteramente a los extrangeros, sin tener otro recurso que el libro del Thesoro de la Lengua Castellana, o Española, que sacó a luz el año de 1611 Don Sebastian de Covarrubias?", obra que, se dice en el citado "Prólogo", "ha servido a la Academia de clara luz en la confusa obscuridad de empressa tan insigne". La Real Academia, al emprender la tarea del Diccionario de Autoridades reconocía "era poco aire de nuestra Nación estar sin este adorno, quando de este género de libros, en que se explican las voces de las lenguas nativas, se insinúan sus orígenes, y se aproprian las phrases, el autor más antiguo, que se reconoce en la República literaria, fue el español Don Sebastian de Covarrubias". Hubo de pasar medio siglo desde la fundación para que un nuevo asturiano ingresara en la Academia de la Lengua. Fue el tinetense Pedro Rodríguez de Campomanes, conocido como Conde de Campomanes, una de las figuras señeras de la política y la Ilustración en el reinado de Carlos III, que ingresó el 8 de febrero de 1863. Veinte años más tarde accedió como miembro de número la otra gran figura asturiana de la Ilustración: Gaspar Melchor de Jovellanos. Había sido nombrado académico supernumerario el 25 de septiembre de 1781 y dos años después, el 23 de septiembre de 1783, pasó a ser miembro de número.
Gaspar Melchor de Jovellanos. (1744/01/05 - 1811/11/27). Leer más: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/9103/Gaspar%20Melchor%20de%20Jovellanos
Su fiel servidor y biógrafo Ceán Bermúdez resalta la dedicación de Jovellanos a la Academia señalando que asistía con regularidad a las sesiones y llevaba un libro en el que recogía notas de vocabulario y papeletas para el aumento del Diccionario. Sin embargo, según José Caso, las relaciones de Jovellanos con la RAE se torcieron en seguida. El ilustrado gijonés fue encargado por la institución de leer, el 21 de octubre de 1783, una "Felicitación de la Real Academia Española al señor don Carlos III con motivo del nacimiento de sus nietos los dos infantes don Carlos y don Felipe". Algunos académicos consideraron muy largo el discurso y propusieron algunas correcciones, que Jovellanos no recibió de buen grado. La Academia acordó entonces hacer "las alteraciones que tuviera por convenientes" y el gijonés, según José Caso, a partir de finales de 1783 fue espaciando sus apariciones por la Academia. Dentro de la nómina de ilustrados asturianos que accedieron a la RAE hay que incluir al canónigo ovetense Francisco Martínez Marina, que lo hizo en 1800. Algo posterior, en 1814, en pleno proceso de la reacción fernandina, ingresó Juan Pérez Villamil, natural de Santa Marina de Puerto de Vega (Navia), autor del manifiesto leído por el alcalde de Móstoles contra los franceses y considerado redactor del llamado "Manifiesto de los Persas", en el que se solicitaba a Fernando VII la vuelta al absolutismo y la derogación de la Constitución de Cádiz. Villaviciosa es, junto con Oviedo, el lugar de Asturias que más académicos tiene entre sus naturales. El primero fue Pedro José Pidal y Carniado, que accedió como miembro de número el 25 de febrero de 1847, siendo honorario desde 1844. Con él comienza la saga de los Pidal y la presencia de Villaviciosa en la Academia. Pedro José Pidal tenía una valiosa biblioteca y contaba con el único manuscrito conocido del "Poema del Cid", la copia de Per Abad.
José Caveda y Nava. Leer más: https://www.elcomercio.es/sociedad/historias-asturias/llingua-asturiana-caveda-nava-20180420010912-nt.html
José Caveda Nava fue el siguiente villaviciosino que entró en la Academia. Pronunció su discurso de ingreso el 29 de febrero de 1852, sobre "La poesía castellana como documento de la Historia", y fue contestado por Pedro José Pidal. Caveda recopiló una "Colección de poesías en dialecto asturiano" publicada en 1839. El siguiente Pidal en la Academia fue Alejandro Pidal y Mon, hijo de Pedro Alejandro. Aunque nacido en Madrid, estuvo siempre vinculado a Asturias y a Villaviciosa. Fue conocido como "el zar de Asturias" y el "gran cacique", por su falta de reparo a la hora de conseguir votos, y era extremadamente conservador. Ocupó el sillón "V", el mismo que Jovellanos, y según una biografía suya escrita por Joaquín Fernández, eran escasos sus "conocimientos sobre la lengua española y hasta reñidos con las más elementales normas de la gramática y la ortografía". A pesar de ello, fue el primer asturiano director de la RAE, entre 1906 y 1913. Algunos años después, en 1926, accedió a la dirección de la institución Ramón Menéndez Pidal, el que más años ha ejercido el cargo. El último asturiano al frente de la RAE ha sido Víctor García de la Concha, también natural de Villaviciosa, que desempeñó la dirección desde 1998 a 2010. A lo largo de más de un siglo hubo algún Pidal en la RAE, llegando a coincidir tres a un mismo tiempo. Luis Pidal y Mon, hermano de Alejandro e hijo de Pedro José Pidal, nacido también en Madrid aunque permanentemente unido a Asturias, ingresó en la Academia el 3 de marzo de 1895 con el discurso "La epopeya y el drama nacionales". Ramón y Juan Menéndez Pidal completan la nómina de los "pidales" académicos.

Sala de juntas de la Real Academia Española. Elección de nuevo presidente el 22 de noviembre de 1906 en el que salió investido Alejandro Pidal y Mon (n.º 6 en la fotografía). De «B. y N.». (magazine Blanco y Negro). leer más. Desconocido - (1906-12-01). "Real Academia Española". Blanco y Negro (818). ISSN 0006-4572., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=61184105

Ramón Menéndez Pidal nació en La Coruña en 1869, pero sus raíces eran asturianas por todos lados. Su padre, Juan Menéndez y Fernández Cordero, era natural de Pajares, y su madre, Ramona María Pidal Pando, era de Villaviciosa, sobrina de Pedro Alejandro Pidal y prima de Alejandro y Luis. Fue el académico de más larga permanencia y el director con más años en el cargo. Tomó posesión de su sillón el 19 de octubre de 1902, a los 32 años. Su discurso, "El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina", fue contestado por Marcelino Menéndez y Pelayo. Fue la figura máxima de la filología española y personaje central en la cultura lingüística e histórica española. "Su labor al frente del Centro de Estudios Históricos, dependiente de la Junta de Ampliación de Estudios, transformó totalmente el paisaje de la investigación y la crítica españolas", escribe Alonso Zamora Vicente en su "Historia de la Academia Española". Fue director de la RAE en un primer período entre 1926 y 1939, año en el que fue destituido por las nuevas autoridades franquistas. Había salido de Madrid en noviembre de 1936 y anduvo exiliado por Francia, Estados Unidos, Cuba y de nuevo Francia, París, la Sorbona, donde le acomodaron un lugar para trabajar. Por medio de Navarro Tomás, y con la ayuda de Rafael Lapesa y el asturiano Lorenzo Rodríguez Castellano, pudo contar con el material de trabajo que había dejado en Madrid al marchar. Tras años de cierto ostracismo y constante trabajo, fue nuevamente elegido director de la Academia en 1947, al frente de la que continuó ya hasta su muerte, ocurrida el 14 de noviembre de 1968, a punto de cumplir los cien años y aún manteniendo su actividad intelectual.

Portada de la revista ilustrada La Esfera del 2 de abril de 1927. Noticia de la elección de Antonio Machado como miembro de la Real Academia Española (uno de los pocos que ni pronunció discurso ni usó la silla). De La Esfera - Biblioteca del Ateneo de Madrid and Hemeroteca Nacional de España., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=31778911

A Menéndez Pidal le sucedió en su sillón, el "b", el que fuera obispo de Oviedo y entonces cardenal Vicente Enrique y Tarancón, elegido para el cargo el 29 de mayo de 1969 y posesionado el 24 de mayo de 1970, con el discurso "Liturgia y lengua viva del pueblo". Otro Pidal en la Academia fue Juan Menéndez Pidal, hermano de Ramón, que hizo una muy meritoria labor recopiladora del romancero tradicional. Para el mismo sillón "L" que ocupó José Caveda Nava fue elegido en febrero de 1893 el cardenal fray Ceferino González y Díaz Tuñón, natural de Villoria (Laviana). No llegó a tomar posesión del asiento por su pronta muerte, ocurrida el 29 de noviembre de 1894, aunque tenía ya escrito el discurso de recepción: "Relaciones entre el habla castellana y la mística española, representada por fray Luis de Granada y Santa Teresa de Jesús". El vegadense Emilio Cotarelo Mori fue premiado por la RAE en 1897 por su estudio sobre "Iriarte y su época". Tres años después, en 1900, ingresaba en la ilustre institución con el discurso "Imitaciones castellanas del Quijote". En 1911 ocupó el cargo de bibliotecario y en 1913 fue nombrado secretario perpetuo, ejerciendo hasta su muerte, el 27 de enero de 1936. Fue un colaborador asiduo del "Boletín" de la Academia y trabajó arduamente en las nuevas redacciones del Diccionario. Literatos de renombre elegidos académicos fueron, antes de 1936, el poeta naviego Ramón de Campoamor, que ingresó solemnemente el 3 de octubre de 1861. El novelista lavianés Armando Palacio Valdés tomó posesión del sillón "k" el 12 de diciembre de 1920 con el discurso titulado "Qué es un literato". El escritor ovetense Ramón Pérez de Ayala fue elegido el 26 de abril de 1928 por unanimidad de votos, mas por diversas circunstancias nunca llegó a tomar posesión de su sillón. Desde 1936 hasta finales de 1954 estuvo exiliado y murió en Madrid el 5 de agosto de 1962. Otro académico asturiano electo y que no tomó posesión fue el tradicionalista Juan Vázquez de Mella, natural de Cangas de Onís.

Juan Vázquez de Mella. Diputado a Cortes por Estella, Aoiz, Pamplona y Oviedo. 12 de marzo de 1893-16 de marzo de 1899. De Desconocido - La Bandera Regional, núm. 22, p. 3, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=90745579

Los académicos asturianos.
  • Juan de Villademoros Rico y Castrillón (1713-1723). - Sillón M.
  • Pedro Rodríguez de Campomanes (1763-1802). - Sillón E.
  • Gaspar Melchor de Jovellanos (1783-1811). - Sillón V.
  • Francisco Martínez Marina (1800-1833). - Sillón S.
  • Juan Pérez Villamil y Paredes (1814-1824). - Sillón G.
  • Pedro José Pidal y Carniado (1847-1865). - Sillón g.
  • José Caveda y Nava (1852-1882). - Sillón L.
  • Ramón de Campoamor y Cam - Sillón E.
  • Alejandro Pidal y Mon (1883-1913). - Sillón V.
  • Fray Ceferino González y Díaz Tuñón (1894). - No tomó posesión del sillón L.
  • Luis Pidal y Mon (1895-1913). - Sillón A.
  • Emilio Cotarelo Mori (1900-1936). - Sillón i.
  • Ramón Menéndez Pidal (1902-1968). - Sillón b.
  • Juan Menéndez Pidal (1914-1915). - Sillón A.
  • Armando Palacio Valdés (1920-1938). - Sillón k.
  • Juan Vázquez de Mella Fanjul (1906). - No tomó posesión del sillón C.
  • Ramón Pérez de Ayala (1928). - No tomó posesión del sillón C.
  • Emilio Alarcos Llorach (1973-1998). - Sillón B.
  • Manuel Díez-Alegría y Gutiérrez (1980-1987). - Sillón G.
  • Carlos Bousoño Prieto (1980). - Sillón M. El más antiguo de los actuales miembros de la Academia
  • José García Nieto (1983-2001). - Sillón i.
  • Víctor García de la Concha (1998). - Sillón c. Activo
  • Ángel González Muñiz (1996-2008). - Sillón P.
  • Margarita Salas Falgueras (2003). - Sillón i. Activa
  • Salvador Gutiérrez Ordóñez (2008). - Sillón S. Activo

Margarita Salas Falgueras (Canero, Asturias, 30 de noviembre de 1938​-Madrid, 7 de noviembre de 2019​) fue una bioquímica española. Licenciada en ciencias químicas, fue discípula de Severo Ochoa,​ con quien trabajó en los Estados Unidos después de hacerlo con Alberto Sols en Madrid con el también científico Eladio Viñuela,​ ambos se encargaron de impulsar la investigación española en el campo de la bioquímica y de la biología molecular. De UNED Universidad Nacional de Educación a Distancia - honoris012, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37187788

FUENTE: JAVIER RODRÍGUEZ MUÑOZ. Publicado por La Nueva España el 16-10-2013. Ver enlace.
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AUTORES.

Javier Rodríguez Muñoz, historiador. Nació en Mieres en septiembre de 1948. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo en 1973, ha dedicado toda su vida al estudio de la historia y cultura asturiana, realizando su trabajo vinculado a las editoriales Gran Enciclopedia Asturiana-Silverio Cañada y a La Nueva España, en los últimos años. Ha participado muy directamente en obras como la Gran Enciclopedia Asturiana y sus Apéndices; la Historia General de Asturias y la Enciclopedia Temática de Asturias, además de otras obras y colecciones. Dirigió la librería y sala de arte Artemón, en la calle Mon, de Oviedo (1977-1978) y entre 1980-1981, dirigió y puso en marcha el Centro Social y Cultural de Las Vegas, dependiente del Ayuntamiento de Corvera de Asturias. En 1988 dirigió la exposición 1388-1988. Seis siglos de historia, organizada por el Gobierno del Principado de Asturias en conmemoración del sexto centenario de dicha institución. Con tal ocasión coordinó la edición de la «Biblioteca Histórica Asturiana», colección de 26 títulos que cubrían toda la historia de Asturias, siendo autor de algunos de ellos. Coordinó también la colección «Cruzar el Charco» editada por el Archivo de Indianos, 16 títulos publicados entre 1992 y 1994. De diciembre de 1993 a diciembre de 1996 trabajó en la puesta en marcha del Museo de la Minería, en El Entrego, donde ha llevado el departamento de Difusión y redactado los textos que ilustraron la exposición inicial. (…). Seguir leyendo….  Fundación José Barreiro

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

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2 comentarios:

  1. Me ha parecido un post muy interesante. Gracias por la información, me ha venido genial para un trabajo que estoy haciendo sobre el tema.

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    1. Muchas gracias por visitar el blog, espero te salga muy bien el trabajo.
      Saludos

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