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19 de agosto de 2022

El ilustrado José del Campillo y Cossío (1693-1743)

Campillo sale al camino
José del Campillo y Cossío (Alles, Peñamellera Alta, Asturias, 13 de febrero de 1693 - Madrid, 11 de abril de 1743) fue un político, economista y hacendista español. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

El ilustrado, nacido en Alles (Peñamellera Alta) en 1693, fue ministro universal de Felipe V y, junto con Campomanes, el asturiano que acumuló mayor poder político
Proclamación de Felipe V como rey de España en el palacio de Versalles (Francia) el 16 de noviembre de 1700. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

La Nueva España.
La Ilustración tuvo un carácter filosófico y cultural, pero también práctico, es decir, político. No se trataba sólo de elaborar teorías, sino de aplicarlas y hacerlas efectivas. Cabe reconocer que algunos ilustrados fueron soñadores; pero los más, incluidos los soñadores, como Jovellanos, procuraron tener los pies firmes sobre la tierra, porque, como bien sabía Goya, el sueño de la razón engendra monstruos, y el mayor monstruo, la utopía hecha realidad, como lo certificaron las dos variantes del socialismo impuestas en el siglo XX, el nacional-socialismo y el socialismo internacionalista: aunque en estos casos ya no se trataba del «sueño de la razón», sino de todo lo contrario: del «monstruo de la razón». La Ilustración tuvo un vasto movimiento generalizado en Europa y en las Américas (a donde no había llegado la colonización europea, no hubo Ilustración), que, en su aspecto más superficial pero más extendido, se caracteriza por el optimismo y el despliegue de buenos sentimientos. 
Ilustración de Carlos María de Luis García-Montoto, HUMORISTA GRÁFICO. Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Oviedo, periodista y dibujante. Nació en Salas, en noviembre de 1934. FUENTE: Carlos María de Luis
Nada más peligroso que los «buenos sentimientos» aplicados a la «cosa pública» (también a la literatura, el infierno está empedrado de buenos sentimientos, y, según André Gide, toda mala literatura se encuentra llena de ellos). Por fortuna, aquellos ilustrados eran hombres prudentes, que entendían que se le debe dar todo al pueblo, pero sin contar con él: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo», fórmula todo lo elitista que se quiera, pero que permitió, entre otras, que el siglo XVIII fuera no sólo el Siglo de las Luces, sino aquél en que el hombre estuvo más alejado de la caverna, según D'Ors. La fórmula, por lo demás, fue invariablemente aplicada por los socialistas siempre que están en el poder, y lo mismo da que se trate de Stalin que de Zapatero. Aspiran a que el pueblo tenga lo mejor, pero sin darle oportunidad de decidir. El pueblo debe dejarse guiar mansamente «por los que saben más que él y están mejor intencionados que él», pero como el socialismo a lo largo de su historia pudo ser cualquier cosa menos ilustrado, no es lo mismo dejarse guiar por un filósofo que por un comisario político.

José Campillo y Cosío. Político, 1692-1743. (…). Saber más... Oviedo Enciclopedia. 

La Ilustración, aunque tuvo su punto de partida en Francia (y fue también en Francia donde primero empezaron a desbarrar quienes se aprovecharon de ella, en 1789), en realidad es un movimiento europeo que pronto se extiende por el continente y por los continentes bajo su influencia. «No se trata entonces de Francia, sino del mundo -escribe Philarète Chasles- y no del mundo material, sino del mundo moral, y no de una institución que se derrumba o de una religión que se transforma, sino del conjunto de los destinos humanos. Es una nueva "vuelta de rueda", como dice Montaigne». Es una «vuelta de rueda» que en cada lugar de Europa presenta características peculiares, dentro de un tono general común, tal como Jean Sarrailh se ocupa de destacar al comienzo de su vasto estudio sobre «La España ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII»: «Por eso hemos querido hacer ver que España conoció en el siglo XVIII las mismas aventuras espirituales que las demás naciones europeas, como las había conocido ya en el pasado, como había de conocerlas, una vez más, en época más cercana a la nuestra. Si gracias al creciente número de investigaciones sabemos ahora que durante el Renacimiento y durante el romanticismo las conmociones europeas de la inteligencia y de la sensibilidad tuvieron su repercusión al otro lado de los Pirineos, con mayor evidencia aún hemos sentido nosotros que en el siglo XVIII los pensadores españoles, y muchos de sus compatriotas, menos preparados que ellos, comulgaron con sus vecinos extranjeros por su curiosidad intelectual o por su estilo de vida. Sin duda, las ideas generales puestas en circulación en esta época, eran más susceptibles de adquirir una adhesión universal: libertad, fraternidad, justicia social, tolerancia, como también gusto del bienestar y prosperidad económica son nociones que hablan al espíritu y al corazón lo mismo que al interés bien comprendido. El instinto se sumaba aquí a la razón».
Jean-Louis Sarrailh (Monein, Bearn, 14 de octubre de 1891 - París, 28 de febrero de 1964) fue un historiador e hispanista francés. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

La Ilustración, fenómeno europeo de aspiración y resonancia universales, tuvo en España su motor en Asturias. No en vano había sido Asturias el último reducto cristiano, latino y germánico de España después de la caída y derrumbamiento del reino visigótico ante la avalancha musulmana. Por esto mismo, porque Asturias fue foco de resistencia en el siglo VIII, pudo ser foco de expansión en el siglo XVIII, y, por ello, sus momentos estelares absolutos fueron la Monarquía de los reyes de Oviedo y la Ilustración. No hay región española, por suya que se sienta, que pueda ostentar parecidos timbres de gloria, y todo ello porque Asturias jamás fue nacionalista, porque es española, y siempre fue europea por española frente a los aldeanos que se consideran más «europeos» por dárselas de extranjerizantes; como escribió Salvador de Madariaga en página famosísima, pero que debería ser releída de vez en cuando, «Asturias es, sin duda, el más europeo de los reinos españoles. Cierto que para las más de las gentes parece ocupar este lugar Cataluña, representante oficial en España de la civilización y del progreso europeo. Para mí, sin embargo, esta opinión se apoya en una observación externa y superficial. El genio de Cataluña es ante todo emotivo y formal y su carácter, esencialmente conservador. Cataluña se esfuerza en ser Europa, mientras que Asturias quiere ser Asturias, y esto es mucho más europeo que aquello».
Salvador de Madariaga Rojo. La Coruña, 23.VII.1886 – Locarno (Suiza), 14.XII.1978. Polígrafo, diplomático y político europeo. (…). Saber más... Real academia de la Historia. 

Prueba de ello es que, el más importante y característico de los ilustrados españoles, Jovellanos, nunca dejó de mirar hacia Asturias, y pretendiendo la mejora material de su «patria chica», planeaba la mejora total de la patria grande. Los ilustrados asturianos fueron hombres de ideas y hombres de acción, que pudieron materializar sus proyectos mediante leyes, no sólo mediante elucubraciones más o menos abstractas. Esto es: que los ilustrados asturianos no sólo teorizaron, sino que gobernaron, cosa que no siempre es posible: que un teórico llegue a gobernante. Uno de estos ilustrados, José del Campillo y Cossío, escribió un libro, «Lo que hay de más y menos en España», como si fuera un borrador de programa político. Un programa que tendía a que sus compatriotas fueran más prósperos y más civilizados, y como lo primero es lo primero, sin prosperidad no hay civilización. Campillo sentó las bases de un Estado fuerte: ministro universal de Felipe V, fue, junto con Campomanes, años más tarde, el asturiano que acumuló mayor poder político. A Campillo le tocó colocar los cimientos de un Estado moderno al que Campomanes serviría con reconocida eficacia.
Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez-Sorriba, primer conde de Campomanes (Santa Eulalia de Sorriba, Tineo, Asturias, 1 de julio de 1723-Madrid, 3 de febrero de 1802) fue un político, jurisconsulto y economista español. Fue nombrado ministro de Hacienda en 1760 en el primer gobierno reformista del reinado de Carlos III dirigido por el primer ministro conde de Floridablanca y despojado de sus cargos en 1789 ante el temor que despertó en el rey Carlos IV la Revolución francesa. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

Nos hemos referido al marqués de Santa Cruz de Marcenado como a un teórico de la guerra que no desconocía el olor de la pólvora en los campos de batalla y murió en el curso de una desafortunada escaramuza. Pero no llegó a gobernar. En cambio, Campillo, el otro ilustrado asturiano de la «primera generación», fue gobernante además de teórico, y, de hecho, su obra de gobierno tuvo mayor trascendencia, en su tiempo, que sus escritos, a los que no se ocupó de dar difusión, como si se trataran de borradores o recordatorios para su uso particular, dando lugar este desinterés al descaro de personajes como Bernardo Ward, que se aprovecharon de ellos. «Los escritos de Campillo no fueron numerosos y su edición corrió desigual fortuna, siendo todos ellos publicados después de su muerte y de sufrir diferentes avatares -escribe la profesora Dolores Mateos, editora de algunas de sus obras-. No se decidió a escribir, si exceptuamos sus «Informes y Representaciones», hasta sus últimos años, hasta que alcanzó la cima del poder, tal vez espoleado por la enfermedad o el convencimiento de que las circunstancias le impedirían llevar a buen fin sus proyectos».
María Dolores Mateos Dorado, profesora jubilada de Historia Moderna de la Universidad de Oviedo (Salamanca el 24 de diciembre de 1942 – Salamanca 25 de septiembre de 2015), en una foto tomada en el campus del Milán en el año de su jubilación (2009). La Nueva España.

José del Campillo nació a comienzos de febrero de 1693 en Alles, lugar de realengo del valle del Cueto de Arriba, en el partido de Laredo, perteneciente a la Montaña de Burgos, en el reino de Castilla la Vieja, pero que desde la reforma administrativa de Javier de Burgos de 30 de noviembre de 1833 es capital del concejo de Peñamellera Alta, en el Principado de Asturias. Alles, aldea de montaña entre la sierra del Cuera y los Picos de Europa, había sido cuna de eclesiásticos notables y de inquisidores distinguidos, y contaba con una escuela de latinidad, gracias a la cual Campillo, a los 10 años, dominaba el latín. Con poco mayor bagaje, un buen día salió al camino. Poco se sabe de sus andanzas por España durante su primera juventud. Tan sólo que anduvo errante durante algún tiempo, y que su brújula marcaba al Sur. El año 1708 llega a Córdoba y entra al servicio del obispo Antonio Maldonado: a su lado completa su educación, rehúsa seguir los estudios eclesiásticos y en 1713 ingresa en la administración, teniendo como jefe a don José Patiño. Por la administración llegó al Gobierno: y fue uno de los grandes gobernantes del siglo.
Placa a D. José del Campillo y Cossío en Ayuntamiento, Alles, Peñamellera Alta, Asturias. (Foto Archivo)
FUENTE: LA NUEVA ESPAÑA. Publicado por el diario el 08-01-2007. Ver enlace.
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AUTORES.

La Nueva España ha sido testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de corresponsales.  FUENTE.

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Esta página se editó por última vez el 29 de septiembre de 2023 a las 07:26 horas.

1 comentario:

  1. Me van a perdonar ustedes, pero José Campillo nunca fue asturiano, ni sus hijos y creo que ni sus nietos. Un saludo. Nació y murió siendo montañés.

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