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25 de marzo de 2020

Teodoro Cuesta, el poeta mierense que marcó una época

La xiblata del poeta: de Mieres a la inmortalidad
Teodoro Cuesta García-Ruiz (1829-1895). Poeta asturiano. La Ilustración Cantábrica, 1882. Foto Archivo.
Problemas burocráticos, organizativos y sobre todo económicos retrasaron más de una década la llegada del monumento de Teodoro Cuesta a Mieres, su villa natal

La escultura en Mieres a Teodoro Cuesta (Año 1919). El Comercio.
El Comercio
«Teodoro Cuesta no es una vulgaridad». Categórico, EL COMERCIO del cinco de julio de 1886 se adelantaba nueve años a la muerte del poeta para rendirle merecido homenaje. Mierense de pro, casado en Oviedo y xiblateru profesional, la burocracia fue la gran enemiga de la vida y el recuerdo del bardo de La Pasera: murió en aprietos económicos, porque la jubilación del Hospicio (fue director de su banda de música y víctima de los recortes presupuestarios), nunca le llegó; su estatua, trabajada desde 1919, tardó años en llegar a erigirse. Doce, concretamente, y después de tres regímenes políticos. La pensaron en el veinticuatro aniversario de su muerte. 
El poeta mierense Teodoro Cuesta. Foto Archivo.
El seis de noviembre de 1919, en vísperas de la efeméride, lo proclamaba nuestro diario decano: «Sus poesías deben hacer su estatua». Los versos de Cuesta, escritos en asturiano, habían hablado de la actualidad del mundo y pusieron en la picota de los medios a quien en realidad era, más que poeta, músico. «Para Teodoro Cuesta los versos eran lo accidental, el sedante a su gran amor, el pentagrama». Adeflor, maestro de periodistas, glosaba aquel otoño la figura y las notas biográficas de quien se había hecho a sí mismo y hecho también al folklore asturiano moderno para justificar que, de buen modo, se había establecido en Mieres una Comisión Organizadora para levantar un monumento en su recuerdo. El problema, como siempre en esta piel de toro cigarra en vez de hormiga, era el dinero. No llegaría, por más que una activa comisión de vecinos presentase suscripción pública al Ayuntamiento mierense, y que Adeflor, en su suelto, propusiera una idea romántica, pero poco rentable: editar un libro recopilatorio de los poemas que habían hecho famoso a Cuesta y entregarlo, a precio de la voluntad, a instituciones, ayuntamientos, sociedades y colonias asturianas en América, para que con el dinero pagado por sus poemas pudiera esculpirse el busto al poeta. Pero tampoco.
Fermín Canella, rector de la Universidad de Oviedo, se dirige a los asistentes al descubriendo la placa dedicada a Teodoro Cuesta en la casa natal del poeta en La Pasera (Mieres) en el año 1913. Foto: Enrique Suárez. Foto Archivo.
Se ciñó la monarquía de Alfonso XIII a la dictadura primorriverista, en 1923, y aún no estaba en pie la estatua, ni pensada su forma final. En 1926, el proyecto inicial fue publicado y... no gustó. Aquel año no llegó el monumento al aniversario del deceso de Cuesta, ni al siguiente, y se sucedieron las ideas, porque si algo somos en este país, aparte de poco previsores -y a la vista está- con el parné, es opinadores. Una, en diciembre de 1927, de un anónimo, en portada de EL COMERCIO: que se hiciera el monumento en Oviedo, la patria adoptiva de Cuesta, no en Mieres; que tuviera una base de cuatro metros, ¡cuatro!, de frente y uno de altura; con un frontal de peñascos y entre ellos una corriente de agua; a la derecha, entre los peñascos, el busto del poeta, y una lápida de égloga; en la base, la figura de una aldeana fregando la ferrada y otra de un aldeano cortejándola. Fue, al final, el ovetense Arturo Sordo el agraciado con la concesión del proyecto. Se contó en la prensa, en medio de real secreto sobre la forma final del monumento, por si las moscas, que en julio de 1930 ya andaba construyéndose el pedestal de la estatua, por el momento en la plaza del Ayuntamiento. No fueron las obras más rápidas del mundo, tampoco, y el tiempo que habían tardado en ejecutarse aún obligaba, en palabras del corresponsal local, a una mayor lentitud, porque el bardo lo merecía así.
Monumento a Teodoro Cuesta en 1932, en su primera instalación delante del Ayuntamiento de Mieres. Foto Archivo.

«Es necesario que, puesto que han transcurrido muchos años» -once ya- «no se vaya a solemnizar ese acto importante con marcada pobreza (...) Debe la Comisión gestora hacer algún programa dedicado a ese día para dar el merecido esplendor al acto». El día llegó, casi coincidente con el advenimiento de la República, allá por 1931. De piedra labrada y bronce, en postura de reyes, sentado el bardo al centro de su monumento y arropado por las musas vestidas en traxe'l país. En la estatua de Sordo, que no está donde estuvo -en 1956 se aprobó su traslado, que, como viene siendo habitual en esta historia, también tardó en llegar: no fue hasta 1978 que se reinauguró, esta vez frente a la casa natal del poeta, en la plaza La Pasera-, Cuesta sujeta lo que podría ser la pluma que le dio la fama o la xiblata que le dio la vida y, en torno a sí, mozos y mozas bailan la danza prima. En Asturias, donde abundaron los poetas, pocas estatuas más que esta, rinde homenaje a sus figuras fundamentales para entender la literatura asturiana y en asturiano, a la vez. «En nacer y morrer somos iguales», escribió en su día, Cuesta, «según diz Xuan el Foscu, los mortales / y que pobres y ricos nos morremos / pola sola razón de que nacemos». Se equivocaba ahí, de lleno, el bardo: hay personas, como él, cuyas obras les hacen inmortales.

Monumento a Teodoro Cuesta, en el parque Jovellanos en el año 1970. El blog del Mierense. 

FUENTE: ARANTZA MARGOLLES. Publicado por El Comercio el  10-11-2019. Ver enlace
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Monumento a Teodoro Cuesta  (Apunte del monumento a Teodoro Cuesta del historiador local José Antonio Vega en el Facebook de Mieres recuerdos)
Boceto del monumento que se erigiría en Mieres a Teodoro Cuesta. Obra del escultor Arturo Sordo. Facebook “Mieres Recuerdos”
En 1928 distinguidas personas de esta localidad, se juntaron en una Comisión Organizadora, llena “del orgullo de ser asturianos” junto con “el orgullo de ser mierenses”, con idea de que al año siguiente se cumplía el centenario del gran vate; astur, y que Asturias y Mieres debían rendir un homenaje que fuese digno del inimitable poeta y escritor asturiano. Para ello, con entusiasmo, pensaron en un monumento, con que el cual a la vez que saldar una deuda de gratitud, se perpetuase su memoria. El coste del monumento, ascendía a más de cien mil pesetas. En esta Comisión organizadora llena de figurones se las prometió felices y por eso todo el mundo quería estar en ella. Incluso la Comisión Organizadora contaba también que dentro de los actos de homenaje estaría el hacer una nueva edición de las obras del insigne Teodoro Cuesta, pues contaban que sobraría dinero por todos los lados y una vez costeado el monumento, con el dinero excesivo habría que tratar con la imprenta de alguno de los hermanos Bárcena.  Como todo el mundo abría la boca alabando al poeta y su bable, la Comisión confiaba en que Asturias entera respondería cumplidamente a la iniciativa tenida en esta villa, para esto la Comisión se dirigió a todos los Ayuntamientos de Asturias, exponiéndoles la idea y esperando contribuyesen a hacer realidad el monumento al poeta de nuestra tierra.
Monumento a Teodoro Cuesta. Facebook, Mieres Recuerdos.
Pero la realidad fue muy diferente, algunas de estas Corporaciones municipales, hicieron oídos de mercader a esta iniciativa, y otros respondieron enviando limosnas más propias de particulares míseros que en representaciones de sus pueblos. Así vemos que en mayo de 1929 esta comisión había recaudado de los siguientes Ayuntamientos: Noreña, 50 pesetas; San Martín del Rey Aurelio, 100; de Riosa, 50; de Cudillero, 200; de Muros, 50; de Nava, 50 pesetas.  Lo que hacía un total de 500 pesetas. Ante este tan triste, el Ayuntamiento de Mieres agrego cincuenta mil pesetas para ayuda del monumento.  Los miembros de la citada Comisión, aunque algo desilusionados ante éste resultado, esperaron hasta el último momento confiados en que entre los Ayuntamientos que aún no habían enviado su aportación fuesen la solución y pues faltaban los de Oviedo, Gijón, Langreo y la Diputación provincial, a cuyo organismo perteneció Teodoro Cuesta, unidos a un sinfín de poderosas empresas del concejo como eran: Fábrica de Mieres, Hulleras de Turón, Figaredo, Hullera Española, etc., además de ilustres particulares.  Al final se juntó el dinero, quedando demostrado que ese nacionalismo era de boca y es que en ocasiones olvidamos que la nacionalidad y la cultura en muchas ocasiones se manifiestan en cosas tan espurias como el bolso. Gracias a la facilidad de su lengua y a su falta de ambiciones extra-literarias, el mierense Teodoro Cuesta es el poeta más conocido del bable y el mejor entendido.
Imagen del monumento a Teodoro Cuesta e Iglesia de San Juan de Mieres. Facebook, Mieres Recuerdos. 
FUENTE: Facebook “Mieres recuerdos” 14 de octubre de 2017. “Historiando Mieres” José Antonio Vega. Enlace.
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Semblanza de Teodoro Cuesta Semblanza del poeta mierense Teodoro Cuesta publicada en el anuario de la fiestas de San Juan del año 1966 - (Solo el texto)

D. Teodoro Cuesta. Asturies.com. Saber más.
Que decir sobre Teodoro Cuesta, después los magníficos retratos que le hicieron Clarín, Aramburu, Bernardo Acevedo, Fermín Canella, Alejandro Pidal, Ángel Pulido, Pepín Quevedo, Luis Méndez Toca, Antonio García Oliveros, y, tantos más. No obstante, la figura del gran valor astur y mierense es señuelo que nos llama, y al cual hemos de acudir en ofrenda de admiración y como cooperación a que su recuerdo no se olvide en la mente de tantos asturianos (todos los que no sean mierenses, que estos le guardan imperecedera gratitud por su contribución sin par al renombre de su Villa) cosa, en verdad, nada extraña de que así ocurra pues es más que difícil el poder encontrar hoy la publicación que recoge sus poesías y por haber pasado su nombre, y su obra, a la reserva de esas figuras que, por el discurrir de La moda literaria y el abandono de quienes no debían de dejar que se perdiesen sus trabajos, cedan el paso a otros nombres y actuares más del momento.
Universidad de Oviedo 1909 Fermín Canella Secades al centro sentado. Wikipedia.
El día 9 de noviembre de 1965, se cumplieron los ciento treinta y seis años del nacimiento en Mieres del gran poeta asturiano: Teodoro Cuesta y García-Ruiz. Su obra, estudiada en detalle, tal vez no pueda compararse a la realizada por Acebal; pero, seguramente, no se encontrará en la generación de poetas que se dieron en Asturias, y que en bable dieron pruebas de su inspiración, otro autor que lo haga en forma más alegre, más espontáneo, que dé en sus versos una mayor dosis de colorido y realidad, de sentimiento; si lo habrá más lúcidos en versificar, con una métrica más perfecta, mis ajustada a normas, más ortodoxas, pero difícilmente se podrá encontrar otro más completo, más popular, que hubiese calado más hondo en el sentir del pueblo, al que supo conmover con sus creaciones, tanto cómicas como sentimentales, que harían de su nombre el más completo de todos los poetas asturiano. Mucha poesía hizo, pero una sola le hubiera sido suficiente hasta conseguir la inmortalidad, se trata de LA DANZA, de que Clarín dijo “era un verdadero primor de inspiración y naturalidad, el asunto, la forma, todo en ella puramente asturiano”; en esta poesía dos retrato» de excepción: los de Perico y Xuana, imperecedero» y que muchas gentes y por generaciones, se transmitieron de viva voz: “Con chaleco de cien picos y faja colorada y nueva, —los calzones de pedrosu— y terciada La montera —arrebálgase Perico etc." ¿quién no los recuerda?
Retrato de Teodoro Cuesta. Saber más
Qué sencillez en el retrato, mejor no los hiciera un pintor! Su padre; D. Ramón, fue boticario en Mieres y de la botica había que sacar rendimiento para sacar adelante ocho hijos, más el matrimonio; las cosas aún se agravaron más con la muerte del padre, cuando el futuro poeta tenía cuatro años, este amargo trance sería imborrable para él. Tiempos duros, difíciles para su madre doña María Luisa ... el niño a tan temprana edad ya sabía leer y descifraba más que leía —dice Bernardo Acevedo- las cartas de seres queridos lejanos a quienes no sabían hacerlo y que precisaban, por su parte, conocimiento más de paleógrafo que de lector. Se las leía una y mil veces, y al final, cuando le daban las gracias, no las quería y, sólo pedía una oración por el alma de su padre. Las dificultades de la madre iban en aumento; ya no había recursos para sacar adelante la familia; con harto dolor accede a repartir sus hijos entre familiares más acomodados: Teodoro se va a vivir con su abuelo don Federico García Ruiz, médico en Oviedo, hombre de gran cultura y mucha vividura, hasta vio en París los tiempos de la Revolución Francesa y el suplicio de la reina María Antonieta; con él mucho aprendió el futuro poeta, el abuelo encontró en él compañía, tolerándoselo todo; no así su tía doña Nicolasa, “señora muy atildada y de muy severas costumbres" que no era tan tolerante con sus travesuras y cuando estas pasaban de la raya lo desterraba —de severa orden— a una finca Que tenía por Llanera; el niño, listo y, sabiendo en donde le apretaba el zapato, se marchaba voluntariamente allí cuando consideraba que la trastada era grande. 
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
Seguro que uno de estos destierros voluntarios seria cuando por ser “nieto de médico", operó a un compañero de sus grandes orejas, para ello: "rasuró al paciente y con cola y unas tablillas, ejecutó la operación de pegarte las orejas al cuero cabelludo, y para más burla pintó de rojo las tablas que las cubrían". Estudiante regular, solía contestar en verso Las lecciones cuando le preguntaban, por ello fue expulsado de la escuela, a la que volvió por presión de su influyente abuelo. Rebotado en los estudios, fue cajista de imprenta, tipógrafo, estudió música y llegó a ser primer flauta de la Opera en Oviedo, y, con buena voz, hasta llegó a cantar alguna en Oviedo y Gijón... pasan años y crea la Banda de música de Mieres y la del Hospicio Provincial, de donde llegó a ser Administrador. Fama grande le dieron tus composiciones poéticas: América le llamó, pero no acudió por no ser posible vivir lejos de Oviedo, de Gijón, de la Pasera y "otros pueblinos tan atopadizos". Creó un coro infantil, y con su maestro de música don Cándido Valdés, y sus amigos don Víctor Sáenz y don Marcelino Fernández, tocaban por los pueblos para así reforzar su nunca brillante economía. Compuso música sacra para la Iglesia del Hospicio —parece que alguna de ellas se cantaba aún hacía pocos años— y bailables que consiguieron gran éxito. Imperecedera su correspondencia en verso con su amigo del alma don Diego Terrero, que se publicó, agotando varias ediciones, bajo el título de “Andalucía y Asturias" es de lo más popular suyo.
Detalle Monumento a Teodoro Cuesta nevado (Foto Carlos Salvo - AF Semeya). Enlace
De la lectura de cita larga composición se saca una conclusión: La enorme exageración que en ella hay; por lo que se refiere a la parte de Terrero —Andalucía— no tiene nada de extraño, sabida es la fama de fantasiosos que gozan los andaluces, pero por nuestra parte ¿qué decir?: pues no quedamos a la zaga de ellos en cuanto a imaginación, que se mostró a la misma altura, de la que tanta fama dio a los hijos de la tierra de María Santísima, luciendo adquiera razón de ser sambenito que no falta quien nos cuelgue a los asturianos de ser "los andaluces del Norte". De todas formas, el trabajo es gracioso en extremo, y de su análisis se pueden sacar conocimientos de la forma de vivir en Asturias en su época. La vida sigue... las enfermedades de sus familiares, y la propia, fueron minando la salud de nuestro hombre. Una sola ilusión le animaba, publicar un libro con sus poesías, por el cual suspiraban todos los asturianos. Soñaba en ver la edición que le iban a hacer Canella, Bellmunt y Acevedo, con un prólogo de Alejandro Pidal, e ilustrado por Luis Menéndez Pidal, Martínez Abades, García Sampedro, José Uría... Era su gran sueño.,. Este libro habría de salir publicado en el año 1895 (el 15 de junio) con el prólogo de Alejandro Pidal... y con un grabado de su retrato por Telesforo Cuevas... sin más ilustraciones, él no lo vería, había muerto en Oviedo el primero de febrero de 1895. Su pueblo natal, Mieres, en donde vino al mundo aquel 9 de noviembre de 1829, no le olvidaría y en 1931 le erigió un monumento obra del escultor asturiano, también, Arturo Sordo.
Juan Santana. Autor del artículo "Semblanza de Teodoro Cuesta" en el anuario de las fiestas de San Juan del año 1966. Foto Archivo.
FUENTE: JUAN SANTANA. Extraído del Anuario de las fiestas de San Juan de 1966. El Blog de Acebedo.
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BIOGRAFÍA

Teodoro Cuesta García-Ruiz, nació el 9 de noviembre de 1829 en La Pasera (Mieres) y falleció el 1 de febrero de 1895 en Oviedo. Mierense de solera “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío nella”. 
Siendo el menor de ocho hermanos. Su padre, Ramón Cuesta, tenía una botica en Mieres pero fallecerá, cuando Teodoro tenía cuatro años de edad, dejando a la familia en difícil situación.
Teodoro Cuesta García-Ruiz (La Pasera, Mieres, 9 de noviembre de 1829 - Oviedo, 1 de febrero de 1895). (...). Saber más... WIKIPEDIA.
En 1837 será reclamado por su abuelo materno, Federico García-Ruiz, reconocido médico de la capital asturiana. Su abuelo será de gran importancia para Teodoro, debido a que influyó notablemente en su formación gracias a que era un hombre de gran cultura e ingenio. 
A los quince años, Teodoro decidió abandonar los estudios para hacerse tipógrafo, realizando su aprendizaje en diversas imprentas ovetenses. Será un año más tarde, a la edad de dieciséis años, cuando Teodoro lea su primera composición poética, “La Mendiga”, en el Liceo Ovetense con excepcional éxito. Gracias a esto se decidió a estudiar solfeo, composición y armonía, revelándose como un gran instrumentista de flauta. Durante los siguientes años se dedicará a diferentes trabajos, como por ejemplo impresor, gacetillero y periodista en Gijón, llegando a regentar una imprenta en esta ciudad y a colaborar con periódicos de la época: “El Faro Asturiano”, “El Industrial” y “El Independiente”. 
La Pasera de Mieres hacía el año 1915. Foto Enrique Suárez. Foto Archivo.
En 1853 regresará a Oviedo, donde conocerá a su esposa, Dña. Gertrudis Urdangaray y Goy, con la que contraerá matrimonio en 1854 y tendrá cinco hijos. (...). Seguir leyendo... 
Ayuntamiento de Mieres.
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ARTÍCULOS RELACIONADOS.

Una polémica de actualidad

Un capítulo amable de nuestra propia historia y traigamos a estas historias la sana pelea literaria que sostuvieron a finales del siglo XIX Diego Terrero y Teodoro Cuesta y que tan buen recuerdo sigue dejando todavía a sus lectores.
Ver enlace.: "El duelo literario del poeta mierense Teodoro Cuesta"
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AUTORES 

Arantza Margolles Beran nació en Gijón, 1982. Licenciada en Historia por la Universidad de Oviedo y Máster en Arqueología y Patrimonio por la Universidad Autónoma de Madrid. Cursando actualmente estudios de Lengua y Literatura Españolas e Historia del Arte en la UNED. Especializada en genealogía, hemerografía y divulgación. Coautora de "Villafría 1934: Luz en la memoria" y "El crimen de ayer", ambos publicados en 2012. Colaboradora semanal en El Comercio y Noche tras Noche, (RTPA) y guionista del programa 'Historias y Misterios'. Fuente: El Comercio.

JOSÉ ANTONIO VEGA ÁLVAREZ. Historiador mierense nacido en el conocido barrio de Requejo en Mieres, en el seno de una familia oriunda de L’Agüeria San Tirso, valle perteneciente a los concejos asturianos de Mieres y Langreo. Es hijo, nieto y bisnieto de mineros y campesinos. En su familia hubo mineros tanto de carbón como de mercurio, siendo su padre el único que practicó los dos tipos de minería de forma activa. Tras hacer sus estudios en Mieres, se incorpora de forma temprana al mundo de la minería privada, trabajando en diferentes lugares de las Cuencas Mineras. Unos años después cambia de profesión. Esta relación del investigador con su primera profesión en la minería del carbón, ha hecho de él un apasionado practicante de todas las formas de recuperar el pasado de esta, así como de sus gentes y su entorno. Por esto, durante años, se dedicó y realizó largas sesiones de búsqueda, sumergido en los archivos de toda la región y consultando papeles que acumulan incluso polvo de décadas y algún siglo. Esta labor, siempre fue realizada con ilusión, y más cuando comenzó a conocer nuestra historia próxima, y a saber los distintos aspectos que hacían en su vida cotidiana de nuestros antecesores, sus vivencias, sus aciertos y desventuras, que en definitiva formaron el camino que hoy transitamos. Como inquieto investigador, no podía dejar lo conocido, aparcado en su archivo personal, por eso decide que todo lo recuperado sea divulgado a través del difícil arte de la escritura. Con un conjunto de publicaciones se propone el divulgar lo investigado durante muchos años. En estas publicaciones intenta que sea con la máxima de fidelidad los hechos que en ellas reseñan. Como es lógico, el pasado no puede repetirse, sólo imaginarse. Por eso todas estas investigaciones históricas se basan en análisis de los documentos cercanos a los hechos que se divulgan. Al autor la historia le atrajo desde temprano, aunque su dedicación a ella no lo fue tanto, puesto que aparte de los trabajos investigación histórica, el autor tiene varios libros publicados con una editorial nacional, donde es autor y coautor de libros relacionados con la formación profesional de diferentes técnicos y especialistas. FUENTE: XULIOCS.

La Casa de Cultura de Mieres fue inaugurada el 31 de Mayo de 1988, este centro es una gran referencia cultural dentro de la comarca. Este espacio público se ubica en el edificio de la Antigua Escuela de Capataces, se trata de un inmueble que fue construido según el proyecto para Escuela de Capataces por Jerónimo Ibrán en al año 1884. Recibe su actual nombre, Casa de Cultura Teodoro Cuesta, en honor del famoso poeta mierense Teodoro Cuesta. Ayto de Mieres.


Juan Santana.
Autor de la semblanza a teodoro Cuesta en el Álbum del anuario de San Juan del año 1966. (Archivo del blog).

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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