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17 de enero de 2020

El primero en presenciar el fallecimiento del dictador

El médico mierense que diagnosticó a Franco 
Vital Aza Fernández-Nespral, en el jardín de su casa, en Somió. FOTO:  JOAQUÍN PAÑEDA. https://www.elcomercio.es/v/20130728/gijon/agonia-franco-permitio-tomar-20130728.html
La atención prestada por el cardiólogo Vital Aza Fernández-Nespral en octubre de 1975
Franco, en el hospital, en julio de 1974, con los doctores Luis Teigell (izquierda) y Francisco Vaquero. EP.  https://elpais.com/diario/2007/11/18/espana/1195340408_850215.html
https://www.lne.es
Vital Aza, cardiólogo madrileño de ascendencia mierense, fue el primero en diagnosticar la severidad de los síntomas del dictador y el primero en presenciar su fallecimiento. Me gustaría comenzar confesándoles que el artículo que hoy les traigo es producto de una investigación que realicé el verano de 2018. Para ello debemos retrotraernos hasta 1975, con un Franco ya anciano, mermado por el Parkinson y que había cesado temporalmente de la jefatura de estado tras haber sufrido una tromboflebitis el año anterior de la cual la hemeroteca y su cliché periodístico nos recuerdan la pugna mantenida entre el Marqués de Villaverde y el equipo médico que atendía a su suegro, con frases que se brindaban del estilo de "a este señor no lo opera nadie" o la que tajantemente indicaba que "a la habitación de Franco no entra ni Dios".
“Con motivo del ingreso en planta del dictador, el doctor Martínez-Bordiú tuvo la ocurrencia de intentar utilizar con su suegro una máquina de circulación extracorpórea inspirada en el autojector patentado en 1925 por Sergi S. Bryukhonenko, un científico soviético de la era estalinista cuyo trabajo fue fundamental para el desarrollo de las operaciones de corazón abierto en Rusia, y más adelante en el resto del mundo. Fue la primera máquina corazón-pulmón completamente funcional de la que se tiene constancia, un dispositivo revolucionario capaz de proporcionar al cuerpo sangre oxigenada para mantener con vida al paciente mientras se le realizaba una cirugía cardíaca invasiva. https://blogs.publico.es/strambotic/2019/04/agonia-de-franco/
Pues bien, un año y dos meses más tarde de aquellas acaloradas discusiones acaecidas en el Gregorio Marañón, sería el propio Cristóbal Martinez-Bordiú quien, el 16 de octubre del citado año, recibiría la visita de su colega, Vital Aza, notificándole que Franco había sufrido un infarto. Llegados a este punto, debo de indicarles que poco pinta aquí el célebre escritor, quien llevaba por nombre el de Vital Aza Álvarez-Buylla y que fue primer presidente de la SGAE, además del causante de que la actual Biblioteca Pública de Mieres lleve su nombre. Tampoco cobra mayor importancia en esta historia su recordado hijo, el reputado médico ginecólogo mierense, Don Vital Aza Díaz, quien se ganó el cariño de todos sus paisanos, al atender gratuitamente a los más desfavorecidos llegando al punto de llevarse a Madrid a los pacientes que necesitasen una atención más intensiva. Nos referimos en esta ocasión a Vital Aza Fernández-Nespral, quien era nieto del primero y sobrino del segundo citado anteriormente. Aunque madrileño de nacimiento y gijonés de corazón, no renegaba de su pasado mierense ya que su padre, quien era de profesión ingeniero industrial, había nacido en Mieres, por lo que acabaría declarándose simplemente como asturiano.
Vital Aza Díaz (Mieres; 16 de junio de 1890-Madrid; 12 de octubre de 1961) médico ginecólogo español. https://es.wikipedia.org/wiki/Vital_Aza_D%C3%ADaz. La Imagen  De Joselarrucea - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47038030
Retomando el asunto coronario, la historia que hoy vengo a contarles comienza con el entonces "generalísimo" pasando una mala noche y con su médico personal tras recetarle un valium. Es entonces cuando el médico le pidió a su enfermera que se comunicara con el mencionado cardiólogo, de ascendencia mierense, para que le prestase un electrocardiógrafo. Como contrapartida, éste le pidió a la sanitaria que le guardase un "trocito" del electrocardiograma, el cual recibió esa misma media mañana, quedándose atónito al percatarse de que se trataba de un infarto en fase aguda con otro anterior antiguo, los cuales fueron corroborados por otros profesionales quienes leyeron la prueba y diagnosticaron de igual forma. Una vez comunicada la noticia, Martínez-Bordiú telefonearía desde su despacho al Palacio del Pardo para comunicárselo a su mujer, quien se encontraba comiendo con el paciente, manifestando que se encontraba sereno y que gozaba de apetito tras haber comido dos platos de pote gallego. 
Imagen de Francisco franco. El medico Vital Aza Fernández-Nespral, fue el facultativo que pasó a la historia el 20 de noviembre de 1975 por ser el médico que certificó la muerte del dictador Francisco Franco Era nieto del médico, dramaturgo y poeta Vital Aza y estaba en posesión de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, que le fue concedida por decreto de 20 de enero de 1976, dos meses después del fallecimiento de Franco. https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/muere-al-cardiologo-que-certifico-el-final-de-la-agonia-de-franco-4730
Cerca de las tres de la tarde de ese mismo día, una comitiva convocada por su yerno arribaría al Pardo. Se trataba de los cardiólogos, nuestro citado Vital Aza, quien acudiría con Isidoro Mínguez y junto al analista Gómez Montilla, y el médico personal de Franco, el doctor Pozuelo, quienes le darían la noticia sin emplear nunca la palabra infarto. Según declaraciones de estos, el entonces caudillo ya se encontraba encamado e inquieto, reaccionando negativamente al discurso de los galenos ya que sus obligaciones le impedían guardar el debido reposo. Fue en ese momento cuando el médico asturiano se le acercó a la almohada para insistirle con vehemencia, llegando casi a zarandearle y gritándole: "¡Usted se puede morir y como debe de estar ahora es atontao!", mientras el facultativo pasaba muchas ganas de agarrarlo por las solapas del pijama, lo que alteró al encamado, provocando que lo retirasen del lecho ya que como más tarde le indicaría Martínez-Bordiú: "Vital, has sido el único que te has atrevido a chillar a su excelencia en muchos años".
Captura de pantalla del doctor Vital Aza jefe de Cardiología del hospital de La Paz en 1975. La lenta y tortuosa agonía del dictador el general Franco de España sus últimos días y muerte. https://www.youtube.com/watch?v=58YBfJEL6k4
Según lo relatado por varios testigos visuales, minutos después de la marcha del equipo médico al infartado aún le temblaba hasta la lengua. Fuera como fuese, el enfermo llevaba alrededor de 15 días donde apenas dormía desvelado presumiblemente por la situación de repulsa internacional tras los fusilamientos del 15 de septiembre o la crisis en la que se debatía el país tras la resolución de la ONU sobre el Sahara, agravada tras el anuncio de la "marcha verde" por parte del Rey de Marruecos, Hassan II, quien, ese mismo 16 de octubre y con 350.000 marroquíes desarmados se aprovecharía del delicado estado de salud en el que se encontraba el mandamás ferrolano con la consiguiente indefensión de una nación que no tenía la sensación de que hubiera nadie capitaneando el barco. 
Interesante video de la agonía de Francisco Franco en que aparece el doctor Vital Aza en diferentes ocasiones. “La lenta y tortuosa agonía del dictador el general Franco de España sus últimos días y muerte”. https://www.youtube.com/watch?v=58YBfJEL6

Al día siguiente, el Palacio del Pardo acogería el Consejo de Ministros que contaría con la presencia de Franco a pesar de las advertencias de los médicos para que no lo presidiese, visto el precario estado de salud en el que se encontraba su corazón. A pesar de la tozudez inicial del gallego en el que restó importancia a la trascendencia que tendría su deceso, accedería finalmente a que los doctores le monitorizaran desde una habitación contigua a la de la reunión y les autorizaba para que en caso de urgencia, actuaran como ellos viesen oportuno. Cabe mencionar que del equipo gubernamental, tan solo el presidente Arias Navarro estaba informado de su estado de salud. Comenzada la reunión y a pesar de las recomendaciones de los facultativos, el instrumental médico no tardaría en revelar la magnitud de los hechos que allí se comentaban, aunque finalmente el corazón del dictador aguantaría los veinte minutos de duración sin mayores incidencias, así que los galenos se plantean ahora la posibilidad de trasladarlo a una unidad coronaria como ocurre con cualquier enfermo, aunque decidirán tratarlo esa misma tarde en el Palacio de
Foto tomada por Cristóbal Martínez-Bordiú y publicada por ‘La Revista’ en 1984. El Confidencial. https://blogs.publico.es/strambotic/2019/04/agonia-de-franco/ 
El Pardo con la instalación de una unidad de cuidados intensivos tras la insistencia del propio Franco. 
Unos pocos días más en aquel improvisado hospital son suficientes para que el enfermo sea consciente de que le queda poco tiempo de vida, por lo que el sábado 18 se encerraría en su despacho para escribir su testamento político. Dos días más tarde, sufriría una angina de pecho lo que ensombrecería totalmente su pronóstico, hasta el punto de que los médicos decidiesen telefonear a Arias Navarro y al entonces príncipe, Juan Carlos de Borbón, para ponerles en aviso sobre la situación del paciente. Al poco tiempo, una vez estabilizado dentro de la gravedad, Franco decide hacer caso omiso y pone rumbo a su despacho para recibir al citado anteriormente, Arias Navarro, quien acude convencido de que Franco renunciará a su condición de jefe del Estado, pero nada más lejos de la realidad, para su sorpresa le solicita que se pusieran tres filas de minas antipersona. Entonces, el gobierno decide solo por el momento no llevar a cabo dicha orden y comienza a trabajar en un acuerdo con Marruecos, el cual nunca le sería comunicado a Franco.
Cuando se cumple una semana del infarto, se informaría de lo sucedido a los españoles comunicándoles mediante una nota que a causa de una gripe, le acarrearía una insuficiencia coronaria de la que se recuperaba con facilidad, lo que como se vería a la postre, no tenía nada de cierto. En desacuerdo con el comunicado de la Casa Civil, los médicos deciden elaborar un informe que recogiera todo lo que había sucedido hasta entonces y en el que se especificara la gravedad del enfermo. Tampoco los medios se acabarían de fiar, ya que la BBC llegó a informar de su muerte y los periodistas se agolpaban cerca de las inmediaciones pendientes de la bandera. 
Captura de pantalla del quirófano habilitado en el Palacio del Pardo para operar al dictador Francisco Franco. Imagen extraída del documental “La lenta y tortuosa agonía del dictador el general Franco de España sus últimos días y muerte”. https://www.youtube.com/watch?v=58YBfJEL6
A pesar de lo expuesto anteriormente, los médicos lograron emitir un primer parte médico algo menos maquillado, dándose la casualidad de que cuando estaba siendo pronunciado por el de aquella ministro de información, León Herrera, el corazón de Franco fallase de nuevo, arrojando en palabras de uno de sus especialistas "una crisis hipertensiva severa, con trastornos del ritmo que indicaban que ese corazón podía pararse en cualquier momento" aunque el corazón del dictador saldría de nuevo de aquel estado. Con todo ello, el día 26 de octubre, el Dr. Martínez-Bordíu le pide al Príncipe de Asturias que hable con Franco para que le traspase el poder, quien en un principio se niega, aunque acaba aceptando tras las insistencias del primero, lo que es desaconsejado por su equipo médico, encabezado por el Dr. Aza, ya que ese mismo día había recibido una dosis importante de morfina para tratar el edema agudo pulmonar, lo que hacía que no estuviera en condiciones para mantener esa conversación, no llegándose a producir finalmente el encuentro, aunque poco tiempo después, concretamente la noche del 30 de Octubre, el hoy Rey Emérito aceptaría la jefatura del estado en funciones ante la gravedad de la situación que se presentaba.
Juan Carlos I jurando las leyes ante el entonces presidente de las Cortes, Alejandro Rodríguez de Valcárcel. | Efe. https://www.elmundo.es/especiales/espana/el-rey/reinado.html
En los primeros días de noviembre, el dictador Francisco Franco experimentaría las primeras hemorragias digestivas, las cuales debían de retirársele de la boca para evitar que se atragantara y que eran de una intensidad tal que llevaron al enfermo a rogar que lo dejaran morir en paz. Ante dichas hemorragias, las cuales le conducirían ineludiblemente a la muerte, los médicos deciden operarle de urgencia convirtiendo el botiquín del cuartel de la tropa que había en El Pardo, y que últimamente se venía usando como trastero, en un improvisado quirófano. Pese a su cercanía, existía un kilómetro de distancia entre el Palacio y dicho botiquín, necesitaba de su traslado en ambulancia. Una vez allí, al comprobar que la camilla no permitía el giro y que el enfermo se estaba desangrando, decidieron transportarlo en una alfombra. Pero no acabaría ahí esa suerte de festival de desgracias, ya que durante la intervención quirúrgica se fundirían los plomos. Ante tal disparatada solución, se buscó ayuda en el electricista de El Pardo quien se encontraba descansando en su cama, pero que acudiría en zapatillas raudo y veloz para solucionar el problema.
Se debe reseñar que la operación terminaría con relativo éxito y que sería realizada por el cirujano Hidalgo Huerta, quien logró suturar las numerosas úlceras sangrantes del estómago del dictador, en compañía de nuestro personaje de hoy, el doctor Vital Aza, quien se encargaba de tomarle el pulso constantemente y socarronamente le diría a un religioso allí presente que dejara de rezar, ya que sus constantes eran de manual. Cerraba el equipo médico el Dr. Alonso Castrillo quien se limitaba a portar un flexo. Un equipo médico que alargaría la vida del ferrolano durante dos semanas más y que pondrían como condición, para evitar situaciones como la anterior, su ingreso en la prestigiosa clínica madrileña de La Paz, lo que ocurriría el 5 de Noviembre. Tal como habían previsto, sufre y resiste dos operaciones más lo que a juicio del Dr. Aza, "este señor salía de todo". Aun así nadie duda de que el fallecimiento de Franco es inminente y tan sólo queda la duda de cuánto tiempo más será capaz de resistir. En otro orden de cosas, el Rey de Marruecos mantiene su pulso y el 6 de noviembre pone en marcha la archiconocida "Marcha Verde" y sobrepasa la frontera del Sáhara español y continúa su avance hasta una zona próxima donde, finalmente, el Gobierno había decidido colocar unas minas. Felizmente, la diplomacia termina ganando la batalla y el gobierno español acepta conversar sobre el futuro del Sahara y Hassan II da la orden de regresar, lo que se interpretó como una victoria marroquí, aunque a mi juicio, la gran victoria fue que ambos países evitaron en ese tenso momento una cruenta guerra.
El presidente del Gobierno, Carlos Ariaas Navarro, durante su alocución a través de las cámaras de televisión y los micrófonos de Radio Nacional de España, en la que leyó el último mensaje al pueblo español redactado por el fallecido Francisco Franco. EFE. https://elpais.com/politica/2015/10/28/actualidad/1446061318_427210.html
Finalmente, la resolución del otro gran quebradero de cabeza que tenía aquella España llegaría cuando el doctor Vital Aza, que se encontraba de guardia en la clínica de La Paz, en la noche del 20 de noviembre, descubre que Franco había fallecido a las 2:40 horas de la madrugada, al comprobar en el electrocardiograma del monitor que "se había ido deteriorando hasta que se paró", según relataría luego. Minutos más tarde, se lo comunicaría a Cristóbal Martínez Bordiú para proceder a realizarle, sin éxito, un masaje cardiaco. Si bien la versión oficial siempre defendió que Franco había fallecido a las 5:25 horas de la madrugada -la del embalsamador sostiene que falleció el día 19- ,Vital Aza siempre sostuvo que se hizo para garantizar la seguridad nacional de cara a realizar los protocolos ante la muerte del dictador. Para terminar, me gustaría indicar que me pareció oportuno elaborar este artículo al tratarse, nos guste o no, de un pasaje histórico que de algún modo u otro ha tenido su grado de aportación local en un momento importante. De igual modo, me gustaría destacar la figura del Dr. Aza Fernández-Nespral, ya que fue hasta 2013, año en el que se jubilaría, un reputado cardiólogo que llegaría a ser jefe de Cardiología del hospital Ramón y Cajal, y que desgraciadamente fallecería en 2017.
El doctor Vital Aza Fernández-Nespral. ARCHIVO DE LA FAMILIA AZA. https://www.lne.es/gijon/2017/06/19/fallece-doctor-vital-aza-formo/2122981.html
FUENTE: JOSÉ ANTONIO VEGA
José Antonio Vega Álvarez nació en el conocido barrio de Requejo en Mieres, en el seno de una familia oriunda de la Hueria San Tirso (en asturiano, L’Agüeria San Tiso), valle perteneciente a los concejos asturianos de Mieres y Langreo. Es hijo, nieto y bisnieto de mineros y campesinos. En su familia hubo mineros tanto de carbón como de mercurio siendo su padre el único que practicó los dos tipos de minería de forma activa. Tras hacer sus estudios en Mieres, se incorpora de forma temprana al mundo de la minería privada, trabajando en diferentes lugares de las Cuencas Mineras. Unos años después cambia de profesión. Esta relación del investigador con su primera profesión en la minería del carbón, ha hecho de él, un apasionado practicante de todas las formas de recuperar el pasado de esta, así como de sus gentes y su entorno. Por esto durante años, se dedicó y realizó largas sesiones de búsqueda, sumergido en los archivos de toda la región y consultando papeles que acumulan incluso polvo de décadas y algún siglo.
José Antonio Vega tiene varios libros publicados con una editorial nacional, donde es, autor y coautor de libros relacionados con la formación profesional de diferentes técnicos y especialistas. FUENTE: EL SASTRE DE LOS LIBROShttp://elsastredeloslibros.es
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