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25 de abril de 2023

Un impulso «vital» de nuestra historia

El Mieres de Principios del siglo XX
Vital Aza Álvarez-Buylla. pola de Lena 28 de Abril de 1851- Madrid 13 de Diciembre de 1912. Vital Aza-Centenario.
Una mirada fiel al Mieres de 1903, visto por José Francos Rodríguez, periodista madrileño
(amigo de Vital Aza) que visitó al notable escritor lenense durante sus vacaciones estivales en Mieres en el verano de 1903
El periodista madrileño amigo de Vital Aza José Francos Rodríguez (Madrid 5-04-1862  Madrid 13-07-1931). Madrid Ciudad.
Mieres: Una visita a Vital Aza (Lunes 24 de agosto de 1903)
El ingeniosísimo y popular autor de “San Sebastián, mártir”, me dijo en Gijón: Tiene usted que ir a Mieres, y ver aquello. No vacilé un momento, y ayer estuve en el industrioso pueblo donde reside durante el verano Vital Aza. Por supuesto (me dijo el ilustre autor, atajando ciertas insinuaciones mías), que aquí no hemos de hablar ni de comedias, ni de teatros, ni de cosa que se le parezca. La visita tiene que ser para Mieres. Si yo trabajo poco ó mucho, si tengo éstas o aquellas obras preparadas, asunto es que por hoy no debe interesarle. Vea usted este gran escenario (y señalaba al soberbio paisaje que descubríamos desde el coche); atienda a las obras que se ejecutan en minas, fábricas y talleres, y olvídese de telares y de bambalinas. Y añadió: -Prevenido, que empiezan las más culminantes e interesantísimas escenas que se pueden presenciar en la trabajosa representación de la vida.
Casa de Vital Aza en Oñón (Mieres), en la actualidad en el lugar de la espléndida casa, se encuentra uno de los polideportivos de Mieres, el de Oñón. (Foto Archivo)
En efecto, Vital Aza no se acuerda en Mieres de que es autor más que para dedicar, si las dedica, unas cuantas horas semanales a los trabajos literarios. El resto del tiempo, la mayoría de él, lo consagra a la vida ruda campestre, y a la admiración sincera, continuada, por cuanto es y vale la villa donde reposa. 
Vital escribe poco, si algo escribe, en las cuartillas durante el estío; pero en cambio se consagra a componer un idilio en aquella casa donde reside, casa amplia, sólida, aireada con perjeños rancios que le dan aspecto venerable, con comodidades completas, al pie de la cual se dilata un poético huerto y enfrente de la que se alza, rápida, elevada, la falda de un monte cubierto de espesura, y que semeja una gran cortina verde tendida desde la cumbre a la base del empinado monte. Y allí, en aquella casa, con su mujer, sus hijos y personas queridísimas de su familia, pasa Vital los meses de Julio, Agosto y Septiembre. No puedo, no quiero, dar aquí forma a mis proyectos teatrales. Lo más que hago es planear mentalmente las obras; el darles vida quédese para Madrid. En Mieres sería una profanación pensar en la vida inventada, cuando la real nos brinda con maravillosos encantos.
Vital Aza con su esposa y dos de sus hijos en una finca de Mieres. Foto coloreada. (Foto Archivo)
Y convencido por las palabras del celebrado poeta, prometí no hablarle de sus comedias. Vamos a la obra grande (me dijo), y empecemos por mirar el lugar de la escena. Me condujo, en efecto, a un punto alto, y desde él contemplé la indescriptible decoración. El valle de Mieres parece, por lo pintoresco, más que efectivo, pintado. A un lado y a otro, le limitan altas montañas, todas vestidas con ropaje verde de matices diferentes, que de trecho en trecho interrumpen las manchas blancas y rojizas de los caseríos, asomados entre robledales y castañares. La corriente del Caudal arrastra sus aguas negras, donde ya no crecen las famosas truchas que eran regalo de los paladares. La industria mató la pesca. La vega, poblada de huertas, se extiende hacia Poniente, y al otro lado, abrigada por las faldas de los montes, se dilata la población, una carretera con casas a derecha e izquierda.
Vital Aza con su esposa en una "Xarre" en Mieres. Foto coloreada. (Foto Archivo)
Mieres es un pueblo longitudinal. Considerado por lo que abarcan sus dos extremos, es mayor que una gran ciudad. De él reza un dicho añejo que no es aldea ni villa, y es más largo que Sevilla. Está constituido para el trabajo y para los trabajadores cerca de las minas, de los talleres, que dieron y dan motivo a su existencia, y sus casas, puestas en dos filas a ambos lados de la carretera, parecen destinadas a resguardar el camino que une a Asturias con Castilla. Y como si fuera poco el tono alegre de las construcciones, que resalta en el fondo verde del cuadro, por la calle principal, casi única de la villa, cruzan en distintos sentidos los trenes que arrastran el carbón, y al murmullo que produce la vida del pueblo se une el frecuente silbar de las locomotoras y el eco lejano del ruido de los talleres. ¡Soberbio, magnífico, encantador! -exclamo, recreándome en la contemplación de aquella hermosura, y Vital Aza me interrumpe, diciéndome: Ya conoce usted la decoración. Ahora asistamos a algunas escenas de la obra.
Vital Aza en el Balcón superior de su casa de Mieres. Foto coloreada. (Foto Archivo)
La obra es la del trabajo, la de la lucha del hombre contra la Tierra, para arrancarle la riqueza que esconde en sus entrañas; la lucha del ingenio contra las dificultades naturales, para vencerlas y destruirlas, modificando, transformando, los materiales recogidos allá en las honduras del subsuelo o en el corazón de las montañas. Primero visitamos El Tarronal, una mina de mercurio. En Asturias, tan favorecida por la riqueza minera, hay en abundancia cinabrio, que con el carbón y el hierro constituye uno de los tres principales elementos de explotación. Ya la realizaron de antiguo los romanos, según cuentan personas que tienen autoridad para afirmarlo, y aunque por estar unido al arsénico pareció en ciertas épocas peligroso el dedicarse a la extracción y aprovechamiento del mercurio, éste se ha obtenido y se obtiene en grandes cantidades. Baste para convencerse de ello recoger un dato. En 1898 se extrajeron 1.600 frascos del brillante y movedizo metal.
Mina de mercurio de La Peña, en el año 1893.Foto coloreada. (Foto Archivo)
El Tarronal es interesantísimo: los profundos pozos y los habilísimos sistemas de destilación empleados para explotar las piritas arsenicales sin riesgos dan materia para estudios técnicos que no me corresponden. Yo miro todo aquello con respetuosa curiosidad, y me acuerdo mucho de los que están trabajando a doscientos pies por debajo del lugar que piso, al ver como el campo que corresponde a la mina está yermo, árido, triste. El mercurio le mata; le esteriliza aquel mercurio recogido por los hombres que se pasan la vida allá en los lugares obscuros donde se practica la explotación. Recojo otro detalle. Al fondo de estas minas se baja por escaleras que, en tramos reducidos, descienden hasta cerca de doscientos metros, y al concluir la jornada los obreros empiezan su descanso ascendiendo durante una hora por el angosto agujero, al fin del cual se encuentran las apetecidas anchuras de la atmósfera libre.
Mina de mercurio de la Peña,(Mieres), hacia el año 1920.Foto coloreada. (Foto Archivo)
Desde la mina de mercurio nos encaminamos a la fábrica, la famosa fábrica, cien veces reseñada. Se extiende al extremo norte de la vega, y en su recinto se alzan los talleres, los hornos, los departamentos de máquinas, que requieren una visita de muchas horas, si se han de examinar minuciosamente. El ruido ensordece; el calor es asfixiante. Se sigue paso a paso la transformación del hierro: hecho caldo le vomitan los hornos, y ya sólido, pero en ignición, le recogen las máquinas. Poderosos martillos dan forma regular y apretada a las masas informes y burbujosas del metal. Robustos laminadores le convierten en barras, y tiene algo de simbólico asistir a los cambios que experimenta el pedrusco que salió de la mina para formar luego parte del carril que guía al tren, del puente que acorta las distancias, de las grandes construcciones que erige la fuerza del hombre. Para descanso, mejor dicho, respiro, visitamos la Escuela de capataces, puesta al cuidado de los ingenieros oficiales. Es una institución, en verdad, notable y útil; reciben en ella instrucción práctica, positiva, los obreros que están en condiciones de adquirirla y cuantos quieren poseer una aptitud efectivamente provechosa.
Edificio de la antigua Escuela de Capataces, actual Casa de Cultura de Mieres. Año 1930. (Foto Archivo)
El edificio posee las condiciones adecuadas al fin para que está destinado; y bien merece esta Escuela cuidadosa protección del Gobierno, porque en Institutos semejantes ha de procurarse esa regeneración de que tanto se habla, y que muchos esperan como un benéfico maná que la Providencia ha de enviarnos para proveer a nuestras necesidades. Se abre un paréntesis a las visitas para almorzar en "La Rotella", finca que se extiende por toda la ladera de un monte, propiedad de D. Miguel Buylla, un republicano que, sin bullir ostentosamente, rinde a los ideales democráticos fervoroso culto. El almuerzo en "La Rotella” es magnífico, no sólo por los suculentos manjares que le componen, sino por el lugar en que se celebra y por la condición de las personas que a él asisten. Se come bien, se ríe mucho, se siente verdadera alegría disfrutando de las atenciones de la amistad en las soledades de aquel bosque, donde apenas si la luz del sol logra filtrar algunos de sus rayos.
Postal. Mieres. Finca La Rotella. M.G. Oviedo.Foto coloreada. Foto Archivo
Y después de haber reparado las fuerzas, continúa el paseo, visitando las minas de carbón. La importancia de este producto no hay para que encomiarla. Del carbón se ha dicho que es el diamante negro; después de Inglaterra, España es la nación que más riqueza tiene de él, y Asturias es en España la región que en mayor cantidad le posee. He leído en un libro, donde se trata de estos asuntos, que aún llegando al cuádruplo la extracción anual que en Asturias se hace de los carbones, quedaría combustible para mil años. Pues bien; en Mieres la explotación de los carbones es fecundísima. Está Mieres enclavado en el espacio de dieciséis leguas cuadradas, que se disputa como la parte más abundante en combustible de la provincia. De lo alto de las montañas descienden incesantemente por los planos inclinados los vagones cargados del producto; los trenes lo arrastran sin cesar también, y el espectáculo que ofrece aquel soberbio trajín es admirable.
Factoría de Fábrica de Mieres  a principios del siglo XX. Foto coloreada. (Foto Archivo)
Y en este punto, conocida rápidamente la obra, conviene hablar de los actores. Los obreros, en Mieres, son cerca de 8.000, y se invierten en sus salarios cada mes unas 500.000 pesetas. Las labores de los jornaleros son rudas; en algunos casos, tremendas. Es terrible el esfuerzo con que se arranca el carbón a la pared inclinada de que forma parte; terrible el estar junto a los hornos, junto a las fraguas, que vomitan chispas; expuestísimo manejar el mercurio, que envenena la sangre, y el arsénico, que expone a graves dolencias. En tales condiciones, los que trabajan y ganan unas cuantas pesetas no pueden pensar en otra cosa que no sea lamentarse de su suerte. No pueden sentir grandes inclinaciones a la lectura, a los idealismos, al mejoramiento intelectual. Administran mal su salario, a veces, tales trabajadores; pero quien no puede administrar bien sus fuerzas, su propia vida, ¿va a pararse en la administración apropiada de unos cuantos reales, pago de sus esfuerzos?
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Imagen coloreada. Saber más… WIKIPEDIA.
Y cuenta que a los obreros de Mieres se les trata con consideraciones. Tienen montepío para los enfermos y cooperativas de consumo. Algunos, los de la mina de mercurio especialmente, disponen de tiempo para alternar las labores de su oficio con las del campo, para ayudarse, pero su suerte es, dicho con sinceridad, triste, y al verlos entregados a la lucha que les agobia se explican muchos arranques de desesperación. Mieres se cita como caso en vigor de las fuerzas socialistas; pero en Mieres; como en Gijón y en otros puntos, el entusiasmo ha decaído y la fe en el espíritu societario se ha amortiguado. Tienen los socialistas en Mieres un Centro importante; cuentan con elementos; mas se nota que en la masa obrera hay una crisis, una honda crisis, que exige atención y estudio.
Vital Aza. Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
Tras un breve reposo, me despido de Vital Aza, de su familia y de los cariñosos amigos sin atreverme a responder a la pregunta que me hace el insigne autor: -¿Qué le parece a usted la obra? (me dice), ¿Qué éxito tendrá? Yo no acierto a contestarle. El escenario es espléndido, el asunto transcendental y hermoso; pero en la ejecución estriba el resultado. Hay que cuidar mucho la ejecución, no desatender a los actores, a los que dan vida al pensamiento creador y le interpretan. Y después me adhiero con sinceridad a los entusiasmos de Vital Aza por Mieres, la alegre, la rica villa, que se prolonga entre el río Caudal y los tupidos montes que la resguardan. De nuevo contemplo el fecundo valle, lleno de primores, y los montes, que tantos tesoros guardan, y al advertir que las nubes envuelven a los picachos de las montañas me parece que el cielo baja a besar una tierra digna de tal premio, porque es tierra de trabajo, de esfuerzo, de sano vigor.
Vital Aza. Real Asociación Española de Cronistas Oficiales. Imagen coloreada. (Foto Archivo)
El Heraldo de Madrid. Lunes, 24 de agosto de 1903
FUENTE: JOSÉ FRANCOS RODRÍGUEZ, director del Heraldo de Madrid. Lunes 24 de agosto de 1903. Publicado en el centenario de la muerte de Vital Aza 1851-1912. Editado por el Ayuntamiento de Lena en colaboración con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), y la Fundación del Autor. Promovido por el Comité de Honor del Centenario de Vital Aza constituido en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores de España en Madrid el 17 de septiembre de 2012
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1851 - 1912. En el Centenario de su muerte
DESDE MIERES....
Cartel conmemorativo del centanario del nacimiento de Vital Aza, Pola de Lena, 1951. Foto Archivo.
También desde Mieres, en junio de 1892, Vital Aza escribe a Mariano Pina Domínguez, amigo y colaborador suyo, con el que había escrito una zarzuela, Coro de señoras, estrenada en 1886, y que había hecho ciertos comentarios en «El Lunes de El Imparcial», acerca del verano asturiano de Vital:
Mariano Pina Domínguez (Granada, 1840-Madrid, 20 de noviembre de 1895). Foto de la revista Ilustrada Blanco y Negro. nº 237. Año 1895. Mariano Pina y Domínguez. La dinamita. Recuerdos de la otra guerra. Foto coloreada. Todocolección.

Desde Mieres
A Mariano Pina Domínguez.

Pina de mi corazón:
Leí tu composición de El Lunes de El Imparcial, y a fuer de amigo leal ahí va mi contestación.
Que yo esté loco o chiflado y corra de prado en prado pisando plantas y flores, cosas son que a los lectores les tendrán muy sin cuidado. Pero en tus quintillas vi algo grave que no dejo sin aclaración aquí.
Tratas a Mieres así, cual si fuese un lugarejo...
Y, la verdad, ¡por Dios santo! con toda el alma te digo que eso me ha ofendido tanto, que sólo por ser tu amigo con resignación lo aguanto.
Sé lo mucho que me quieres y perdono tus injurias.
¡Qué bastante infeliz eres con no conocer a Asturias y no saber lo que es Mieres!
¡Oye, y quédate asombrado!
Sobre una vega que riega un río bien encauzado, está Mieres reclinado recreándose en su vega.
Con tan bella situación es más que pueblo, un vergel. ¡Y qué calles! Todas son de moderna construcción y trazadas a cordel.
Por su riqueza sin par es hoy de la industria el centro este pueblo singular; y si no es puerto de mar es porque está tierra adentro. En invierno y en verano no hallarás nada más sano que este clima encantador,
¡ni hay otro pueblo mejor desde Ablaña a Santullano!
Tenemos para recreo varios sitios de paseo; música de dos a cuatro; y teatro... ¡Ya lo creo! ¿Cómo vivir sin teatro?
¡Pues poquito que se gana!
Y no es una empresa sola;
Que aquí turnan, por semana, la de zarzuela española con la de ópera italiana.
¿Lo dudas? Pues no te alteres, si salir de dudas quieres, queridísimo Mariano, visítame este verano,
¡y ya verás lo que es Mieres!
Vital Aza, junio de 1892
Busto conmemorativo del centanario del nacimiento de Vital Aza, Pola de Lena, 1951. Foto Archivo.
FUENTE: LIBRO DE VITAL AZA. Publicado en el centenario de la muerte de Vital Aza 1851-1912. Editado por el Ayuntamiento de Lena en colaboración con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), y la Fundación del Autor. Promovido por el Comité de Honor del Centenario de Vital Aza constituido en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores de España en Madrid el 17 de septiembre de 2012.
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AUTORES.

José Francos Rodríguez (Madrid, 5 de abril de 1862-Madrid, 13 de julio de 1931)
fue un periodista, escritor, médico y político español, director del Heraldo de Madrid, alcalde de Madrid y ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y de Gracia y Justicia durante el reinado de Alfonso XIII. José Francos, fotografiado por Manuel Compañy. (...). Imagen coloreada. Foto: Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo, más conocido por el seudónimo Kâulak. (1920-08-10). "Las damas y la política". Vida aristocrática: sociedad, arte, deportes, modas (22).
 Saber más... WIKIPEDIA.

Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance. Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia).  Realiza ilustraciones, diseños y campañas para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).  Se estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).  Vive en la localidad francesa de Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de cuatro tomos.  Esta magnífica obra es un auténtico tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte". En un paréntesis, entre el segundo y tercer volumen de La balada del norte, Zapico completó Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018), para mostrar de nuevo su faceta como reportero gráfico al poner el micro al diálogo entre el político Eduardo Madina y el músico Fermín Muguruza. Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…). Foto: Wikipedia  Twitter.

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Esta página se editó por última vez el 25 de abril de 2023 a las 07:06 horas.

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