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12 de junio de 2019

Uno de los asturianos más influyentes de su época

El conde de Campomanes (1723-1802), un reformista de amplio aliento
Ilustración de Carlos María de Luis García-Montoto, HUMORISTA GRÁFICO. Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Oviedo, periodista y dibujante. Nació en Salas, en noviembre de 1934. FUENTE: Carlos María de Luis
Campomanes fue uno de los individuos más influyentes de su época, y uno de los asturianos que ocupó los cargos más elevados del gobierno: entre ellos el de gobernador del Consejo de Castilla, que corresponde, sobre poco más o menos, al de presidente del Consejo de Ministros en la actualidad

Antigua lamina cromolitografía J. SEIX. Editor el Conde de Campomanes. Todocolección.
José Ignacio Gracia Noriega.
De él afirmó Jovellanos que «más que un hijo, fue un padre para Asturias». Según Manuel Jesús González, quien le califica de «trabajador ciclópeo», era hombre de variadas actividades y, como ilustrado, «siempre compaginó su carrera de hombre de Estado con el estudio y la investigación, llegando a ser un destacado erudito, dirigió la Academia de la Historia durante treinta años. Contribuyó decisivamente a la modernización del reino introduciendo o impulsando numerosos cambios, como la mejora de las infraestructuras, el comercio con las Indias...». También puso en marcha las Sociedades Económicas de Amigos del País, entre otras, la de Asturias. Manuel Jesús González entiende que las reformas de amplio aliento de Campomanes hubieran alcanzado para España un régimen de libertades tempranamente y sin mayores problemas, pero esta posibilidad se desvaneció con la Revolución Francesa primero, y con la invasión napoleónica más tarde.
El monumento a Campomanes, ubicado en la calle Campomanes, en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar de esculturas urbanas que adornan las calles de la mencionada ciudad asturiana. (...). Saber más... WIKIPEDIA.

Al predominar los planteamientos revolucionarios sobre los reformistas, resulta lógico que los reaccionarios endurecieran sus posiciones y lo que hubiera podido ser un siglo vivido de otro modo, el XIX, fue un siglo anárquico, de intentonas revolucionarias, respuestas retrógradas y guerras civiles; y nada digamos de los primeros años del siglo XX, el más atroz de cuantos conoció la humanidad. De manera especial se preocupó por la educación de sus compatriotas. Trabajaba en «la sala de máquinas», como dice González, y todos los asuntos importantes que se planteaban en el reino pasaban por sus manos. Su nombre civil era Pedro Rodríguez Campomanes, y nació en la aldea de Santa Eulalia de Sorribas, en tierras de Tineo, el 1 de julio de 1723, en el seno de una familia hidalga, de campesinos acomodados. Desde sus primeros años debió mostrarse como inteligente y avisado, lo que justifica que sus padres hayan hecho lo que estuvo en sus manos para sacarle de la rutina de la labranza. A esto contribuyó que su tío materno Pedro Pérez fuera canónigo de la colegiata de Santillana del Mar: a su lado, el pequeño Pedro, que había perdido a su padre cuando contaba 7 años de edad, se inició en los estudios del latín y de las humanidades, que sin el latín son imposibles; llegó a traducir a Justiniano y a Ovidio con tan sólo 15 años, por estas fechas dominaba la complicada terminología y la exacta mecánica de la filosofía escolástica. 
Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez, conde de Campomanes (Santa Eulalia de Sorriba, 1723 - Madrid, 1803) Político, economista e historiador español. (...). Saber más...Biografías y Vidas.
Regresa a Asturias para continuar sus estudios en el monasterio de Corias, mas por poco tiempo: como tantos otros asturianos ilustres, abandona su tierra natural apenas en la adolescencia para ya no regresar, al menos de manera definitiva. Y marcha a la ciudad de Sevilla, como hicieron numerosos asturianos, sobre todo de aquella época, aunque, en su caso, su estancia en la ciudad andaluza se explica porque un hermano suyo residía en ella. En Sevilla sigue los estudios de Derecho y tuvo como profesor al abogado Juan José Ortiz, el cual tenía un bufete en Madrid y en 1742 le lleva como pasante a la capital. Otro abogado, Miguel Cirel, patrocina sus primeros pasos en el ejercicio de la abogacía. A los 23 años es abogado de los Reales Consejos, mas no por ello deja de estudiar, principalmente lenguas: además del latín llegó a dominar la francesa y la italiana, y se había iniciado en el conocimiento de la arábiga con el orientalista Miguel Casiri y de de la griega con José Carbonel. En el año 1747 publica una notable obra histórica que aún leen en la actualidad los aficionados a la historia con cierta mezcla de esoterismo: «Disertaciones históricas del orden y caballería de los Templarios».
Pedro Rodríguez de Campomanes. Retrato póstumo (1879) por Eduardo Balaca. (Museo del Prado). (...). Saber más... Wikipedia.
Naturalmente, Campomanes no coquetea con el esoterismo y con la historia fantástica en esta obra rigurosa, mas en nuestro tiempo se asocia a los templarios con cuestiones novelescas y misteriosas. Por el mérito de esta obra, Campomanes ingresa en la Academia de la Historia al año siguiente, y queda vinculado a la institución por el resto de su vida. Uno de sus primeros trabajos como académico consistió en cotejar antiguos códices de la biblioteca de El Escorial. Refiriéndose a esta época de su vida, escribe Santos Coronas en el prólogo a sus «Escritos regalistas»: «Por estos años centrales del siglo, Campomanes es ya un abogado de singular crédito que lleva los asuntos de algunas principales casas nobiliarias, así como de importantes instituciones eclesiásticas civiles. Siguiendo los pasos de sus maestros, José Ortiz de Amaya, erudito conocedor del derecho patrio cuyas enseñanzas, como catedrático de Prima de Leyes que fuera de la Universidad de Sevilla, deseaba ver incorporadas a la Facultad con cátedras independientes de las civiles y romanas, y de Miguel Cirel, abogado aragonés con el que acabó por completar su formación en los derechos nacionales, dio a la imprenta diversas alegaciones en puntos canónicos, competencias, pleitos de mayorazgos y aniversarios, fideicomisos de la Corona de Aragón, materias de regalías y diezmos secularizados que acabaron por abrirle las puertas de las grandes casas y dignidades: abogado de cámara de los condes de Benavente y Miranda; de los de la dignidad arzobispal de Toledo... 
Retrato de Benito Jerónimo Feijoo a los 57 años, grabado de Juan Bernabé Palomino (Biblioteca Nacional de España). (...). Saber más... WIKIPEDIA.

Son años de intensa actividad en los que, al estilo de los humanistas, cuyo método alaba, combina la jurisprudencia con la erudición histórica». No descuida la puesta al día en otros ámbitos intelectuales, ni las relaciones con personas cultivadas, asistiendo de manera asidua a la tertulia que, a modo de «academia libre», tenía lugar en la celda del benedictino P. Sarmiento. Por aquel tiempo, las celdas benedictinas eran focos de cultura; recordemos la de Feijoo en Oviedo. Inevitablemente, este abogado de éxito con profundos intereses intelectuales les había de derivar sin tardar mucho hacia la dedicación política. Sus «Reflexiones sobre la jurisprudencia en España y ensayo para reformar sus abusos» y el «Bosquejo de política económica española delineado sobre el estado presente de sus intereses» llaman la atención del ministro Wall, el plagiario de la obra de Campillo, que le ofrece el cargo de asesor general de la Renta de Correos y Postas del reino. Poco más tarde es nombrado asesor de la Real Casa de Hospicios y censor público de libros. Y como «trabajador ciclópeo» que era, no descuida la ocupación de historiador, publicando «Antigüedad marítima de la República de Cartago», o el planteamiento de cuestiones fiscales en «Memorial del Principado de Asturias». 
Carlos III retratado hacia 1765 por Antón Raphael Mengs (1728-1779). Museo del Prado. (...). Saber más... WIKIPEDIA.

En tanto, su carrera se acelera con la subida al trono de Carlos III: en 1760 es nombrado ministro togado del Ministerio de Hacienda, y en 1762, fiscal de lo civil del Consejo Real y Supremo de Castilla. Desde este alto cargo, emprende sus reformas, siendo el autor del «Tratado de la regalía en España». «Obra de alto vuelo doctrinal», según Coronas, plantea, a propósito de las regalías, los derechos de la Corona frente a Roma. A raíz de la «Alegación» redactada en 1767, se sigue la expulsión de los jesuitas, por la que Voltaire hizo los grandes elogios de Aranda; pero, a la caída de Aranda, Campomanes refuerza su posición con la subida de Floridablanca. Presidente de la Academia de la Historia, que, según Joseph Townsend, había convertido en su segundo hogar, en 1780 Carlos III le concede el título de conde de Campomanes, y el 31 de octubre de 1783 le nombra gobernador del Consejo de Castilla: la máxima autoridad del Estado, que desempeña hasta 1791. A Townsend, que le trató en esta época de máximo poder, le causó, al principio, mala impresión, aunque en seguida rectifica, para dejar sobre él una opinión excelente. Con Carlos IV, Campomanes no conserva el poder, aunque sí el prestigio y los privilegios. Murió en Madrid, el 3 de febrero de 1803.
Pedro Rodríguez, conde de Campomanes. 17231802 estampador de serie alrededor de 1992. Identificación 236193916 © Alexander Mirt. Fuente: dreamstime.

FUENTE: IGNACIO GRACIA NORIEGA. Publicado en La Nueva España el 19 de agosto de 2005. Ver enlace.
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BIOGRAFÍA.
Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez. Conde de Campomanes (1723-1803). 

Conde de Campomanes, político, economista e historiador español. Nació en Santa Eulalia de Sorriba (Asturias) el 1 de julio de 1723 y muerto en Madrid en 1803. Miembro de una familia hidalga pobre, al morir su padre, su madre le confió a su tío, canónigo de la colegiata de Santillana del Mar, donde estudió filosofía, griego y árabe. Posteriormente estudió leyes en Oviedo y Sevilla. Al subir al trono Carlos III, fue nombrado miembro de los consejos de Hacienda y de Castilla. Su primer acto de envergadura fue la redacción de la Respuesta fiscal sobre abolir la tasa y establecer el comercio de granos, 1764. En el mismo año publicó también su Tratado de la regalía de amortización, que condujo a una serie de medidas tendentes a poner coto al poder eclesiástico, sobre todo a evitar la concentración de bienes en manos muertas y disminuir la jurisdicción inquisitorial. ... (...). Seguir leyendo.... FUENTE: Autor: M.F.E. Texto extraído de https://www.mcnbiografias.com.
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AUTORES.

José Ignacio Gracia Noriega (Llanes, 17 agosto 1945 - Oviedo, 6 septiembre 2016), ha sido uno de los escritores españoles más fecundos, críticos, originales e independientes de los últimos tiempos. La mayor parte de su obra la escribió en su casona familiar de Llanes, rodeado de libros y de un número variable de gatos, dedicado a su único oficio, el de escribir sirviéndose de vetustas plumas fuente y añejas máquinas ignorantes de la electricidad, que se negó a reemplazar por artilugios más modernos. Desde 2007 vivió en Sevares, buscando la tranquilidad y el sosiego que había perdido en su villa natal por enfrentamientos políticos. En febrero de 2011 recuperó judicialmente el título de Cronista oficial de Llanes, del que había pretendido despojarle en 2003 el alcalde del momento. Se formó en las Universidades de Oviedo y Madrid y ejerció el periodismo tanto en la radio como en la prensa regional y madrileña. Durante décadas fue colaborador del periódico ovetense La Nueva España. Miembro del Instituto de Estudios Asturianos (IDEA), recibió los premios de novela Tigre Juan, Casino de Mieres y Asturias. Formó parte del Consejo de Redacción de la revista de filosofía El Basilisco y del Consejo Asesor de la Fundación Gustavo Bueno. (...). Seguir leyendo... FUENTE: José Ignacio Gracia Noriega.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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